El ambicioso plan de la Casa Blanca: construir un Arco del Triunfo para celebrar los 250 años de Estados Unidos

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La Casa Blanca trabaja en un proyecto tan ambicioso como polémico: Donald Trump quiere construir un Arco del Triunfo en Washington D.C. para conmemorar el 250 aniversario de Estados Unidos, en 2026. La idea está inspirada en el emblemático de París y ya cuenta con un boceto del arquitecto Nicolas Leo Charbonneau, de Harrison Design, que, en su perfil profesional, compartió una acuarela del diseño con el mensaje: “¡América necesita un arco triunfal!”.

El llamado 'Arc de Trump' sería un monumento de unos 30 metros de altura, de estilo neoclásico y con águilas, guirnaldas y una escultura dorada en la parte superior. La estructura estaría situada frente al Cementerio Nacional de Arlington, al otro lado del río Potomac, justo en el eje visual del Monumento a Lincoln.

La maqueta, mostrada en el Despacho Oval, ha despertado tanto admiración como críticas. Trump aseguró que existen tres modelos (“pequeño, mediano y grande”), pero añadió con su habitual tono: “Creo que el tamaño grande es, con diferencia, el que mejor se ve”, tal y como recoge Time. El presidente quiere que el arco esté listo para 2026, aunque no hay todavía fecha oficial de inicio ni presupuesto público. Aun así, varios medios apuntan a que el proyecto podría costar cientos de millones de dólares, financiados en parte por donantes privados cercanos a Trump.

“Queremos ver edificios hermosos”

El Arco del Triunfo forma parte de una visión estética más amplia de Trump, que desde hace años promueve su idea de “devolver la belleza” a la arquitectura federal. En una orden ejecutiva firmada durante su mandato, titulada Making Federal Architecture Beautiful Again, pidió que los nuevos edificios públicos sigan un estilo clásico y tradicional, alejándose de los diseños modernistas o brutalistas. “Queremos ver edificios hermosos”, insistió el presidente al presentar el plan.

La ubicación elegida, el Memorial Circle (frente al Cementerio de Arlington), no es casual: se trata de una de las entradas más emblemáticas a Washington, visible desde el Puente del Monumento a Lincoln. Allí se levantaría este arco monumental, un guiño al poder y la grandeza estadounidense, que para Trump simboliza su legado político y personal. “El aniversario del país ofrece una excelente oportunidad para construir uno”, defendió el crítico de arte Catesby Leigh, uno de los primeros en proponer la idea.

Entre la admiración y la polémica

El proyecto ha provocado reacciones opuestas. Los aliados de Donald Trump lo celebran como un gesto patriótico y visionario, una manera de “embellecer la entrada a Washington” y rendir homenaje a los 250 años de historia del país. “Es una oportunidad para crear una arquitectura para las masas”, señaló Duncan Stroik, profesor de la Universidad de Notre Dame, cercano a la administración.

Pero la crítica ha sido implacable. Algunos medios ironizan con que “Trump, tras no conseguir el Nobel de la Paz, quiere hacer su propio Arco del Triunfo”, y otros alertan de que podría romper el equilibrio histórico del eje entre Lincoln y Arlington. El congresista demócrata Robert García lo calificó directamente de “vergonzoso”, mientras que varios analistas ven en el monumento un intento de dejar una huella personal más que un homenaje nacional.

Sea como fuere, Trump ha conseguido una vez más estar en el centro del debate político con su propuesta de crear un Arco del Triunfo

Pese a la controversia, el llamado 'Arc de Trump' ya ha logrado su objetivo principal: colocar a Donald Trump, una vez más, en el centro del debate político, arquitectónico y simbólico de Estados Unidos.