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¿Dónde está Steve? Francia sospecha de la policía por su desaparición en un festival
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NO SABÍA NADAR

¿Dónde está Steve? Francia sospecha de la policía por su desaparición en un festival

Una veintena de policías cargó contra unos jóvenes que habían prolongado la fiesta en las orillas del Loira, iniciando una batalla campal en la que desapareció un joven que no sabía nadar

Foto: Cartel difundido por la policía, Steve Maia Caniço
Cartel difundido por la policía, Steve Maia Caniço

A las orillas del río Loira, en la ciudad bretona de Nantes, un centenar de jóvenes participa en una 'free party' organizada en el marco de la Fiesta de la Música. Son las 4:30 de la madrugada del día 22 de junio y el DJ ignora la primera orden de la policía de que la fiesta debe terminar. Tras una breve pausa, la música tecno se reanuda. No hay una segunda advertencia y una veintena de policías carga contra los jóvenes tirando gases lacrimógenos, granadas "aturdidoras" y balas de goma.

Durante la intervención policial, particularmente violenta, varios participantes caen a las aguas del Loira –entre 7 y 8 metros de altura separan el corredor y la superficie del río-. Once personas son rescatadas por los servicios de socorro. Entre la muchedumbre y la agitación, Steve Maia Caniço, un joven de 24 años, desaparece. Delgado, 1,72m, ojos verdes, cabello castaño claro, pequeña cicatriz en la frente, son algunos de los detalles plasmados en el panfleto destinado a recolectar pistas sobre esta “desaparición inquietante”.

Seis días después de los hechos, las misiones de búsqueda no han dado ningún fruto. No hay rastro de Steve. Mientras tanto, la controvertida carga policial se esboza como el origen de la desaparición del joven.

El joven no sabía nadar

“Había gente que corría en todas las direcciones para huir de los gases lacrimógenos. Vi a gente caer al agua, gritaban para que las lanchas de socorro les rescataran”, describe Aliyal, una estudiante presente en una fiesta que alcanzó los 2.000 asistentes, al diario 'Le Monde'. Aquella noche, el joven, alegando cierto cansancio, se acostó cerca de las rocas que bordean el canal Wilson, a escasos metros del agua, según relataron varios amigos de Steve al periódico digital Mediapart.

“Un amigo se ocupaba de vigilarlo, no estaba solo, pero se fue a decir adiós a sus colegas en el momento en el que comenzó la intervención policial. Otros amigos debían vigilarlo, pero imagino que hubo un momento de pánico con la carga […] El colega le buscó, pero Steve es una persona muy sociable, así que debió pensar que se había ido con otro grupo de gente”, explica su amiga Morgane al periódico francés.

Sin embargo, desde aquella noche, Steve Maia Caniço permanece en paradero desconocido y su teléfono fuera de servicio. La tarde del domingo 23 de junio, la madre de este joven animador de actividades extraescolares alertó de la desaparición a la policía. La investigación se activó de forma inmediata, con multitud de preguntas sin responder. ¿Saltó el joven, quien según sus familiares no sabía nadar, al río al ser despertado por la estampida que siguió a la carga policial? ¿Habría caído al agua durante la violenta intervención? ¿Habría pasado desapercibido ante los servicios de socorro?

El propio ministro del Interior no ha descartado la hipótesis que "podría" relacionar la desaparición del joven con la operación policial

La actuación de la policía francesa ha sido criticada incluso por las propias fuerzas del orden: “Se trata de una falta grave de criterio, una orden aberrante, poniendo primero en peligro a nuestros colegas y a los usuarios”, denuncia Philippe Boussion, secretario regional del sindicato policial SGP en el País del Loira, interrogado por el diario regional Ouest-France el martes 25 de junio.

