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Gozo: cómo la isla más ultracatólica del Mediterráneo está saliendo del armario
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Malta, el país más conservador de la UE

Gozo: cómo la isla más ultracatólica del Mediterráneo está saliendo del armario

X sale cada lunes por la mañana de la casa de su conservadora familia en la ultracatólica Gozo y en el camino a su universidad a la también muy católica Malta se convierte en homosexual

Foto: 'Gay Pride' en Malta
'Gay Pride' en Malta

En el ferry que cubre los poco más de cinco kilómetros de distancia que hay entre la isla de Gozo y la isla de Malta se produce un extraño proceso. X, -llamémosle X- sale cada lunes por la mañana de la casa de su conservadora familia en la ultracatólica Gozo y en el camino a su universidad a la también muy católica Malta se "convierte" en homosexual.

Los viernes por la tarde, sin embargo, se produce el fenómeno inverso y X, exactamente en ese mismo trozo de mar pero en sentido contrario al retornar a casa el fin de semana, se transforma en un heterosexual aparente y aceptable para las normas y costumbres de sus padres y tierra. La sensación de libertad depende de donde uno viene y a donde uno va. Malta, la isla principal del único país de la UE que prohíbe cualquier tipo de aborto, aprobó en referéndum el divorcio en 2011 con un 52% de apoyos y el matrimonio homosexual en 2017, puede ser un espacio de libertad sexual si se viene de la pequeña y cerrada isla hermana de Gozo.

Foto: Demonstration demanding justice over the murder of journalist daphne caruana galizia in valletta

"Hay jóvenes de 17 y 18 años que salen del armario al venir a la universidad a Malta y cuando regresan a Gozo vuelven a entrar al armario. Un joven gay en Gozo debe salir de la isla para poder ser gay", explica a Eman Borg, presidente del LGTBI+Gozo, a El Confidencial. No es homogéneo el rechazo, ni la forma de ese rechazo, ni tampoco todos, incluso entre los católicos, participan de él. Pero de vez en cuando, en ese silencio de las sociedades vacías y estrechas, hay un labio roto, un llanto, un grito...

Frontera cristiana y musulmán

"Mis amigos me apoyan y les gusta mi forma de expresarme y mi sexualidad. Buena parte de mi familia, especialmente mi prima pequeña y mis tíos, también. Mi padre, por supuesto, siendo un conservador y tradicional macho alfa está muy en contra y hemos tenido muchas peleas, algunas físicas", reconoce Neville Sultana, un joven homosexual nacido en Xaghra, un pequeño municipio de la isla de Gozo de algo más de 4.000 habitantes.

"No puedo vivir la vida que quiero. Ser gay en Gozo no es fácil. El tradicionalismo está en todas partes. Estigmas y discriminación, también. No hay lugares donde puedo quedar con gente como yo en esta isla", explica Andrea Muscat, otro joven homosexual de Gozo que estudia en la vecina Malta.

placeholder Ta Pinu, en Gozo (J.B.)
Ta Pinu, en Gozo (J.B.)

Gozo es un micromundo bello y tranquilo donde están los templos más antiguos que hay en la tierra, Ggantija, y 46 iglesias, para que puedan practicar el culto sus cerca de 31.000 habitantes, repartidas en sus 67 kilómetros cuadrados. Como Malta, la isla ha vivido durante siglos la tensión de vivir entre la frontera del mundo cristiano y el mundo musulmán. Invadida y saqueada en 1551 por las tropas otomanas, la isla fue cimentando un fervor religioso en el que las instituciones eclesiales asumieron el poder civil.

Se encerraron y defendieron con muros y plegarias, tan válidas como cualquier creencia, y en esa lejanía de todo los rezos se convirtieron en normas. Hasta que cambiaron los tiempos, los vuelos baratos e internet lo acercaron todo, y un viajero al que siguieron otro montón de viajeros fueron apareciendo allí para enseñar el siglo XXI, según algunos, e importar vicios, según otros. "Malta se ha convertido en un destino preferente del llamado turismo gay. Hoy buena parte de mis clientes vienen de ese sector", explica Silvia Quiroga, guía turística desde hace 15 años en la isla.

"El fenómeno del turismo gay es muy reciente. Internet hace 10 años lo cambió todo. La Iglesia ha perdido su poder y hoy en Malta hay un 50% de gente que apoya todo lo que la Iglesia dice y un 50% que no", señala Eman Borg, un joven que en 2017 recibió de manos de la propia Reina de Inglaterra el premio Queen's Young Leader por su lucha por los derechos del colectivo LGTBI.

Foto: Robert Abela. (Reuters)

La tranquila y católica Malta es también la tranquila y gay Malta. El turismo gay ayudó a sacar del armario a golpes de selfies y propinas a unas islas hasta entonces acostumbradas a practicar la sexualidad entre iguales de género dentro de una cajonera. "Ahora hay mucha gente mayor en Gozo que está admitiendo su homosexualidad. Antes eran gente soltera que vivía con sus padres para no ser tachados de gays", explica Borg. ¿Te sientes libre de vivir tu homosexualidad en Gozo? "No siento miedo ni ataduras de ser yo en Gozo, sólo estoy cansado de varios trogloditas que me siguen mirando y haciendo comentarios porque no aceptan que un chico se maquille o lleve ropa femenina", dice Neville.

Auténtica devoción por Dios

Al otro lado, a veces no tan lejano, hay un fervor religioso cimentado durante generaciones. El Santuario de la Virgen de Ta'Pinu, en Gozo, es la casa de esas creencias. Luce con orgullo las placas del vehículo que llevo hasta allí al papa Ratzinger, CBT-147, y con devoción los trozos de cabello, prótesis, pijamas de bebé o escayolas que sus fieles llevaron para reconocer a la virgen sus milagros.

placeholder Ta Pinu. (J.B.)
Ta Pinu. (J.B.)

