La Eurocámara inicia el proceso para levantar la inmunidad a Puigdemont y Comín

Ha pasado casi una semana desde que el Tribunal Supremo se decidió a pedir el suplicatorio al Parlamento Europeo, es decir, el levantamiento de la inmunidad de Carles Puigdemont y Toni Comín, y el inicio del procedimiento formal. Ha ocurrido en la mañana de este jueves, el último día posible de esta sesión. Si no se anunciaba en la apertura de esta jornada, había que esperar hasta la siguiente reunión del plenario, el 29 de enero.

“Las autoridades españolas se han dirigido al presidente de la Eurocámara para solicitar el levantamiento de la inmunidad de Puigdemont y Comín para poder seguir con las investigaciones judiciales contra estos dos eurodiputados”, ha anunciado Ewa Kopacz, una de las vicepresidentas de la institución, perteneciente al Partido Popular Europeo (PPE).

La Eurocámara recibió el suplicatorio el pasado lunes y, desde entonces, los servicios jurídicos del Parlamento Europeo han estado revisando la documentación para asegurarse de que todo estaba en orden. Fuentes europarlamentarias explicaban que no se iba a hacer nada con prisa, que se iba a seguir exactamente la misma coreografía que con el resto de suplicatorios.

El proceso a partir de este momento es el siguiente: ahora llegará hasta la comisión de Asuntos Jurídicos, que, de hecho, se reúne este jueves, donde se asigna a un ponente (algo así como el encargado de realizar un informe sobre la necesidad de levantar o no la inmunidad), se celebran una serie de audiencias con el afectado y finalmente se vota el informe elaborado por el ponente. La última palabra la tiene el pleno, que decide si apoya o no el informe elaborado por la comisión jurídica, levantando o no la inmunidad.

No es un procedimiento extraño: la Eurocámara tramita un importante volumen de suplicatorios en cada legislatura

Según fuentes parlamentarias, el voto en el pleno podría celebrarse sobre el 12 de mayo, pudiendo retrasarse hasta junio en caso de que Carles Puigdemont y Toni Comín no puedan acudir a la primera ocasión en la que se les convoque. Otras fuentes se muestran más cautas: creen que es viable esa fecha, pero también señalan que pueden pasar muchas cosas durante el proceso que retrasen la votación y apuntan a que se podrá saber con más exactitud después de la próxima reunión de coordinadores de la comisión, que se celebrará dentro de 10 días.

No es un procedimiento extraño: la Eurocámara tramita un importante volumen de suplicatorios en cada legislatura. En muchas ocasiones, los mismos eurodiputados acuden a la comisión de Asuntos Jurídicos pidiendo que se les levante la inmunidad, para poder acudir a un juicio en su Estado de origen. En la anterior legislatura, se recibieron 60 suplicatorios, siendo aprobados 55 de ellos.

No hay tiempos concretos ni exactos. Según varias fuentes, lo mínimo que puede tomar el proceso son dos meses, y lo máximo que se debería dilatar es medio año. Pero todos conocen casos que han acabado extendiéndose en el tiempo mucho más allá de los seis meses. Porque la presidencia pone trabas, aunque en este caso la presidencia está en manos de la familia política de Ciudadanos, o porque el ponente hace lo propio.

Tampoco está claro quién debería ser el ponente del informe sobre el levantamiento de la inmunidad de los dos eurodiputados: es un sistema rotatorio por el que se asignan dosieres por orden de llegada a los distintos eurodiputados elegidos (uno por cada grupo político) para llevar temas de inmunidad. Todo apunta a que recaerá sobre Kosma Zlotowski, eurodiputado polaco de los Conservadores y Reformistas, compañeros de grupo de Vox pero también de los estrechos aliados de Puigdemont en Bélgica, los nacionalistas flamencos del N-VA.

¿El suplicatorio es un juicio?

Puigdemont y Comín tienen un interés fundamental: convertir el proceso del suplicatorio en una especie de juicio a la Justicia española, demostrar los numerosos reveses que se ha llevado a nivel europeo y, de camino, convertirlo en un choque político que les hará ganar puntos para evitar que los eurodiputados levanten su inmunidad.

Los eurodiputados del PSOE, PP y Ciudadanos lo saben, y piden mantener el procedimiento del suplicatorio como lo que es: meramente técnico. El reglamento de la Eurocámara es claro: no es el papel de la comisión de Asuntos Jurídicos, ni del pleno en la votación posterior, entrar a valorar si los afectados son culpables o inocentes. “Esto no es un tribunal de Justicia, no somos un jurado”, señaló el pasado martes Iban García del Blanco, eurodiputado socialista que participa en la comisión parlamentaria.

La inmunidad de la que ahora gozan tiene un terreno bien acotado: pretende defenderles de una persecución política de algún Estado miembro

La inmunidad de la que ahora gozan Puigdemont y Comín tiene un terreno bien acotado: pretende defenderles de una persecución política de algún Estado miembro a raíz de sus actividades como eurodiputados. Un ejemplo de libro es el de Guy Verhofstadt, eurodiputado de la familia liberal, para quien la Justicia polaca ha pedido el levantamiento de su inmunidad por unas opiniones expresadas en la Eurocámara.

Pero claramente este no es el caso de los dos líderes independentistas, y distintas fuentes explican que eso no debería dejar espacio a un rechazo del suplicatorio. Pero la Eurocámara es tremendamente protectora con sus miembros, y si Puigdemont y Comín son capaces de alterar el ambiente, de caldear la atmósfera, pueden pescar bastantes votos contrarios al suplicatorio. Los votos para acabar con su inmunidad están ahí, parecen seguros, pero un buen puñado de ellos son bastante volátiles.