Un señuelo, tres martillazos: así fue el mayor ataque en la historia de los bombarderos B-2
Ahora los analistas leen las hojas del té tratando de estimar los daños al programa nuclear iraní, mientras persisten las dudas de cuánto y hasta cuándo se involucrará Donald Trump en la guerra
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El mayor ataque en la historia de los bombarderos furtivos B-2 fue adelantado por David Shayani, "un tipo corriente" de Missouri, aficionado a la fotografía y los videojuegos, que los vio pasar por encima de su casa horas antes de golpear varios objetivos estratégicos en Irán.
En la madrugada del sábado, en los primeros compases de la operación, los analistas de inteligencia de fuentes abiertas (osint) reportaban que un número indeterminado de B-2 y al menos ocho aviones cisterna estaban despegando de la base estadounidense Diego García, en el Índico. El aficionado militar intervino en casi de forma casual en la conversación en redes.
"He contado 9 (bombarderos) B-2 volando sobre mi casa. Varsovia Missouri. Dirección este", aseguró desde una localidad a unos 70 kilómetros de la Base de la Fuerza Aérea Whiteman, desde donde operan los famosos aparatos con alas de murciélago. El mensaje fue republicado más de 2.000 veces y acumula casi nueve millones de visualizaciones. Ahora, el Pentágono ha desclasificado parte de la información.
La actividad que reportaban los analistas osint era, en realidad, un grupo señuelo para cubrir a los siete B-2 Spirit que, con comunicaciones al mínimo y repostando en pleno vuelo, cruzaba el Atlántico sin ser detectado durante 18 horas. Algunos compararon a David con el tuitero pakistaní que, sin saberlo, avisó por redes del despegue de los helicópteros con el comando de operaciones especiales que capturaría y mataría a Osama Bin Laden. Tampoco afectó en modo alguno al resultado de la misión.
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El presidente estadounidense, Donald Trump, se había dado un plazo de dos semanas antes de tomar una decisión, pero apenas tardó 48 horas en dar luz verde a la operación Martillo de Media Noche. Una muestra de que algunos halcones militares, como el general Erik 'el Gorila' Kurilla (quien lideró la operación como jefe del CENTCOM) parecen haber ganado peso en la agenda estratégica del líder republicano.
Cuando el escuadrón aéreo de B-2 (los aviones más caros de la US Air Force) se acercó al espacio aéreo iraní, un número no revelado de cazas F-15, F-16 y F-35 se situaron frente al grupo de ataque para atraer cualquier potencial fuego o amenaza enemiga (algunos armados con AGM-88, misiles tácticos aire-tierra antiradiación de alta velocidad). Esto lo pudieron con bajo riesgo porque Israel ya había logrado la supremacía aérea en gran parte de Irán tras neutralizar su defensa antiaérea iraní con una operación de inteligencia y una semana de bombardeos.
Con los cielos despejados, los aviones de baja observabilidad lanzaron 75 municiones guiadas de precisión, incluyendo unas 14 bombas GBU-57 A/B Munición de Penetración Masiva (MOP, por sus siglas en inglés), sobre al menos tres instalaciones del programa nuclear iraní. Además, un submarino ubicado (probablemente el USS Georgia desde el Mar Arábico o el USS Ohio desde el Indopácifico) lanzó unos 30 misiles de crucero Tomahawk de ataque a tierra contra elementos clave de superficie en Natanz y Isfahan, dos de los objetivos secundarios. El ataque aéreo comenzó a las 00:24 del domingo (hora española) y duró 25 minutos.
"Hemos completado nuestro muy exitoso ataque en tres sitios nucleares en Irán, incluyendo Fordow, Natanz y Isfahan. Una andanada completa de BOMBAS fue lanzada en el sitio principal, Fordow", dijo Trump en su red Truth Social, agregando que todos los aviones implicados habían regresado sanos y salvos a sus bases.
