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Partisanos contra el ¿fascismo? de Salvini: una elección que puede reinventar Italia
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Elecciones clave en Emilia-Romaña

Partisanos contra el ¿fascismo? de Salvini: una elección que puede reinventar Italia

Hay opciones para que la coalición liderada por la Lega de Salvini obtenga el poder en los comicios de Emilia-Romaña del 26 de enero. Y esto podría derrumbar el gobierno nacional

Foto: Matteo Salvini en un mítin en la región italiana de Emilia-Romaña. (Reuters)
Matteo Salvini en un mítin en la región italiana de Emilia-Romaña. (Reuters)

En un bajo de la Vía San Felice 25, en Bolonia, empiezan a sobrar sillas. En una sala oscura, colocadas en orden, frente a un cartel con un mapa que recuerda batallas y fechas, dos banderas, un estandarte y una pintura de aquellos que fusilaron, las butacas sufren un goteo de ausencias.

La lucha fue hace más de 75 años. Muchos ya murieron y otros, ya ancianos, manejan con dificultad la memoria y la garganta. La Asociación Nacional de Partisanos de Italia (ANPI), en su casa, Emilia-Romaña, siente que nunca, desde los años del fusil y puchero en las montañas, ha sido más actual que ahora. El bastión de la izquierda, la ciudad roja, puede cambiar históricamente de bando desde los tiempos en los que los últimos reductos de las tropas de Mussolini y los soldados nazis controlaban estas tierras.

Foto: El escritor Antonio Scurati.

Desde entonces gobernó la izquierda y ahora, según las encuestas, hay opciones para que la coalición conservadora liderada por la Lega de Matteo Salvini obtenga el poder en los comicios regionales del 26 de enero. Emilia-Romaña vuelve a convertirse en muro del ¿fascismo?, si es que tiene algún significado ya esa palabra, si es que el fascismo, manoseado por todos, existe como en los años del Duce.

La izquierda, la iglesia y el fascismo

Los nuevos tiempos vienen con grandes tragaderas: 'Bella Ciao' se convirtió en una canción de discoteca, fascismo es para la izquierda todo lo que está a su derecha, el rosario vuelve a asomarse a los mítines y los más viejos, los que enterraron colegas bajo montículos de piedras, sienten que tienen una historia que contar que nadie quiere oír: hubo un tiempo en que personas de diversos colores e ideas se unieron para luchar contra el totalitarismo en Italia.

"Los partisanos no eran todos comunistas. Es verdad que en Emilia-Romaña la presencia de comunistas entre los soldados era masiva, pero hubo también gente de la democracia cristiana luchando contra el fascismo. La gente se rebeló contra una situación personal y familiar. Hubo hombres y mujeres en esa lucha. Muchas mujeres fueron claves como correo de armas, alimentos y órdenes", explica Anna Cocchi, presidenta del ANPI en Bolonia.

Esa mezcla de ideas es poco conocida fuera de Italia. Los partisanos son un movimiento guerrillero que se asimila al comunismo, pero entre sus filas hubo una verdadera transversalidad ideológica. "La resistencia era un movimiento plural. Durante el fascismo, especialmente en el ámbito intelectual, se generó una oposición plural en la que había comunistas, socialistas, republicanos, cristianos. Muchos cristianos lucharon de forma activa o pasiva contra el fascismo. Hubo sobre todo una resistencia moral. En Roma todas las iglesias y monasterios ocultaron guerrilleros y judíos. Hubo una resistencia sin fusil y una resistencia armada dentro del movimiento católico", añade Maurizio Gentilini, secretario nacional de los Partisanos Cristianos.

Foto: Dos ancianos en Orgosolo, un pueblo de Cerdeña. (Reuters)

Lo cierto es que El Vaticano sí firmó en 1929 un acuerdo con Mussolini como Primer Ministro, los Pactos de Letrán, que le dieron a la Santa Sede su actual independencia del resto de Italia. La cúpula eclesial apoyó o consintió el fascismo. Sin embargo, una parte de las bases cristianas, especialmente los intelectuales, se rebelaron contra él.

¿Es Salvini un verdadero fascista?

Hoy quedan vivos unos 4.000 combatientes partisanos en Italia. Lombardía y Emilia-Romaña, las dos regiones del rico norte, son las asociaciones más numerosas. Allí está el germen de una lucha que hoy regresa a una trinchera más fácil, porque hoy en política todo es más sencillo de distinguir: "Hoy hay solo izquierda y derecha en Italia", explica Cocchi. ¿Y dónde está el movimiento partisano? "Los partisanos son antifascistas y demócratas". ¿Salvini y lo que representa Salvini es fascismo? "Salvini es un riesgo para las ideas partisanas. Es fascismo. Hace manifestaciones totalitarias como el fascismo", opina Cocchi.

Otros no están de acuerdo, como Gentilini, que cree que el término "fascista" no es correcto: "Hay una tendencia a llamar fascismo a todo. A Salvini se le puede llamar racista o insolidario, pero no fascista porque ese es un término del pasado. Quizá hoy hay peligros mayores sociales y culturales", dice el secretario general de los partisanos cristianos. "La Resistencia fue unitaria para crear la Constitución Republicana. La Constitución es fruto de la convergencia de todas las ideologías. La medicina contra el fascismo es la Constitución", señala Gentilini.

