La última tarea de Mr. Speaker en Westminster: evitar un Brexit por las bravas

Los diputados europeístas de Westminster han fracasado este martes en su nuevo intento por evitar el Brexit sin acuerdo, un escenario al que cada vez otorgan más protagonismo tanto Boris Johnson como Jeremy Hunt, los dos candidatos para mudarse a Downing Street a finales de este mes de julio.

El 'tory' Dominic Grieve y la laborista Dame Margaret Beckett habían presentado varias enmiendas para dejar sin fuente de financiación a los principales ministerios -entre ellos, el de Educación, Trabajo y Pensiones- si el futuro primer ministro saca al Reino Unido del bloque sin pacto en contra de la voluntad del Parlamento.

Sin embargo, las propuestas ni siquiera han sido sometidas a votación porque el presidente de la Cámara de los Comunes no las ha seleccionado para ser debatidas, un detalle que ha llamado poderosamente la atención.

Al conservador John Bercow, conocido como Mr. Speaker, los brexiteers de sus propias filas siempre le han acusado precisamente de oponerse al divorcio. Por lo que su última decisión ha pillado a los 'remainers' un tanto descolocados. ¿Acaso ahora ha cambiado de bando? Nada más lejos de la realidad.

Tras el intento fallido de principios de junio por parte del Partido Laborista para detener el Brexit sin convenio, Bercow ha querido ahora evitar una nueva votación que estaba abocada al fracaso. Sus señorías ya no tendrán oportunidad de pronunciarse al respecto hasta el mes de septiembre. Pero, llegado el momento, el Mr. Speaker ha dejado claro que el próximo inquilino del Número 10 no va a pasar cual apisonadora por encima de la voluntad de Westminster.

Mr Speaker... ¿o Mr. Remainer?

Pero, ¿hasta qué punto tiene el presidente de la Cámara de los Comunes el poder de impedir un divorcio caótico? Desde que comenzó el tortuoso proceso, el 'tory', de 56 años, ha tomado un protagonismo muy inusual para el puesto que ocupa desde 2009. Es el primer Mr. Speaker que ha sido reelegido tres veces desde la Segunda Guerra Mundial. Y no precisamente por el apoyo de sus compañeros de filas -donde los más euroescépticos se refieren a él como Mr. Remainer- sino al respaldo de la oposición laborista, compuesta en su inmensa mayoría por diputados que están a favor de la permanencia en la bloque.

Bercow es la persona que pone orden en cada sesión y al que se le presupone un papel completamente imparcial a la hora de elegir las enmiendas presentadas por sus señorías. Pero en el complejo proceso de divorcio, sus críticos le echan en cara que muchas de las propuestas que intencionadamente ha seleccionado y descartado para el debate han cambiado las reglas de juego.

Westminster no puede bloquear legalmente la voluntad de un primer ministro. Pero se considera casi inconcebible que el inquilino de Downing Street actue en contra de la Cámara soberana, donde su presidente tiene un gran poder.

Sus defensores aseguran que es el único que está mirando por el futuro del país. Por su parte, sus detractores le acusan de estar tomando claramente una postura europeísta que contribuye a intensificar el bloqueo en el Parlamento para poder llegar a un tipo de consenso sobre la salida.

En enero, de las más de una docena de enmiendas que se presentaron antes de la primera votación crucial del Acuerdo de Retirada -donde Theresa May acabó cosechando una derrota histórica-, Bercow eligió cuatro. Éstas incluían la demanda laborista que rechazaba el pacto y pedía al Ejecutivo que valorara todas las opciones posibles para evitar el escenario de un “no acuerdo” y el intento del Partido Nacional de Escocia para retrasar la salida de la UE.

Él elige las enmiendas

Pero la enmienda presentada por el tory Andrew Murrison, que solicitaba un límite de tiempo para aplicar la polémica salvaguarda irlandesa no fue seleccionada. El Partido Conservador aseguró que, de haberse aprobado, podría haber limitado la humillación para May, que acabó perdiendo por 230 votos.

