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Se busca euroescéptico con 500.000 libras para repicar el Big Ben por el día del Brexit
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Se busca euroescéptico con 500.000 libras para repicar el Big Ben por el día del Brexit

A Boris Johnson se le ocurrió una "genial" idea: montar una campaña de 'crowdfunding' entre los ciudadanos para pagar las 500.000 libras que cuesta poner en marcha el Big Ben

Foto: La bandera británica y el Big Ben. (Reuters)
La bandera británica y el Big Ben. (Reuters)

Las campanas de las grandes torres pueden ponerse a sonar de manera repentina ante episodios trascendentales. Eso es lo que cuentan en el Reino Unido las leyendas medievales. Pasó supuestamente con la catedral de Canterbury, cuando cuatro caballeros asesinaron a Thomas Becket en 1170. La pregunta ahora es si también ocurrirá algo sobrenatural con el Big Ben el próximo 31 de enero, cuando el país abandone oficialmente la UE. La manera en la que el emblemático reloj debe —o no— marcar fecha tan señalada se ha convertido en cuestión de Estado.

Para los euroescépticos, después de casi cinco décadas llega, al fin, "el día de la liberación". Para los europeístas, todo sigue siendo "un gran error", consecuencia de un referéndum donde la campaña pro-Brexit cometió infinitud de irregularidad.

Foto: Un grafiti en Belfast. (Reuters)

Pero, más que en conjeturas morales, para el Gobierno del euroescéptico Boris Johnson el dilema reside en una cuestión económica. El Big Ben —apodo de la Great Bell— lleva en silencio desde 2017 por unas obras de restauración en la torre Elizabeth. Y la estructura y trabajos extranecesarios para que el 31 de enero a las 23.00 hora local (media noche en Bruselas) recobre su "voz" tiene un coste nada despreciable de 500.000 libras.

La genialidad de Boris

Cuando la semana pasada 60 diputados 'tories' escribieron una carta solicitando oficialmente el repicar de campanas, el Ejecutivo consideró poco apropiado utilizar 500.000 libras de las arcas públicas para tal misión.

Eso sí, durante la primera entrevista concedida tras ganar una abrumadora mayoría absoluta en las elecciones generales del pasado mes de diciembre, a Boris Johnson se le ocurrió una "genial" idea: montar una campaña de 'crowdfunding' entre los ciudadanos. "We are working up a plan so people can bung a bob for a Big Ben bong", dijo. La traducción pierde bastante porque, al fin y al cabo, la clave está en la aliteración que tanto le gusta al líder 'tory', que ya de por sí tiene su peculiar estilo al hablar. Sería algo así como "estamos trabajando en un plan para que la gente pueda poner dinerillo para el tolón del Big Ben".

Y la respuesta no se hizo esperar. La campaña euroescéptica 'StandUp4Brexit' ha creado una campaña de 'crowdfunding' que lleva recaudadas ya más de 200.000 libras. Entre otros, Arron Banks —el mayor mecenas de la historia de la política británica por invertir 9 millones de libras en la campaña de Leave.EU en el referéndum del Brexit de 2016— ha donado ahora 50.000 libras.

Sin embargo, la Comisión de la Cámara de los Comunes, presidida por el nuevo Mr. Speaker, Lindsay Hoyle, considera que el dinero no puede utilizarse debido a las normas parlamentarias sobre donaciones. La decisión ha desencadenado la furia por parte de los parlamentarios más euroescépticos. Ante la polémica, el Mr. Speaker ha animado al inquilino de Downing Street a presentar el próximo lunes una moción al respecto para que la cuestión sea votada en la Cámara Baja.

Foto: El primer ministro británico, durante la campaña electoral. (EFE)

Pero en medio de toda la confusión, un portavoz de Downing Street asegura ahora que, aunque se alcance la cantidad requerida y los diputados den su consentimiento, no hay garantías de que los trabajos se puedan realizar a tiempo para hacer sonar la famosa campana. 'StandUp4Brexit' ha anunciado que en caso de que no fuera posible por cuestiones técnicas, donará el dinero a la ONG 'Help For Heroes', que ayuda a militares y sus familias.

A caballo regalado no le mires el diente

El 'tory' euroescéptico por excelencia Jacob Rees-Mogg, convertido ahora en el responsable de la Cámara de los Comunes, señala que "a caballo regalado no le mires el diente". "Si la gente quiere pagar de su bolsillo estas cosas creo que eso debería considerarse como parte de su espíritu británico", matiza. Previamente, cuando el famoso reloj de más de 160 años ha estado funcionando, se ha silenciado en momentos solemnes para el país, como el funeral de Winston Churchill o Margaret Thatcher.

Suene o no ahora, el protagonista del triunfo del Brexit, Nigel Farage, ha conseguido los permisos necesarios para celebrar el 31 de enero por la noche una fiesta en los jardines frente Westminster donde participaran las estrellas euroescépticas del momento. Lo único que, al estar en obras, no se ha permitido utilizar fuegos artificiales tal y como quería.

Por su parte, en Bruselas, intentando que no sea nada demasiado solemne, bajarán la bandera británica y luego la llevarán a la Casa de la Historia Europea para marcar la salida del Reino Unido del bloque.

Las campanas de las grandes torres pueden ponerse a sonar de manera repentina ante episodios trascendentales. Eso es lo que cuentan en el Reino Unido las leyendas medievales. Pasó supuestamente con la catedral de Canterbury, cuando cuatro caballeros asesinaron a Thomas Becket en 1170. La pregunta ahora es si también ocurrirá algo sobrenatural con el Big Ben el próximo 31 de enero, cuando el país abandone oficialmente la UE. La manera en la que el emblemático reloj debe —o no— marcar fecha tan señalada se ha convertido en cuestión de Estado.

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