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De dominar los mares a mendigar barcos: el "vergonzoso" estado de la Armada británica
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Sin buques y sin reclutas

De dominar los mares a mendigar barcos: el "vergonzoso" estado de la Armada británica

La situación de la Armada británica, antiguo orgullo del Reino Unido, es "vergonzosa", con menos efectivos y crisis de reclutamiento

Foto: La reina Isabel II saluda a los marineros del HMS Bulwark. (Reuters)
La reina Isabel II saluda a los marineros del HMS Bulwark. (Reuters)

Célebre por su férreo control de los mares durante siglos, la Armada británica ya no es lo que era. El otrora orgullo de Gran Bretaña hoy día no ha sido siquiera capaz de garantizar la seguridad de sus petroleros en el estrecho de Ormuz, acosados por la Guardia Revolucionaria iraní, y las protestas por el "vergonzoso" estado de la 'Royal Navy' han llegado a Downing Street.

La tensión diplomática entre Londres y Teherán por la detención el mes pasado del petrolero británico 'Stena Impero' en el estrecho de Ormuz - por el que transita una quinta parte del petróleo que se consume en todo el mundo- pilló al Gobierno británico a contrapié en plena mudanza y cruce de promesas. Durante las primarias del Partido Conservador, el candidato Jeremy Hunt, hijo de almirante, se comprometió a aumentar el gasto de defensa del actual 2,1% del PIB al 2,5% para 2023, suministrando además más buques de guerra a la flota de la Royal Navy y nuevos portaaviones. Pero finalmente fue Boris Johnson quien consiguió las llaves del Número 10 y, de momento, se ha negado a igualar la oferta. En cualquier caso, sí ha prometido revisar la situación tras las críticas recibidas estos días por expertos ante la falta de recursos que ha quedado evidenciada por la crisis con Irán.

Foto: Un destructor británico en Ormuz.

El almirante Alam West, que fue comandante de la Royal Navy, ha lamentado que la flota se halle "vergonzosamente escasa de barcos", a causa de los recortes de los sucesivos gobiernos. "Debería haber cuatro buques de la Marina escoltando a los barcos británicos en el Golfo", ha criticado en un artículo publicado en The Guardian.

Pero la situación real de la Armada impide cumplir con semejantes medidas. El Ministerio de Defensa se ha visto obligado a admitir este agosto la considerable reducción de la flota británica, exacerbada en los últimos años. De los más de 60 destructores y fragatas que contaba en 1982 -en la época de la guerra de las Malvinas- ahora sólo cuentan con 19 barcos escolta. Pero apenas nueve de ellos están actualmente en activo para cubrir todo el mundo, ya que los 10 restantes están en reparaciones.

Sin suficientes fragatas

El contralmirante Alex Burton, excomandante de las fuerzas navales reconoció a la BBC que la reducción de las fragatas en los últimos años (en 2005 eran 31) "ha tenido un impacto en nuestra capacidad de proteger nuestros intereses alrededor del mundo".

Cuando el pasado 19 de julio, la Guardia Revolucionaria de Irán se apoderó del 'Stena Impero', la fragata HMS Montrose, el único buque de la Royal Navy en el golfo Pérsico, se encontraba en esos momentos a una hora de distancia y no pudo hacer nada por evitar la captura.

La Royal Navy apenas cuenta con 9 fragatas de escolta, lo que impide proteger los intereses británicos alrededor del mundo

A la falta de barcos escolta se añade que la Royal Navy ha llegado a estar durante un tiempo sin ningún portaviones. El actual, HMS Queen Elizabeth, tan sólo está en servicio desde 2017. El Gobierno ha aprobado botar otro en 2020, con un coste entre ambos de 6.200 millones de libras.

En cualquier caso, la Royal Navy no es la única que atraviesa dificultades. Desde 2010, el presupuesto militar ha disminuido un 18% y tanto el Ejército como la Real Fuerza Aérea (RAF) se han visto afectados.

