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Los 'brexiters' barajan apoyar 'in extremis' el acuerdo para evitar una prórroga larga
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RESS-MOGG, SU LÍDER, CAMBIA DE OPINIÓN

Los 'brexiters' barajan apoyar 'in extremis' el acuerdo para evitar una prórroga larga

“Solo si Ress-Mogg cambia algún día de opinión, May podría tener posibilidades” de que se aprueba su acuerdo, se escuchaba en los círculos euroescépticos. Ese día ha llegado

Foto: Carteles a favor del Brexit a las puertas del Parlamento británico, en Londres. (Reuters)
Carteles a favor del Brexit a las puertas del Parlamento británico, en Londres. (Reuters)

Cuando en noviembre del año pasado, la 'premier' Theresa May cerró finalmente el Acuerdo de Retirada con la UE, Jacob Rees-Mogg, ese hombre que con traje de chaqueta cruzada, cuyos modales y lenguaje parecen sacados del siglo pasado, lo calificó de “tremendo error”. “Deja al Reino Unido como un estado vasallo”, afirmó. El 'tory' lidera el European Research Group, el núcleo duro de los 'brexiters' del Partido Conservador, el mismo que durante los últimos dos años ha ido marcando el ritmo de la 'premier' con sus continuas amenazas. “Solo si Jacob cambia algún día de opinión, May podría tener posibilidades”, se escuchaba en los círculos euroescépticos.

Pues bien ese día ha llegado: “Siempre he pensado que un no acuerdo es mejor que el acuerdo de la señora May. Pero es que el acuerdo de la señora May es mejor que no salir en absoluto de la UE”, recalca ahora el excéntrico y millonario diputado. “Creo que aquí es donde llega la elección. Abandonar la UE, aunque sea de manera inadecuada y con mucho trabajo que hacer después, es mejor que no salir”, añade.

La pregunta, por tanto, es obligada: ¿Podría May conseguir in extremis ratificar el pacto esta semana? El documento ha sido rechazado ya en dos ocasiones en la Cámara de los Comunes. La última vez, el pasado 12 de marzo, cuando sus señorías lo tumbaron por 391 votos en contra frente a 242 a favor. El margen de 149 escaños mejoró la derrota histórica de 230 que May sufrió el pasado mes de enero, pero volvió a ser una gran humillación.

Desde entonces, la líder 'tory' está obsesionada con una cifra: 75. Este es el número de diputados que necesita hacer ahora cambiar de opinión si quiere sacar al Reino Unido de manera ordenada del bloque y con periodo de transición. Después de la última cumbre europea, los Veintisiete acordaron que si el pacto era ratificado antes del viernes, habría prórroga hasta el 22 de mayo. Pero si el documento no sale adelante, Londres deberá comunicar a Bruselas antes del 12 de abril cuál es su Plan B.

En los últimos días, alrededor de 15 euroescépticos han cambiado de opinión, por miedo a una prórroga más larga que obligue al Reino Unido a participar en las elecciones europeas y quedar “atrapado” sine díe en el bloque. Sin embargo, aún hay 69 'tories' -tanto euroescépticos como pro UE- que, por razones distintas, se siguen oponiendo a día de hoy al convenio.

Reunión decisiva esta tarde

En este escenario, May afronta esta tarde una reunión decisiva a puerta cerrada con el llamado Comité 1922, que agrupa a los diputados conservadores sin cartera. Según algunos rotativos, la 'premier' podría llegar a ofrecerles su salida de Downing Street si eso garantiza que el acuerdo salga adelante.

Tras ganar el año pasado la moción de confianza a su liderazgo presentada por sus propias filas, la hija del vicario anglicano sabe que está inmune a desafíos internos hasta diciembre de 2019. Hasta ahora, siempre se había negado a presentar su renuncia. Su idea siempre fue sacar adelante el Brexit y luego quedarse al menos un año más para dejar un legado más allá del divorcio. Pero, debido a la excepcionalidad de las circunstancias, podría haberse replanteado su futuro.

En cualquier caso, cuando en Downing Street comenzaban a tener algo de esperanza para ratificar el texto, los 10 norirlandeses del DUP, de cuyo apoyo depende el Gobierno en minoría, han arrojado un jarro de agua fría al recalcar que prefieren prórroga de un año a “meterse en una cárcel”.

