¿Excepciones al celibato? La Iglesia se abre a que hombres casados sean sacerdotes

El Vaticano abre la puerta a explorar la posibilidad de romper uno de los mayores y más antiguos tabús de la Iglesia católica, el celibato. La cuestión se debatirá en el próximo Sínodo de los obispos sobre la Amazonía con la finalidad de "asegurar los Sacramentos" en los lugares más recónditos de la Tierra.

Se conoce como celibato al voto que obliga a los sacerdotes a permanecer castos. Éste es uno de los compromisos (y requisitos) que adquieren los hombres y mujeres para ser ordenados como sacerdotes, monjes o monjas en la Iglesia católica.

Pero a esta norma podrá incluir excepciones tras el próximo encuentro de los obispos para la región panamazónica, en el que si discutirá si en "las zonas más remotas de la región" se podría estudiar la ordenación para personas ancianas y preferiblemente indígenas "aunque tengan una familia constituida".

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El Vaticano (y el propio Papa en anteriores ocasiones) se ha cuidado de recordar que el celibato es un "don" de la Iglesia (y también uno de los tabús más fuertes del ala conservadora del Vaticano), por lo que los casos en los que se produciría serían excepciones, no una opción.

"Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana", se lee en el texto 'Instrumentum laboris'.

Este documento servirá como guía a los obispos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela que se reunirán del 6 al 27 de octubre en Roma. En él se destaca la "pluralidad de culturas" y las grandes distancias geográficas y pastorales en la región, que "generan un problema pastoral grave que no se puede resolver solamente con instrumentos mecánicos y tecnológicos".

La solución de instaurar excepciones al voto del celibato y otras sugerencias que se detallan en el documento "recuperan aspectos de la Iglesia primitiva cuando respondía a sus necesidades creando los ministerios oportunos, con el objetivo de pasar "de una 'pastoral de visita' a una 'pastoral de presencia' para reconfigurar la iglesia local", se explica en el documento de trabajo.

"Viri probati"

A bordo del avión presidencial, el papa Francisco aseguró a principios de año que nunca autorizará el celibato opcional, aunque no descartó la posibilidad de conceder la ordenación sacerdotal a hombres casados en lugares lejanos y remotos como las islas del Pacífico o la Amazonía, donde faltaban sacerdotes. Los elegidos serían los denominados 'viri probati', es decir, hombres maduros casados "testigos de una vida cristiana madura y contrastada".

Según la Enciclopedia Hispano-Católica Universal, la expresión latina 'viri probati' aparece en la Carta de Clemente (+ 100) a los corintios al tratar de los sucesores de los apóstoles, que ordenaron que "si morían, otros hombres probados recibieran en sucesión su ministerio" (44,2).

Esta idea fue retomada por el concilio Vaticano II de una manera parecida: "[Los apóstoles] nombraron a algunos varones y luego dispusieron que, después de su muerte, otros hombres probados (viri probati) les sucedieran en su ministerio". Por eso, en la etapa posterior al Vaticano II los 'viri probati' se ha convertido en una expresión "técnica" para referirse a los hombres casados, posibles candidatos a la ordenación presbiteral, testigos de una vida cristiana madura y contrastada.

Sin embargo, esta sugerencia aparecida explícitamente en el 'Instrumentum laboris' dependerá de lo que se apruebe finalmente en la Asamblea Especial para la Región Panamazónica.

Las mujeres en la Iglesia amazónica

Aunque de forma más velada, el documento sobre el que trabajarán los obispos también debatirá sobre el papel "central" de las mujeres en la Iglesia amazónica, para que éstas tengan "garantizado su liderazgo, así como espacios cada vez más amplios y relevantes en el área formativa: teología, catequesis, liturgia y escuelas de fe y política". Incluso se "reclama el reconocimiento de las mujeres desde sus carismas y talentos".

Otra sugerencia que recoge el documento es que se "escuche la voz de las mujeres, que sean consultadas y participen en las tomas de decisiones, y puedan así contribuir con su sensibilidad a la sinodalidad eclesial" y se marcan como meta identificar el tipo de "ministerio oficial" que puede ser conferido a la mujer.

Estos son algunos puntos que se desgranan en la hoja de ruta del Vaticano para responder de modo "más eficaz a las necesidades de los pueblos amazónicos".

Por último, se llama a "promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres" como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental; su contribución decisiva está en el impulso a una auténtica evangelización desde la perspectiva indígena, según sus usos y costumbres. Se trata de indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua, capaces de comunicar el mensaje del evangelio con la fuerza y eficacia de quien tiene su bagaje cultural.