Ni reclutas

La crisis ha llegado también al personal: el tamaño total de las Fuerzas Armadas ha disminuido por noveno año consecutivo. Según los últimos datos del ministerio de Defensa, en julio, el Ejército contaba con 74.440 tropas a tiempo completo y entrenadas, frente a las 76.880 del año pasado. Por su parte, el total de la RAF se situó en 29.930 de los 31.840 requeridos, mientras que los de la Royal Navy cayeron a 29.090 de 30.600.

En tierra, hay unidades de combate de primera línea que operan hasta un 40% por debajo de su fuerza humana. Existen hasta 16 regimientos que se encuentran en déficit de personal.

En 2016, se abrió la puerta a todos aquellos ciudadanos de la Commonwealth que hubieran residido previamente en el país un mínimo de cinco años. Pero no fue suficiente. A finales del año pasado, el Gobierno se vio obligado a cambiar la ley para permitir a los ciudadanos de la Commonwealth -como Australia, India, Canadá, Kenia y Fiji- que ni siquiera habían puesto antes un pie en el Reino Unido, unirse a las Fuerzas Armadas, en un intento de paliar una crisis de reclutamiento cada vez más preocupante.

Ya no es una "potencia global"

En definitiva, el panorama no es precisamente el más idóneo para convertir al Reino Unido en la "potencia global" que aspira a ser una vez abandone la Unión previsiblemente sin pacto, ya que Johnson se ha comprometido a ejecutar el Brexit "sin peros ni condiciones" para el 31 de octubre.

James Rogers, del think tank The Henry Jackson Society, sostiene a El Confidencial que "independientemente de si el Reino Unido deja la UE con o sin pacto, está claro que debe emprender un importante revisión de Defensa". "El gobierno debe proporcionar suficientes recursos para cumplir con el nivel de amenaza que enfrenta ahora el país. Esto requiere aumentos en el gasto, para la Royal Navy en particular, así como aumentar la letalidad de todos los servicios", añade.

Cinco países de la OTAN cumplen o exceden el objetivo de la alianza de destinar el 2% del PIB. Con el 2,1%, el Reino Unido se coloca entre los primeros, por detrás de Estados Unidos (3,6%) y Grecia (2,4%).

En 2010, el Gobierno de coalición de Conservadores y Liberal Demócratas liderado por David Cameron instauró revisiones para Defensa cada cinco años. Pero los expertos advierten que en 2020 se debe hacer algo más que una verificación quinquenal, ya que se tendrá que definir dónde se encuentra el Reino Unido estratégicamente después abandonar la UE, diferenciando lo necesario de lo discrecional y teniendo en cuenta las nuevas tecnologías, guerras de información, nuevos enemigos y amenazas.

Según señala Robert Fox, editor de Defensa del Evening Standard, a finales del próximo año el presupuesto estará por debajo de los 40.000 millones de libras anuales. "Todavía existe una brecha de gasto infame de alrededor de 6.000 millones de libras entre los pedidos y la financiación actual. Las adquisiciones costosas, como los portaaviones, los aviones de ataque F-35, los submarinos Astute, las actualizaciones y reemplazos para la flota de vehículos de combate del Ejército están lejos de completarse", asevera.

Con todo, "el gran punto de inflexión" llegará en 2024, el año en que se completarán la mayoría de los programas actuales de equipo pesado, recalca el profesor Michael Clarke, académico y experto en la materia. "Es cuando las cosas realmente cambiarán. Habremos alcanzado el ‘pico de metales pesados’ para los servicios, y tenemos que determinar qué puede hacer el Reino Unido en cibernética, nanotecnología, y las posibilidades que surgen en manipulación genética y tecnologías cuánticas. Estamos enfrentándonos a nuevas formas de conflicto inimaginables hace solo unos años", explica.

Célebre por su férreo control de los mares durante siglos, la Armada británica ya no es lo que era. El otrora orgullo de Gran Bretaña hoy día no ha sido siquiera capaz de garantizar la seguridad de sus petroleros en el estrecho de Ormuz, acosados por la Guardia Revolucionaria iraní, y las protestas por el "vergonzoso" estado de la 'Royal Navy' han llegado a Downing Street.

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