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Una revuelta de los populares contra Merkel complica la sucesión de Juncker
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al frente de la comisión europea

Una revuelta de los populares contra Merkel complica la sucesión de Juncker

La candidatura de Frans Timmermans ha ido cogiendo fuerza en las últimas horas pero los populares europeos se oponen al acuerdo cerrado por Angela Merkel en Osaka

Foto: Juncker. (Reuters)
Juncker. (Reuters)

A 9.324 kilómetros de distancia de Bruselas la mente está más despejada. En Japón se logró un principio de acuerdo que puede decidir el liderazgo de la UE durante los próximos cinco años. El “Plan Osaka” se cerró en los pasillos, las salas de reuniones bilaterales y los despachos de la cumbre del G20 en la ciudad japonesa. Allí Angela Merkel, canciller alemana, Pedro Sánchez, presidente español, Mark Rutte, primer ministro holandés, y Emmanuel Macron, presidente francés, acercaron posturas y cerraron un principio de acuerdo. Sus equipos técnicos y los de los presidentes Jean-Claude Juncker, de la Comisión Europea, y Donald Tusk, del Consejo Europeo, fueron forjando un plan que ahora está tocando poner a prueba de fuego en la capital comunitaria. Y el experimento no está saliendo como esperaba la canciller alemana.

El nombre del candidato socialista a la presidencia de la Comisión Europea, Frans Timmermans, emergió en tierras niponas como la solución a un previsible bloqueo institucional si el Consejo pretendía desmantelar el sistema del ‘spitzenkandidaten’ instaurado por el Parlamento Europeo en 2014 y por el cual se niegan a investir a ningún presidente de la Comisión Europea propuesto por las capitales que no haya sido candidato a las elecciones europeas por una de las grandes familias políticas.

Foto: Pedro Sánchez, Emmanuel Macron, Angela Merkel y Donald Tusk discuten durante el último Consejo Europeo. (EFE)

“Tiene buena pinta”, aseguraba ayer una fuente diplomática a El Confidencial, de vuelta de Osaka tras haber pasado las últimas horas tratando de forjar un acuerdo. Pero otras alertaban: la posibilidad de que descarrile este plan son muy altas, hay muchas formas de que todo se torciera.

Y es justo lo que está ocurriendo. Porque la Merkel de hoy no es la de hace cuatro años, y la canciller ha asistido a una auténtica revuelta en un encuentro que ha celebrado el Partido Popular Europeo (PPE) antes de que comenzara la cumbre de líderes. Allí la inmensa mayoría de primeros ministros conservadores han dicho “nein” al plan acordado por Merkel en Osaka con una mezcla de incredulidad y molestia por la extralimitación de la germana.

Una alta fuente del PPE señala que la reacción al “Plan Osaka” ha sido “brutal”. “Creo que Merkel venía a salir en hombros y la cosa ha salido mal”, ha asegurado la fuente, que asegura que “todo el mundo se ha levantado” y que “no ha habido ni una declaración a favor de Timmermans”.

“Ceder la presidencia desde Osaka ha quemado mucho”, asegura la fuente, que pinta un ambiente tenso en la reunión del PPE. “Hacía tiempo que no se veía nada parecido”, apunta.

"Ceder la presidencia desde Osaka ha quemado mucho", asegura la fuente, que pinta un ambiente tenso en la reunión del PPE

El presidente del Consejo, Donald Tusk, ha suspendido tras apenas dos horas de reunión formal la cumbre extraordinaria para dar espacio a encuentros bilaterales que permitan superar las diferencias que alejan a los Veintiocho de un acuerdo. El encuentro arrancó finalmente en torno a las 21:30, con más de tres horas de retraso por los contactos previos entre líderes para fijar las líneas rojas y tratar de acercar posturas, y se suspendió pasadas las 23.00 horas.

A primera hora de esta mañana,Tusk se reunió en sus oficinas con los dos pesos pesados de los liberales en el Parlamento Europeo y minutos después con Sánchez. Tras esos dos encuentros se dirigió a la sede de la Eurocámara, a solo unos minutos en coche, y allí, según han asegurado fuentes parlamentarias a este periódico, explicó a la conferencia de presidentes (conformada por los líderes de todas las familias políticas) que esta noche, a partir de las 18:30, cuando se reúnan los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas, va a poner el nombre de Timmermans sobre la mesa. No es su propuesta personal, es la candidatura que está generando consenso.

placeholder Sánchez junto a Tusk durante la reunión celebrada este domingo. (Reuters)
Sánchez junto a Tusk durante la reunión celebrada este domingo. (Reuters)

Tusk ha comentado con los líderes políticos de la cámara las fuertes oposiciones que enfrenta la candidatura del holandés. Destaca la del Grupo Visegrado, una alianza de Polonia, Hungría, Eslovaquia y República Checa, que se reunieron en Praga para asegurar que se opondrían a Timmermans y a cualquier candidato que no defienda frenar la inmigración, la defensa de una “Europa de naciones” y la protección de la cultura cristiana como base del proyecto europeo. Ninguno de los candidatos a presidir la Comisión Europea, ni de los nombres barajados fuera del sistema del ‘spitzenkandidaten’, cumple con los requisitos de este bloque.

Sin embargo en las últimas horas ese muro se está agrietando. Varias fuentes coinciden con que Eslovaquia, que es un verso suelto dentro de Visegrado, más cercana a Bruselas y el resto de la UE, podría estar descolgándose de ese compromiso. Sin embargo la candidatura de Timmermans también podría sufrir la oposición de Italia.

