Trump logra el visto bueno de Israel a su "plan de paz", pero Netanyahu advierte: "No habrá Estado palestino"

En una concurrida rueda de prensa en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donald Trump, acompañado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ofreció un discurso plagado de sus habituales preludios y superlativos. Anunció “un momento histórico” y la llegada de la “paz eterna en Oriente Medio” antes de dedicar unos 40 minutos, entre digresiones, a desgranar los 20 puntos del acuerdo destinado a poner fin a la guerra en Gaza.

Antes de la reunión previa a la rueda de prensa, que se retrasó casi una hora, eran 21 puntos. Netanyahu habló unos 15 minutos y ambos se retiraron prestos y sonrientes sin aceptar preguntas de los periodistas.

Trump comenzó declarando que cuando ambas partes acepten la propuesta, "la guerra terminará de inmediato" y todos los rehenes israelíes serán liberados en un plazo de 72 horas.

Gaza será una "zona libre de terrorismo, desradicalizada, que no represente una amenaza para sus vecinos", según el plan, y añadió que "será reurbanizada en beneficio del pueblo de Gaza, que ya ha sufrido más que suficiente". Trump afirmó que los países árabes y musulmanes "van a negociar con Hamás".

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"Si no pueden hacerlo", continuó, "Israel tendría todo el derecho y, de hecho, todo nuestro respaldo (…) Israel contaría con todo mi apoyo para terminar de destruir la amenaza de Hamás". También dijo que Hamás es el "único que queda" que no ha aceptado el acuerdo, "pero tengo la sensación de que vamos a tener una respuesta positiva".

"Si no, Bibi, sabes que tendrás todo nuestro respaldo para hacer lo que tengas que hacer", dijo Trump a Netanyahu.

"En colaboración con la nueva autoridad de transición en Gaza", añadió Trump, "todas las partes acordarán un cronograma para la retirada de las fuerzas israelíes, por fases". "Espero que no haya más disparos", añadió.

Intercambios de personas, amnistía y reparto de ayuda

Un comunicado de la Casa Blanca indicó que, si ambas partes aceptan la propuesta, "las fuerzas israelíes se retirarán a la línea acordada para preparar la liberación de rehenes" y que "durante este tiempo, se suspenderán todas las operaciones militares, incluidos los bombardeos aéreos y de artillería, y las líneas de batalla permanecerán congeladas hasta que se den las condiciones para la retirada completa y gradual".

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Tras recibir a los rehenes, Israel liberará a 250 prisioneros palestinos que cumplen cadena perpetua, así como a 1.700 gazatíes detenidos durante la guerra, "incluyendo a todas las mujeres y niños detenidos en ese contexto". Por cada rehén fallecido, Israel liberará los restos de 15 gazatíes.

Según la propuesta, los miembros de Hamás que "se comprometan con la existencia y el desarme" recibirán amnistía. Los que se quieran ir de Gaza "recibirán un paso seguro a países de acogida".

El comunicado señalaba también que la distribución de ayuda humanitaria se reanudaría en todo el territorio en cuanto se aceptase el acuerdo. Serían, como mínimo, cantidades consistentes con las estipuladas en el acuerdo del 19 de enero de 2025, y de su distribución se encargaría la ONU, la Medialuna Roja y otras organizaciones internacionales "no relacionadas de ningún modo con ninguna de las partes".

Cuando el alto el fuego entre en vigor, se iniciará un esfuerzo para reconstruir la infraestructura esencial de Gaza, incluyendo agua, electricidad, alcantarillado, hospitales y panaderías. Según el plan, se permitirá la entrada a Gaza del equipo necesario para retirar escombros y abrir carreteras.

Con el consentimiento de Hamás y sin él también

Se espera que algunos elementos del plan se implementen, incluso si Hamás no acepta la propuesta. Según el texto, el ejército israelí entregará las partes de Gaza que actualmente controla a una Fuerza Internacional de Estabilización temporal, que se desplegará inmediatamente en Gaza.

Si Hamás rechaza el plan, la distribución de ayuda solo se intensificará en las partes del enclave controlado por Israel. Una vez que la organización acepte la propuesta, las tropas israelíes se retirarán progresivamente de la franja a un perímetro de seguridad, bordeando toda la frontera con Israel. Cada retirada militar israelí está condicionada a que Hamás cumpla con los requisitos establecidos en el acuerdo.

