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El Parlamento británico vota hoy un retraso del Brexit para evitar un divorcio caótico
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esta vez sí podría haber punto de inflexión

El Parlamento británico vota hoy un retraso del Brexit para evitar un divorcio caótico

Está vez sí puede haber punto de inflexión. Si le enmienda de Cooper es respaldada se solicitará una extensión del Artículo 50 para evitar un divorcio caótico en apenas dos meses

Foto: Activistas contrarios al Brexit protestan en Carrickcarnan, Irlanda. (Reuters)
Activistas contrarios al Brexit protestan en Carrickcarnan, Irlanda. (Reuters)

Los británicos son gente de tradiciones. Y eso está muy bien. El té de las cinco, el cambio de Guardia Real... El problema es que con el Brexit, lo de repetir, una y otra vez, los mismos hábitos no está resultando especialmente útil a la hora de garantizar una salida ordenada de la UE el próximo 29 de marzo. Cada “votación clave” en Westminster acaba siendo un proceso en bucle: el Gobierno la pierde, sus señorías dan un nuevo plazo a Theresa May para que presente una alternativa, el Plan B acaba siendo el mismo Plan A y la 'premier' vuelve a repetir aquello de que intentará pedir más garantías a Bruselas.

En este contexto, la Cámara de los Comunes celebrará hoy una nueva “votación decisiva”. La diferencia es que está vez sí podría haber punto de inflexión. Los diputados, cansados de que la primera ministra no se mueva de sus líneas rojas a pesar de haber cosechado la peor derrota en la historia del país, han decidido coger ellos mismos las riendas.

Si la laborista Yvette Cooper -respaldada, entre otros, por los exministros 'tories' Nick Boles (creador del modelo Noruega Plus) y Nicky Morgan- consigue esta noche respaldo suficiente, se solicitará una extensión del Artículo 50 para evitar que el país tenga que abandonar el club con un divorcio caótico en apenas dos meses.

Foto: Dominic Grieve, durante su intervención en un foro económico en Londres. (Reuters)

Desde hace semanas, la laborista lleva trabajando con diputados pro-UE de distintos partidos en una enmienda que pide la ampliación de plazos si, para el 26 de febrero, May no ha sido capaz de sacar adelante en el Parlamento ningún pacto de salida.

El Acuerdo de Retirada que cerró con Bruselas fue rechazado hace dos semanas por una abrumadora diferencia de hasta 230 votos. Sus señorías se pronunciarán esta noche sobre el que tenía que ser el Plan B. Pero debido a que la 'premier' no ha modificado ninguna coma, el avance (o no) en el complejo proceso del Brexit dependerá de Brexit las diferentes enmiendas presentadas por los parlamentarios.

Hay una quincena de propuestas. El presidente de la Cámara de los Comunes, el llamado Mr. Speaker, deberá hacer una selección. Pero, se da por hecho que la de Cooper se someterá a votación por la gran cantidad de diputados de diferentes partidos que han mostrado de antemano su apoyo. Las enmiendas no son legalmente vinculantes. Es decir, si salen adelante, el Ejecutivo no tiene obligación de cumplirlas. Sin embargo, la de Cooper tiene una importante peculiaridad porque lo que presenta es un proyecto de ley.

Para que salga adelante, será fundamental que el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, anime a sus filas a apoyar la propuesta. Hasta ahora, hay muchos laboristas que se muestran reacios, ya que se interpreta que la enmienda puede aplazar el divorcio “sine díe” y eso puede ser castigado en los distritos más euroescépticos.

Foto: Ilustración: Raúl Arias.
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En un principio, Cooper proponía extender el artículo 50 hasta finales de año, aunque ahora señala que los plazos “los determinarán los propios diputados”. En cualquier caso, la directiva laborista sigue manteniendo su silencio.

Corbyn muestra la misma ambigüedad de la que ha hecho gala los últimos dos años. Es más, su falta de apoyo explícito a un segundo referéndum ha hecho que los diputados vinculados con People´s Vote hayan abandonado sus planes para presentar una enmienda pidiendo segunda consulta. La única propuesta que pide volver a sacar de nuevo las urnas es la presentada por los Liberal Demócratas, pero tiene pocas -por no decir ninguna- posibilidades de salir adelante.

En Downing Street hay nerviosismo ante el plan de Cooper. También entre los "Brexiteers", que temen cualquier ampliación de plazos que pueda suavizar más la salida

En Downing Street, existe cierto nerviosismo ante el plan de Cooper. También entre los "Brexiteers", que temen cualquier ampliación de plazos que pueda suavizar más la salida. En este sentido, Graham Brady, responsable del Comité 1922 -que representa a los tories sin cartera- ha presentado otra enmienda que, de salir adelante, daría mandato a May para ir a Bruselas y reemplazar la polémica salvaguarda para evitar frontera dura en Irlanda por otras “fórmulas alternativas”.

La redacción es bastante ambigua, pero, al fin y al cabo, es lo que la 'premier' lleva buscando durante las últimas dos semanas. May quiere plantear, de nuevo, a los Veintisiete que si el "backstop" se modifica de alguna manera, sí tendría posibilidades de sacar el Acuerdo de Retirada adelante. En Bruselas, se niegan a reabrir las negociaciones. Aunque, según Político, May pretende presionar para que se incluya el párrafo 50 que se descartó en diciembre de 2017, cuando ambas partes lograron cerrar la primera fase de negociaciones.

placeholder Un activista en contra del Brexit sostiene pancartas ante el edificio del Parlamento británico, en Londres. (EFE)
Un activista en contra del Brexit sostiene pancartas ante el edificio del Parlamento británico, en Londres. (EFE)

El párrafo, de alguna manera, ofrece veto a la Asamblea de Belfast para que no se “desarrollen obstáculos regulatorios entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña”, a menos que, “en conformidad con el Acuerdo de Viernes Santo de 1998”, se consideren que son apropiados para la provincia británica.

La inclusión de esta especificación podría garantizar el respaldo de los "Brexiteers" y norirlandeses del DUP, de cuyo apoyo depende el Gobierno en minoría. Aunque, hasta la fecha, Bruselas se ha negado en rotundo a vetos y poner límite de plazo a la salvaguarda.

David Lidington, a efectos prácticos el vice primer ministro, ya ha sugerido que podría haber un nueva votación en un plazo de dos semanas. Sí, otra más. En Downing Street se baraja el 13 de febrero. ¿Conseguirán este martes los diputados salir del bucle?

Los británicos son gente de tradiciones. Y eso está muy bien. El té de las cinco, el cambio de Guardia Real... El problema es que con el Brexit, lo de repetir, una y otra vez, los mismos hábitos no está resultando especialmente útil a la hora de garantizar una salida ordenada de la UE el próximo 29 de marzo. Cada “votación clave” en Westminster acaba siendo un proceso en bucle: el Gobierno la pierde, sus señorías dan un nuevo plazo a Theresa May para que presente una alternativa, el Plan B acaba siendo el mismo Plan A y la 'premier' vuelve a repetir aquello de que intentará pedir más garantías a Bruselas.

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