El responsable sindical asegura que la SGP (Sindicato General de Policía) “ya ha alertado en varias ocasiones sobre la visión de la seguridad de este comisario [Grégoire Chassaing, comisario encargado de las operaciones policiales la noche del suceso] que expone regularmente a (sus) compañeros con su toma de decisiones y su visión exclusivamente agresiva de la seguridad. Pedimos a la IGPN (Inspección General de la Policía Nacional) que haga su trabajo y señale la responsabilidad de la persona que dio la orden”.

Todos contra la policía

Ante tales críticas, sumadas a la indignación popular, el propio ministro del Interior, Christophe Castaner, no ha descartado la hipótesis que “podría” –según sus propias palabras- relacionar la desaparición del joven con la operación policial. En este mismo sentido, la IGPN ha abierto una información judicial destinada a esclarecer las circunstancias exactas en las que se produjo la controvertida intervención.

“Nunca intervenimos al borde del agua o en un puente, incluso si hay barandillas, es demasiado arriesgado”

“Nunca intervenimos al borde del agua o en un puente, incluso si hay barandillas, es demasiado arriesgado”, confía al diario 'Le Monde' un alto responsable de las fuerzas del orden. Así, al uso desmedido de la fuerza se suman los riesgos específicos del sector: “Una zona potencialmente peligrosa situada al borde del Loira (…) un corredor, sin barandilla, situado a 5 metros de altura”, subraya en un comunicado la asociación Free Form, encargada de organizar el evento.

La misma asociación se interroga sobre las consecuencias que dicha carga policial podría haber acarreado si el cuerpo de bomberos hubiera estado ausente durante las tareas de socorro: “¿Qué habría pasado si no hubieran estado allí? Probablemente varias personas se habrían ahogado”.

Foto: Una protesta de chalecos amarillos en París. (Reuters)

Mientras las tareas de búsqueda continúan para tratar de encontrar al joven Steve Maia Caniço, la indignación y las críticas se multiplican. La alcaldesa de Nantes, Johanna Rollan (Partido Socialista), ha exigido, a través de una carta dirigida al prefecto, “que se arroje luz, extremadamente rápido, sobre las circunstancias de esta intervención”, reclamando “la verdad (…) sobre la estrategia de seguridad adoptada en esta ocasión y sobre las responsabilidades que deben ser claramente establecidas”.

Una estrategia de seguridad puesta en entredicho, de nuevo. Si bien esta intervención policial dista del contexto de las cargas policiales llevadas a cabo durante las múltiples manifestaciones protagonizadas por los chalecos amarillos desde el pasado mes de noviembre, especialmente en París, este affaire vuelve a cuestionar las tácticas destinadas a mantener el orden público en Francia.

Los interrogantes se multiplican

En este contexto, la indignación ciudadana está lejos de disiparse, lo que podría explicar el cambio de tono del ministro del Interior, Christophe Castaner, quien hasta ahora defendía a capa y espada a las fuerzas del orden acusadas en múltiples ocasiones de violencia policial. “Hay una situación que requiere cierto cuestionamiento”, apuntó Castaner al mismo tiempo que exigía a la IGPN una investigación interna y dirigía “un pensamiento a la familia del joven” desaparecido.

La investigación de la IGPN no solo deberá aclarar el contexto en el que se produjo la carga policial, también deberá establecer si “las fuerzas empleadas fueron legítimas y proporcionadas”. Mientras, la familia de Steve Maia Caniço sigue buscando respuestas. Por ahora, solo los interrogantes parecen multiplicarse.

A las orillas del río Loira, en la ciudad bretona de Nantes, un centenar de jóvenes participa en una 'free party' organizada en el marco de la Fiesta de la Música. Son las 4:30 de la madrugada del día 22 de junio y el DJ ignora la primera orden de la policía de que la fiesta debe terminar. Tras una breve pausa, la música tecno se reanuda. No hay una segunda advertencia y una veintena de policías carga contra los jóvenes tirando gases lacrimógenos, granadas "aturdidoras" y balas de goma.

Le Monde