Se despeja la última gran incógnita antes de la cumbre de la OTAN: Trump sí asistirá, pese a la crisis con Irán
Fuentes diplomáticas neerlandesas confirman a El Confidencial que Trump llegará entrando por un sitio diferente al del resto de las delegaciones y, en un principio, no celebrará ninguna rueda de prensa
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Era una de las grandes incógnitas que planeaban sobre la cumbre de la OTAN en La Haya: ¿asistiría finalmente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump? Las dudas habían cobrado fuerza tras los recientes bombardeos ordenados por el presidente estadounidense contra varias instalaciones nucleares en Irán que han hecho meterse de lleno a Washington en el conflicto. La ofensiva, llevada a cabo sin el aval del Congreso ni la consulta a los aliados, contribuyó a elevar aún más la tensión en lo que ya se perfila como una de las reuniones más trascendentales de la OTAN de la última década.
Sin embargo, fuentes diplomáticas neerlandesas confirman a El Confidencial que Trump llegará a La Haya la noche del martes 24 de junio —a pesar de que estaba previsto que llegara a lo largo de esta tarde— y participará en la jornada principal del encuentro al día siguiente. Además, el presidente de Estados Unidos entrará por un sitio diferente al del resto de las delegaciones y, en un principio, no celebrará ninguna rueda de prensa, como es habitual que los líderes hagan al término de la Cumbre.
Desde La Haya, fuentes relacionadas con el asunto destacan, sin embargo, la imprevisibilidad del presidente de Estados Unidos. Nadie sabe realmente cómo puede actuar, pero lo que sí se puede sacar en claro es el tono que empleará durante la celebración de la Cumbre. El hecho de que entre por un sitio distinto, sin entablar conversaciones con ninguno de los líderes, es solo una muestra más de la actual tensión que hay entre Trump y el resto de líderes de la Alianza. Tanto medios holandeses como fuentes oficiales estadounidenses también confirman su asistencia, aunque sin ofrecer más detalles.
La cumbre, que acoge la Haya, tenía como prioridad debatir la propuesta de Trump de elevar el gasto en defensa al 5 % del PIB, una exigencia que ha causado fricciones entre los socios europeos, sobre todo con España al considerar "imposible" esa exigencia. Pero los ataques contra Irán han alterado el guion previsto. La posibilidad de una respuesta iraní y una eventual escalada en el Golfo Pérsico —como el cierre del estrecho de Ormuz— preocupan a los líderes. Eso sí, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha reiterado que todos los miembros están de acuerdo en que Irán no debe hacerse con armamento nuclear.
Más allá de la agenda prevista, la cumbre de La Haya se perfila como una prueba crucial para medir la solidez de la OTAN. El encuentro pondrá a prueba si persiste la unidad entre sus miembros o si, por el contrario, estamos ante una ruptura profunda entre Estados Unidos y sus socios históricos. La presencia de Trump, confirmada a última hora, será el catalizador que lo exponga.
Era una de las grandes incógnitas que planeaban sobre la cumbre de la OTAN en La Haya: ¿asistiría finalmente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump? Las dudas habían cobrado fuerza tras los recientes bombardeos ordenados por el presidente estadounidense contra varias instalaciones nucleares en Irán que han hecho meterse de lleno a Washington en el conflicto. La ofensiva, llevada a cabo sin el aval del Congreso ni la consulta a los aliados, contribuyó a elevar aún más la tensión en lo que ya se perfila como una de las reuniones más trascendentales de la OTAN de la última década.