La guerra del odio entre Irán e Israel: así han pasado de colaborar a ser enemigos

Estados Unidos ha dado un paso decisivo al sumarse a los ataques israelíes contra Irán, marcando un punto de inflexión en la ya tensa rivalidad entre ambos países. Con bombardeos quirúrgicos sobre instalaciones nucleares clave como Fordow, Natanz e Isfahán, la ofensiva busca frenar el supuesto avance iraní hacia la bomba atómica. Israel lanzó su operación “León Ascendente” con un ataque sorpresa el 13 de junio, eliminando a parte del alto mando militar iraní. La respuesta de Teherán fue inmediata: misiles impactaron contra infraestructura civil y estratégica en Haifa, Ashdod y el norte de Israel, mientras explosiones sacudían Teherán. En pocos días, el balance de víctimas se contaba por cientos, y ambos países declaraban estados de emergencia.

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Pero el enfrentamiento va mucho más allá del intercambio de misiles. Irán e Israel arrastran una enemistad de medio siglo, enraizada en ideologías opuestas y en una ruptura drástica tras la Revolución Islámica de 1979. Lo que antes fue cooperación militar e inteligencia, se transformó en odio teológico y guerra por poderes, con actores como Hezbolá, Hamás y los hutíes implicados. Mientras Irán busca consolidar su influencia regional apoyando a estos grupos, Israel responde con operaciones directas y alianzas con potencias árabes. Ahora, con el apoyo de Washington y la creciente amenaza nuclear como telón de fondo, el conflicto ha entrado en una fase inédita que podría alterar todo el equilibrio de Oriente Medio.