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La reunión entre Trump y Zelenski termina sin un acuerdo claro sobre los misiles Tomahawks
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Guerra en Ucrania

La reunión entre Trump y Zelenski termina sin un acuerdo claro sobre los misiles Tomahawks

Tras su encuentro con Trump, el mandatario ucraniano compareció solo ante la prensa desde una pequeña mesa improvisada en una calle próxima a la Casa Blanca, rodeado de micrófonos

Foto: El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, da declaraciones este lunes, luego de su reunión con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, en Washington. ( EFE/Octavio Guzmán)
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, da declaraciones este lunes, luego de su reunión con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, en Washington. ( EFE/Octavio Guzmán)

Estados Unidos rebaja las expectativas del envío de los misiles Tomahawks a Ucrania, al menos de momento. "Soy realista", ha asegurado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, después de su encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca. "Hemos tenido una reunión productiva" y "hemos decidido que trabajaremos más", pero no "daremos ninguna declaración sobre el largo alcance [en referencia a los misiles Tomahawks] (…) Acordamos no entrar en detalles, porque Estados Unidos no desea una escalada", aseguró.

"Confiamos en los Estados Unidos" y "confiamos en que quiere acabar la guerra, pero es una solución muy difícil, es nuestra tierra, es nuestro país, es parte de nuestra independencia", añadió.

La escena no auguraba buenas noticias para Ucrania. Tras su encuentro con Trump, el mandatario ucraniano compareció solo ante la prensa desde una pequeña mesa improvisada en una calle próxima a la Casa Blanca, rodeado de micrófonos. Trump, por su parte, evitó hacer declaraciones. Poco después de la reunión, el republicano abandonó la residencia presidencial en helicóptero rumbo a su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.

Uno de los asuntos más delicados —y, en teoría, uno de los principales motivos del encuentro— ha quedado en punto muerto. Zelenski insistió en que ambos líderes prefieren no entrar en detalles.

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En su declaración a la prensa aseguró que necesitan garantías de seguridad y añadió que la cuestión de los territorios (y de un posible intercambio) "es muy delicada… y la más difícil, en realidad. Mi postura. Sé que Rusia tiene otra. Quieren, ya saben, realmente quieren ocuparlo todo… Nuestra postura es que, miren, primero necesitamos un alto el fuego. Así que necesitamos sentarnos, hablar y entender nuestra situación", sentenció.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya afirmó antes de su reunión privada con el presidente de Ucrania que "no es necesario usar misiles Tomahawk para poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania". El republicano también adelantó que su encuentro en Budapest con Putin "será una reunión doble", en la que tendrán a Zelenski en contacto. "Hay mucha animosidad entre ambos mandatarios", afirmó el presidente de Estados Unidos.

El primer saludo entre ambos líderes fue breve y formal. Con un corto apretón de manos, Trump dio la bienvenida a Zelenski y lo invitó a entrar en la Casa Blanca, donde ambos mantuvieron una reunión que se prolongó durante varias horas. Una vez dentro, el presidente estadounidense aseguró que su homólogo ruso, Vladímir Putin, "quiere poner fin a la guerra" y expresó su deseo de que "ojalá puedan lograrlo sin tener que pensar en los misiles Tomahawk". Un arma que representaba una de las principales demandas de Zelenski en este encuentro.

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Advirtió, además, que el presidente ruso no busca la paz. A cambio del suministro de misiles estadounidenses, aseguró que Ucrania podría compartir con Washington los avances logrados en la guerra con drones.

"Queremos la paz. Putin no la quiere. Por eso debemos presionarlo", declaró Zelenski ante la prensa en la Sala del Gabinete, antes de participar en un almuerzo privado. "Sabemos qué necesitamos para llevar a Putin a la mesa de negociaciones".

"Tal vez lo hagamos"

En un primer escenario parecía que la entrega de los misiles era posible. Hace unos meses, Trump aseguró a la prensa que "si la guerra no resuelve, es muy posible que [enviemos Tomahawks a Kiev], tal vez no, pero tal vez lo hagamos". Sin embargo, después de su llamada telefónica con Putin de este jueves, Trump restó importancia a las posibilidades de que Ucrania los obtenga. "Tenemos muchos, pero los necesitamos, no podemos agotarlos, son muy importantes", aseguró el presidente republicano. "No podemos debilitar a nuestro país".

Zelenski lleva meses pidiéndoselos a Estados Unidos. El presidente ucraniano está convencido de que "la guerra podría terminar" si Kiev lograra hacerse con ese arsenal. "Vemos y oímos que Rusia teme que los estadounidenses nos proporcionen misiles Tomahawk", declaró el pasado 12 de octubre. Una de las razones es que Ucrania planea utilizar estos proyectiles para golpear las plantas energéticas rusas, pilares de la financiación de la economía de guerra de Putin.

Aunque el Kremlin trató inicialmente de restar importancia al asunto y afirmó que esos misiles no representarían una amenaza para Rusia, este mismo jueves advirtió que el suministro de Tomahawks a Kiev supondría "un nuevo nivel de escalada" en el conflicto. "Esto asestaría un daño colosal a las perspectivas de normalización de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos", señaló el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, en declaraciones al diario Kommersant.