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Netanyahu reiteró su postura de que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no puede administrar Gaza sin una "transformación fundamental, genuina y duradera". Según Netanyahu, Israel se retirará de la Franja de Gaza a la espera del desarme de Hamás, pero dejará fuerzas en el corredor de seguridad sine die.

Según el plan, la fuerza internacional entrenará a "agentes policiales palestinos verificados" que se espera se conviertan en la "solución de seguridad interna a largo plazo". La fuerza internacional asegurará las zonas fronterizas junto con tropas israelíes y egipcias, según el plan.

Añade que las fuerzas israelíes permanecerán en la zona de contención a lo largo de la frontera "hasta que Gaza esté debidamente protegida frente a cualquier resurgente amenaza terrorista". El documento no establecía un cronograma para la retirada de las fuerzas.

Netanyahu niega "el estado palestino"

Pero lo que dice Netanyahu en su perfecto inglés y lo que luego dice en hebreo puede encontrarse un mundo. En un vídeo publicado en su cuenta de la red social X, en el que responde en hebreo a varias preguntas sobre los puntos del plan de Trump, Netanyahu ha asegurado que el Ejército de Israel mantendrá tropas desplegadas en "la mayoría" del enclave y reitera su rechazo a la futura creación de un Estado palestino.

"No está escrito en el acuerdo", ha manifestado, si bien el punto 19 del texto contempla que se abra en el futuro "un camino creíble para la autodeterminación y estatalidad palestina, reconocidos como aspiración del pueblo palestino".

Netanyahu ha hecho hincapié en el "firme rechazo" del Gobierno de Israel a un Estado palestino y ha insistido en que "está claro que eso sería un premio enorme al terrorismo y un peligro para el Estado de Israel". "Trump lo entiende (...) y por supuesto es algo que no aceptaremos", ha remachado. Israel "ha dado la vuelta a la tortilla", asegura. "Ahora todo el mundo, incluido el mundo árabe e islámico, está presionando a Hamás para que acepte los términos que hemos creado junto a Trump para lograr la vuelta de todos los rehenes, vivos y muertos, mientras el Ejército israelí se queda en la mayoría de la Franja", ha argumentado.

"¿Quién lo hubiera pensado?".

Sobre el plan inicial de Trump y la idea de convertir Gaza en la Riviera del Medio Oriente que invitaba a los palestinos a irse a otros países mientras él se encargaba de arreglar aquello, la propuesta actual afirmaba "nadie será obligado a abandonar Gaza, y quienes deseen irse serán libres de hacerlo y de regresar".

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Según el plan, Israel "no ocupará ni anexará Gaza". Establece que Gaza será gobernada por un "comité palestino tecnocrático y apolítico". Una "Junta de paz" internacional, encabezada por el propio Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair, supervisará el gobierno de la franja.

Además, el plan de Trump también establece un "camino creíble hacia la autodeterminación y la creación de un Estado palestino", condicionado a que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) complete las reformas delineadas en el acuerdo de paz de Trump de 2020.

En su alocución, Netanyahu se opuso a cualquier cosa que se parezca a un Estado palestino.

¿Qué dirá Hamás?

Las caras de satisfacción y los gestos congratulatorios de la delegación israelí en la sala de la rueda de prensa indicaban lo que, una hora después, Hamás comunicaba, casi ingenuamente, que el plan parece que tiende hacia el lado israelí. Lo confirmaba la reacción de la mayor parte de los políticos israelíes, particularmente de la oposición, que daban la bienvenida a la propuesta y prometían apoyo.

Se sospecha que en realidad Netanyahu esté apostando a la posibilidad de que Hamás encuentre el plan más objetable que Israel, a pesar de la cláusula del futuro Estado palestino, como ha sucedido con frecuencia en el último año, con todas las propuestas del enviado especial Steve Witkoff redactadas por Israel con el apoyo de EEUU.

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Por ahora, Hamás ha repetido la fórmula de otras ocasiones, que está revisando la propuesta "responsablemente" y de "buena fe".

Durante la rueda de prensa, Trump desveló lo que su oficina había filtrado poco tiempo antes, que Netanyahu se había disculpado frente al primer ministro catarí por haber atacado su soberanía cuando trató de matar al politburó de Hamás en Doha a principios de mes. Netanyahu lo confirmó, agradeció la conversación a tres bandas, y la Casa Blanca concluyó que el ataque había sido en realidad un fallo de comunicación. Se entiende que la disculpa a Catar era un punto fundamental del acuerdo de alto el fuego en Gaza.

Y el punto 21 que se retiró de la propuesta de era la promesa israelí de no volver a atacar Catar.