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Humor, patriotismo e inmigrantes: cómo la UE intenta alcanzar la tasa de repoblación
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LA ANCIANA ENJOYADA

Humor, patriotismo e inmigrantes: cómo la UE intenta alcanzar la tasa de repoblación

Los europeos somos cada vez menos y más viejos. Para atajar este problema, los gobiernos están intentando fomentar la natalidad con dinero... o medidas menos ortodoxas

Foto: Dos niños húngaros juegan en un festival de cometas en el pueblo de Zebegeny. (Reuters)
Dos niños húngaros juegan en un festival de cometas en el pueblo de Zebegeny. (Reuters)

La “vieja Europa” es cada vez más vieja. La tasa de natalidad de polacas, españolas o portuguesas no supera los 1,2 niños de media. Y aunque este porcentaje es ligeramente superior en Francia, Irlanda o Suecia (dos nacimientos por mujer), ningún país europeo alcanza la llamada “tasa de repoblación”, establecida en 2,1 hijos por pareja. La consecuencia es obvia: los europeos somos cada vez menos y cada vez más viejos.

Para intentar atajar este problema, que tiene implicaciones políticas y económicas todavía por ver, los diferentes gobiernos europeos están intentando fomentar la natalidad de sus ciudadanos por todos los medios. Las medidas varían según el país y los resultados también: hay gobiernos que apelan al sentido del humor, otros al patriotismo y todos, en mayor o menor medida, ofrecen ayudas en metálico o en deducciones de impuestos para quienes decidan tener un bebé. En países como Polonia o Hungría mantener el crecimiento económico puede acabar dependiendo de la mano de obra extranjera, toda una ironía teniendo en cuenta que sus respectivos gobernantes abanderan políticas contra la inmigración.

Cheques bebé

Hace un par de años un anuncio institucional animaba a los polacos a alimentarse (y a algo más) como conejos para fundar una familia o aumentarla. La campaña fue un éxito viral pero nueve meses después la tasa de natalidad polaca seguía siendo la más baja de Europa, así que el Gobierno sacó la chequera. Actualmente, el programa 500+ concede un sueldo mensual de 500 zlotys mensuales -unos 120 euros- a partir del segundo vástago y, si gana las elecciones, el PiS (partido en el poder) ha prometido extender esta ayuda al primer hijo.

Un millón y medio de ucranianos ya viven y trabajan en Polonia y se han convertido en una pieza indispensable del motor económico

Además, prometen eximir de impuestos a los menores de 26 años y alargar las ya generosas bajas por maternidad: ahora se puede elegir entre un año sin trabajar con el 80% del sueldo y seis meses de baja con el 100%. El estado polaco dedica el 2,5% de su producto interior bruto a medidas de ayuda familiar y por ejemplo una pareja con un sueldo y dos hijos recibe más dinero del Estado del que paga en su declaración de la renta. Aun así, la tasa de natalidad polaca es de las más bajas del mundo y el gobierno ya no sabe qué hacer.

Aunque es de prever que tras el Brexit "vuelvan a casa" muchos miles del millón de polacos que están viviendo en el Reino Unido, faltan manos para mantener el ritmo de crecimiento y consumo que el país necesita para sostener el "milagro polaco" de crecimiento económico que dura ya dos décadas. Muy a pesar del Gobierno, la única solución posible, al menos por ahora, viene de fuera: un millón y medio de ucranianos ya viven y trabajan en Polonia y estos inmigrantes se han convertido en una pieza indispensable del motor económico.

Foto: Foto: EFE.

La mayor cadena de supermercados del país, Biedronka, ha puesto en marcha una línea telefónica con operadores ucranianos que promete encargarse de todo el papeleo necesario y traer a Polonia, con un curso de preparación pagado y un trabajo asegurado, a cualquier ciudadano de Ucrania mayor de edad. Debido a su afinidad cultural y su fama de trabajadores incansables, los ucranianos se integran fácilmente en la sociedad polaca. En los últimos años, el trasvase de población entre Ucrania y Polonia se ha convertido en el movimiento poblacional más numeroso y rápido en la historia reciente de Europa.

Orbán pide la vuelta a casa

Hungría es otro país donde el gobierno intenta atajar la escasa natalidad con argumentos económicos. Con anterioridad, Víktor Orbán intentó apelar a la nostalgia que deben sentir los húngaros emigrantes pidiéndoles que “volvieran a casa”. Aquella iniciativa no tuvo éxito y ahora Fidesz, el partido que fundó Orbán y que acuñó el lema “tres niños, tres dormitorios y cuatro ruedas” para definir el sueño de la clase media húngara, ha decidido ser más práctico para aumentar la natalidad. “Cada vez hay menos niños nacidos en Europa (…) Necesitamos niños húngaros”, dijo hace poco.

