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"Recibir a Puigdemont es un acto solidario entre dos alcaldes de Cataluña norte y sur"
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JEAN-MARC PUJOL, alcalde de Perpiñán

"Recibir a Puigdemont es un acto solidario entre dos alcaldes de Cataluña norte y sur"

El alcalde de Perpiñán afronta días complicados. Este sábado recibe a Puigdemont y a 100.000 personas más en su ciudad, pero en tres semanas se juega seguir trabajando en el consistorio

Foto:  Jean-Marc Pujol, alcalde de Perpiñán. (Fotos: Carlos Barragán)
Jean-Marc Pujol, alcalde de Perpiñán. (Fotos: Carlos Barragán)

El día en que Jean-Marc Pujol se puso su primer lazo amarillo, le llamaron oportunista. Era el 31 de agosto de 2018 y el alcalde de Perpiñán iba a entregar la medalla de honor de la ciudad a Quim Torra. "Pujol se había comprado el lazo ese mismo día, nunca antes lo había llevado, y cuando se fue Torra, lo tiró", cuenta Brice Lafontaine, antiguo adjunto de Pujol en cuestiones catalanas en el ayuntamiento. "Con sus acciones anticatalanas, ha perdido un electorado. Ahora apoya a los prisioneros y exiliados políticos independentistas para recuperar un poco del voto catalán, pero yo creo que la gente no caerá en la trampa".

En Perpiñán, es difícil encontrar seguidores de Pujol. El clientelismo, la inseguridad y la pobreza de la ciudad han provocado que, a falta de tres semanas para las elecciones municipales del 15-22 de marzo, el líder de Les Republicains (centro-derecha) de Perpiñán se esté despeñando en las encuestas y esté en riesgo su reelección. Además, la campaña electoral coincide con la llegada de Carles Puigdemont a la ciudad. El 'expresident' hará gala de su inmunidad europarlamentaria a escasos kilómetros de la frontera con España para revitalizar la internacionalización del 'procés' y dar el pistoletazo de salida a los comicios autonómicos en Cataluña.

La paradoja es que el mitin soberanista del próximo sábado, que reunirá alrededor de 100.000 independentistas, puede acabar influyendo indirectamente en las elecciones de Perpiñán.

Foto: Carles Puigdemont y Toni Comín. (Reuters)

El alcalde niega que la anécdota del lazo amarillo sea cierta, aunque el gesto le costó un reproche diplomático de España. Pero Pujol no se esconde y reconoce que tiene enemigos a cada lado de la frontera. A fin de cuentas, es un político atípico capaz de poner la alfombra roja a Carles Puigdemont y pedir que salgan los políticos de prisión y, al mismo tiempo, cargar contra la vía unilateral catalana y recalcar una y otra vez que la única forma de resolver el conflicto es con un referéndum nacional y con un mediador: Manuel Valls.

PREGUNTA. ¿Cuál es su relación con Carles Puigdemont?

RESPUESTA. Conozco a Puigdemont desde hace mucho tiempo. Fue alcalde de Girona mientras yo empezaba de alcalde de Perpiñán y teníamos relación de forma continuada. Es normal. Cuando él me preguntó si yo podía poner a su disposición un terreno o algo para su mitin, acepté por solidaridad. Es eurodiputado.

P. ¿Tiene miedo de que este mitin y su recibimiento en el ayuntamiento pongan en riesgo las relaciones de Perpiñán con el Gobierno español?

R. Mira, yo estoy en una posición de equilibrios en el tema del independentismo catalán. Cuando Pedro Sánchez vino hace unos meses por el aniversario de la Retirada, yo fui el único político de la región que le recibió. De la misma manera, hoy acojo a Puigdemont, que es eurodiputado. Mi posición siempre ha sido la misma: yo estoy a favor de un referéndum en todo España, incluyendo Cataluña. Por eso yo puedo ser criticado por Madrid y, al mismo tiempo, por Barcelona. Es una posición personal, porque parte de mi familia es de Cataluña y otros abuelos son valencianos. Creo conocer el conflicto por completo.

placeholder Jean-Marc Pujol, con Quim Torra, tras entregarle la medalla de honor y ponerse un lazo amarillo. (EFE)
Jean-Marc Pujol, con Quim Torra, tras entregarle la medalla de honor y ponerse un lazo amarillo. (EFE)

P. ¿Y ha hablado con Puigdemont de esto?

R. No, yo no entro a valorar la relación política entre Madrid y Cataluña. El recibimiento a Puigdemont es una forma de solidaridad entre dos alcaldes de Cataluña del norte y Cataluña del sur.

