¿Tropas chinas como garantía en Ucrania? Pekín tiene un papel clave en la guerra (aunque no guste a Kiev)
Pekín está dispuesto a enviar tropas a Ucrania como parte de una misión de paz aprobada por Naciones Unidas, según un informe reciente. Ucrania ha rechazado esta propuesta
El presidente chino, Xi Jinping (i), y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en mayo de 2025. (Reuters/Mikhail Metzel)
Hay mensajes que no cambian la política internacional, pero que tienen una gran carga simbólica. Como el que envió Xi Jinping a Volodímir Zelenski el pasado domingo con motivo del Día de la Independencia de Ucrania. "Durante los últimos 33 años desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, las relaciones entre China y Ucrania se han desarrollado de manera constante y la cooperación en diversos campos ha producido resultados notables. Estoy dispuesto a trabajar con ustedes para guiar nuestras relaciones bilaterales hacia un desarrollo sostenido y a largo plazo", escribía el líder del gigante asiático en redes sociales.
El presidente ucraniano, por su parte, respondía que los dos países están interesados en "desarrollar un diálogo bilateral a largo plazo con respeto mutuo y por el bien de la paz, la estabilidad y la prosperidad". La de este 24 de agosto ha sido la primera felicitación pública enviada por Pekín desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en 2022. Y ha tenido lugar en un momento en el que China ha vuelto a formar parte del tablero político para llegar a una paz en Ucrania. Un escenario que, a pesar de las buenas palabras en el reciente intercambio de mensajes, no gusta nada al Gobierno de Kiev.
Desde que empezó la invasión, China ha alegado una neutralidad que ha sido puesto en duda por varios países occidentales y por Ucrania. En estos más de tres años, Pekín no ja dejado de comprar petróleo y gas ruso y ha suministrado tecnología para el Ejército de Moscú. Al mismo tiempo, Pekín celebró la reunión entre Donald Trump y Vladímir Putin la semana pasada en Alaska y apoyó un camino hacia la paz en Ucrania. Días después, el periódico alemánDie Welt afirmaba en un informe que China había mostrado su disposición a participar en el envío de unas fuerzas de paz a Ucrania con la condición de que fuera bajo mandato de las Naciones Unidas.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, declaró días antes que los garantes de la seguridad en Ucrania deberían ser los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: China, Estados Unidos, Francia, Rusia y Reino Unido. Por su parte, Putin mencionó a Pekín para que cumpliera con ese papel durante su reunión con el presidente estadounidense en Alaska. Estos han sido los últimos avances de la exigencia de Kiev, que pide una presencia internacional en el país después de cualquier acuerdo de paz para disuadir un futuro ataque de las fuerzas del Kremlin.
China no ha ofrecido una respuesta clara sobre el informe, pero el presunto plan para enviar tropas del gigante asiático a Ucrania ha tenido respuestas diferentes por parte de Europa. Por un lado, la inclusión de los países del Sur Global, como China, para asegurar la paz en el país después de la guerra es una propuesta con respuestas positivas por parte de algunos gobiernos del bloque. Por el otro, un diplomático europeo alertó a Die Welt del riesgo de que China busque "espiar" a Ucrania y que, en caso de que volviera el conflicto con Rusia, tomara una postura a favor de Moscú.
Volodímir Zelenski cree que esta posibilidad es muy alta y rechazó las peticiones de Rusia sobre la intervención china. “Solo necesitamos garantías de seguridad de aquellos países dispuestos a ayudarnos”, declaró. Para el presidente estadounidense, las brechas entre la retórica pacifista de Pekín y su comportamiento con Moscú es demasiado grande como para obviarla. A mediados de agosto, Kiev impuso sanciones a 39 personas y 55 empresas, incluidas 10 chinas, por suministrar componentes para los drones rusos Shahed, desde motores y cámaras hasta microchips. “No creo que se pueda confiar plenamente en las fuerzas chinas en Ucrania. Su verdadero propósito, si se despliegan allí, no está claro”, apunta Ruslan Trad, editor de Defensa y Seguridad del medio búlgaro capital e investigador del Atlantic Council, a El Confidencial.
"Sin embargo, hasta ahora, China ha estado enviando personal a Kursk (el territorio ruso tomado por Ucrania y recuperado por el Kremlin) para recopilar datos sobre la guerra y observar. Ven a Ucrania como un posible modelo, como una fuente de datos para llevar a cabo operaciones militares. Sin duda, cooperarían más con los ejércitos occidentales, pero difícilmente se les considera fuerzas amigas", añade.