Foto: Una manifestante a favor del movimiento de las sardinas. (Reuters)

En este mismo sentido, una de las personas que más ha investigado y sabe sobre el fascismo es el historiador italiano Emilio Gentile, que dio una respuesta significativa en un reportaje reciente de la BBC ante esta pregunta: "¿No cree que exista el peligro de un retorno del fascismo?" "No, no lo creo absolutamente porque en la historia nada vuelve, ni siquiera de una manera diferente. Lo que existe hoy es el peligro de una democracia que, en nombre de la soberanía popular, puede asumir características racistas, antisemitas y xenófobas. Pero en nombre de la voluntad popular y de la democracia soberana, que es absolutamente lo opuesto al fascismo, porque el fascismo niega absolutamente la soberanía popular".

El problema para la izquierda, incluso donde su ideario es sede y patria como Emilia-Romaña, es que anda desorientada y alejada justamente de esa soberanía popular. "Han perdido la calle. La izquierda ha dejado de estar cerca de la gente y la extrema derecha ha ocupado rápido ese espacio", dice Sonia, una boloñesa de izquierda desencantada y asustada ante la llegada de Salvini y lo que para ella representa. "Si gana aquí gobernará rápido en toda Italia. En Bolonia no puede haber fascismo de nuevo", ruega una mujer de 50 años muy cerca del monumento de la Piazza Maggiore a los partisanos caídos en la guerra.

Todos los analistas coinciden en el diagnóstico de esa lejanía de la izquierda con sus votantes, pero nadie encuentra la forma de arrebatarle a Salvini su conexión con las masas. Insultarle, tacharle de fascista o regodearse con que es un inculto no parece dar resultado para detener su imparable ascenso. Quizá porque el líder de la Lega trabaja más que ninguno de los que le atacan y se mete cada día en fábricas, arados y mercados a escuchar a la gente mientras la izquierda sigue encaramada a un púlpito intelectual donde les habla a los italianos de moralidad y ética, conceptos que no les solucionan a los votantes su miedo a pasar hambre.

"La extrema derecha está hoy más cerca de los trabajadores. La izquierda ha perdido el contacto con sus bases. Confío en que en Emilia-Romaña acabe venciendo el Partido Democrático (izquierda). Si Salvini gana en Emilia-Romaña se irá a elecciones generales y gobernará la extrema derecha. El peligro no es Salvini, que no tiene un proyecto político, es Giorgia Meloni (líder del partido de extrema derecha Hermanos de Italia y socia de la coalición con Salvini) que sí tiene un claro programa de extrema derecha", mantiene Cocchi.

"El peligro no es Salvini, que no tiene un proyecto político, es Giorgia Meloni que sí tiene un claro programa de extrema derecha", mantiene Cocchi

"Hay que diferenciar entre popularismo y populismo. El popularismo es un movimiento político de los años 20 próximo al movimiento cristiano. El popularismo, que estaba con la gente en la calle, se ha sustituido por el populismo que saca lo peor de la gente. Da soluciones radicales e irreales a problemas que ellos inventan", explica Gentilini. ¿Salvini gobernará en Italia si la Lega vence en Emilia-Romaña? "Tengo una gran certeza: la política no es definitiva, la política es el arte de lo posible", concluye el partisano cristiano.

La sensación en Italia es que si cae Bolonia, esa ideología —fascismo, extrema derecha o como lo quieras llamar— gobernará toda Italia. La revuelta de las sardinas, un grupo de jóvenes boloñeses que inventaron un movimiento para contrarrestar el poder de la derecha en sus abarrotados mítines, ha sido hasta ahora la única respuesta en las calles de la Italia progresista. Pero las sardinas y su enorme altavoz mediático nacen de la sociedad civil, no de una formación política de la izquierda capaz de aglutinar ese movimiento.

¿Genera entusiasmo un programa que como mayor reclamo tiene impedir que gobierne otro? Ese es el Talón de Aquiles de la izquierda, la falta de entusiasmo y credibilidad entre sus votantes. "La ANPI en Bolonia tiene más afiliados que el gubernamental PD", asegura Cocchi, ofreciendo un dato que habla de la debilidad social de los partidos progresistas en su propia región sagrada. Los partisanos, viejos y nuevos, que aceptan el "partisanismo" como una serie de valores sociales y un compromiso moral contra el fascismo y los totalitarismos, intentan frenar la que sería victoria histórica de la derecha. La duda es si la fórmula 'Bella Ciao' y Sardinas será suficiente para parar al huracán Salvini. La "región roja" está en riesgo.

En un bajo de la Vía San Felice 25, en Bolonia, empiezan a sobrar sillas. En una sala oscura, colocadas en orden, frente a un cartel con un mapa que recuerda batallas y fechas, dos banderas, un estandarte y una pintura de aquellos que fusilaron, las butacas sufren un goteo de ausencias.

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