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El bloque anti-Salvini negocia contrarreloj para evitar nuevas elecciones en Italia
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EL MIÉRCOLES SE SABRÁ SI HAY ELECCIONES

El bloque anti-Salvini negocia contrarreloj para evitar nuevas elecciones en Italia

Los partidos políticos italianos negocian contrarreloj para encontrar una fórmula de Gobierno que permita evitar unas elecciones anticipadas

Foto: El primer ministro italiano, Guiuseppe Conte, en Biarritz para el G7. (Reuters)
El primer ministro italiano, Guiuseppe Conte, en Biarritz para el G7. (Reuters)

Los partidos políticos italianos negocian a contrarreloj para encontrar una fórmula de Gobierno que permita evitar unas elecciones anticipadas que previsiblemente auparían al ultraderechista Matteo Salvini al poder. Pese a la aparente disposición del antisistema Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático -'a priori' enemigos ideológicos- a encontrar algún tipo de acuerdo, la figura de Giuseppe Conte, que dimitió del cargo de primer ministro el pasado 20 de agosto, se ha dibujado más como un escollo que como un mesías para sacar adelante el próximo ejecutivo italiano. Para el PD, Conte es un símbolo del "desastre" de los últimos 15 meses en Italia, pero ante la firme negativa del M5S a negociar un acuerdo sin él, ha terminado cediendo: "No tenemos vetos, queremos hablar sobre el contenido", ha declarado el secretario general del PD, Nicola Zingaretti.

Este paso atrás del Partido Democrático, que ha mantenido durante los últimos días que querían un nuevo Gobierno que supusiera "una ruptura total" con el anterior cóctel populista de La Liga y el M5S, ha dado un rayo de esperanza al panorama político italiano, cuyos partidos líderes tienen de plazo apenas hasta el próximo miércoles a las 19:00 horas, momento en el que se reunirán con el presidente de la República Sergio Mattarella, para ofrecer una alternativa viable de Gobierno que evite la convocatoria de elecciones anticipadas el próximo noviembre, como pretendía la ultraderechista Liga.

Foto: Matteo Salvini dando declaraciones a la prensa. (EFE)

No está todo dicho: en una breve pero simbólica reunión la tarde del lunes en el Palazzo Chigi -sede del Gobierno italiano- entre los líderes de ambos partidos, Luigi Di Maio (M5S) y Zingaretti (PD), los líderes del PD señalaron que son "optimistas" y "van por buen camino", pero que "el nudo de las negociaciones todavía no se ha disuelto", advirtiendo así al M5S que no cederán fácilmente.

Una actitud que ha sido constante en las negociaciones de los últimos cinco días, durante los que el PD ha adoptado prerrogativas que entre los antisistema han sido vistas como por encima de su peso en las Cámaras italianas. Hoy día, el PD cuenta apenas con 52 senadores frente a los 107 del M5S, y 112 diputados frente a los 220 de los antisistema.

Pero en el Partido Democrático cuentan con la fuerza de las encuestas. Los últimos sondeos les vaticinan un 24% del escrutinio, casi diez puntos porcentuales por encima del 17% del M5S, pero muy por debajo de la Lega, con 34%.

Salvini quiere reeditar coalición

En las negociaciones acecha también el cortejo de La Liga al M5S, cuyo líder Matteo Salvini, pese a haber sido él mismo el que desató la crisis de gobierno a principios de mes cuando dio por rota la coalición con sus antiguos socios y pidió elecciones anticipadas al calor de la popularidad que le auguraban las encuestas, se ha mostrado dispuesto a volver con los antisistema. Entre las filas del MS5 no ha gustado el ofrecimiento, y el propio Conte, en declaraciones durante la última jornada del G7 en Biarritz antes de partir de urgencia de nuevo hacia Roma, ha afirmado que, aunque "no reniega" de la coalición, reeditarla es "una posibilidad que está cerrada".

Lo que está claro es que el M5S es quien tiene todas las cartas en la mano para elegir su pareja de baile en el próximo Gobierno italiano, siempre que no se llegue a las elecciones anticipadas. Unos comicios en noviembre retrasarían todo el calendario italiano, incluida no solo la elección de su comisario europeo sino la aprobación de sus presupuestos para el año que viene, sobre los que la UE tiene ya puesto el ojo.

