Rusia responde al mensaje de Macron sobre las tropas europeas: "Serán consideradas objetivos legítimos"
La "coalición de voluntarios" avanza en su propuesta de garantías de seguridad para Kiev tras un hipotético acuerdo de paz. Pero el borrador no solo incluye el despliegue de tropas, sino también la formación y su presencia en países fronterizos
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski mira al presidente francés, Emmanuel Macron. (EFE/Pool/Ludovic Marin)
Elpresidente francés, Emmanuel Macron, está contra las cuerdas en el inicio de este nuevo curso político. El Gobierno de su socio François Bayrou dimitirá seguramente el lunes tras perder un voto de confianza en la Asamblea Nacional. La popularidad del jefe del Estado galo ha caído a los niveles más bajos desde el inicio de su presidencia en 2017. En medio del atolladero en que se ha convertido la política interna en Francia, Macron intentó el jueves coger un poco de aire postulándose como líder europeo en el tablero internacional. Y lo hizo recurriendo a uno de sus ejercicios comunicativos preferidos estos últimos años: los anuncios rimbombantes respecto a la guerra de Ucrania.
El dirigente francés aseguró que "26 países se han comprometido formalmente" a participar en las "fuerzas de garantías", durante una rueda de prensa con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Este concepto de "fuerzas de garantías" servía hasta ahora para referirse a las tropas que países occidentales (sobre todo Francia y Reino Unido) podrían enviar a Ucrania en caso de un alto el fuego o acuerdo de paz. Sin embargo, Macron se refirió esta vez como un dispositivo más amplio. No solo incluía el envío de tropas, sino también la formación de soldados o el hecho de aportar cierta cobertura desde países vecinos que forman parte de la OTAN, como Rumanía o Polonia.
Este requiebro dialéctico de Macron ha dado igual: la respuesta de Rusia (entendiéndolo como el envío físico de tropas terrestres) no se ha hecho esperar, y ha sido el propio presidente, Vladímir Putin, quien ha asegurado que cualquier tropa europea en Ucrania será "objetivo legítimo".
"En febrero de 2024 solo éramos dos (Francia y Lituania) los que contemplábamos el envío de soldados a Ucrania", recordó el presidente galo refiriéndose a sus impactantes declaraciones del 26 de febrero de ese año, cuando por primera vez abrió la puerta al envío de tropas occidentales al país invadido. Ese anuncio incomodó entonces a sus aliados occidentales. Pero desde entonces ha cogido fuerza la posibilidad de que naciones del Viejo Continente envíen soldados a la exrepública soviética, en caso de que haya una tregua entre Kiev y Moscú.
"Ahora ya hay 26 que se han comprometido formalmente", presumió Macron durante la comparecencia con Zelenski, posterior a la reunión de la "coalición de voluntarios" celebrada enParís. Algunos de esos Estados están dispuestos a mandar tropas, pero otros se conformarían con "estar presentes en el suelo, mar o aire" en zonas fronterizas con Ucrania. "No tendrán como objetivo llevar a cabo una guerra contra Rusia", explicó.
Pese a esas garantías, Rusia se ha apresurado a responder en su habitual estilo y mensaje. Cualquier tropa extranjera, ha afirmado Vladímir Putin este 5 de septiembre, será "objetivo legítimo para su destrucción". Aunque Macron ha dejado claro que se trataría en cualquier caso una medida posterior a un alto el fuego, Putin no ha hecho distinciones. En medio de las negociaciones, cualquier mención a tropas extranjeras en Ucrania, incluso después de que hipotéticamente Rusia se comprometiera a un acuerdo de paz, ha sido visto como "algo negativo", en palabras del portavoz del Kremlin, Dimitry Peskov.
"Si aparecen allí [en Ucrania] tropas, especialmente ahora, durante las acciones militares, serán objetivos legítimos. Lo mismo en caso de que se alcance un acuerdo que conduzca 'a una paz duradera'. Entonces, no veo sentido alguno a su presencia en territorio de Ucrania. Y es que, si se logra un acuerdo, nadie duda de que Rusia lo cumplirá en su totalidad", insistió Putin. Agregó que Rusia "respetará las garantías de seguridad que, por supuesto, deben ser aprobadas para Rusia y para Ucrania"
Para Rusia, las garantías de seguridad a Ucrania deberían depender solo del Consejo de Seguridad de la ONU (donde Rusia tiene poder de veto; es decir, podría vetar cualquier ayuda a Ucrania en caso de una nueva invasión perpetrada por ella misma). En esa línea de considerar "objetivos legítimos" a las tropas europeas se ha leído, por ejemplo, el bombardeo que dañó tanto la 'embajada' de la Unión Europea en Kiev como la sede del British Council.
Aunque el presidente francés presumió de la implicación de Italia, Polonia y Alemania —hasta ahora tres de los Estados más reticentes—, el Gobierno italiano reaccionó recordando su "indisponibilidad" para desplegar soldados, pocos minutos después de la comparecencia en el Elíseo.
A falta de la confirmación oficial sobre el resto de países, lo cierto es que en los últimos meses gran parte de las capitales europeas han descartado esa posibilidad.Además del caso italiano y alemán, España y Polonia han subrayado que su apoyo se limitaría a la ayuda financiera, logística o en sistemas de defensa, pero no contemplarían un despliegue militar.