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La razón tiene que ver con su capacidad. El Tomahawk es un misil de crucero de largo alcance diseñado para volar por debajo del radar, evadir defensas y transportar una variedad de ojivas que incluyen municiones de racimo, explosivos de alta potencia y bombas antibúnker. Además, algunas variantes cuentan con la capacidad de alcanzar aproximadamente los 2.500 kilómetros. Esta distancia permite a Ucrania lanzar desde el interior de su territorio y, aun así, atacar objetivos en Crimea y amplias zonas de Rusia, incluyendo la zona de Moscú y más allá.

De hecho, Estados Unidos empleó este tipo de misiles durante la operación Midnight Hammer, en la que fueron destruidas las instalaciones subterráneas de Fordow, en Irán, poniendo fin a su infraestructura nuclear.

Mark Montgomery, exoficial de la Marina estadounidense, adelantó a la BBC la improbabilidad de que Estados Unidos envíe este tipo de misiles porque requieren "equipamiento especial" que Estados Unidos probablemente no quiera entregar. Dice que existe la posibilidad de que Trump ofrezca misiles a Kiev, pero que cree que es "más una cuestión política y no militar; no creo que lo veamos en el campo de batalla en un futuro próximo".

Encuentro en Budapest

Este jueves, Trump mantuvo una conversación telefónica con su homólogo Vladímir Putin, en la que ambos acordaron reunirse en Budapest con el objetivo de "poner fin" a la "vergonzosa" guerra entre Rusia y Ucrania. Si la cita llega a concretarse —algo incierto, dada la complejidad de que el mandatario ruso logre aterrizar en un país europeo que hasta hace apenas cinco meses formaba parte de la Corte Penal Internacional—, el Kremlin estima que podría celebrarse "en dos semanas o un poco después".

De darse, este sería el segundo encuentro que mantienen después de que ambos líderes se encontraran en Alaska, sin conseguir acercar posturas para conseguir un alto el fuego definitivo en Ucrania. Allí, Trump renunció a exigir un alto el fuego como condición necesaria para alcanzar la paz en Ucrania, lo que dio a Moscú más tiempo para avanzar en la ocupación de Ucrania.

Sin embargo, el tono de Trump hacia Putin se ha endurecido notablemente. Si al comienzo de su mandato el republicano parecía más próximo a los intereses del Kremlin que a los de Kiev, en los últimos meses su discurso ha dado un giro claro.

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“Lo único que queremos de Putin es esto: que deje de matar ucranianos y rusos, porque está matando a muchos rusos también”, declaró, poniendo nuevamente en duda la fortaleza de la maquinaria bélica rusa. El pasado mes de julio, el presidente estadounidense lanzó un ultimátum de "10 o 12 días" al líder del Kremlin, advirtiéndole de que impondría nuevas sanciones si Moscú continuaba su ofensiva en Ucrania, tras una de las mayores oleadas de ataques desde el inicio de la guerra.

De hecho, Trump llegó a ordenar el despliegue de dos submarinos nucleares después de que el ex presidente ruso, Dmitri Medvédev, advirtiera directamente al presidente republicano de que este estaba "jugando con fuego" con Rusia. "Debería recordar dos cosas. 1. "Rusia no es ni Israel ni incluso Irán", escribió en su cuenta de X. Medvédev —quien ahora ostenta el cargo de subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia— ya aseguró que el ultimátum de 50 días anunciado por Trump "a Rusia no le importa".

En septiembre, Trump dio un paso más allá. Durante la Asamblea General de la ONU, afirmó que Ucrania —con el respaldo de la Unión Europea— está en condiciones de ganar la guerra y recuperar los territorios ocupados. "Ucrania tiene un gran espíritu y cada vez más fuerza. Podrá recuperar su país en su forma original y, quién sabe, ¡quizás incluso ir más allá! Putin y Rusia atraviesan graves problemas económicos, y este es el momento de que Ucrania actúe", escribió el mandatario en su plataforma Truth Social.

El propio Zelenski —respaldado por la Unión Europea— ha reiterado en múltiples ocasiones que cualquier negociación sobre el futuro de Ucrania debe incluir la voz de Kiev, algo que estuvo ausente en el primer encuentro entre Trump y Putin. Sus asesores han subrayado en múltiples ocasiones que un alto el fuego impuesto desde fuera podría consolidar las conquistas territoriales de Rusia, algo que el Gobierno ucraniano considera "inaceptable" e "imposible".

Estados Unidos rebaja las expectativas del envío de los misiles Tomahawks a Ucrania, al menos de momento. "Soy realista", ha asegurado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, después de su encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca. "Hemos tenido una reunión productiva" y "hemos decidido que trabajaremos más", pero no "daremos ninguna declaración sobre el largo alcance [en referencia a los misiles Tomahawks] (…) Acordamos no entrar en detalles, porque Estados Unidos no desea una escalada", aseguró.

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