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Huawei en el foco

La tecnología china choca con Europa ante el miedo al espionaje

No existe confianza con Pekín y, por lo tanto, no hay que bajar la guardia. Una bola de nieve que amenaza con dinamitar el papel que China quería jugar en la Europa del futuro

Foto: File photo: logo of huawei is seen in front of the local offices of huawei in warsaw
File photo: logo of huawei is seen in front of the local offices of huawei in warsaw

“¿Tenemos que estar preocupados sobre Huawei y otras compañías chinas? Sí, creo que tenemos que estar preocupados”, aseguró hace solo unos meses Andrus Ansip, vicepresidente de la Comisión Europea a cargo del Mercado Digital. Sus palabras recogían un sentir que se extendía ya por muchas capitales: no existe confianza con Pekín y por lo tanto no hay que bajar la guardia.

Para entonces la advertencia de Ansip, que tuvo una respuesta inmediata por parte de la compañía china, respondía a una preocupación global, algo que venía preocupando. Desde entonces se ha convertido en una bola de nieve que no ha hecho otra cosa más que crecer y que amenaza con dinamitar el papel que China quería jugar en la Europa del futuro.

placeholder El comisario europeo de Mercado Digital, Andrus Ansip, da una rueda de prensa en la Comisión Europea, Bruselas. (EFE)
El comisario europeo de Mercado Digital, Andrus Ansip, da una rueda de prensa en la Comisión Europea, Bruselas. (EFE)

Todo comenzó cuando la jefa financiera de Huawei fue detenida en Canadá, a petición de Estados Unidos, bajo la acusación de que la compañía china estaba rompiendo las sanciones estadounidenses sobre Irán. Y a partir de ese momento la situación solo ha empeorado para Pekín.

Solo unos días después Reino Unido y Estados Unidos acusaron a China de tener una campaña de espionaje contra Washington, Londres y sus aliados. La escalada de tensión era total, y el asunto ya no era empresarial, sino diplomático. Las palabras de Ansip reflejaban la desconfianza de occidente hacia todo lo que tuviera que ver con China. Ya no era cuestión de una empresa o de un caso concreto, sino de desconfianza hacia el sistema.

Explosión en Europa

A comienzos de 2019 el asunto, que por entonces se veía desde la distancia, mirando a lo que ocurría en Estados Unidos, comenzó a estallar en la propia UE. Polonia detuvo al ejecutivo de Huawei, Wejing W, con cargos por espionaje, así como a otro trabajador polaco de la compañía china, que despidió de inmediato Wejing.

Era ya demasiado tarde para resolver un problema grave para Varsovia: el 50% de sus telecomunicaciones están en manos de Huawei. Y el espionaje del que acusaban a los trabajadores de la empresa china no era menor: la investigación de las autoridades polacas está estrechamente ligada al papel importante de Polonia dentro de la OTAN. Por eso el Gobierno ha puesto una idea encima de la mesa: expulsar a Huawei de los países miembros de la OTAN.

Foto: Foto: Reuters.

Pero Polonia no es el único país europeo con una exposición muy alta a las compañías del gigante asiático. Las empresas chinas tuvieron en 2018 un importante protagonismo en las licitaciones de los sistemas 5G, como fue en el caso de España y de Italia.

Tanto a Alemania como a la Comisión Europea le preocupa esta situación: el 5G va a tener mucha importancia en la vida diaria de los europeos, y también en sistemas operativos críticos para la seguridad de los países. Alemania está decidiendo si expulsa a Huawei del mercado de 5G, siguiendo la congelación llevada a cabo por Estados Unidos.

Alemania está decidiendo si expulsa a Huawei del mercado de 5G, siguiendo la congelación llevada a cabo por Estados Unidos

Los motivos para creer que Huawei puede ser un peligro están centrados en su profunda relación con el Estado y en la ley aprobada en 2017 que obliga a la compañía a colaborar con el Gobierno si este lo requiere. La empresa asiática ha intentado responder a las acusaciones de occidente señalando que no tiene intención de causar ningún daño a individuos o países, pero la alta exposición de muchos Estados a la empresa china y su profunda dependencia del Gobierno, como refleja la ley de 2017, están dinamitando los esfuerzos hechos por Huawei durante los últimos años.

Este asunto es materia nacional, por lo que la Unión Europea como tal no tiene competencias y para algunos Estados miembros la inversión de empresas chinas es clave. Aunque países del entorno como Noruega ya han tomado medidas para frenar la implicación de Huawei en su economía, algo que les obliga a dar marcha atrás a muchos años en los que se le abrió la puerta a la empresa china, países europeos como Portugal han seguido permitiendo que se firmen contratos en lo referido al mercado 5G.

“¿Tenemos que estar preocupados sobre Huawei y otras compañías chinas? Sí, creo que tenemos que estar preocupados”, aseguró hace solo unos meses Andrus Ansip, vicepresidente de la Comisión Europea a cargo del Mercado Digital. Sus palabras recogían un sentir que se extendía ya por muchas capitales: no existe confianza con Pekín y por lo tanto no hay que bajar la guardia.

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