Un zumbido sobre los 'pequeños' de la OTAN: Lituania sufre el acoso de drones bielorrusos
En el mes de julio, dos drones lograron traspasar la frontera de Lituania desde Bielorrusia, lo que ha aumentado los temores a la "guerra híbrida" de Rusia en los países bálticos
Ejercicios militares de la unidad de drones de la OTAN. (EFE/Martín Divisek)
En la madrugada del pasado lunes, un ruido de motores despertó a varias personas cerca de Vilna, la capital de Lituania. Algunos de los que se asomaron a las ventanas llegaron a capturar el momento en el que un dron sobrevolaba sus casas. Al día siguiente, había cientos de fotografías y vídeos en redes sociales. Las autoridades informaron que un vehículo aéreo no tripulado, posiblemente procedente de Bielorrusia, sobrevoló el país durante un tiempo antes de estrellarse. El Ejército ha estado casi 5 días buscándolo hasta que finalmente ha dado con el dron este viernes. Pero este capítulo no se cierra con el hallazgo.
Dos semanas antes, otro dron se estrelló en Lituania, también cerca de la frontera bielorrusa. Las autoridades sospecharon inicialmente que el espacio aéreo había sido atravesado por un dron Shahed, que Moscú utiliza en la guerra contra Ucrania, pero luego resultó ser un modelo Gerbera de fabricación rusa.
En ninguno de los dos casos se han reportado daños, pero los drones sobrevolando los cielos de Lituania han puesto en evidencia los agujeros en la defensa aérea del país báltico. Este tipo de violaciones del espacio aéreo en los países limítrofes con Rusia y Bielorrusia no son nuevos, y el Gobierno de Vilna no duda en que los últimos incidentes de julio forman parte de una estrategia de desestabilización y provocación del Kremlin.
El envío de drones a la frontera es una de las patas de esta guerra híbrida que se sostiene también a través de campañas de desinformación, ciberataques o potenciar la inmigración ilegal en esas fronteras. El año pasado, Estonia informó que había identificado un dron con un paquete de droga a orillas del Narva, el río que sirve de frontera natural entre Estonia y Rusia. Unas semanas después, otro vehículo aéreo no tripulado realizaba maniobras muy cerca de una infraestructura crítica cercana a la divisoria entre ambos países. "Aunque no tengamos incidentes todos los días, el miedo a una provocación es diario", explicaba el oficial Tarvo Kruup, quien lleva años al frente de Prefectura del Este y lidera la Junta de la Guardia Fronteriza, en una entrevista anterior con El Confidencial.
Para algunos funcionarios del Gobierno lituano no ha pasado desapercibido que las presuntas provocaciones orquestadas por Moscú en la frontera han tenido lugar poco antes de que se inicien los ejercicios militares entre Rusia y Bielorrusia de septiembre. "Vladímir Putin está jugando a un juego peligroso en el que el objetivo es intimidar, desacreditar y dividir. Y si la respuesta de Occidente no cambia, el Kremlin pronto reescribirá las reglas del juego", apunta Tomas Jermalavičius, director de investigación del Centro de Defensa y Seguridad Internacional de Estonia, al medio lituano 15 Minutos.
En el país báltico, el zumbido de los vehículos no tripulados cerca de la capital han sonado de una forma muy parecida a los tambores de guerra. El jefe de las Fuerzas Armadas lituanas, Raimundas Vaikšnoras, informó el pasado lunes que los sistemas de defensa antiaérea a la frontera con Bielorrusia ante cualquier nueva violación del espacio aéreo lituano. Además, el Gobierno anunció el despliegue de más unidades militares en la frontera. "Tomaremos medidas adicionales para garantizar una vigilancia fronteriza más efectiva, y desplegaremos fuerzas militares adicionales para este propósito", dijo el ministro de Defensa, Dovilė Šakalienė.
Las noticias relacionadas con el dron procedente de Bielorrusia han copado buena parte de los titulares en los periódicos de Lituania y ha llegado a eclipsar en algún momento la dimisión del primer ministro, el socialdemócrata Gintautas Paluckas, por sus lazos empresariales. En la primera comparecencia de Mindaugas Sinkevičius como presidente interino del partido también ha estado presente el incidente que ha hecho sonar las alarmas de la seguridad fronteriza lituana. "Lo que ha pasado indica que no lo tenemos todo resuelto y que no todo funciona bien", dijo este viernes ante la prensa.
Cómo 'tapar' el agujero en defensa
Algunos analistas coinciden en que las incursiones han llegado en un momento particularmente vulnerable porque el país está desarrollando todavía una parte de sus capacidades de defensa aérea y de detección. El ministro Raimundas Vaikšnoras apuntó a la necesidad de interceptar de forma preventiva los drones antes de que crucen el espacio aéreo lituano, y reconoció las lagunas y los boquetes de defensa.