Leyendo las hojas del té nuclear
Esta ha sido el ataque de mayor envergadura acometido por los B-2 en sus más de 40 años de historia y el segundo vuelo operativo más largo (37 horas), después de los que siguieron al 11-S (cuando el Spirit of America voló junto con otras cinco unidades más de 70 horas ida y vuelta para bombardear Afganistán). En total, más de 125 aviones estadounidenses participaron en la operación, especificó el Pentágono, incluyendo cazas de cuarta y quinta generación, aviones cisterna, mando y control, de inteligencia, reconocimiento, entre otros.
El blanco más significativo era la planta de Fordo, situada en un búnker a más de 200 metros de profundidad y protegida por una montaña. Las fotografías revelan los impactos por donde penetraron loas GBU-57. Los B-2 lanzaron una docena de las conocidas como ‘revienta búnkeres’ o ‘la madre de todas las bombas’ (por su carga explosiva sin igual de 13,6 toneladas) y dos sobre Natanz. Estos proyectiles cuentan con una cabeza de una aleación de metales diseñada para penetrar más de 60 metros bajo tierra antes de detonar.
Ahora, analistas y expertos tratan de leer las hojas del té nuclear con las limitadas evidencias visuales de la operación, comparando imágenes satélite del antes y el después. Muchos señalan que la cantidad de polvo de hormigón que cubre la montaña en la que está el laboratorio podría ser un indicativo de que la deflagración afectó a los muros del complejo atómico. Pero no se puede saber qué parte ni en qué medida. El Departamento de Defensa apuntó a un "daño y destrucción extremadamente severo". Pero el programa nuclear iraní es una caja negra y es difícil estimar el alcance de los daños. Otros no lo ven tan claro.
"¿Por qué me han impresionado tan poco estos ataques? Israel y EEUU han fracasado en destruir elementos significativos de las infraestructuras nucleares iraníes de producción y materiales. Las operaciones Rising Lion y Midnight Hammer son tácticamente brillantes, pero podrían resultar fracasos estratégicos. Sí, se han golpeado las plantas de enriquecimiento en Fordo y Natanz de forma aparentemente exitosa. Pero no ha habido más intentos por golpear las enormes instalaciones subterráneas cerca de Natanz, donde Irán puede fabricar más centrifugadoras y equipos", aseguró Jeffrey Lewis, experto en armas nucleares y profesor en Middlebury Institute.
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Lo que sí se sabe, según informaron fuentes de inteligencia a The New York Times, es que los iraníes sacaron de las instalaciones atacadas unos 400 de kilos de uranio U-235 enriquecido al 60%. Este sería el material más tratado del régimen de los ayatolás, pero todavía lejos del 90% necesario para fabricar un arma nuclear operativa. Los expertos calculan que esta cantidad daría para una decena de misiles atómicos. Nadie sabe dónde está, como confirmó recientemente Rafael Mariano Grossi, jefe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
No está claro cuánto más (o cuánto tiempo) tiene previsto Trump intervenir en el conflicto Israel-Irán. Pese a que el mandatario celebró como un "éxito" total los ataques, en realidad los objetivos marcados por Tel Aviv —destrucción de las capacidades iraníes nucleares y de misiles balísticos— siguen pendientes. Tampoco está claro que Israel o EEUU estén buscando un cambio brusco de régimen. De momento.
La respuesta de Irán fue contenida y comunicada con antelación a los estadounidenses para evitar una escalada mayor, con apenas 14 misiles dirigidos contra bases norteamericanas que fueron fácilmente interceptados.
"Lo más importante es que (los iraníes) se han sacado todo de su sistema y, ojalá, no habrá más ODIO", aseguró Trump. Quiero agradecer a Irán que nos diera un aviso temprano que hizo posible que no se perdieran vistas y no haya heridos. Quizás Irán puede ahora seguir en paz y armonía en la región y yo, de forma entusiasta, animaré a Israel a hacer lo mismo", agregó.
El mayor ataque en la historia de los bombarderos furtivos B-2 fue adelantado por David Shayani, "un tipo corriente" de Missouri, aficionado a la fotografía y los videojuegos, que los vio pasar por encima de su casa horas antes de golpear varios objetivos estratégicos en Irán.