“Visegrado va a ser un problema, pero no tienen fuerza para bloquear”, aseguró una fuente diplomática. La nominación de presidente de la Comisión Europea se produce por mayoría cualificada, no por unanimidad, y Tusk y su círculo más cercano ya anunciaron que estaban dispuestos a someter un nombre a votación si era necesario para desbloquear la situación, aunque hubiera que sacrificar la unidad. Sin embargo el polaco tratará de evitar divisiones profundas esta noche y buscará el acuerdo que evite una oposición demasiado numerosa.

Foto: La europeísta Zuzana Caputova, ganadora de las elecciones presidenciales de Eslovaquia. (EFE)


Polonia y Hungría se oponen a Timmermans porque, además de ser socialista, en su mandato como vicepresidente de la Comisión Europea ha sido el azote de Varsovia y Budapest por sus intentos de desmantelar el Estado de derecho en ambos países. De hecho el holandés activó el artículo 7 de los Tratados, el "botón nuclear", contra Polonia por una reforma judicial que trataba de limitar la independencia del Tribunal Supremo.

Pero los verdaderos problemas no llegan desde Visegrado: vienen desde el mismo PPE. A su entrada en el Consejo, que acumula un retraso de cerca de tres horas, Leo Varadkar, primer ministro irlandés, ha explicado que el PPE no ha “aceptado el paquete que se negoció en Osaka”. “Es justo decir que hay mucha oposición a la propuesta que se hizo en Osaka. La gran mayoría de los primeros ministros del PPE no creen que debamos renunciar a la presidencia de la Comisión tan fácilmente, sin luchar”, ha señalado Varadkar.

Y es que fuentes diplomáticas y también algunos líderes, incluido Sánchez, admitían hace una semana que la lógica indica que el PPE tenga una posición privilegiada para hacerse con la presidencia del Ejecutivo comunitario al haber ganado las elecciones europeas. Sin embargo, a la vez que los populares se oponen a Timmermans, lo cierto es que el PPE no cuenta con ningún candidato alternativo, ya que Manfred Weber, ‘spitzenkandidat’ del PPE, no cuenta con el apoyo suficiente ni en el Consejo ni en el Parlamento.

placeholder Los líderes del grupo Visegrado en Budapest. (EFE)
Los líderes del grupo Visegrado en Budapest. (EFE)

“No forcemos al Parlamento Europeo”, ha advertido una fuente diplomática, que pide elegir al único candidato que contaría con el apoyo suficiente en la Eurocámara, que es el holandés.

El resto de cargos

El “Plan Osaka” no solo se trataba de cerrar el nombre del próximo líder del Ejecutivo comunitario, también hay que nombrar a otra serie de cargos. De hecho se trata de un paquete que debe concluirse a la vez. Pero todo el paquete ha sentado muy mal al PPE.

De esta forma, y según varias fuentes, el reparto de cargos haría que los liberales se quedaran con la presidencia del Consejo Europeo, previsiblemente para Rutte, que ha sido quien ha cerrado el acuerdo en Osaka, o para Charles Michel, primer ministro belga, y también la vicepresidencia primera de la Comisión Europea, el cargo que hasta ahora tiene Timmermans y que podría ser para la danesa Margrethe Vestager, comisaria de Competencia y candidata de los liberales a presidir el Ejecutivo comunitario.

placeholder Mark Rutte, primer ministro holandés. (EFE)
Mark Rutte, primer ministro holandés. (EFE)

Mientras tanto el Partido Popular Europeo (PPE) se quedaría con la presidencia del Parlamento Europeo, que sería para Manfred Weber, candidato de los populares a presidir la Comisión Europea. También obtendrían el Alto Representante para Exteriores de la UE, que podría ser para Kristalina Georgieva o para Mariya Gabriel, actual comisaria pero un perfil tremendamente bajo. En el PPE también ha cabreado mucho la aparición de este nombre si consultar con el resto de socios.

Por último los socialistas, además de tener a Timmermans, obtendrían una vicepresidencia económica, que podría ser a la que aspire el Gobierno español, especialmente después haber estado detrás del ascenso del candidato holandés hasta el liderazgo del Ejecutivo comunitario.

“Nosotros pedíamos la presidencia de la Comisión Europea y cedíamos todo lo demás (presidencia del Consejo y del Parlamento). Si nos quedamos sin la Comisión nos quedamos con los demás cargos”, asegura la alta fuente popular, mostrando el malestar con el paquete acordado.

Además, el PPE asegura que no tiene confianza con los socialdemócratas después de que la familia progresista rompiera a mitad de mandato el acuerdo firmado en 2014 para turnarse la presidencia del Parlamento Europeo, algo que quebró la gran coalición y la confianza entre ambos bloques de forma definitiva.

A 9.324 kilómetros de distancia de Bruselas la mente está más despejada. En Japón se logró un principio de acuerdo que puede decidir el liderazgo de la UE durante los próximos cinco años. El “Plan Osaka” se cerró en los pasillos, las salas de reuniones bilaterales y los despachos de la cumbre del G20 en la ciudad japonesa. Allí Angela Merkel, canciller alemana, Pedro Sánchez, presidente español, Mark Rutte, primer ministro holandés, y Emmanuel Macron, presidente francés, acercaron posturas y cerraron un principio de acuerdo. Sus equipos técnicos y los de los presidentes Jean-Claude Juncker, de la Comisión Europea, y Donald Tusk, del Consejo Europeo, fueron forjando un plan que ahora está tocando poner a prueba de fuego en la capital comunitaria. Y el experimento no está saliendo como esperaba la canciller alemana.

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