Foto: Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga. (Reuters)
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Pero si algo dice la experiencia es que discutir medidas de un programa de gobierno no es algo que sea fácil hacer en apenas una semana. Aunque ambos partidos se han avenido a encontrar un terreno común, la campaña del M5S para llegar al gobierno italiano se basó en su condición de "antisistema" y anti élites que representaba el PD. Las posiciones profundamente europeístas del PD frente al euroescepticismo del M5S, así como el populismo antiinmigración de estos últimos que cultivaron junto a Salvini pueden ser difíciles de superar.

"Necesitamos un programa compartido y no dos programas paralelos", ha afirmado Zingaretti, cuyo partido se ha negado a simplemente ocupar los cargos que dejan los ministros de La Liga en el antiguo gobierno de Conte. Según las primeras filtraciones a la prensa italiana, a cambio de mantener a Conte como primer ministro Zingaretti accedería al puesto de viceprimer ministro junto a Di Maio.

Las negociaciones parecen serias. El presidente del país, Sergio Mattarella ha decidido retrasar su calendario de consultas con los distintos líderes políticos del martes, como había programado inicialmente, al miércoles, lo que ha sido visto en Italia como una señal de esperanza para evitar los comicios adelantados, dándole a ambos partidos un ligero margen más de tiempo.

Baile de popularidad

El 'plan Úrsula' para formar gobierno en italia "sea como sea" apartando a La Liga y a Salvini del poder ha terminado frustrando los planes del líder ultraderechista de unas elecciones rápidas en las que cosechar una fácil mayoría, librándose así de su socio de Gobierno de los últimos catorce meses y un gobierno de la Liga con la voz cantante.

Y aunque entonces Salvini era el líder político más popular en Italia según las encuestas, la figura de Conte, un abogado prácticamente desconocido que durante su gobierno se mantuvo como hombre gris apagado a la sombra del arrollador Salvini, ha sabido remontar la ola de la crisis política con un nuevo fulgor: tras su discurso de dimisión, en el que atacó duramente la "irresponsabilidad" del ultraderechista, su popularidad se ha disparado, y el líder del M5S, Luigi Di Maio, lo denomina "una rara perla" de la que no puede prescindir.

Paralelamente, otro protagonista de las últimas jornadas de crisis italiana, el exprimer ministro Matteo Renzi, parece abocado a sacrificarse por la causa sin recibir gran cosa a cambio. Desde el Senado ha estado tejiendo este acercamiento del PD al M5S para detener a Salvini, pero su figura política es demasiado tóxica para los antisistema, en torno a la cual el círculo de Beppe Grillo, en los momentos de mayor esplendor y crecimiento del Cinco Estrellas, centró todas sus iras.

El instigador de todo este avispero, Matteo Salvini, también se ha visto afectado, así como su partido La Liga, que ha bajado en intención de voto desde el 38,9% de finales de julio a un 33,7%, según una encuesta de Winpoll publicada por el diario Il Sole 24 Ore el pasado domingo.

Pese a los avances en las negociaciones, sobre Italia pesa un aire de escepticismo. La última palabra sobre cómo resolver esta crisis la tendrá el próximo miércoles el presidente Mattarella, que tras consultas con los principales partidos del plural espectro político italiano entre el martes y el miércoles (con los del M5S en último lugar) decidirá si los acuerdos presentados permiten la formación de Gobierno o si, por el contrario, tendrá que llamar a los italianos a las urnas el próximo otoño para elegir nuevo primer ministro, el decimoséptimo en los últimos 20 años.

Los partidos políticos italianos negocian a contrarreloj para encontrar una fórmula de Gobierno que permita evitar unas elecciones anticipadas que previsiblemente auparían al ultraderechista Matteo Salvini al poder. Pese a la aparente disposición del antisistema Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático -'a priori' enemigos ideológicos- a encontrar algún tipo de acuerdo, la figura de Giuseppe Conte, que dimitió del cargo de primer ministro el pasado 20 de agosto, se ha dibujado más como un escollo que como un mesías para sacar adelante el próximo ejecutivo italiano. Para el PD, Conte es un símbolo del "desastre" de los últimos 15 meses en Italia, pero ante la firme negativa del M5S a negociar un acuerdo sin él, ha terminado cediendo: "No tenemos vetos, queremos hablar sobre el contenido", ha declarado el secretario general del PD, Nicola Zingaretti.

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