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"El rol de la UE será principalmente en la crisis económica, no tanto en la sanitaria"
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Entrevista con Jaume Duch, portavoz del PE

"El rol de la UE será principalmente en la crisis económica, no tanto en la sanitaria"

El portavoz del Parlamento Europeo, el español Jaume Duch, explica la posición de la Unión Europea ante la crisis sanitaria del coronavirus

Foto: El portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch. (EFE)
El portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch. (EFE)

Mientras el coronavirus avanza con fuerza en casi todos los países europeos, donde suma ya 195.511 contagios y más de 10.000 fallecidos (superando a China), muchos se preguntan, ¿y qué está haciendo la Unión Europea en una de las peores crisis del continente? Hasta el momento, la UE ha retirado las barreras a la exportación de material médico entre los Estados miembros, eliminado requisitos para facilitar la producción de estos productos de forma masiva y acaba de ultimar una compra conjunta de material sanitario del que se beneficiará, entre otros países, España. Pero su principal papel, apunta el catalán Jaume Duch, portavoz del Parlamento Europeo, no será tanto la crisis sanitaria que asola ahora mismo el continente, sino la económica que está al llegar.

Para ello, la UE y sus instituciones están movilizando casi un billón de euros, "más de lo que fue en su día el plan Marshall", para hacer frente a las consecuencias del parón económico al que se están viendo forzados países como España o Italia. Pero los anuncios del Banco Central Europeo se ven opacados por los ejemplos de insolidaridad entre los socios europeos y los gestos de China, que está preparando su propaganda para cambiar la narrativa global sobre el virus. Una en la que Europa no sale bien parada.

Foto: Bandera europea, durante una manifestación pro-UE en Londres. (Reuters)

PREGUNTA. Esta semana, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pedía un plan Marshall europeo para superar la crisis del Covid-19. ¿Está la Unión Europea dispuesta y en disposición de hacerlo?

RESPUESTA. Si examinamos las medidas que la Unión Europea está tomando estos días y sumamos el dinero que están movilizando el Banco Central Europeo y las instituciones, la Comisión, y el presupuesto comunitario, estamos incluso por encima de lo que podía ser en su momento el plan Marshall. Es la primera vez que el Banco Central Europeo moviliza tal cantidad de dinero, son 750.000 millones de euros por un lado y otros 200.000 por el otro; al mismo tiempo, hoy estamos viendo las discusiones para poner en marcha también una línea de crédito a través de los llamados coronabonos, y la Comisión Europea está rebañando en el presupuesto de este año para financiar medidas urgentes tanto en el campo sanitario como en la ayuda a pequeñas y medianas empresas. Por primera vez y con clara diferencia con respecto a la crisis monetaria y financiera de hace unos años, parece haber una voluntad política importante en los Estados miembros de utilizar a fondo los mecanismos que tiene la UE.

P. Pero hablando de esos coronabonos, Países Bajos sigue bloqueándolos y la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que mientras ella estuviera al frente no se llegaría a algo así...

R. Hay muchísimo más apetito por la activación de estas medidas, que son extraordinarias, que lo que pudo haber anteriormente [en la crisis económica de 2008 y después].

"Parece haber, por primera vez, una voluntad política importante en los estados miembros de utilizar a fondo los mecanismos que tiene la UE"

P. Muchas veces, los símbolos [como la delegación de médicos cubanos llegando a ayudar a Italia] pesan más que los anuncios del Banco Central Europeo. ¿Va la UE a remolque en dejar claro a los europeos que se están haciendo cosas?

R. No creo que vaya a remolque, lo que pasa es que las cosas que hace la Unión Europea las hace vehiculándolas a través de los propios Estados miembros. Evidentemente, que llegue un avión de médicos, que además es algo muy loable, pues tiene una venta, desde el punto de vista de la información, más fácil que el explicar que se ponen en marcha una serie de mecanismos de financiación de los Estados miembros. Pero después el impacto lógicamente es mucho mayor que el simplemente añadir unos médicos —y vuelvo a decir que me parece una acción muy loable por parte de estos países—, con un impacto muchísimo menor que las cosas que está haciendo la Unión Europea.