Asimismo, en otro debate posterior, el Mr. Speaker permitió que se votara la enmienda del 'tory' rebelde europeísta, Dominic Grieve, para que, en caso de que el acuerdo fuera rechazado el pacto, May tuviera un plazo de tres días para presentar Plan B y este además pudiera ser enmendado por sus señorías. Los 'brexiters' denunciaron entonces que no existía precedente sobre propuestas a la agenda parlamentaria presentada por el Ejecutivo. El propio Downing Street exigió explicaciones.

Había muchos rumores que apuntaba a que este verano Bercow dejaría finalmente su cargo. Sin embargo, ahora no tiene intención de irse. Y tenerle al frente de la Cámara Baja es un factor a tener en cuenta por todo lo que está en juego en los próximos meses.

El excéntrico Boris Johnson, favorito para suceder a May, asegura que si no logra mejorar el Acuerdo de Retirada y eliminar la polémica salvaguarda para evitar frontera dura en Irlanda, sacará al Reino Unido del bloque sin pacto para Haloween.

Por su parte, su rival, el más moderado Jeremy Hunt, ha fijado el 30 de septiembre como fecha tope para establecer si existe posibilidades reales de mejorar el pacto -y pedir en ese caso una nueva prórroga- o poner la maquinaria a trabajar para preparar al país ante un divorcio caótico.

Hay rumores de que la oposición laborista podría presentar, tan pronto como este mes, una moción de no confianza contra el Gobierno para forzar elecciones y evitar el Brexit sin convenio.

Tras las diferentes dimisiones de los último meses, la actual mayoría del Ejecutivo -teniendo en cuenta el apoyo de los unionistas norirlandeses del DUP- se sustenta tan solo en tres escaños. Y es muy posible que en las próximas semanas el número se reduzca peligrosamente a dos porque se tienen que celebrar comicios parciales en el distrito de Brecon & Radnorshire (Gales), después de que el 'tory' Chris Davies se haya visto obligado a dimitir por mal uso de fondos públicos. Todo apunta a que el escaño se lo quedarán ahora los liberal demócratas.

Johnson querrá tomar el control

Johnson ha llegado a valorar la posibilidad incluso de suspender la agenda parlamentaria hasta noviembre para evitar que, llegado el momento, sus señorías se interpongan en su camino si quiere salir de la UE sin pacto.

Pero el Mr. Speaker no está por la labor de facilitarle las cosas. Los brexiteers aseguran que la pegatina con la bandera de la UE que Bercow lleva en su coche delata su postura. Aunque este responde que el vehículo es de su mujer y “ella puede defender lo que le dé la gana”.

Su esposa Sally es una figura conocida en los pasillos de Westminster. Ella misma se presenta como la “Carla Bruni de la política británica”. Desde luego que le gusta protagonizar un titular. En las elecciones de 2015, mantuvo un sonado 'affair' con el primo de su esposo, un reputado abogado. Cuando posteriormente Bercow fue elegido como Mr. Speaker no tuvo reparos en protagonizar un sugerente posado semidesnuda en una habitación con vistas al Parlamento. Y en el debate del Brexit, no sólo se ha mostrado a favor de permanecer en la UE, sino que también ha defendido la causa de la oposición laborista.

La vida personal de Bercow merece mención aparte. Procede de una familia de inmigrantes judíos rumanos. Estudió en la Universidad de Essex, lejos del elitismo de Oxford y Cambridge, por lo que muchos de sus propios compañeros de filas le ven como un advenedizo

Con 19 años fue miembro del Monday Club, un grupo ultraderechista que defendía el apartheid en Sudáfrica y proponía el linchamiento de Mandela, la repatriación de los inmigrantes y el freno a la llegada de ciudadanos de la Commonwealth, un pasado del que hoy se declara avergonzado.

Aparte de su protagonismo en el debate del Brexit siempre ha sido una figura polémica. Los supuestos gastos desmesurados que pasó cuando remodeló el apartamento al que tiene derecho en Londres por su cargo, las grandes facturas de restaurantes o las acusaciones de 'bulling' por parte de algunos miembros de su equipo habían protagonizado previamente titulares.