Un tribunal de EEUU tumba los aranceles estrella de Trump (al que le queda una última bala)
Los aranceles seguirán en vigor de momento, ya que el tribunal acordó dar al gobierno tiempo hasta octubre para que reúna sus argumentos y eleve la cuestión al Tribunal Supremo
El presidente Trump, durante la presentación de los aranceles recíprocos. (Reuters)
Donald Trump sufrió este viernes un revés judicial que amenaza una parte fundamental de su agenda presidencial. Un tribunal de apelaciones falló que la mayor parte de los aranceles impuestos por el presidente son ilegales, una decisión que podría limitar severamente una de las herramientas fundamentales de la política económica y exterior del presidente.
El Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal ratificó la decisión tomada en una instancia inferior por una corte de Nueva York y concluyó que Trump abusó de los poderes presidenciales al invocar una ley de emergencia económica para imponer los aranceles, cuando, según los jueces, esa es una prerrogativa exclusiva del Congreso.
Los aranceles seguirán en vigor de momento, ya que el tribunal acordó dar al gobierno tiempo hasta octubre para que reúna sus argumentos y eleve la cuestión al Tribunal Supremo si lo decide. Parece claro que lo hará.
Trump reaccionó furioso a la noticia en sus redes sociales. “Si se mantiene, esta decisión destruirá literalmente a los Estados Unidos de América”. El presidente sostuvo que si “estos aranceles desaparecen, sería un total desastre para el país” y cargó contra los jueces que fallaron en su contra. “Hoy, un altamente partidista Tribunal de Apelaciones dijo erróneamente que nuestros aranceles deberían eliminarse, pero saben que los Estados Unidos de América ganarán al final”.
En una votación que terminó 7-4 los once jueces del Tribunal desestimaron el argumento de los abogados del Gobierno, que sostenían que la Ley de Poderes Económicos en Emergencia Internacional, aprobada en 1977, permitía al presidente imponer aranceles unilateralmente.
Es “contrario a la ley”, concluyeron los jueces, ya que el establecimiento de aranceles es un “poder nuclear del Congreso”.
El fallo, de 127 páginas, concluye que la ley invocada por el gobierno Trump no contempla en ningún momento la cesión al presidente de la facultad de establecer tarifas arancelarias que, por tanto, deben seguir reservadas al Congreso.
Cómo se ha llegado hasta aquí
Los aranceles han sido una de las banderas de Trump desde que regresó a la Casa Blanca.
El presidente asegura que el resto del mundo se está aprovechando de Estados Unidos a través del comercio y que los aranceles servirán para enjugar el déficit comercial y lograr que el país sea respetado en el mundo. No ha dudado en prometer que permitirán la “liberación” de América.
El Gobierno ha utilizado los aranceles o la amenaza de imponerlos como una manera de obtener concesiones y promesas de inversiones de sus principales socios comerciales.,
El martillo arancelario ha golpeado a México, Canadá, India y una larga lista de países en la que, por supuesto, figura China.
La presión de los aranceles ha servido incluso para forzar la firma de acuerdos comerciales con Reino Unido, la Unión Europea y Japón, entre otros.
Pero ahora todo eso queda en entredicho, después de que la demanda planteada por una asociación de pequeñas empresas y un grupo de estados gobernados por los demócratas. En mayo, un Tribunal de Comercio Internacional de Nueva York le dio la razón en primera instancia y ahora el Tribunal Federal de Apelaciones ha vuelto a hacerlo.
Jake Colvin, presidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior, que representa a compañías importadoras, calificó como “positiva” una decisión judicial que, según él, debe servir como “llamada de atención para que el Congreso reclame su mandato constitucional de regular los aranceles”.
Qué puede pasar ahora
Todo hace pensar que Trump llevará el asunto al Tribunal Supremo, donde cuenta con una mayoría de jueces afines.
Pero no está claro que allí vaya a obtener una decisión favorable.
La Corte Suprema se ha mostrado en los últimos años en general contraria a ceder a los presidentes poderes tradicionalmente interpretados como exclusivos del Congreso.
La Casa Blanca celebró el viernes que “los aranceles siguen en vigor” y prometió que el presidente logrará la “victoria final”.
Lo único que parece claro es que ahora se abre un periodo de incertidumbre de impacto aún imposible de calibrar para las economías estadounidense y mundial.
Los aranceles se habían revelado como la principal herramienta de la política exterior de Trump, que, de perderla, vería seriamente limitadas las posibilidades de sacar adelante su agenda.
Aunque hay otras normas legales que podría invocar para, al menos temporalmente, gravar las importaciones de Estados Unidos.
Las dudas sobre si finalmente desaparecerán los aranceles hace aún más difícil el trabajo de la Reserva Federal, que debate si rebajar los tipos de interés ante las señales de enfriamiento de la economía pero no termina de ver claro el horizonte en el contexto de las erráticas políticas de Trump.
Mientras en la gran potencia se aclara el gran embrollo judicial que se avecina, el resto del mundo trata de entender a dónde llevará todo esto.
Los que, como la Unión Europea y Reino Unido, firmaron preacuerdos comerciales en los que prometieron invertir en Estados Unidos a cambio de aceptar aranceles inferiores a los inicialmente planteados por Trump, se verán tentados de esperar a que se aclare el panorama.
Y los que, como China e India, habían sido de los más castigados, tal vez alberguen esperanzas de que los jueces de su país acaben parándole los pies a Trump.
Donald Trump sufrió este viernes un revés judicial que amenaza una parte fundamental de su agenda presidencial. Un tribunal de apelaciones falló que la mayor parte de los aranceles impuestos por el presidente son ilegales, una decisión que podría limitar severamente una de las herramientas fundamentales de la política económica y exterior del presidente.
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