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Los "hombres de gris" visitan a May: por qué la 'premier' tiene los días contados
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CLIMA SIMILAR A LA CAÍDA DE THATCHER

Los "hombres de gris" visitan a May: por qué la 'premier' tiene los días contados

Los “hombres de gris” fueron a comunicar a la 'premier' que ya no cuenta con el respaldo del partido. Se cree que ella es la causa por la que no hay ningún tipo de avance en el Brexit

Foto: Theresa May a su llegada a Berlín para reunirse con Angela Merkel. (Reuters)
Theresa May a su llegada a Berlín para reunirse con Angela Merkel. (Reuters)

Ni son todos ya varones, ni van vestidos de oscuro. Pero en los círculos tories se les sigue llamando “hombres de gris”. Y cuando acuden a Downing Street es porque el inquilino tiene los días contados. Por lo que, ahora sí, parece que ha llegado el final para Theresa May.

Sir Graham Brady, presidente del llamado Comité 1922 -que representa a los diputados conservadores sin cartera- encabezó el lunes una delegación de 14 miembros del comité ejecutivo que se presentaron en el Número 10 para reunirse con la primera ministra. Oficialmente, se trataron las conversaciones que el Gobierno está llevando a cabo con la oposición laborista, en un intento por desbloquear la crisis del Brexit. Extraoficialmente, los “hombres de gris” fueron a comunicar a la líder 'tory' que ya no cuenta con el respaldo del partido.

El estado de ánimo ha cambiado. En realidad ha cambiado bastante. Antes, a pesar de todo el caos, se consideraba a May como el soldado que estaba tratando de sacar las cosas adelante. Pero ahora se cree que ella es la causa por la que no hay ningún tipo de avance.

May ya no sólo ha perdido el apoyo de sus diputados. Tampoco cuenta con el respaldo de las bases, activistas ni donantes. En las elecciones locales del próximo 2 de mayo se espera un auténtico debacle para el Partido Conservador.

Cuando se le presentó a la ‘premier’ el panorama, una vez más, ella se negó a hablar de su futuro a corto plazo. Públicamente ya ha dicho que no se presentará a las próximas elecciones generales, previstas para 2022. Y también se ha comprometido con sus filas a no liderar la siguiente fase de negociaciones con Bruselas sobre la futura relación con el bloque. En cualquier caso, aún sigue determinada a intentar ejecutar el Brexit.

Foto: Bandera europea en una manifestación en Roma. (Reuters)

Es cierto que se ha hablado en multitud de ocasiones del final de May y luego ella ha resurgido como ave fénix de sus cenizas. Pero el clima ahora recuerda al que se vivió los días previos a la dimisión de Margaret Thatcher, el 22 de noviembre de 1990. Entonces, también hubo de por medio visita de los “hombres de gris”.

La popularidad de la Dama de Hierro ya estaba tocada por el polémico “poll tax” y, sobre todo, por el desgaste de once años en el poder. Pero fue precisamente la cuestión europea la que precipitó su salida. La gran diferencia con ahora, sin embargo, es que una Thatcher cada vez más euroescéptica y reacia a una integración que fuera más allá del mercado único fue derribada por el ala europeísta de la formación. Intentó resistir hasta el último momento, pero poco a poco fue perdiendo el control de su propio Gobierno y finalmente no le quedó más remedio que tirar la toalla.

El punto de inflexión fue cuando su marido Denis, su pilar fundamental, le dijo: “Don't go on, love” (“No sigas, amor”). Por lo que todas las miradas están ahora puestas en Philip. El esposo de May, a pesar de no estar de cara al público, tiene una gran influencia en todas las decisiones políticas que toma la 'premier'.

El euroescéptico Mark Francois ha solicitado al Comité 1922 que se lleve a cabo una “votación indicativa” sobre el liderazgo de May. El gran problema con el que se enfrentan ahora los rebeldes es que, después de que la 'premier' sobreviviera a la moción de confianza planteada en diciembre de 2018, según las reglas de la formación, queda inmune a desafíos internos por 12 meses.

Pero si finamente en la cumbre europea de este miércoles, los Veintisiete apuestan por una extensión larga del Brexit, la líder 'tory' no tiene muchas posibilidades de quedarse al frente hasta finales de año. Si más de la mitad de los diputados -ya sean euroescépticos o europeístas- escriben cartas a los “hombres de gris”, la dimisión sería prácticamente obligada. En este sentido, los ‘brexiters’ aseguran que ya se ha enviado “un número importante” de misivas.

placeholder Theresa May a su salida del Parlamento, en Londres. (Reuters)
Theresa May a su salida del Parlamento, en Londres. (Reuters)

Los aspirantes al liderazgo ‘tory’ están ya listos para pasar oficialmente al modo de campaña tan pronto como la próxima semana. De alguna manera, el pistoletazo de salida se ejecutó este martes, cuando varios de los posibles candidatos participaron en un evento organizado por el think tank Onward, para hablar sobre las actitudes de los jóvenes.

Matt Hancock (ministro de Sanidad), Penny Mordaunt (Desarrollo Internacional) y Michael Gove (Medio Ambiente) estuvieron entre los ponentes para discutir la actualización de las ideas conservadoras para atraer a las nuevas generaciones. Aunque la lista es amplia porque entre los interesados al puesto también figuran Jeremy Hunt (Exteriores), Sajid Javid (Interior) y, por su puesto, el eterno aspirante a primer ministro, Boris Johnson.

El excéntrico político, uno de los protagonista indiscutibles de la campaña por el Brexit en el referéndum de 2016, es uno de los más popular entre las bases. Según las reglas del partido, eso sí, debe conseguir antes el apoyo entre los diputados para presentar su candidatura. Pero cuenta con bastantes opciones.

La posibilidad de que el extravagante tory -euroescéptico más por conveniencia que por principios- se mude a Downing Street pone a muchos los pelos de punta a ambos lados del Canal de la Mancha. Aunque fuentes diplomáticas de la UE ya han advertido que el Acuerdo de Retirada cerrado en noviembre con May es inamovible y no van a cambiar ahora las cosas con un eventual reemplazo al frente del Ejecutivo británico.

Ni son todos ya varones, ni van vestidos de oscuro. Pero en los círculos tories se les sigue llamando “hombres de gris”. Y cuando acuden a Downing Street es porque el inquilino tiene los días contados. Por lo que, ahora sí, parece que ha llegado el final para Theresa May.

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