Los muros de la basílica, tras el altar, son un museo de agradecimientos y voluntades. La Madre de Jesús intercedió por fieles que sufrieron graves accidentes de coche ocurridos en Australia (mucha gente de Gozo emigró allí a ganarse la vida en pasadas décadas), bebés que daban por muertos o piernas que no debían volver a poder caminar. Desde ese lugar habló alguna vez a sus fieles el obispo Mario Grech, el llamado por los sectores ortodoxos de la Iglesia obispo pro-gay por apoyar los colectivos homosexuales.

"Debo confesar que enfrento la urgencia de esta necesidad mientras escucho a las familias de homosexuales, así como a las mismas personas que tienen esa orientación, y se sienten heridos por el lenguaje dirigido hacia ellos en ciertos textos como por ejemplo el Catecismo de la Iglesia Católica. Estas personas luchan por mantener viva su fe como por cultivar su sentido de pertenencia filial a la Iglesia", fueron las palabras en 2014 del entonces obispo de Gozo y presidente de la Conferencia Episcopal de Malta tras sus varios encuentros con el Drachma Parents Group, una asociación católica de padres con hijos del colectivo LGBTI.

El prelado, que el Papa Francisco se ha llevado a Roma al nombrarlo recientemente como prosecretario del Sínodo de Obispos, sacudió con sus ideas una isla acostumbrada a que los únicos cambios importantes que venían del cielo eran la lluvia o el viento. En 2018, en la televisión maltesa, Grech volvió a abordar el tema y dijo que "los homosexuales tienen derecho a no ser juzgados y a ser respetados como pareja". Otra vez un trueno resonó en algunas conciencias.

Foto: El conservador Kyriakos Mitsotakis se ha convertido en el nuevo primer ministro griego con una cómoda victoria frente a la Syriza de Tsipras. (Reuters)

Todo ha pasado deprisa en un lugar en el que todo pasa muy lento. En 2006, el Eurobarómetro señalaba que el 73% de los malteses estaban en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. En 2015, sólo nueve años después, el mismo Eurobarómetro afirmaba que el 65% de los malteses estaba a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.

"Uno nace maltés y es automáticamente católico. Para muchos malteses el catolicismo es cultura. Nosotros estamos sufriendo ahora que la Iglesia en el pasado haya entrado en la política", dice Costantino Misfud, un maltés creyente y miembro de varias activas organizaciones católicas. Él forma parte de esa nueva comunidad católica que aboga por modernizar propuestas sin perder la esencia de su fe para la que pide un respeto que a veces echa en falta.

placeholder El 'Orgullo' en Malta (Gay Pride Malta)
El 'Orgullo' en Malta (Gay Pride Malta)

"Ahora hay libertad para que la gente crea lo que quiera. Yo tengo también el derecho de hablar y a veces siento que mi voz no se escucha. Los que apuestan por la libertad muchas veces no aceptan lo que yo pienso", dice uno de esos católicos cansados de sentir que sus pensamientos se menosprecian por rancios. "Si hablas del aborto o de temas LGTB, por ejemplo, te dicen que eres homófobo. Con respeto se puede hablar de todo", explica.

La prisión de una isla

Es cierto en todo caso que la Iglesia en Malta ha perdido influencia directa en la vida política, pero sigue teniendo un enorme poder social y territorial. "Siguen siendo dueños de la mayor parte de las tierras. Un joven de Gozo muchas veces sólo tiene como espacio social lugares relacionados con la Iglesia. Nosotros mismos nos reunimos allí. El cura es verdad que es muy abierto, pero en todo caso quedamos obligatoriamente en un espacio religioso porque no hay otro", dice un Eman Borg que reconoce que "yo mismo estudié para ser cura. Para mi familia fue un impacto saber que era gay. Hace 30 años un gay en Gozo iba a Malta o emigraba". ¿Sientes homofobia? "En Gozo la homofobia son ataques por internet y algunas amenazas, pero no hay un problema de odio, hay un problema de que se niega el tema gay como si no existiera".

Foto: Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan. (Reuters)

"No hay bares ni lugares para lesbianas en Gozo. Debes emigrar a Malta. Una compañera ha sufrido ataques en redes sociales hasta de su propia familia de Gozo", explicaba Graziella Scerri, una lesbiana "gozitana" que narraba en televisión que en sus primeros 20 años de vida en su pequeña isla "no encontré a nadie que tuviera mi sexualidad ni con el que poder hablar de ella".

¿Te vistes o comportas distinto en Gozo que en Malta? "Yo puedo ser yo mismo en Malta. Actúo y explico mis deseos de forma distinta allí", responde Muscat. "Trato de no actuar o vestirme de manera diferente, pero a veces no se puede evitar hacerlo para mantener la paz con mi familia más cercana", señala por su parte Neville. ¿Puede una persona LGTBI vivir su sexualidad con libertad en Gozo o debe ir a Malta? "Honestamente depende de dónde, pero me siento que en Malta soy mucho más libre de ser yo mismo porque la sombra de mi padre no alcanza hasta allí. En Gozo tiene algo de poder pero en Malta está mi reino", responde un joven acostumbrado a ser rechazado como si sufriera una tara por el hombre que le dio la vida.

En el ferry que cubre los poco más de cinco kilómetros de distancia que hay entre la isla de Gozo y la isla de Malta se produce un extraño proceso. X, -llamémosle X- sale cada lunes por la mañana de la casa de su conservadora familia en la ultracatólica Gozo y en el camino a su universidad a la también muy católica Malta se "convierte" en homosexual.

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