Así es María Corina Machado, la líder opositora venezolana que ha ganado el Premio Nobel de la Paz 2025

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El Comité Noruego del Nobel ha otorgado el Premio Nobel de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado por su “incansable esfuerzo” en la defensa de los derechos y libertades en Venezuela y por promover una transición “justa y pacífica” de “la dictadura a la democracia”, dijo el presidente del Comité Nobel noruego, Jørgen Watne Frydnes. El comité ha reconocido su liderazgo dentro de las fuerzas democráticas del país y su compromiso con una causa que ha inspirado a millones de personas.

Machado, que ha vivido gran parte del último año en la clandestinidad, se ha mantenido en Venezuela pese a las amenazas y la persecución política. El comunicado del Comité subraya que su “determinación y valentía” han contribuido a unir a la oposición en un momento decisivo, consolidándola como símbolo de resistencia y esperanza en una nación marcada por la represión.

Una vida dedicada a la libertad y la democracia

María Corina Machado Parisca nació el 7 de octubre de 1967 en Caracas. Ingeniera industrial por la Universidad Católica Andrés Bello y especializada en finanzas en el Instituto de Estudios Superiores de Administración, dejó su trabajo en la compañía siderúrgica familiar para crear en 2002 la organización civil Súmate. Apoyada por Washington, buscaba promover la participación ciudadana y la transparencia electoral, lo que la convirtió en una de las enemigas más visibles del chavismo. Más tarde, fundó el movimiento político Vente Venezuela y formó parte de la plataforma Soy Venezuela, junto con figuras como Antonio Ledezma y Diego Arria.

Su paso por la Asamblea Nacional entre 2011 y 2014 marcó uno de los capítulos más relevantes de su trayectoria. Fue elegida como la diputada con más votos en la historia del Parlamento venezolano, hasta que en 2014 fue despojada de su escaño por decisión de la presidencia de la Cámara, en lo que muchos consideraron una maniobra política. Desde entonces, ha enfrentado prohibiciones, acusaciones judiciales y constantes intentos de silenciar su voz.

Una figura clave de la oposición venezolana

Inhabilitada para participar en las elecciones presidenciales de 2024, Machado respaldó primero a Corina Yoris y luego al diplomático Edmundo González Urrutia, quien finalmente se convirtió en el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática. A pesar de las restricciones, su figura ha sido el motor y referente moral de la oposición que se enfrenta al régimen de Nicolás Maduro. Su determinación, según el Comité Nobel, “ha demostrado que la resistencia cívica puede ser más poderosa que la violencia”

Machado ha vivido años de acoso, prohibiciones de salida del país y campañas de desprestigio. Su equipo ha sido objeto de detenciones y su seguridad personal retirada por las autoridades. Aun así, decidió permanecer en Venezuela. “Nunca en mi vida me había sentido tan orgullosa. No tenemos miedo”, dijo en un mitin tras las elecciones de 2024, cuando el régimen de Maduro volvió a aferrarse al poder en medio de acusaciones de fraude. “Se ha visto obligada a vivir escondida y permanecer dentro de Venezuela, una decisión que ha inspirado a millones de personas”, reconoció el jurado noruego.

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El Comité también subrayó que su liderazgo ha permitido reconstruir una oposición anteriormente fragmentada, dotándola de cohesión frente a la represión institucional y la militarización del país. Su mensaje, centrado en la defensa pacífica de los valores democráticos, ha sido clave para mantener viva la esperanza de cambio en Venezuela.

La "Dama de Hierro" venezolana

Machado ha señalado en varias ocasiones que la política que más admira es Margaret Thatcher, la emblemática primera ministra británica y referente del conservadurismo, conocida por su dureza y su lealtad al libre mercado. La dirigente venezolana ha defendido durante años la privatización de PDVSA, la empresa petrolera estatal, una medida que, según algunos líderes de la oposición, podría poner el recurso más valioso del país en manos de unos pocos.

En 2012, cuando era diputada, Machado se enfrentó a Hugo Chávez en un debate televisado y lo acusó de “robar a los venezolanos de a pie” mediante las políticas de expropiación. El presidente respondió con sarcasmo: "Las águilas no cazan moscas", dando a entender que él era el águila y ella una simple mosca.

A raíz de su carácter combativo y su discurso liberal, algunos periodistas y analistas venezolanos comenzaron a llamarla “la Dama de Hierro” de Venezuela, en alusión al sobrenombre de Margaret Thatcher, la primera ministra de Reino Unido de 1979 a 1990.

Madre de tres hijos que viven en el exilio, ha transformado esa dureza inicial en una mezcla de fe, empatía y pragmatismo, según las personas de su entorno. En sus mítines improvisados, a menudo sobre el techo de su coche, con un megáfono y sin escolta, promete “enterrar el socialismo para siempre” y construir “un país donde los corruptos vayan a prisión y los hijos puedan volver a casa”.

El reconocimiento internacional

El galardón sitúa a Machado entre las figuras más influyentes de la lucha democrática contemporánea, junto a personalidades y organizaciones que han trabajado por la paz y la justicia a nivel global. La opositora sucede en el palmarés a Nihon Hidankyo, la asociación japonesa de víctimas de las bombas atómicas, premiada en la edición anterior.

En 2024, la líder venezolana ya había recibido el Premio Sájarov del Parlamento Europeo, compartido con Edmundo González, por su defensa de la libertad y los derechos humanos. Este reconocimiento europeo anticipó el respaldo internacional que finalmente ha cristalizado con el Nobel de la Paz, otorgado entre un total de 338 candidaturas registradas por el Instituto Noruego, de las cuales 244 correspondían a personas y 94 a organizaciones.

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El argumento central de su nominación se centró en “su incansable lucha por la paz en Venezuela y el mundo” y su dedicación al restablecimiento del orden democrático. La Fundación Inspira América y rectores de universidades estadounidenses impulsaron su candidatura en agosto de 2024, destacando su valentía frente a las violaciones de derechos humanos. La labor de Machado ha logrado visibilizar ante organismos y gobiernos las consecuencias de la represión y la falta de libertades en su país, convirtiéndola en una voz destacada en el debate sobre los derechos humanos y la democracia en América Latina.

Durante los últimos años, Machado ha reiterado que su compromiso no es solo político, sino también moral. Su discurso, enfocado en la resistencia cívica y la acción pacífica, ha resonado dentro y fuera de Venezuela. En una de sus declaraciones más recientes, afirmó: “Nunca en mi vida me había sentido tan orgullosa. En toda Venezuela la gente salió a la calle. No tenemos miedo”. Una frase que se ha convertido en lema entre sus seguidores y que refleja la determinación de una mujer que ha hecho de la libertad su causa.