26 países europeos desplegarían tropas en suelo ucraniano en caso de un alto el fuego
En la misma línea, Austria, Países Bajos, Finlandiao Bulgaria han cerrado la puerta a esta opción, o al menos por ahora. Mientras, países como Hungría y Eslovaquiamantienen un rechazo frontal con la propuesta.
Solo un puñado de gobiernos se han mostrado abiertos a valorar un despliegue desde que se dio a conocer el plan hasta ahora como son los casos de Reino Unido, Suecia, Dinamarca, Portugal, Irlanda,República Checa, Lituania o Bélgica, aunque siempre bajo la condición de un alto el fuego permanente o bien para formar parte de una misión de paz.
La implicación de EEUU, todavía en el aire
Aunque el presidente francés presumió de la implicación de Italia, Polonia y Alemania —hasta ahora tres de los Estados más reticentes—, el Gobierno italiano reaccionó recordando su "indisponibilidad" para desplegar soldados, pocos minutos después de la comparecencia en el Elíseo. Diez dirigentes asistieron de manera presencial en la cumbre. Uno de ellos fue el enviado especial de Donald Trump para Ucrania, Steve Witkoff. En cambio, la siguió por videoconferencia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que tuvo que suspender el viaje a París en la mitad del vuelo debido a una avería en su Falcon.
Era la tercera cumbre que la "coalición de voluntarios" —una alianza compuesta por 35 países, la mayoría europeos— celebraba en París. Su principal resultado fue la voluntad de una mayoría de ellos de involucrarse en las garantías de seguridad a Ucrania. A pesar de ello, permanece la incertidumbre sobre en qué consistirían con exactitud y cuáles son aquellos países realmente decididos a que sus soldados estén en la exrepública soviética. También se desconoce cuántas tropas podrían mandar. A Kiev le gustaría que fueran al menos 20.000, una cifra que no parece al alcance de Francia y Reino Unido.
Otro interrogante, quizás el más importante, sigue sin haberse resuelto: ¿cuál será la implicación de Estados Unidos? "Para evitar que Putin empiece de nuevo la guerra, las garantías de Europa pueden resultar insuficientes. Hace una alianza entre Europa y Estados Unidos", advirtió Zelenski en una entrevista para la revista francesa Le Point, publicada el jueves.
Uno de los objetivos del encuentro en el Elíseo era demostrar que los europeos están listos para tener un rol preponderante en las garantías de seguridad. A cambio de eso, sus dirigentes aspiran a que Washington acepte involucrarse de manera más clara. "Esperamos que precise su participación en los próximos días", dijo Zelenski, reconociendo que la Administración Trump aún no les ha detallado el rol que está dispuesta a ejercer. Más optimista se mostró su homólogo galo: los norteamericanos "han sido muy claros en su voluntad de formar parte", afirmó.
"Habrá nuevas conversaciones" entre Moscú y Washington
Macron y Zelenski comparecieron ante los medios tras una llamada telefónica con Trump, que duró una hora y media. Durante la cumbre del 18 de agosto en Washington, los dirigentes occidentales ya se habían puesto como objetivo la elaboración de estas garantías de seguridad. Kiev no solo las considera fundamentales para evitar otra "agresión rusa" tras un posible acuerdo de paz, sino también para reforzar su posición en caso de unas eventuales negociaciones con Moscú.
Rusia utiliza, sin embargo, el posible envío de soldados europeos a Ucrania como argumento —o pretexto— para resistirse a las conversaciones de paz. Aunque el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, dijo en la cumbre de Alaska que estaba dispuesto a aceptar un dispositivo de ese estilo para el país invadido, luego consideró "una línea roja" la presencia de tropas occidentales. "No son garantías de seguridad para Ucrania, sino garantías de peligro para el continente europeo", criticó la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova.
Además, Putin obstaculiza el posible cara a cara con Zelenski al pretender que se celebre en Moscú. "La mejor manera de hacer que fracase una reunión es proponerme de ir" a la capital rusa, declaró el mandatario ucraniano.
"En los próximos días habrá nuevas conversaciones entre estadounidenses y rusos. Pero si Rusia sigue oponiéndose (al proceso de paz), vamos a adoptar nuevas sanciones junto con Estados Unidos. Esto mismo nos ha dicho el presidente Trump", explicó Macron.
Desde Washington, no confirmaron esta información. Fuentes de la Casa Blanca se limitaron a decir que el dirigente estadounidense les había pedido a los europeos que "presionen a China" debido a su respaldo a Moscú y que "dejen de comprar petróleo ruso". Pese a la habilidad de Macron para dar titulares, el encuentro en el Elíseo tampoco resolvió otra de las incógnitas en el pulso bélico y diplomático: la posibilidad de que Trump recupere sus ultimátums y amenace con nuevas sanciones.
Elpresidente francés, Emmanuel Macron, está contra las cuerdas en el inicio de este nuevo curso político. El Gobierno de su socio François Bayrou dimitirá seguramente el lunes tras perder un voto de confianza en la Asamblea Nacional. La popularidad del jefe del Estado galo ha caído a los niveles más bajos desde el inicio de su presidencia en 2017. En medio del atolladero en que se ha convertido la política interna en Francia, Macron intentó el jueves coger un poco de aire postulándose como líder europeo en el tablero internacional. Y lo hizo recurriendo a uno de sus ejercicios comunicativos preferidos estos últimos años: los anuncios rimbombantes respecto a la guerra de Ucrania.