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Encuentra en el sótano de su casa los audios originales del desembarco de Normandía
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EN UNA CABAÑA EN LAS AFUERAS DE NUEVA YORK

Encuentra en el sótano de su casa los audios originales del desembarco de Normandía

Un hombre creía tener almacenadas en su casa unas cintas de audio que no servían para nada. Cuál fue su sorpresa al escucharlas y descubrir que tenía un tesoro entre las manos

Foto: Soldados que esquivan fuego enemigo durante el desembarco de Normandía: (EFE)
Soldados que esquivan fuego enemigo durante el desembarco de Normandía: (EFE)

Bruce Campbell decidió dar un cambio radical a su vida. Natural de Florida, este hombre se mudó en 1994 a Mattituck, un bonito pueblo situado en el condado de Suffolk, en Nueva York (EEUU). Para ello, le compró la cabaña al vicepresidente de una compañía dedicada a la venta de equipos de grabación, pero cuando llegó allí se encontró con algo inesperado: una decena de casettes antiguas abandonadas en el sótano de su nuevo domicilio. Pero no sabía que tenía un tesoro.

Así, una de sus primeras labores en su nueva casa fue limpiarla y adecentarla, entre lo que incluyó meter todas estas cintas antiguas en una bolsa para tirarlas a la basura... pero algo le dijo que no lo hiciera. Así, decidió guardarlas para, en otro momento, echar un vistazo a su contenido, pero se olvidó por completo de ellas. Veinticinco años después, las volvió a encontrar por casualidad y decidió escucharlas. Tenía ante sí un documento único.

Foto: Hitler, pasándolo bien junto a su amiga Leni Riefenstahl. (Cordon Press)

Cuando Campbell, ahora de 63 años, escuchó lo que las cintas contenían, no daba crédito: se trataban de grabaciones de audio originales de uno de los momentos que cambiaron la historia del mundo, del Desembarco de Normandía. Eran sonidos que nunca habían visto la luz, en los que dos de los periodistas de guerra más importantes de todos los tiempos, George Hicks y Eduard R. Murrow, narraban lo que los soldados se encontraron en las playas francesas.

"¡Ahí vamos de nuevo, otro avión viene hacia nosotros! Justo sobre nuestra proa, los bombarderos alemanes están trazando un arco. Parece que vamos a tener una largo noche por delante. ¡A por ellos, chicos!", se puede escuchar en una de las grabaciones. Y es que se trata de documentos únicos y originales en los que varios de los reporteros de guerra que cubrieron el Desembarco de Normandía narran en primera persona lo que ocurre en tiempo real, según informa 'The New York Times'.

En total, las cintas tienen unos 13 minutos de audio, donde el sonido de las bombas, los disparos y los gritos de los militares se entrelazan con las narraciones de los periodistas, que trataban de explicar lo que sus ojos estaban viendo. Sin duda, uno de los mejores documentos que nunca antes se han obtenido al respecto, una verdadera joya que explica desde dentro lo que se vivió el Día D, el día que cambió el curso de la II Guerra Mundial.

Algunas partes de estos audios sí habían salido a la luz por otras fuentes, pero lo que nadie podía ni imaginar es que muchas décadas después del fin del conflicto bélico se pudieran encontrar las grabaciones originales. Y mucho menos olvidadas en el sótano de una cabaña, donde estuvieron cogiendo polvo durante muchos años hasta que la casualidad quiso que pudieran ser escuchados. Sin duda, una serie de documentos de incalculable valor.

Coincidiendo con el 75 aniversario del Día D, Campbell decidió entregar todas las grabaciones originales al Virginia National D-Day Memorial, en lo que ya está considerado como una de las mejores grabaciones de la historia de la II Guerra Mundial. Un documento único que, durante décadas ha estado cogiendo polvo en el sótano de una cabaña: ahora, se podrá escuchar de primera mano cómo se vivió una de las batallas que cambio la historia del mundo.

Bruce Campbell decidió dar un cambio radical a su vida. Natural de Florida, este hombre se mudó en 1994 a Mattituck, un bonito pueblo situado en el condado de Suffolk, en Nueva York (EEUU). Para ello, le compró la cabaña al vicepresidente de una compañía dedicada a la venta de equipos de grabación, pero cuando llegó allí se encontró con algo inesperado: una decena de casettes antiguas abandonadas en el sótano de su nuevo domicilio. Pero no sabía que tenía un tesoro.

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