Los expertos han advertido que las defensas aéreas de la OTAN siguen siendo vulnerables a este tipo de provocaciones de bajo costo y alto impacto. Sin embargo, también se han tomado medidas importantes como la adquisición de un sistema de detección acústica de drones desarrollado en Ucrania, cuyo despliegue está previsto para 2026. Paralelamente, el Ministerio de Defensa ha acelerado la inversión en capacidades de drones y guerra electrónica, y ha destinado 300 millones de euros para 2030.
"Pero las mejoras técnicas no bastan, y el componente psicológico de la guerra híbrida debe afrontarse con resiliencia social. Las incursiones con drones de Moscú tienen como objetivo tanto socavar la confianza pública como violar el espacio aéreo", apunta Eitvydas Bajarūnas, embajador en el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Lituania e investigador del Centro para el Análisis de Políticas Europeas (CEPA).
Eitvydas Bajarūnas añade en un análisis que tanto la calma institucional como la compostura pública son esenciales. "Los medios de comunicación, los funcionarios y los comentaristas deben evitar amplificar el miedo o la especulación y centrarse en la comunicación clara, la coherencia y la capacidad de distinguir entre el riesgo real y la manipulación psicológica", sostiene.
Antes incluso de las incursiones de julio, los países bálticos y otros de sus aliados que comparten frontera con Rusia anunciaron un nuevo proyecto de defensa común para blindar sus fronteras. Es el llamado "muro de drones", un primer paso para tapar algunas de las deficiencias defensivas de la OTAN. "Esto es algo completamente nuevo. Un muro de drones desde Noruega a Polonia. El objetivo es usar drones y otras tecnologías para proteger nuestras fronteras", anunció la ministra de Interior lituana, Agne Bilotaite, en declaraciones a una agencia de noticias local.
El proyecto está todavía en sus primeras fases, centradas en desarrollar los sistemas de identificación. "El primer objetivo sería instalar vehículos no tripulados aéreos, pero también terrestres y marinos, que puedan vigilar las fronteras en tiempo real para identificar y analizar cualquier movimiento sospechoso proveniente de Rusia, ya sean personas o drones", explicaba Veiko Kommusaar, director general adjunto de la Guardia Fronteriza de Estonia, en una entrevista anterior con El Confidencial en la capital estonia. Le llaman ‘muro', pero viene a ser un sistema de alerta y vigilancia para reforzar los ya existentes.
Las maniobras de Rusia en algunos países de la OTAN dirigidas a desestabilizar a la sociedad se entiende, según expertos militares, como la antesala de una escalada entre la alianza transatlántica y Moscú. Varios ministerios de Defensa y documentos de inteligencia han vaticinado cómo sería ese aumento de las tensiones que se espera a lo largo de la próxima década y después del fin de la guerra en Ucrania. Sin embargo, otros informes recientes sugieren que esta situación podría tener lugar incluso sin necesidad de que se haya puesto fin al conflicto.
"Los servicios de inteligencia de varios Estados miembros advierten de un posible ataque ruso en un plazo de tres a cinco años, posiblemente incluso antes. Estas predicciones se ven respaldadas por informes sobre el auge de la producción armamentística rusa, que ahora parece estar destinada a algo más que el frente ucraniano: supuestamente, se están almacenando para su uso contra la OTAN", apunta el experto en defensa Stefan Hedlund en un informe reciente.
Las provocaciones en la frontera y las otras formas de guerra híbrida serían el primer paso de esa hipotética escalada que se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los países bálticos. Desde el pasado lunes, lo ha sido todavía más en Lituania. "La llegada de drones son factores de estrés deliberados diseñados para erosionar la confianza y deben afrontarse con agilidad, claridad y coordinación. La guerra híbrida se libra tanto en el aire como en la mente. El reto de Lituania es superar la prueba en ambos frentes", concluye el embajador Eitvydas Bajarūnas.
En la madrugada del pasado lunes, un ruido de motores despertó a varias personas cerca de Vilna, la capital de Lituania. Algunos de los que se asomaron a las ventanas llegaron a capturar el momento en el que un dron sobrevolaba sus casas. Al día siguiente, había cientos de fotografías y vídeos en redes sociales. Las autoridades informaron que un vehículo aéreo no tripulado, posiblemente procedente de Bielorrusia, sobrevoló el país durante un tiempo antes de estrellarse. El Ejército ha estado casi 5 días buscándolo hasta que finalmente ha dado con el dron este viernes. Pero este capítulo no se cierra con el hallazgo.