P. Tienen buenas relaciones.

R. Desde hace mucho. Relaciones normales, como también las tengo con Artur Mas. Relaciones de amistad y de proximidad.

P. ¿No tiene miedo de que esta situación acabe perjudicando a Perpiñán? Su ciudad está apenas a 30 kilómetros de la frontera con España.

R. Justo eso me permite ser libre como alcalde francés, aunque sea de origen español y catalán, y tener una posición de solidaridad, pero no política. Por eso recibo de la misma manera a Pedro Sánchez, a Quim Torra o a Puigdemont.

Foto: (Cedida)

P. Sí, pero quizás el conflicto se acaba externalizando a Perpiñán. Puigdemont vendrá más veces.

R. Siempre será bienvenido, porque vendrá como eurodiputado.

P. Puigdemont ha dicho que será su primer mitin "en Cataluña", porque él considera que Perpiñán es la capital de su Cataluña norte. ¿Está de acuerdo con ese imaginario independentista?

R. Creo que los catalanes del norte están muy ligados a la república francesa. Francia se debe a los catalanes y está en el corazón de la República que el desarrollo de esta idea pueda tener lugar.

P. En 2017, después del referéndum ilegal, usted dijo que el movimiento secesionista liderado por Puigdemont había ido demasiado lejos influenciado por movimientos extremistas. ¿Continúa pensando eso?

R. Yo siempre he dicho lo mismo: se ha producido una radicalización del conflicto y ha sido nefasto tanto en Cataluña como en España. Las soluciones judiciales son un problema. No me gustaron las decisiones de los tribunales españoles, aunque las respeto.

Es un problema condenar a 13 años de prisión a alguien que no ha matado a nadie

P. También ha dicho que el catalanismo ha tenido más influencia en España que en Francia, porque el centralismo republicano francés ha sido un éxito. ¿A qué se refiere?

R. España es un reino. Es un reino federal diverso con los andaluces, castellanos... Nosotros estamos dentro de una república. Y la integración a la República francesa siempre ha sido muy fuerte. En España, la prioridad ha sido dar poder a las autonomías. Es un reino que se compone de distintas entidades políticas, geográficas y culturales. En Francia, por el contrario, la república se ha impuesto en todos lados.

P. Hay algunos críticos, sobre todo en la derecha, que creen que si España hubiera sido más centralista, como Francia, el conflicto catalán no se podría haber desarrollado. ¿Piensa lo mismo?

R. No. Creo que entre un andaluz y un aragonés hay muchas diferencias. Igual que entre un castellano y un catalán. Hay un fenómeno cultural muy fuerte. Se ve muy bien en el perímetro de la lengua catalana. Ni los valencianos ni los mallorquines están de acuerdo con el movimiento independentista catalán en un paisaje teóricamente que pertenece al país catalán.

placeholder Jean-Marc Pujol, en su despacho. (C. B)
Jean-Marc Pujol, en su despacho. (C. B)

P. Cuando usted habla de resolver el conflicto de forma política, ¿a qué se refiere? ¿A la liberación de los políticos que están en la cárcel?

R. El error está ahí. Hace falta que el problema se arregle antes de que llegue a los tribunales. Yo soy abogado y conozco muy bien el tema. Mi padre estaba en Argelia y allí nos echaron sin que quisiéramos. Yo estoy seguro de que si España hace un referéndum, la mayoría de los catalanes votarán para seguir unidos a España.

P. ¿Pero cree que los políticos presos deben salir de la cárcel, pese a sus condenas? ¿España debería liberarles?

R. Sí, sí. Yo creo que podrían haber hecho arrestos domiciliarios y luego juzgarlos, pero en eso no me meto. Yo no entro en el debate del derecho español, pero siento que se podría haber arreglado de una forma más flexible. Me parece que es un problema condenar a 13 años de prisión a alguien que no ha matado a nadie.

