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¿Pudo evitarse el ataque de Londres? UK politiza el atentado en plena campaña
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El autor del atentado había sido condenado

¿Pudo evitarse el ataque de Londres? UK politiza el atentado en plena campaña

A diez días de las elecciones, 'tories' y laboristas politizan el atentado del puente de Londres, con dos víctimas mortales, intentando sacar rédito político

Foto: People embrace each other in front of placards and tributes to victims on london bridge in london
People embrace each other in front of placards and tributes to victims on london bridge in london

Si la vida es política, también lo es la muerte. O este es al menos el debate que se ha abierto en el Reino Unido tras el atentado terrorista del pasado viernes en el Puente de Londres, que vuelve a asolar al país en plena campaña electoral. El perpetrador, un terrorista con antecedentes que solo había cumplido la mitad de la condena. Las víctimas, jóvenes pro reinserción social. El héroe anónimo que desarmó al agresor, inmigrante polaco. ¿Están politizando los candidatos la tragedia? ¿Puede determinar el ataque el resultado de los comicios?

El pasado viernes, el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge celebró una conferencia sobre rehabilitación de presos, bajo el eslogan 'Learning Together' (Aprendiendo Juntos). El acto se celebró en Fishmongers' Hall, sede histórica del gremio de pescaderos, a pocos metros del emblemático Puente de Londres. Entre sus invitados estaba Usmar Khan, de 28 años. Hacía apenas un año que había salido de la cárcel, tras cumplir la mitad de una condena de 16 años por planear atentados yihadistas. Estaba obligado a llevar una pulsera de localización remota, para tener controlados sus movimientos y le permitieron acudir a la capital.

Foto: Un grupo de oficinistas observa la escena del crimen. (EFE)

En teoría, debía explicar cómo en su estancia en la cárcel se había dado cuenta, según explicó en su momento su abogado defensor, que el pensamiento islamista extremista no era correcto. Pero, en su lugar, empezó a apuñalar a la gente con dos grandes cuchillos de cocina que se había adherido a los brazos y amenazar con explotar el edificio con un chaleco con explosivos, que luego resultó ser falso.

El terrorista acabó con la vida de Saskia Jones, antigua estudiante de la Universidad de Cambridge, de 23 años y que quería especializarse en "apoyar a las víctimas de injusticias criminales", y Jack Merritt, de 25 años, coordinador de las conferencias y que "siempre tomaba el lado de los desvalidos", según sus respectivas familias. Minutos después fue abatido a tiros por la Policía.

David Merritt señaló que su hijo no querría que su muerte "fuera utilizada como pretexto para imponer sentencias más draconianas o detener a personas innecesariamente"

En las calles británicas hay ahora alrededor de 74 individuos acusados en su día por terrorismo que solo han cumplido la mitad de sus condenas. Desde el atentado, dos de ellos han vuelto a ser arrestados. El domingo, Nazam Hussain, de 34 años, vinculado al terrorista del Puente de Londres, fue detenido bajo sospecha de preparación de atentados. El lunes, Yayha Rashid, de 23 años, fue arrestado por no notificar a la Policía que disponía de un nuevo número de teléfono y correo electrónico.

En la recta final de unos comicios adelantados decisivos para el futuro del Brexit, la velocidad mostrada por el 'tory' Boris Johnson para hablar de su plan de endurecer las condenas para terroristas solo ha sido igualada por la celeridad con la que el laborista Jeremy Corbyn sacó a relucir el impacto en la seguridad ciudadana de la última década de austeridad del Gobierno.

placeholder Jack Merritt y Saskia Jones, víctimas del atentado el 29 de noviembre en Londres. (Reuters)
Jack Merritt y Saskia Jones, víctimas del atentado el 29 de noviembre en Londres. (Reuters)

David Merritt, el padre de Jack, señaló en Twitter que su hijo no querría que su muerte "fuera ahora utilizada como pretexto para imponer sentencias más draconianas o para detener a personas innecesariamente". El sábado, retuiteó un artículo atacando a Johnson y Priti Patel, ministra de Interior, por "tratar de beneficiarse de una tragedia que se debe a los recortes 'tories'".

Por su parte, el líder de la oposición sugirió que el ataque estaba vinculado a guerras extranjeras que "alimentan el terrorismo y la inseguridad", conflictos a los que él se había opuesto. Para reforzar su argumento publicó incluso un video participando en la manifestación de 2003 'Parar la Guerra' asegurando: "Hace dieciséis años advertí que la invasión y ocupación de Irak desencadenaría una espiral de conflicto y odio que alimentaría las guerras, el terrorismo y la miseria de generaciones futuras".

Foto: Labour party leader jeremy corbyn delivers a speech on the nhs

El cruce de acusaciones no es nuevo. En 2017, los terroristas también dejaron su macabra huella en medio de una campaña electoral protagonizada por el Brexit, donde los conservadores acabaron perdiendo la mayoría absoluta. Aquel año, el Reino Unido sufrió hasta cinco atentados.

