El espectro de Rusia vuelve a recorrer Italia: la Fiscalía investiga la conexión Putin-Salvini
El vicepresidente italiano, Matteo Salvini, vuelve a aparecer vinculado al 'fantasma' del presidente ruso, Vladimir Putin, por presunta financiación irregular de su partido La Lega
El vicepresidente italiano y líder de la Lega, Matteo Salvini, vuelve a aparecer vinculado al 'fantasma' -políticamente se ha convertido en eso en todo el planeta- del presidente ruso, Vladimir Putin. Su indisimulada admiración por el "zar" la demostró ya públicamente el pasado mes de mayo, cuando publicó en redes sociales una foto desde su despacho dando las gracias por la reciente victoria de su partido en las elecciones europeas.
En la instantánea, un sonriente Salvini da las gracias sujetando un cartel y se puede ver en una estantería una foto de Putin -como la que se coloca en el despacho con la boda o los niños, pero con el exmiembro del KGB-, junto a un aquelarre ideológico en el que están también Donald Trump o Jesucristo.
Estos días, esa foto parece premonitoria. La Fiscalía de Milán ha abierto una investigación por presunta corrupción internacional sobre la Lega por financiación irregular con dinero de Moscú. Ese dinero, justamente, habría sido destinado a la campaña electoral europea. Salvini, en todo caso, ha negado inmediata y rotundamente todo.
"Es ridículo. No hemos pedido un rublo, un dólar, un gin-tonic, un muñeco a NADIE. Respeto el trabajo de todos. Tengo la conciencia tranquila. Demandaré a quien vincule dinero de la Lega con Rusia. El presupuesto de la Lega es transparente", ha asegurado en uno de los numerosos mensajes que ha lanzado el político italiano en sus muy usadas redes sociales tras saltar el escándalo. Hace dos días el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, defendió a su vicepresidente en una comparecencia ante el Parlamento.
Los iluminados de Bruselas
El caso saltó a los titulares cuando el semanario L'Espresso publicó el pasado febrero detalles sobre una reunión entre Gianluca Savoini, exportavoz de Salvini y presidente de la asociación cultural Lombardía-Rusia, con una delegación de personas importantes del Kremlin, en el hotel Metropol de Moscú. Pero todo dio un giro de tuerca esta semana después de que el portal BuzzFeed destapó las conversaciones de aquel encuentro.
Según las grabaciones, Salvini les dice a los emisarios rusos que "queremos cambiar Europa y que nuestro futuro no dependa de los iluminados de Bruselas y Estados Unidos".
Del audio se desprende un principio de acuerdo para que la empresa energética italiana ENI compre petróleo ruso por valor de 1.500 millones de dólares, de los cuales unos 65 millones irían para financiar a la Lega. Aunque no niega que se produjera, el partido de extrema derecha se ha desvinculado absolutamente del encuentro. La investigación ha quedado en manos de los tribunales.
Fascinación extrema
Lo que sí ha quedado patente una vez más es la fascinación de un sector de la extrema derecha europea con Putin.
El líder ruso es un fantasma que se vincula hoy con todo: las elecciones de EEUU, el Brexit, la independencia de Cataluña, los comicios mexicanos. Ahora también con los movimientos de extrema derecha que pretenden refundar la actual UE, especialmente en Italia y Francia, con los que parece mantener estrechas relaciones. "A Putin lo admiro y lo respeto. Las sanciones económicas a Rusia son una locura. Sino fuera por Putin quizá esta entrevista se estaba haciendo con un burka", decía en televisión Salvini en 2017. "El señor Putin es un patriota que está comprometido con la soberanía de su pueblo", ha manifestado la francesa Marine Le Pen en una de sus varias reuniones con el ruso.
De hecho, el pasado mes de mayo, en Milán, cuando tuvo lugar el histórico mitin de la extrema derecha europea, ese fue el punto más espinoso y de ficción entre "aliados" ideológicos.
Delegaciones como el partido polaco Ley y Justicia (PiS) no acudieron a la cita por el desencuentro que mantienen con los dos grandes líderes de la extrema derecha europea occidental, Marine Le Pen y Matteo Salvini, sobre el tema Rusia. Todo el bloque de ex repúblicas soviéticas y partidos provenientes de la Europa del Este mostraron sus reticencias y algunos como el líder del partido extremista estonio mencionaron la importancia de la defensa de las fronteras, de forma esporádica, apuntando claramente a la amenaza de Moscú.
Un verso suelto
Italia en todo caso ha sido siempre un verso suelto en occidente en las relaciones con Rusia. Es algo histórico que pasaba ya en los tiempos en los que estaba aún bajado el telón de acero. ENI, en 1957, fue la primera empresa energética occidental en negociar compra de petróleo con la entonces URSS. La dependencia energética italiana de Rusia y las relaciones de ENI con la rusa Gazprom son aún asunto de Estado para Roma. Incluso en plena Guerra Fría, Italia mantuvo siempre una diplomacia oculta con los soviéticos, pese a su entrada en la OTAN, que equilibraba sus alianzas con Estados Unidos.
La buena relación de Putin con los mandatarios italianos no se limita a Salvini. Era excelente también con el exprimer ministro Silvio Berlusconi. Tanto que la semana pasada en su visita oficial en Italia y tras la última cena de gala, se encontraron en el aeropuerto y se fundieron en un sentido abrazo.
En 2015, en plena crisis de Ucrania, ocurrió en Crimea cuando ambos mandatarios se bebieron una botella de vino de Jerez de la Frontera de España, de 240 años de antigüedad, llevada a Ucrania por Catalina la Grande. Diplomáticamente, el gesto demostraba de nuevo que Italia apoyaba a Putin pasara lo que pasara y pensaran lo que pensaran sus aliados. En 2009 y 2010, sus excelentes relaciones provocaron que la entonces secretaria de estado de EEUU, Hillary Clinton, pidiera informes sobre la relación y negocios que mantenían ambos.
Los informes norteamericanos calificaban la relación de "nefasta", acusaban a Italia de apoyar a Rusia frente a los intereses de la OCDE y la OTAN y apuntaban al "lucro" que sacaban ciertos amigos de Berlusconi de los acuerdos energéticos entre ambos países, según los cables filtrados a la prensa.
Nueve años después parece que se vuelve al mismo lugar. Putin, Rusia y su petróleo acaparan titulares por sus "especiales" conexiones con Italia. Los tribunales dirán si hay algo más que un foto en un estantería por lo que preocuparse.
El vicepresidente italiano y líder de la Lega, Matteo Salvini, vuelve a aparecer vinculado al 'fantasma' -políticamente se ha convertido en eso en todo el planeta- del presidente ruso, Vladimir Putin. Su indisimulada admiración por el "zar" la demostró ya públicamente el pasado mes de mayo, cuando publicó en redes sociales una foto desde su despacho dando las gracias por la reciente victoria de su partido en las elecciones europeas.
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