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La Europa de las coaliciones muestra a España el camino que no quiere seguir
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La Europa de las coaliciones muestra a España el camino que no quiere seguir

En sus más diversas composiciones y circunstancias, las coaliciones dejaron de ser la excepción para convertirse en la norma. Incluso en situaciones de minoría parlamentaria

Foto: Bandera europea en una manifestación en República Checa. (Reuters)
Bandera europea en una manifestación en República Checa. (Reuters)

Suenan los compases finales hacia el debate de investidura y España coquetea con la posibilidad de repetir elecciones. Tras el fracaso de las negociaciones entre PSOE y Unidas-Podemos para ungir a Pedro Sánchez presidente, ambas partes se afanan en construir un relato que les exima de la responsabilidad de llevar al país de nuevo a las urnas.

“No hay Gobiernos de coalición o hay muy pocos Gobiernos de coalición en Europa que no sumen mayoría absoluta”. Con este argumento, Sánchez justificaba en el programa 'Al rojo vivo' su ‘veto’ a la entrada de Pablo Iglesias en un posible ejecutivo conjunto.

Pero el presidente en funciones debería echarle un nuevo vistazo al mapa electoral europeo donde, en sus más diversas composiciones y circunstancias, las coaliciones dejaron de ser la excepción para convertirse en la norma. Incluso en situaciones de minoría parlamentaria, en contra de lo que opina el líder socialista.

De los 28 países de la Unión Europea, tan solo siete tienen un ejecutivo ‘monocolor’, como en Portugal, Irlanda o Dinamarca, que se sostienen mediante pactos de gobernabilidad y sistemas de alianzas. Tan solo Grecia cuenta con un gobierno unipartidista de mayoría absoluta tras la reciente elección del conservador Kyriakos Mitsotakis, un singular 'revival' del poder de los grandes partidos tradicionales europeos.

En contraste, 18 tienen gobiernos de coalición y de estos, cuatro están en minoría, como es el caso de República Checa, Bélgica o Suecia. Estos pactos van desde los más básicos entre dos partidos, como el caso de Croacia, hasta auténticos puzles de cinco siglas, como ocurre en Letonia. Y desde los más asentados, como la histórica Gran Coalición alemana, hasta los muy recientes e inestables, como la insólita pareja que gobierna en Italia. Lo realmente extraño es un país que no haya conocido un gobierno multipartidista.

España sigue siendo el único país del entorno europeo en el que jamás ha habido una experiencia de gobierno de coalición

“España es, y sigue siendo, el único país de todo nuestro entorno europeo en el que jamás ha habido un gobierno de coalición. Incluso sistemas de tradiciones mayoritarias, como el caso portugués y el Reino Unido, han tenido algunas experiencias. Somos una anomalía”, considera el politólogo Pablo Simón en una entrevista con El Confidencial.

Los ejemplos nórdicos que no nos sirven

En estas circunstancias, dos países nórdicos -Dinamarca y Suecia- podrían servir para ilustrar las versiones del acuerdo de gobernabilidad que querrían tanto PSOE como Unidas Podemos. Y también muestran por qué en España no podrían funcionar.

En el primer caso, la joven socialista danesa Mette Frederiksen lidera desde el mes pasado un gobierno en minoría con apoyos de varias fuerzas progresistas que se unieron para desalojar a la derecha del poder. Este sería el escenario más cómodo para Sánchez, pero no sería aceptable para sus eventuales socios de gobierno.

“En el caso de Dinamarca se puede tener un gobierno monocolor socialista porque su parlamento es fuerte y los socios pueden controlar desde el legislativo las políticas públicas. Eso no es posible en España, porque nuestro Congreso es débil y tan solo actúa como mera correa de transmisión”, explica Simón.

Foto: Una activista con 'niqab', en Dinamarca. (Reuters)

Mientras en Suecia, una coalición de socialistas y verdes continúa gobernando en minoría por segunda legislatura consecutiva. El primer ministro socialdemócrata, Stefan Löfven, ha hecho tándem con la ecologista Isabella Lövin como vicepresidenta, a cuyo partido le otorgó además cinco carteras en el gobierno.

Aunque este podría ser un resultado óptimo para Iglesias, también sería difícil lograrlo en España, ya que Löfven se aseguró la investidura mediante un pacto presupuestario con centristas y liberales muy criticado por la izquierda. Y en la actual "política de bloques" y "cordones sanitarios" eso parece muy poco probable.

Coalición o muerte

Pese a los prejuicios políticos, los datos muestran que los gobiernos de coalición con mayoría son tan estables como los gobiernos unipartidistas en mayoría y tienen las mismas probabilidades de terminar sus mandatos. Pero la versión interesada que Sánchez quiere enfatizar augura que una coalición en minoría daría luz a un gobierno débil. Y no le falta razón.

“Esos suelen ser lo que menos duran por su precaria situación al tener que negociar en dos mesas: la interna con los socios de coalición y la externa, con otros aliados para completar la mayoría absoluta. Es cierto que son menos estables, pero no es cierto que no haya ejemplos en nuestro entorno. Es relativamente común”, apunta Simón, recordando experiencias de legislaturas pasadas en Países Bajos o el antiguo pacto de las derechas en Dinamarca.

Foto: Un hombre con la bandera española y la de la Unión Europea. (Reuters)
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También suele ser común que el líder del partido de coalición entre en el gobierno, y hay que remontarse al siglo pasado para buscar algunas excepciones, como cuando Refundación Comunista apoyó a Romano Prodi en Italia o el Partido Comunista Francés a Françoise Mitterrand sin que sus dirigentes llegaran a ser parte formal del ejecutivo.

Pero inmolarse no es una opción para Iglesias, cuyo cálculo político interno es fundamental para resolver la ecuación de la gobernabilidad. En una situación de desgaste, el líder de Podemos busca restaurar su imagen pública y mantener el control del partido ante una eventual sucesión. Y eso se consigue más fácilmente desde una posición de poder, como un ministerio, que otorga recursos, cuadros internos e influencia.

Por eso, el líder del PSOE se esfuerza en mandar el mensaje sobre la necesidad de proyectar solidez. “España ¿qué necesita? Necesita, Antonio, estabilidad”, insistía Sánchez a Ferreras para resaltar que los diputados que aporta Unidas Podemos no le dan mayoría absoluta y que Iglesias no le da confianza.

Confianza y estabilidad. Algo que difícilmente se va a arreglar con nuevas elecciones.

Suenan los compases finales hacia el debate de investidura y España coquetea con la posibilidad de repetir elecciones. Tras el fracaso de las negociaciones entre PSOE y Unidas-Podemos para ungir a Pedro Sánchez presidente, ambas partes se afanan en construir un relato que les exima de la responsabilidad de llevar al país de nuevo a las urnas.

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