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La proliferación nuclear iraní está quizá más cerca ahora que antes de los ataques de Israel
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La proliferación nuclear iraní está quizá más cerca ahora que antes de los ataques de Israel

La decisión de Israel de atacar el programa nuclear de Irán podría pasar a la historia como el inicio de una guerra regional de gran envergadura y el punto de inflexión que llevó a Teherán a adquirir finalmente armas nucleares

Foto: Imágenes de satélite de la planta de enriquecimiento nuclear de Natanz, atacada por Israel. (Reuters/Maxar Technologies )
Imágenes de satélite de la planta de enriquecimiento nuclear de Natanz, atacada por Israel. (Reuters/Maxar Technologies )
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Los cazas de Israel parecen pasearse por los cielos iraníes como si el país de los ayatolá no tuviera misiles con los que derribarlos. A este paso, con la guerra israelo-iraní en su quinto día, casi podría ya una realidad.

Este lunes, Israel bombardeó dos barrios residenciales de Teherán y varias bases militares, “ordenó” en farsi la evacuación de civiles de varias zonas de la capital y atacó mientras se retransmitía en directo a la televisión iraní. Desde el pasado viernes, habría destruido ya 120 de las lanzaderas de misiles balísticos, un tercio del total, según afirma el Ejército israelí. Las defensas antiaéreas iraníes están ya prácticamente laminadas y es previsible que esta larga lista se amplíe en las primeras horas del martes.

La decisión de Israel de atacar el programa nuclear de Irán el pasado 12 de junio podría pasar a la historia como el inicio de una guerra regional de gran envergadura, y quizá como el punto de inflexión que llevó a Teherán a adquirir finalmente armas nucleares. Después de todo, ante el éxito de sus ataques, Israel está hablando sin tapujos de un "cambio de régimen": pareciera que la única manera de sobrevivir a un vecino belicoso como éste es teniendo unas garantías nucleares. Aunque también podría ser recordada como el momento en que el mundo dejó de enfrentarse al riesgo de una bomba iraní.

Durante años, analistas han especulado sobre los posibles desenlaces de una ofensiva como la que está protagonizando Israel, con pronósticos muy dispares. En los próximos meses el mundo sabrá quién tenía razón.

placeholder Análisis de la central de Natanz, en Irán, tras los ataques de Israel. (Institute for Space and International Security)
Análisis de la central de Natanz, en Irán, tras los ataques de Israel. (Institute for Space and International Security)

Aún es pronto para conocer el resultado definitivo. Podrían pasar semanas antes de que los expertos logren dimensionar completamente los daños físicos contra el programa nuclear, aunque imágenes de satélite muestran amplios daños en las instalaciones sobre la superficie de al menos dos instalaciones nucleares (Natanz e Isfahan) y, quizá, la destrucción de sistemas de alimentación eléctrica, que podría (aunque no se tiene la certeza) haber provocado una reacción en cadena e inutilizar decenas de turbinas para el enriquecimiento de uranio. Desconocemos el tiempo que pueda necesitar Irán para recuperarse. Además, los ataques israelíes continúan en marcha.

Sin embargo, aunque no sea posible juzgar aún los efectos a largo plazo de la operación israelí, los elementos para evaluar la cuestión son cuantificables. Para frenar —o al menos ralentizar— la capacidad iraní de fabricar un arma nuclear, Israel necesitaba destruir los materiales que sirven como combustible para esas armas, así como el equipamiento esencial para su manufactura. También debía reducir, al menos en parte, el conocimiento técnico necesario para transformar ese material en bombas.

Pero hay un factor intangible: para que el ataque tenga éxito total, también tendría que haber logrado que Irán reconsidere la viabilidad de continuar con su proyecto nuclear.

Hasta ahora, los ataques israelíes han conseguido destruir gran parte de las estaciones eléctricas, edificios e infraestructura clave del programa atómico iraní. Israel ha demostrado además su capacidad para golpear objetivos en territorio iraní con relativa libertad. No obstante, el éxito no está garantizado, considerando la fuerte inversión iraní en fortificaciones defensivas, su compromiso con el proyecto nuclear, su previsión ante el ataque y la posibilidad de volver a reiniciar todo el proceso con muy poco material ya preparado que logre escapar a la ofensiva israelí.