EEUU se compromete (a medias)
Sin embargo, otros analistas apuestan a que sean los países del Sur Global los que deben desempeñar un papel de ‘pacificador’ en Ucrania y no otras opciones que pueden haber estado sobre la mesa como soldados de la UE. Esta opción fue puesta sobre la mesa por el presidente francés Emmanuel Macron. "Un despliegue europeo carece de credibilidad. La constante reticencia, más allá de las florituras retóricas de Macron, a enviar tropas a Ucrania durante un conflicto en curso sugiere que, de reanudarse los combates entre Rusia y Ucrania, la UE carecerá de la voluntad de comprometerse", apunta Naman Karl-Thomas Habtom, investigador de la Universidad de Defensa Sueca, en un análisis publicado en Foreign Policy.
"Ni siquiera está claro que los países europeos tengan la capacidad para sostener un gran despliegue. Las fuerzas de paz europeas corren el riesgo de quedar abandonadas ante la falta de apoyo logístico estadounidense", añade. Estados Unidos ha descartado el envío de soldados al país en guerra, pero ha señalado que proporcionará activos de inteligencia y de supervisión. Además, participará en el escudo de defensa aérea librado por Europa, según afirmaron funcionarios a Financial Times. Según estas informaciones, Donald Trump dijo a los líderes europeos la semana pasada que formaría parte de la "coordinación" de garantías de seguridad para la Ucrania de la posguerra.
Trump podría cambiar de opinión, pero la decisión representa un cambio significativo en la postura de su administración, que negó a principios de año cualquier participación en velar por la paz en Ucrania después de un hipotético acuerdo. El presidente estadounidense ha presionado a Kiev y Moscú para que encuentren una solución al conflicto, pero los avances han sido, por ahora, poco representativos. Entre Putin y Zelenski sigue habiendo diferencias clave como el control de los territorios tomados por las fuerzas del Kremlin y las garantías de seguridad. El líder ruso insiste en que Rusia debe estar involucrada en este último punto, algo imposible para Ucrania.
La "solución" de convertir a China en un actor pacificador en Ucrania es, para algunos, la mejor manera de mantener la paz, aunque no cuente con el apoyo ucraniano. "Los negociadores deberían buscar un amplio espectro de fuerzas de paz del sur global con vínculos amistosos, o al menos no hostiles, tanto con Rusia como con Occidente", sugiere Habtom. "Un breve intercambio de disparos con tropas italianas u holandesas en el Donbás no dañaría significativamente la posición internacional de Rusia. Por el contrario, el riesgo de que los rusos intercambien fuego con las tropas indias y chinas sobre el terreno obligaría a Moscú a considerar las implicaciones de una pequeña escaramuza para sus estrategias globales, ya sea en términos económicos, de seguridad o diplomáticos", concluye.
Pekín ha evitado responder directamente a la pregunta de si está dispuesta a brindar garantías de seguridad en el contexto de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, pero esa no-respuesta formaría parte de una estrategia. "Su postura de espera y su coordinación estratégica con Rusia permiten a Pekín apoyar indirectamente a Moscú (...). Y proporciona a China un control flexible sobre el proceso de negociación de la paz, minimizando los riesgos de una intervención directa en el conflicto y creando simultáneamente las condiciones estructurales para la reconfiguración a largo plazo de la arquitectura de seguridad global", apunta por su parte la analista Natalia Butyrska.
Además de China, otros países del grupo BRICS+ y miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se han mostrado abiertos a formar parte de los esfuerzos por garantizar la estabilidad en Ucrania después de la guerra. La Unión Africana, por su parte, ha acumulado décadas de experiencia llevando a cabo sus propias misiones de mantenimiento.
Pero, por ahora, todas estas opciones siguen estando en vilo hasta que no se logren avances en las negociaciones. Las únicas cosas claras que ha dejado Rusia sobre el mantenimiento de la paz es que ellos tienen que formar parte de esas negociaciones y que en ningún caso podrían formar de esa misión de paz tropas occidentales o de la OTAN. Los funcionarios europeos ya han reconocido la desconexión. El presidente finlandés, Alexander Stubb, declaró el lunes: "Creo que la visión de Rusia sobre las garantías de seguridad es bastante diferente a la nuestra".
Algunos analistas sostienen que este punto, con o sin China, puede ser un paso atrás en las negociaciones. “No sería sorprendente que esa perspectiva desalentara a Rusia a aceptar poner fin a la guerra”, afirmó Samuel Charap, analista de Rusia en RAND Corporation, a The New York Times.
Hay mensajes que no cambian la política internacional, pero que tienen una gran carga simbólica. Como el que envió Xi Jinping a Volodímir Zelenski el pasado domingo con motivo del Día de la Independencia de Ucrania. "Durante los últimos 33 años desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, las relaciones entre China y Ucrania se han desarrollado de manera constante y la cooperación en diversos campos ha producido resultados notables. Estoy dispuesto a trabajar con ustedes para guiar nuestras relaciones bilaterales hacia un desarrollo sostenido y a largo plazo", escribía el líder del gigante asiático en redes sociales.