P. ¿Qué consejo les daría a Puigdemont y a Sánchez?

R. Que se pongan de acuerdo. Ya lo han empezado a hacer, porque Pedro Sánchez ha sido investido por la abstención de ERC. Eso ha empezado, pero tienen que seguir arreglando el problema. Es lo que espera a la gente.

P. ¿Le dirá eso a Puigdemont?

R. Sí, claro. Por supuesto. Tengo convicciones. Yo mismo propuse al Gobierno español y al catalán usar un mediador como Manuel Valls. Deberían hacerlo. ¿Por qué no? El ex primer ministro francés tiene experiencia y es catalán de origen.

Yo mismo propuse al Gobierno español y al catalán usar un mediador como Manuel Valls. Deberían hacerlo. ¿Por qué no?

P. Otros políticos de Perpiñán dicen que usted lleva un doble discurso respecto de Puigdemont y la independencia catalana. Le acusan de intentar capitalizar la visita de Puigdemont para recuperar los votos pero, al mismo tiempo, ser muy ambiguo.

R. ¿Quién dice eso?

P. Gente del equipo de Romain Grau [el candidato de En Marche, la plataforma de Emmanuel Macron, que también ha apoyado la llegada de Puigdemont].

R. Grau ha estado en el Gobierno. Y estuvo a favor de una presdiposición del Gobierno para no ser solidario con Puigdemont. Dos días más tarde, ha cambiado de idea. Además, forma parte de la República en Marcha, que apoya al Gobierno español. El señor Aliot [el candidato de ultraderecha de Reagrupación Nacional] le ha preguntado al primer ministro sobre el tema y este le ha confirmado que el Gobierno francés apoya al primer ministro español y a su Gobierno. Y Grau es un diputado de la República en Marcha.

P. ¿Por qué el señor Aliot está en contra de la visita de Puigdemont?

R. Por la posición de Vox. Son amigos.

P. Siempre se dice que el sur de Francia es catalanista en lo cultural pero neutro en lo político. No he visto lazos amarillos en las calles ni gente hablando la lengua catalana.

R. No. En las pasadas elecciones, hubo gente que se presentó con la marca 'catalana', pero apenas consiguió el 2% o el 3%. Aquí la relación y la influencia es sobre todo cultural. Pero por una razón: no hay que olvidar que no solo hay catalanes en Perpiñán, sino también gente de origen español. Hace unos años, llegaron muchos republicanos de todas partes de España. Nunca ha habido un catalanismo político. Jamás. Puedes intentarlo, pero consigues el 2-3%.

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y el 'president' Quim Torra. (EFE)

P. ¿Está preocupado por el hecho de que Perpiñán se convierta en la primera ciudad con más de 100.000 habitantes en 25 años que sea gobernada en Francia por la ultraderecha?

R. Le gané las elecciones al señor Aliot en 2014 y lo voy a volver a hacer. Lo que más me inquieta hoy es la subida del populismo y de Reagrupación Nacional (RN) [el partido de ultraderecha liderado por Marine Le Pen]. En Perpiñán, después de 30 años, RN consigue el 30% de los votos. Pero en las elecciones europeas, el antiguo Frente Nacional quedó el primero en 70 departamentos de 100. Perpiñán ya no es una excepción. La gente está cada vez más harta de que se prohíban cosas.

P. ¿Ha pensado cancelar el mitin de Puigdemont por el coronavirus? Italia ha cerrado los colegios de Milán durante una semana y se han puesto en cuarentena varios pueblos. Marine Le Pen ha hablado de cerrar la frontera y el ministro de Sanidad ha reconocido que se cierne un gran problema sobre las puertas francesas.

R. No tenemos problema aquí en Perpiñán. Por ahora.

El día en que Jean-Marc Pujol se puso su primer lazo amarillo, le llamaron oportunista. Era el 31 de agosto de 2018 y el alcalde de Perpiñán iba a entregar la medalla de honor de la ciudad a Quim Torra. "Pujol se había comprado el lazo ese mismo día, nunca antes lo había llevado, y cuando se fue Torra, lo tiró", cuenta Brice Lafontaine, antiguo adjunto de Pujol en cuestiones catalanas en el ayuntamiento. "Con sus acciones anticatalanas, ha perdido un electorado. Ahora apoya a los prisioneros y exiliados políticos independentistas para recuperar un poco del voto catalán, pero yo creo que la gente no caerá en la trampa".

Carles Puigdemont Catalán Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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