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La UE ofrece dos prórrogas del Brexit a UK para aumentar la presión sobre Londres
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Tras seis horas de debate

La UE ofrece dos prórrogas del Brexit a UK para aumentar la presión sobre Londres

Los líderes de la UE han ofrecido dos prórrogas a Londres: si Westminster vota que sí al acuerdo del Brexit, tendrá hasta el 22 de mayo; de lo contrario, hasta el 12 de abril

Foto: Varias personas se manifiestan frente al edificio de la Comisión Europea (CE). (EFE)
Varias personas se manifiestan frente al edificio de la Comisión Europea (CE). (EFE)

En mitad de un barrizal, con una carta que ha llegado tarde y que no soluciona ninguna de las dos cuestiones fundamentales planteadas por la Unión Europea. El escenario difícilmente podría ser peor. Así se han reunido este jueves los Veintisiete, que durante casi dos horas han discutido con Theresa May, primera ministra británica, en el debate más largo que han mantenido sobre el tema.

Originalmente, esta iba a ser la última cumbre en que el Reino Unido participara, ya que Londres debe, en base al artículo 50, desconectarse de la Unión Europea el próximo viernes 29 de marzo. Pero nada ha salido como se había planeado y este miércoles, a unas 24 horas de que los líderes se reunieran, May envió una carta en la que pidió una prórroga hasta el próximo 30 de junio.

Foto: Manifestantes proBrexit protestan ante el Parlamento británico, en Londres. (Reuters)
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Sobre esa misiva tenían que discutir este jueves los Veintisiete. Eso se sabía desde que el 12 de marzo el Parlamento británico rechazó por segunda vez el acuerdo. Pero lo que no sabían las capitales es que la carta llegaría a solo unas horas del Consejo Europeo. Una fuente diplomática calificaba de “precipitado” el proceso, señalando que habría que ver “hasta qué punto esta carta ha llegado demasiado tarde”.

En una sesión larga y difícil, que ha obligado a cancelar discusiones sobre la relación de la UE con China, los líderes se han enfrascado en una discusión que ha llevado a barajar un buen puñado de fechas, exigencias y mecanismos. Lo único que todos tenían claro es que la fecha que ofrecía May del 30 de junio era inviable.

Las elecciones europeas que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo presentan un reto clave a la hora de tomar esa decisión. Los servicios jurídicos del Consejo señalaban que no había riesgo con la fecha del 30 de junio: si Reino Unido no convoca elecciones, lo importante es que esté fuera de la UE antes de que se constituya el nuevo Parlamento Europeo el próximo 2 de julio.

Los servicios jurídicos de la Comisión Europea decían algo distinto: cualquier prolongación que vaya más allá de las elecciones europeas es un riesgo innecesario. Y, este miércoles, fuentes comunitarias confiaban en que una mayoría de capitales coincide con su punto de vista.

Si UK no convoca elecciones, lo importante es que esté fuera de la UE antes de que se constituya el nuevo Parlamento Europeo el próximo 2 de julio

A primera hora de la tarde, Donald Tusk, presidente del Consejo, ha puesto encima de la mesa el primer borrador de conclusiones, en el que se señalaba lo que el polaco había ofrecido en la tarde del miércoles: el Reino Unido obtendría una prórroga corta a cambio de que el acuerdo fuera aprobado la semana que viene por el Parlamento británico. En el documento, la fecha que aparecía era la del 22 de mayo.

Pero las casi dos horas de discusiones de los líderes con May les dejaron preocupados. La primera ministra se mostró “evasiva”, cerrada a explicar qué haría si el Parlamento volvía a rechazar su acuerdo. Y se instaló la sensación en la sala de que, con el mecanismo tal y como lo había planteado Tusk, Westminster volvería a rechazar el acuerdo la semana que viene y la UE se vería obligada a convocar una cumbre extraordinaria para el miércoles o jueves.

Foto: El presidente de la Cámara de los Comunes John Bercow habla a los parlamentarios, en Londres. (EFE)

Eso, aseguran fuentes de la delegación francesa, preocupaba y mucho, especialmente al presidente galo, Emmanuel Macron. Consideraban que eso ponía sobre los hombros europeos una presión desproporcionada y la responsabilidad que Londres no había tomado.

Dos nombres clave han estado diseñando el texto, que tiene un objetivo central: poner el foco sobre el Reino Unido y no sobre la UE. Esos han sido Clement Beaune, mano derecha de Macron y su representante personal, y Uwe Corsepius, el hombre de Angela Merkel en las fontanerías comunitarias. Son los 'sherpas', las personas encargadas de pelear cada coma y cada palabra de un comunicado.

El texto se ha consultado con May, que durante toda la discusión, que ha durado varias horas, ha esperado en las habitaciones de la delegación británica del Consejo Europeo. Según explican fuentes europeas, Tusk ha consultado dos veces con la primera ministra el texto, y ella, a su vez, ha estado en contacto con Londres para obtener luz verde de sus personas de confianza. La segunda ocasión, cuando se ha hecho un pequeño parón en las conversaciones, más allá de las ocho de la noche, ha sido la definitiva: cuando Tusk ha vuelto a entrar en la habitación, las cosas han rodado bastante rápido.

Hasta entonces, el texto había sido muy volátil, aunque se tenía la sensación de que ese último borrador era más “estable”, según explicaban varias fuentes diplomáticas a esa hora de la noche, aunque señalaban que, todavía entonces, estaban todas las posibilidades abiertas.

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Foto: Reuters.