P. Decían voces Italianas que en esta crisis ha fallado la "solidaridad europea". Países como Francia y Alemania bloquearon la exportación de mascarillas y otros materiales sanitarios cuando Italia estaba entrando en crisis, mientras llegan mascarillas enviadas desde China con su bandera...

R. De lo que la UE tiene que preocuparse no es tanto de si está o no está el símbolo de la UE en las cajas de mascarillas, sino que las mascarillas lleguen. Entre lo que está haciendo la Unión Europea, ha conseguido que, aunque se cierren las fronteras entre los Estados miembros, sigan abiertas para todo el tráfico comercial, precisamente para la circulación de productos necesarios para luchar contra el coronavirus. La Unión Europea es la que también consiguió en su momento evitar bloqueos de compraventa o de transporte de mascarillas o de otro material [sanitario] en un momento en el que había países que parecía que querían impedir que el material llegara a otros Estados miembros de la Unión Europea.

Foto: Una pareja con mascarilla, en Nápoles. (Reuters)

Quien busque imágenes las puede encontrar: estamos viendo imágenes del traslado de enfermos de las regiones del este de Francia a hospitales en Alemania para ser atendidos. Las imágenes de la colaboración y las imágenes de la solidaridad, si las queremos ver, las vemos.

P. Pero la UE ha tardado en reaccionar como institución, en empezar a actuar contra la pandemia y mandar un mensaje de unidad.

R. Las instituciones comunitarias han reaccionado bastante rápidamente en un contexto que el que hay que reconocer que a todo el mundo le ha pillado un poco por sorpresa la fuerza con que el coronavirus ha llegado al continente europeo. También es verdad que una parte de las cosas que la UE puede o no puede hacer depende de la voluntad de los gobiernos de los Estados miembros. Y en todas las crisis, esta no es la primera, vemos cómo la reacción natural en los primeros días desde los gobiernos es intentar solucionarlo por su cuenta y tomar sus propias medidas. Normalmente, es al cabo de varios días cuando ese reflejo cambia y empieza la verdadera coordinación de los esfuerzos de los diferentes países. Pero insisto, las instituciones comunitarias han empezado a responder cuando tenían que responder. Otra cosa es que poner de acuerdo a 27 países en temas o en políticas en las cuales la competencia la tienen los propios gobiernos es más complicado que cuando hablamos de competencias de la propia Unión.

P. Entonces, siempre es un asunto de competencias...

R. En esta crisis, la UE puede hacer dos cosas. Una, facilitar el trabajo de los Estados miembros en el campo sanitario. La UE no tiene competencias en materia de política sanitaria, pero puede, por ejemplo, decretar el cierre de las fronteras exteriores pero posibilitando la libre circulación de mercancías, ayudando a repatriar a los europeos que seguían en el exterior, hay muchas cosas que la UE está haciendo que no son política sanitaria pero que ayudan. Luego, la otra parte, en la que la Unión Europea sí tiene competencias, evitar que la crisis sanitaria acabe produciendo una crisis económica o incluso una crisis social. Es ahí donde la Unión Europea se está movilizando como nunca antes. Que se haya decidido por ejemplo suspender el pacto europeo de estabilidad, que el Banco Central Europeo esté movilizando prácticamente un billón de euros, que estemos hablando de líneas de crédito mancomunadas. Todo esto no se había hecho nunca antes y eso se está haciendo en apenas unos días.

"La UE se está movilizando como nunca para evitar que esta crisis sanitaria se convierta en económica"

P. ¿Temen un crecimiento del euroescepticismo en los países más afectados? ¿Una mala gestión de esta crisis puede entregar los países del sur, como por ejemplo Italia o la propia España, a China o Rusia?