Daños aún por esclarecer

Según la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), el sitio de enriquecimiento de uranio más importante de Irán, Fordow, no ha sufrido daños reseñables. Esta central se oculta bajo tierra en una importante cadena montañosa, por lo que es el sitio nuclear más complicado de destruir sin la cooperación de Estados Unidos y sus pesadas bombas anti búner. “Si Fordow sigue operativo, los ataques de Israel apenas frenan el camino de Irán hacia la bomba”, escribe James M. Acton, codirector del Programa de Política Nuclear del Carnegie Endowment for International Peace.

Si aunque sea una pequeña parte del material de uranio ya enriquecido sigue disponible y sus centrifugadoras continúan operativas, Irán podría reanudar su programa nuclear en cuestión de semanas. Si logra transferir cantidades significativas a "instalaciones secretas", "Israel habrá perdido" [en su objetivo], sostiene Ali Vaez, analista sobre Irán del International Crisis Group.

Foto: Personal de emergencia en Haifa después de que misiles iraníes impactaran en la ciudad (Reuters/Shir Torem)

Sin embargo, fabricar un arma nuclear requiere más que uranio altamente enriquecido. Se necesita también equipamiento para convertir el material en metal, moldearlo y ensamblar el dispositivo. Hacerlo en plena guerra será sumamente complicado, especialmente dado el esfuerzo internacional de décadas por obstaculizar el acceso de Irán a esa tecnología. Además, no se sabe con certeza cuán cerca estaba Irán de desarrollar una cabeza nuclear para sus misiles. Las agencias de inteligencia estimaban que le tomaría varios meses.

Irán, además, conserva un cuerpo numeroso de científicos y técnicos nucleares. No está claro cuántos han muerto en los ataques. Israel ha asesinado a Fereydoun Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán, y a Mohammad Mehdi Tehranji, físico y presidente de la Universidad Islámica Azad en Teherán, además de varios líderes militares. Pero estas muertes, por sí solas, no bastarán para frenar definitivamente el proyecto. Mientras Irán conserve un grupo de expertos capacitados y motivados, podrá avanzar rápidamente si decide continuar con el desarrollo de armas nucleares.

¿Golpe al espíritu o impulso renovado?

La magnitud del daño técnico al programa nuclear iraní sigue siendo incierta. Pero tal vez la cuestión más relevante sea si el ataque ha minado la voluntad de Teherán para seguir adelante.

En principio, podría parecer improbable que Irán responda con algo distinto a la hostilidad. El gobierno iraní ya se enfrenta a presiones internas para adoptar una postura más firme: este lunes, el Parlamento anunció que se está preparando un proyecto de ley para que Irán abandone el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. "Los ataques de Israel pueden retrasar a Irán [y su programa nuclear] en la parte técnica, pero políticamente, estos ataques empujan a Irán más y más cerca hacia el camino de las bombas nucleares, sostenía Kelsey Davenport, analista de la Arms Control Association.

Sin embargo, si el daño a sus capacidades nucleares y militares es mayor de lo estimado, el régimen podría considerar opciones para reducir la tensión. La defensa aérea iraní ha sido prácticamente desmantelada, lo que abre la puerta a ataques aún más severos contra estructuras gubernamentales o sectores estratégicos como el petróleo y el gas, pilares de la economía iraní. Ante semejante presión, Teherán podría optar por negociar un acuerdo que limite su programa nuclear.

La ofensiva israelí ha demostrado ser táctica y operativamente brutal. Pero nadie dudaba de la capacidad del ejército israelí para llevar a cabo este tipo de misiones. La verdadera incógnita siempre fue si un ataque en solitario —o incluso en colaboración con Estados Unidos— podría frenar de forma efectiva la carrera nuclear de Irán. El mundo está a punto de conocer la respuesta.

Los cazas de Israel parecen pasearse por los cielos iraníes como si el país de los ayatolá no tuviera misiles con los que derribarlos. A este paso, con la guerra israelo-iraní en su quinto día, casi podría ya una realidad.

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