Lo que han diseñado es un sistema que pone el centro de gravedad sobre Londres, cuando la versión ofrecida por Tusk obligaba a la UE a ser la protagonista la semana que viene. De esta forma, se ofrece un sistema de dos prórrogas que beben de dos opciones distintas que el Reino Unido y Westminster tienen sobre la mesa.

La primera: en el caso de que el Parlamento británico apruebe el acuerdo del Brexit la semana que viene, la salida se produciría el 22 de mayo. Este tiempo extra se requiere porque una vez se da luz verde al acuerdo, el proceso legislativo británico requiere de unas 10 o 12 semanas para terminar de implantar todo lo que acompaña al texto. Esta es la opción fácil, “limpia”. La que lleva a un Brexit ordenado y sin problemas.

La segunda opción es el caso contrario: si Westminster vota en contra del texto, será el Reino Unido, y solo el Reino Unido, quien tendría que decidir antes del próximo 12 de abril qué paso da a partir de ese momento. Esta es la opción liosa. ¿Qué ocurre entonces si el Parlamento decide no aprobar el texto?

Las opciones de May son limitadas. Por un lado, la primera ministra podría decidir ir hacia un no acuerdo, en cuyo caso eso se produciría en torno al 12 de abril. La líder británica tiene una segunda posibilidad, que es la opción de una transición larga, a la que la UE abre la puerta. Pero para ello Londres debería participar en las elecciones europeas, y May ha asegurado que no permitirá que eso ocurra.

Foto: La primera ministra británica Theresa May (c) junto a miembros de su bancada en la Cámara de los Comunes. (EFE)

Eso —añadido a que la UE considera que, para ofrecer una transición larga, eso debe estar ligado a cambios políticos importantes en el Reino Unido— lleva a la idea extendida en Bruselas de que si Londres quiere apostar por una prórroga larga, no supondría únicamente convocar elecciones europeas sino también unas elecciones generales que serían el final de la carrera de May.

Tanto los diplomáticos que están en el corazón del proceso como el propio Michel Barnier han sido claros al respecto: para una transición larga, debe haber cambios en el Reino Unido, lo que en los pasillos de Bruselas se califica de “crisis política”. En otras palabras: un cambio de rumbo radical a la política del Brexit (como, por ejemplo, sería decidir que el país se quede en el Mercado Único), un segundo referéndum o unas elecciones generales.

Con el texto tal y como ha quedado, lo que se logra es que, si el Parlamento rechaza la semana que viene el acuerdo, la presión no pase a estar automáticamente sobre un eventual Consejo Europeo inmediato, sino que sea el Gobierno británico el que, hasta el 11 de abril, sufra la presión de tener que tomar una decisión en una u otra dirección.

¿Qué significa esto en la práctica? El resumen es que si Westminster vota a favor del acuerdo la semana que viene, el Reino Unido abandonará la UE el próximo 22 de mayo. Si vota que no, las opciones serían dos: un Brexit sin acuerdo o una prórroga más larga que incluiría elecciones europeas en el país y seguramente elecciones nacionales.

Pero, y si elige una prórroga larga, ¿cuánto duraría? No hay una respuesta fija para ello. Durante la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo, ha sido una de las preguntas que se han hecho a los presidentes de la Comisión y del Consejo. “¿Tienes alguna idea?”, pregunta Tusk a Juncker, que contesta con la precaución a la que obliga todo lo que tiene que ver con el imprevisible Brexit: “Hasta el final”.

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Foto: Reuters.

Lo que ya es totalmente seguro es que el Reino Unido no abandonará la Unión Europea el próximo 29 de marzo, la fecha que se fijó cuando, dos años atrás, el mismo día de 2017, Theresa May envió su carta notificando la activación del artículo 50 y por lo tanto la negociación del Brexit. La nueva fecha clave será o el 12 de abril o el 22 de mayo.

En Bruselas, la sensación al final ha sido relativamente buena. “La atmósfera ha sido mucho mejor de lo esperado”, ha señalado Tusk, mientras otras delegaciones se han mostrado contentas con la idea de que se haya disipado, al menos un par de semanas, el fantasma de un Brexit sin acuerdo.

Además, no lo esconden, están felices de haber resuelto el entuerto sin la necesidad de volver la semana que viene a un nuevo Consejo Europeo, que habría sido una auténtica olla a presión para la Unión Europea, con todos los ojos sobre Bruselas y todo el protagonismo sobre el futuro del Reino Unido. Ahora han conseguido devolver la pelota al campo británico.

Porque al final gran parte de lo que está ocurriendo en el Brexit versa sobre la gestión de las culpas y de las responsabilidades. Hace algunas semanas, Tusk incendió Londres cuando aseguró que pensaba que había un lugar en el infierno para los arquitectos del Brexit que no habían pensado en cómo ejecutarlo. En la madrugada de este viernes, se le ha preguntado si, en vista de que la semana que viene muchos tendrán una gran responsabilidad en el Parlamento, hay sitio en el infierno para tantas personas. “Según el Papa, el infierno está vacío, así que cabe mucha gente”, ha contestado. Hay Brexit por delante.

En mitad de un barrizal, con una carta que ha llegado tarde y que no soluciona ninguna de las dos cuestiones fundamentales planteadas por la Unión Europea. El escenario difícilmente podría ser peor. Así se han reunido este jueves los Veintisiete, que durante casi dos horas han discutido con Theresa May, primera ministra británica, en el debate más largo que han mantenido sobre el tema.

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