Las claves del gabinete de Boris: dime con quién gobiernas y te diré qué Brexit quieres
El controvertido político no ha dado detalles de su hoja de ruta. La elección de su Gabinete ofrecerá pistas necesarias sobre si está o no dispuesto a ejecutar un Brexit sin acuerdo
De pequeño soñaba con ser “el rey del mundo” mientras improvisaba al mismísimo Shakespeare en las funciones del elitista colegio de Eton. La anécdota la cuenta orgulloso siempre que puede su padre, Stanley, quien, por cierto, fue uno de los primeros burócratas británicos elegidos para trabajar en la Comisión Europea tras la adhesión del Reino Unido al bloque en 1973.
El rey del mundo no es -al menos, de momento-, pero lo que sí ha logrado Boris Johnson a sus 55 años es convertirse en el nuevo primer ministro británico. El excéntrico político se mudará este miércoles oficialmente a Downing Street.
La foto era impensable hace apenas un año, cuando dimitió como ministro de Exteriores. Para unos es la de hombre sin escrúpulos capaz de vender a su propia madre con tal de llegar al poder; para otros, la de un auténtico genio de la palabra capaz de salirse siempre con la suya. Pero lo que no se puede debatir es que es un político difícil de ignorar, con una personalidad -y quizá un ego- de una escala que pocos -o ninguno- de sus actuales colegas en Westminster puede igualar.
Sin luna de miel
Sea como fuere, Johnson no va a gozar de la tradicional luna de miel que tienen todos los inquilinos del Número 10 en sus primeros meses al frente del Ejecutivo. Apenas cuenta con tres meses para enfrentarse al mayor reto de la historia reciente del país y, a priori, tiene todo en su contra.
Bruselas ha repetido que no está dispuesta a renegociar el Acuerdo de Retirada, el mismo que ha sido rechazado hasta en tres ocasiones en la Cámara de los Comunes. Los 'tories' pro UE preparan toda su artillería para impedir un divorcio caótico. Por su parte, los conservadores más euroescépticos están dispuestos a hacerle la vida imposible -al igual que hicieron con Theresa May, forzando su dimisión- si para el 31 de octubre no cumple su promesa de sacar al país del bloque con o sin pacto.
De momento, el controvertido político no ha dado detalles de su hoja de ruta. Pero la elección de su Gabinete ofrecerá las pistas necesarias para comprobar si está o no dispuesto a ejecutar el órdago de un Brexit sin convenio.
Guerra civil conservadora
El único cargo que por ahora está confirmado es el de Mark Spencer -quien hizo campaña en el histórico referéndum de 2016 a favor de la permanencia en la UE- como responsable de hacer cumplir la disciplina en el partido. Se trata de uno de los puestos más complicados hoy en día debido a la guerra civil que existe entre los conservadores 'brexiteers' y europeístas.
El partido está más dividido que nunca y el nombramiento de Johnson no facilita las cosas. Minutos antes de anunciarse el martes su victoria Anne Milton, secretaria de Estado de Educación, presentó su carta de renuncia como señal de protesta, sumándose así al ya exsecretario de Estado para Europa y las Américas, Alan Duncan, y la exsecretaria de Estado para Digital, Margot James.
Para este miércoles también se esperan renuncias de peso, como la del Chancellor, Philip Hammond; el titular de Justicia, David Gauke; y el responsable de Desarrollo Internacional, Rory Stewart, quien por cierto fue el único candidato en estas primarias que defendió el Acuerdo de Retirada cerrado el año pasado con Bruselas.
En cualquier caso, no parece que el nuevo primer ministro tuviera estos nombres entre sus planes.
Una pizarra con nombres
En la última semana, Johnson ha pasado gran parte de su tiempo en una oficina con vistas al jardín que existe junto a la Cámara de los Comunes. En la sala hay una gran pizarra con nombres dispuestos en columnas. A los que se les ha colocado una pegatina roja les cambiará para siempre su carrera. Hay mucha expectación por ver quiénes ocuparán las grandes carteras: Economía, Interior, Exteriores y, sobre todo, Brexit.
Se rumorea que el nuevo premier quería dejar a su rival, Jeremy Hunt, en un puesto más bajo. Pero tal y como está la situación con Irán es muy probable que siga como responsable de la diplomacia británica.
Por otra parte, antes de que empezaran incluso las primarias, había muchas teorías de que si Johnson lograba hacerse con el poder pondría al responsable de los 'tories' euroescépticos, Jacob Rees-Mogg, como Chancellor. Sin embargo, ahora podría apostar por el actual ministro de Interior, Sajid Javid.
Se da por hecho que su gran amigo-enemigo, Michael Gove -el mismo que le dio una puñalada por la espalada en las primarias de 2016- también tendrá una cartera. Y hay muchos rumores de que una mujer podría estar al frente del ministerio para Irlanda del Norte o Vivienda.
Quién maneja los hilos
En el actual panorama importan más que nunca los perfiles de aquellos que, sin estar en primera línea, van a manejar realmente los hilos. Durante toda su campaña, el excéntrico político ha estado asesorado por Sir Edward Lister, quien ya fue su mano derecha cuando era alcalde de Londres y ahora se convertirá en su jefe de personal de Downing Street. También tendrá un lugar relevante Ben Gascoigne, su asistente personal cuando estuvo en el ayuntamiento de la capital británica y posteriormente cuando se convirtió en ministro de Exteriores.
Por otra parte, Lee Cain -el responsable de Prensa de la campaña euroescéptica en el referéndum de 2016 de la que Johnson fue protagonista- será su director de Comunicaciones. Se espera que Cain reclute a Robert Oxley, también de la campaña 'Vote Leave'. Asimismo, James Starkie y Nikki da Costa, que renunciaron al no compartir con Theresa May su estrategia negociadora, también tendrán hueco ahora en el nuevo equipo de Johnson.
La pregunta, por lo tanto, es la siguiente: ¿Será un político moderado y pragmático, como mostró en su época como alcalde de Londres? ¿O por el contrario será un 'brexiteer' extremo e imprevisible, un pequeño Trump dispuesto a todo para sacar al Reino Unido del bloque en otoño? No serán necesarios muchos meses para comprobarlo.
De pequeño soñaba con ser “el rey del mundo” mientras improvisaba al mismísimo Shakespeare en las funciones del elitista colegio de Eton. La anécdota la cuenta orgulloso siempre que puede su padre, Stanley, quien, por cierto, fue uno de los primeros burócratas británicos elegidos para trabajar en la Comisión Europea tras la adhesión del Reino Unido al bloque en 1973.
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