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Cuando el coronavirus está en casa: consejos de una médica con una hija en cuarentena
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Vajilla desechable, basura separada y lejía

Cuando el coronavirus está en casa: consejos de una médica con una hija en cuarentena

Cubiertos desechables, basura especial y cero contacto. Cómo lidian dos médicos españoles con una hija en cuarentena por haber tenido contacto con alguien con coronavirus

Foto: Personal de la UME patrulla Atocha. (Reuters)
Personal de la UME patrulla Atocha. (Reuters)

Como miles de estudiantes en Madrid, cuando se cancelaron las clases el 10 de marzo, Paula decidió volver a casa de sus padres. Pero, justo antes de subirse al tren que la llevaría de vuelta a Córdoba, la joven recibió un comunicado de la residencia donde se aloja en la capital. Una de las alumnas había dado positivo por coronavirus y estaba ingresada en cuidados intensivos con bronconeumonía. Paula se enfundó una mascarilla quirúrgica para el trayecto, y cuando llegó a la casa familiar, sus padres —ambos médicos de profesión— la esperaban con toda una cuarentena preparada.

Desde el lunes, toda España está en estado de alarma y millones de familias deben quedarse en sus casas para evitar una mayor propagación del coronavirus, que infecta ya a más de 7.790 personas en nuestro país. Pero, al igual que Paula, muchos pueden ya haber tenido contacto con otros infectados y ser portadores del virus sin saberlo. ¿Cómo convivir con una persona que puede haber estado expuesta al contagio? Desde usar vajilla desechable a poner lavadoras separadas, los padres de Paula ofrecen algunos consejos sobre cómo llevar un aislamiento y cuarentena dentro de la propia casa.

Desde que se enteró de la noticia, Paula no ha tenido contacto físico con nadie y permanece aislada las 24 horas del día. Pero no basta. Como médicos, sus padres no pueden arriesgarse a ser contagiados. Así que han establecido unas estrictas precauciones para impedir cualquier tipo de contagio del nuevo coronavirus, de una altísima transmisión. "Hay que conocer lo que deberíamos hacer en estos casos y tomar precauciones", explica Alicia Dean, cirujana maxilofacial en el Hospital Reina Sofía de Córdoba y madre de Paula. "Tenemos que prepararnos para lo que va a llegar. Madrid nos lleva unos días de adelanto, pero llegará", afirma en una conversación con El Confidencial. En Córdoba, hay ahora mismo 37 casos de los 437 que reporta Andalucía (la mayoría, concentrados en Sevilla y Granada).

Foto: Un equipo de desinfección en Pekín. (EFE)

Baños separados y mucha lejía

Las precauciones para mantener el aislamiento empiezan desde la más evidente: elegir una habitación de la casa para confinar al posible contagiado. "Tiene que ser una habitación con la puerta cerrada. Si en la casa hay dos baños, uno es para el aislado y otro para el resto de la familia", detalla la doctora. Las superficies del baño y los pomos deben lavarse al menos una vez al día con lejía.

En esa habitación deberá permanecer durante el periodo de incubación del virus, para asegurar que no lo haya contraído y pueda contagiar al resto de habitantes de la casa. Los estudios publicados hasta el momento sobre el coronavirus estiman un periodo de incubación del virus de hasta dos semanas, aunque los síntomas suelen aparecer entre los primeros dos y siete días. La habitación debe ser ventilada (por la persona en cuarentena) al menos una vez al día.

Los protocolos de seguridad se extienden al resto de actividades cotidianas. Paula recibe cada comida con un procedimiento muy metódico. Primero, sus padres la llaman por teléfono para avisarle de que van para allá. Dejan la comida junto a la puerta en platos y cubiertos desechables —"¡pero no de plástico, de cartón o papel, a ser posible!"—. Dan un toque a la puerta (no en el pomo) y se van. Unos segundos prudenciales después, Paula sale y recoge la comida.

Foto: Foto: EFE

¿Por qué una vajilla desechable? Según los primeros estudios sobre el virus, se ha detectado que el coronavirus puede sobrevivir y permanecer infeccioso entre cuatro y cinco días en determinadas superficies. "El virus puede estar en las superficies de las cosas y se transmite por el tacto con las manos. Nosotros, al tocarlo, podríamos contaminar al resto de la casa", sostiene Dean. En caso de no disponer de vajilla desechable, los platos deberían manipularse con guantes y lavarse con agua a más de 60 grados, o en el lavaplatos, pero intentando en todo caso que no entren en contacto con el menaje del resto de la familia.

Armados con mascarillas

La disciplina de la propia persona en cuarentena es fundamental. Dentro de la habitación, Paula tiene varias bolsas de basura, cada una con su propósito. En una tirará los desperdicios de la comida y la vajilla desechable. En otra, pondrá la ropa sucia que vaya gastando los días que dure la cuarentena. La ropa también puede estar contaminada por el virus, así que debe lavarse a alta temperatura, 60 grados o más, e incluso con un chorrito de lejía. Aunque no toda la ropa soporta un lavado de esas características, "más vale un jersey encogido que contagiarte del virus", sentencia Dean.

Como Paula ha manipulado las bolsas, la familia las recoge armada con guantes y mascarilla. De esa guisa, se tiran las basuras al contenedor; para justo después de deshacerse de los guantes en el mismo contenedor. Luego, de vuelta a casa, lavarse las manos —los consabidos 20 segundos cantando dos veces el 'Cumpleaños feliz'— y solo entonces, con las manos limpias, quitarse la mascarilla.

"Al principio no me gustó mucho la idea [del aislamiento en casa], prefería quedarme en Madrid y así no contagiarles [a sus padres] pero poder ver a gente", relata por teléfono Paula —quien por el momento no muestra síntomas asociados al coronavirus—, de 18 años y estudiante de la Universidad Politécnica de Madrid. "Luego lo entendí. Ahora me parece bien, me parece necesario", continúa explicándose. Admite que, cuando se enteró del positivo de coronavirus de su compañera de residencia, se asustó, pero que ahora siente "soledad". "Más soledad que aburrimiento. Aburrimiento estaremos pasando todos, pero me gustaría poder ver a la gente".

Sin embargo, las nuevas tecnologías hacen más accesible este tipo de aislamiento. "Tuvimos que ponerla en aislamiento porque había estado en un lugar de alto riesgo antes de venir, pero con las nuevas tecnologías mucho mejor, porque podemos vernos y hablarnos continuamente, podemos desayunar juntos, porque ella se conecta con el vídeo y nos ve y hablamos", dice su madre.

Pero ¿seguirá en vigor la prohibición de salir (excepto a trabajar) y el cierre de universidades y colegios para cuando Paula salga de su aislamiento? "Yo creo que sí. En función de los países que nos están precediendo con el coronavirus", admite Dean. En Wuhan, epicentro de la epidemia de Covid-19, el aislamiento generalizado es ya de casi 50 días. Y parece que ha funcionado: los nuevos contagios que reporta China son cada vez menos, y muchos son importados.

Como miles de estudiantes en Madrid, cuando se cancelaron las clases el 10 de marzo, Paula decidió volver a casa de sus padres. Pero, justo antes de subirse al tren que la llevaría de vuelta a Córdoba, la joven recibió un comunicado de la residencia donde se aloja en la capital. Una de las alumnas había dado positivo por coronavirus y estaba ingresada en cuidados intensivos con bronconeumonía. Paula se enfundó una mascarilla quirúrgica para el trayecto, y cuando llegó a la casa familiar, sus padres —ambos médicos de profesión— la esperaban con toda una cuarentena preparada.

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