Como ahora, Corbyn también culpó de la situación a los recortes en el número de policías acometidos por un Gobierno 'tory' en el que Theresa May había estado seis largos años como ministra de Interior, antes de convertirse en primera ministra.

Corbyn no cree que los terroristas condenados tengan que cumplir "necesariamente" la totalidad de sus penas

Lo cierto es que los laboristas no quieren que la campaña se centre en seguridad. Son conscientes que las opiniones de su líder no son compartidas por un importante sector del electorado. El veterano político, de 70 años, asiduo a todo tipo de protestas durante su larga trayectoria como diputado rebelde, no cree que los terroristas condenados tengan que cumplir "necesariamente" la totalidad de sus penas.

Así lo recalcó durante la entrevista concedida a Sky el pasado fin de semana en la que, a raíz de la cumbre de la OTAN, trató de desviar la cuestión, como hace siempre que tiene oportunidad, a su tema favorito, la desigualdad, argumentando que la riqueza de la élite mundial era una causa de inestabilidad y conflicto.

Por su parte, la estrategia de Johnson durante sus intervenciones de los últimos días ha sido la de alejarse completamente del Gobierno 'tory' anterior. En una entrevista con el periódico Spectator, el 'premier' culpó de la reciente era de austeridad exclusivamente a David Cameron, y en su campaña electoral tan solo habla de los "primeros 100 días" de su gobierno, como si nada hubiera tenido que ver con las administraciones anteriores, como si no hubiera sido ministro en ese Ejecutivo con el que ahora marca distancias o diputado desde 2015 de la formación que ahora parece querer transformar. El 'premier' culpa de lo ocurrido a la legislación aprobada antes de 2010 por el Gobierno laborista. Aunque los tories han tenido diez años para poder cambiarla.

¿Pudo haberse evitado el atentado?

La cuestión: ¿pudo evitarse el atentado? Y la verdadera pregunta: ¿calma eso ahora el calvario que están atravesando los familiares de las víctimas?

Los detalles de la condena previa del terrorista por planear ataques contra el Reino Unido y su posterior puesta en libertad habiendo cumplido solo la mitad de la pena son confusos, complicados y, como señalan los expertos legales, no pueden atribuirse claramente a un solo Gobierno.

En 2003, la administración laborista aprobó la "Ley de Justicia Penal", que permitía que la mayoría de los delincuentes fueran liberados automáticamente a la mitad de sus sentencias, aunque la Junta de Libertad Condicional podía examinar los casos de presos peligrosos. Se introdujo el "Encarcelamiento por Sentencias de Protección Pública" (IPP, por sus siglas en inglés), para que los presos más peligrosos fueran encarcelados con duración indefinida.

Cinco años después, aún bajo la el Gobierno laborista, la "Ley de Justicia Criminal e Inmigración" eliminó el papel de la Junta de Libertad Condiciona, permitiendo que más presos fueran liberados automáticamente después de haber cumplido la mitad de su condena.

Foto: Identificado el autor del ataque. (EFE)

En cuanto al terrorista del Puente de Londres, en 2012, fue encarcelado por su participación en un complot para hacer explotar con una bomba la Bolsa de Londres. Recibió una sentencia del IPP, sin fecha de finalización.

Ese año, ya bajo el Gobierno de coalición de Conservadores y Liberal Demócratas, se aprobó la "Ley de Asistencia Legal, Sentencia y Castigo de Delincuentes" que eliminó las penas interpuestas por la IPP, pero no con carácter retroactivo. Las nuevas reglas también otorgaron a la Junta de Libertad Condicional un papel de control para las condenas de más de diez años de duración.

En 2013, cuando el terrorista apeló su sentencia indefinida, recibió una condena de 16 años, con la puesta en libertad automática después de cumplir ocho años. Finalmente, salió a la calle en diciembre de 2018, pero con una pulsera de localización remota, para tener controlados sus movimientos.

El primer ministro británico culpa ahora a los gobiernos laboristas previos a 2010 de haber aprobado unas leyes penitenciarias, a su juicio, defectuosas. Por su parte, el líder de la oposición considera que las políticas de austeridad de la última década y la privatización de una parte del sistema de prisiones ha erosionado la capacidad de las autoridades para controlar que se cumplen los requisitos de la libertad vigilada.

La vida es política, ¿también lo es la muerte?

Si la vida es política, también lo es la muerte. O este es al menos el debate que se ha abierto en el Reino Unido tras el atentado terrorista del pasado viernes en el Puente de Londres, que vuelve a asolar al país en plena campaña electoral. El perpetrador, un terrorista con antecedentes que solo había cumplido la mitad de la condena. Las víctimas, jóvenes pro reinserción social. El héroe anónimo que desarmó al agresor, inmigrante polaco. ¿Están politizando los candidatos la tragedia? ¿Puede determinar el ataque el resultado de los comicios?

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