R. No lo creo. Yo creo que cuando haya pasado la crisis y podamos analizar con detenimiento cómo ha sido esta crisis y cómo se ha luchado contra esta crisis, nos daremos cuenta de que lo fundamental ha sido contar con sistemas de sanidad pública y privada muy desarrollados y al mismo tiempo vivir en países con democracias consolidadas. Y que buscar comparaciones con otros países y con otros modelos no tiene ningún sentido. Lo que habrá que hacer es sacar conclusiones. Lo que es evidente es que si esto ha pasado una vez, podrá pasar de nuevo, y por tanto los Estados tienen que estar más preparados y estudiar, por ejemplo, si la Unión Europea no debería jugar un papel más importante en la coordinación de este tipo de batallas sanitarias. Creo que la ciudadanía es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que, ante situaciones como esta pandemia, lo que menos sentido tiene es intentar que cada país se salve por su cuenta. Un virus no va a pararse en una frontera y no es intentando aislar un país de los otros como se podrá solucionar. O por lo menos, no debería.

P. Cuando la UE aplicó el sistema de zona Schengen, se habló entonces ya de posibles riesgos sanitarios de una zona de libre movimiento tan grande. Sin embargo, no parece que haya habido protocolos de actuación europeos ante el coronavirus…

R. Todos sabemos que la Unión Europea es un proceso en construcción, que no está acabado. Y es evidente que las cosas que no se hacen en los periodos de calma se acaban haciendo en los periodos de crisis. Eso lo vivimos hace unos años en la crisis económica y monetaria, la UE se tuvo que dotar de una serie de mecanismos de los que precisamente nos estamos beneficiando ahora en la crisis del coronavirus, pero que en aquel entonces no existían para hacer frente a la crisis de los años 2008-2010. En este momento, estamos ante un tipo de situación completamente diferente, para el que está claro que nadie había pedido a la Unión Europea que se preparase o que ayudase a los Estados miembros a prepararse. Cuando esto haya pasado, habrá que pensarse muy en serio cómo mancomunamos esfuerzos para que si esto vuelve a pasar en algún momento, estemos mucho mejor preparados. Pero eso no depende de la voluntad de las instituciones europeas sino de la voluntad de sus Estados miembros, y por tanto de sus ciudadanos.

"Cuando acabe la crisis, habrá que estudiar si la UE no debería jugar un papel más importante en la coordinación de este tipo de batallas sanitarias"

P. Cuando ha habido crisis globales, la UE ha sostenido que se necesitaban soluciones globales, como la propia UE. Sin embargo, en esta crisis global del coronavirus, hemos visto un regreso al Estado nación como el ente que de verdad cuenta en las crisis…

R. Yo insisto: esta crisis tiene dos caras. Una es la cara sanitaria y otra es la económica y social. En la cara sanitaria, cada uno [de los Estados miembros] tiene las competencias que tiene, y la Unión Europea creo que está haciendo cosas incluso por encima prácticamente de lo que serían sus competencias estrictas. Estamos aprovechando al máximo todo lo que la Unión Europea puede hacer. La otra cara son las consecuencias que esta crisis puede tener para la ciudadanía, no ya desde el punto de vista sanitario sino desde el punto de vista del nivel de vida, de la economía, del acceso a los puestos de trabajo… Y ahí la Unión Europea tiene un rol muy importante que jugar y es lo que está haciendo. La movilización de todos estos miles de millones de euros a que estamos asistiendo en los últimos días es probablemente la muestra de solidaridad más importante de los 60 años de funcionamiento de la Unión Europea.

Mientras el coronavirus avanza con fuerza en casi todos los países europeos, donde suma ya 195.511 contagios y más de 10.000 fallecidos (superando a China), muchos se preguntan, ¿y qué está haciendo la Unión Europea en una de las peores crisis del continente? Hasta el momento, la UE ha retirado las barreras a la exportación de material médico entre los Estados miembros, eliminado requisitos para facilitar la producción de estos productos de forma masiva y acaba de ultimar una compra conjunta de material sanitario del que se beneficiará, entre otros países, España. Pero su principal papel, apunta el catalán Jaume Duch, portavoz del Parlamento Europeo, no será tanto la crisis sanitaria que asola ahora mismo el continente, sino la económica que está al llegar.

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