Así lo explica la portavoz unionista para el Brexit, Sammy Wilson, en una carta publicada en 'The Telegraph', en la que advierte a la 'premier' y a las “hordas” de parlamentarios partidarias de permanecer en el bloque de que su partido no se “dejará intimidar” para aceptar un “pacto de salida tóxico”.

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“Incluso si nos viésemos forzados a aceptar una extensión de un año, al menos podríamos pronunciarnos sobre las cosas que nos afecten durante ese tiempo y podríamos decidir salir unilateralmente al final de ese periodo simplemente al no pedir una nueva extensión”, escribe en la misiva Wilson. En su opinión, esa “estrategia” es mejor que “aceptar voluntariamente” el “ingreso en la prisión del acuerdo de salida”, donde la “llave de la puerta de la celda” está en manos, dijo, del negociador jefe de la UE, Michel Barnier.

Sin el respaldo de los 10 norirlandeses, las cosas se complican para May. Intentar seducir a los laboristas es tarea complicada. Solo tres apoyaron el acuerdo en la segunda votación de mediados de marzo.

Los parlamentarios discutirán hoy qué opción podría tener mayoría en la Cámara Baja

En cualquier caso, media hora se convierte ya en una eternidad ante el caos que inunda Westminster, por lo que todo puede pasar. Tras posponer la votación este martes por falta de apoyos, May podría intentar su último cartucho el jueves. En el Gabinete se ha discutido la posibilidad de poder hacerlo también el viernes 29. Pero algunos ministros, como la euroescéptica Andrea Leadsom, responsable del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes, no quiere que ese precisamente ese día haya ninguna sesión.

El hecho de que sus señorías voten el acuerdo en la fecha marcada desde hace dos años para salir del bloque dejaría, a su entender, una imagen de lo más humillante. La UE podría permitir la votación a principios de la próxima semana, pero no admitiría más demoras.

placeholder El diputado conservador euroescéptico Jacob Rees-Mogg (d) habla con un ciudadano frente a su residencia en Londres. (EFE)
El diputado conservador euroescéptico Jacob Rees-Mogg (d) habla con un ciudadano frente a su residencia en Londres. (EFE)

De momento, ante la falta de acción de la 'premier', los diputados han tomado el control del proceso. Este miércoles, el Parlamento, por primera vez en la histórica reciente, arrebatará la iniciativa legislativa a un primer ministro, planteando una serie de alternativas al Acuerdo de Retirada.

El debate se produce después que la enmienda presentada por un grupo de influyentes diputados 'tories' y laboristas fuera aprobada el lunes por la noche por 329 votos a favor frente a 302 en contra, en la que supuso otra jornada fatídica para May. Tres miembros del Gabinete presentaron su dimisión y hasta 30 conservadores votaron a favor de la propuesta, mostrando así su crítica con el Ejecutivo.

Los parlamentarios discutirán distintas alternativas en un intento de buscar qué opción podría tener mayoría en la Cámara Baja para así desbloquear la crisis institucional. Las propuestas van desde una salida abrupta hasta dejar al Reino Unido dentro de la unión aduanera. Sus señorías elegirán sus preferencias y el próximo lunes se votarán las más populares.

Las enmiendas no son legalmente vinculantes, es decir, el Ejecutivo no tiene ninguna obligación de cumplir con el deseo de los diputados. Sin embargo, si el Acuerdo de Retirada finalmente no se ratifica, las opciones que cuenten con más respaldo entre los parlamentarios podrían ayudar a redactar el Plan B que May debería presentar a Bruselas, esta vez sí, sin oportunidades de posponer la decisión.

Cuando en noviembre del año pasado, la 'premier' Theresa May cerró finalmente el Acuerdo de Retirada con la UE, Jacob Rees-Mogg, ese hombre que con traje de chaqueta cruzada, cuyos modales y lenguaje parecen sacados del siglo pasado, lo calificó de “tremendo error”. “Deja al Reino Unido como un estado vasallo”, afirmó. El 'tory' lidera el European Research Group, el núcleo duro de los 'brexiters' del Partido Conservador, el mismo que durante los últimos dos años ha ido marcando el ritmo de la 'premier' con sus continuas amenazas. “Solo si Jacob cambia algún día de opinión, May podría tener posibilidades”, se escuchaba en los círculos euroescépticos.

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