Víktor Orbán intentó apelar a la nostalgia que deben sentir los húngaros emigrantes pidiéndoles que “volvieran a casa”, pero la iniciativa no tuvo éxito

Budapest anunció en febrero un “plan de acción de protección a la familia” que exime de pagar impuestos para el resto de su vida a las húngaras que tengan cuatro o más hijos. A las menores de 40 años se les da la oportunidad de acceder a préstamos de 30.000 euros en condiciones muy ventajosas: se condona un tercio de la deuda al tener el segundo hijo y no hay que devolver el crédito si se tienen tres. Mientras se aumentan las plazas de guardería, los abuelos podrán recibir una paga del estado por cuidar de los nietos. A pesar de todo esto, en 2017 la población de Hungría descendió en 37.000 personas.

Foto: Donald Tusk charla con Al-Sisi, presidente de Egipto. (Reuters)

Curiosamente, los paneles publicitarios que anuncian el “plan familiar” de Orbán en las calles de Budapest se han convertido en fuente de burlas porque usan las fotos de una pareja famosa por aparecer en memes sobre la infidelidad y en la que el chico es catalán.

En España la situación es parecida. Hace más de 25 años que nacen menos españoles de los que fallecen y los escasos 1,3 niños que de media tienen las mamás españolas (cifra similar a Grecia o Alemania) están convirtiendo la pirámide de población por edades en un cono invertido. En la sección de maternidad de los hospitales hay menos trabajo que nunca. Por ejemplo este año en Soria no nació ningún niño hasta el 4 de enero.

Incentivos que no funcionan

En nuestro país, desde el uno de marzo se equipararon los permisos de maternidad y paternidad -16 semanas intransferibles para cada progenitor-, pero es una medida que se aplicará de manera gradual y no será hasta 2021 cuando se concrete, si es que supera las objeciones de la oposición. Las familias de rentas bajas tienen una ayuda de 291 euros anuales por niño, y el Gobierno quiere elevar el umbral de ingresos (12.300 euros al año) que permita acceder a estas ayudas.

Si en España se pelea por tener 16 semanas de baja maternal, en Suecia ya tienen 16 meses a repartir entre la madre y el padre

La situación económica y laboral es, con seguridad, un factor decisivo para las parejas que quieran tener hijos, pero ni siquiera en los países más prósperos y avanzados vienen más europeos al mundo. Suecia prefiere fomentar el bienestar de las familias con niños, pues al crear buenas condiciones de vida para ellos es de esperar que suba la natalidad. Si en España se pelea por tener 16 semanas de baja maternal, en el país nórdico ya tienen 16 meses a repartir entre los dos y la prestación mensual del estado puede llegar a los 1.500 euros.

En cuanto a Francia, una rara excepción en el Viejo Continente, las mujeres tienen casi dos niños de media durante su vida, justo por debajo de la deseada tasa de repoblación. Las ayudas estatales van desde una bonificación de 940 euros al nacer el bebé hasta cerca de 600 euros mensuales por tener tres o más hijos, además de guarderías subvencionadas y otras ayudas.

Foto: Emmanuel Macron durante la presentación del premio Simone Veil en el Palacio del Elíseo, el 8 de marzo de 2019. (Reuters)

Alemania, por su parte, tiene una natalidad muy baja (1,6 niños de media) y una población muy envejecida (17 millones de mayores de 65 años). Los incentivos para tener niños suponen unos 200 euros mensuales por vástago, una ayuda que se prorroga mientras el hijo esté estudiando o en paro. Una cuarta parte de los nacimientos en Alemania en 2017 fueron de madre no alemana.

Desde Kiev hasta Lisboa, la población europea está descendiendo, moviéndose y cambiando. Si según la tradición los niños “venían” de París, ahora la mayoría de los nuevos europeos vienen de Kiev. Ni el dinero, ni los consejos ni las campañas institucionales parecen suficientes para animar a los europeos a formar una familia o aumentarla. Hace poco un comentarista de la radio polaca decía que, de seguir así, Europa se parecerá cada vez más a una anciana enjoyada que vive de las rentas en una mansión cerrada a cal y canto. Y que no tiene herederos.

La “vieja Europa” es cada vez más vieja. La tasa de natalidad de polacas, españolas o portuguesas no supera los 1,2 niños de media. Y aunque este porcentaje es ligeramente superior en Francia, Irlanda o Suecia (dos nacimientos por mujer), ningún país europeo alcanza la llamada “tasa de repoblación”, establecida en 2,1 hijos por pareja. La consecuencia es obvia: los europeos somos cada vez menos y cada vez más viejos.

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