El declive de Occidente como referente académico: "Lo que me ofrecen en la 'uni' china es inmejorable"
Hace tiempo que las potencias emergentes de fuera de Europa y EEUU se han lanzado por los mejores cerebros occidentales: el Viejo Continente no puede competir con su poderío económico
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Hace muchos años que profesionales altamente cualificados abandonan sus puestos en Europa para aceptar ofertas económicas y laborales en el sur global. La novedad es que ahora esas ofertas son más jugosas que nunca y la eterna alternativa de irse a EEUU ha dejado de ser atractiva, incluso inviable, con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Las grandes economías asiáticas y de Oriente Medio impulsan programas de atracción de talentos y de “lavado de imagen” que cada vez dejan más plazas vacantes en el olimpo académico occidental.
Hace un par de semanas, The Economist publicaba un texto bajo el título “Las universidades chinas están cortejando a los científicos occidentales”. Ese cortejo es a golpe de dinero, mucho dinero, algo que pueden permitirse muy pocas universidades europeas o estadounidenses, y que también representa un reto insalvable para grandes empresas privadas.
David Pérez, presidente de la Red de Investigadores España-China (RICE), cree que el eje de migración de talento de alto nivel está cambiando. Lleva cinco años en China, pero nunca había visto una migración de profesionales tan grande, “porque con la política de Trump se está viendo una apertura o posibilidad mucho mayor en China, Singapur, Japón, Tailandia… países en los que empieza a haber un movimiento mayor de atracción de talento extranjero”.
Washington, el río revuelto que aprovecha Pekín
Mientras la Administración Trump se pelea con la Universidad de Harvard y suspende la tramitación de visados de miles estudiantes extranjeros, estos se plantean continuar con sus programas de estudio en otras latitudes, a pesar de que algunos habían obtenido una plaza que costeaba su formación dentro de EEUU. Allí son extranjeros más de la mitad de los estudiantes de posdoctorado, los que elevan los estándares de investigación, reciben premios y patentan innovaciones que pueden cambiar el curso de una industria. Entre esa masa de extranjeros hay muchos chinos, algunos de los cuales vuelven a apostar por su país de origen.
"Lo que más llegan son investigadores en ciencias naturales, como físicos o biólogos"
Iniciativas de Pekín como el Programa de los Mil Talentos no solo pretenden captar el ingenio extranjero, sino recuperar el suyo que se había marchado por diferentes razones. Xi Jinping se ha tomado muy en serio estos objetivos y ha puesto cartas sobre la mesa que pocos se atreven a rechazar. Pérez, por ejemplo, dejó su empleo como físico en España a cambio de tener un salario elevadísimo en China, subsidios de manutención para toda su familia, fondos exclusivos para financiar investigaciones y hasta 200.000 euros para comprar una casa.
“Los programas de atracción de talento son muy potentes para convencer a la gente de desplazarse hasta aquí”, explica Pérez, quien trabaja para una empresa en Huzhou y da clases en la Universidad de Zhejiang (ubicada en el puesto 27 de las mejor valoradas del mundo). “Lo que me ofrecen aquí es inmejorable no solo a nivel contractual, pues dispongo de todas las condiciones para hacer mi trabajo y a mis familiares les buscan trabajo y centros de estudios. Nos ofrecen fondos para gastos personales de hasta 200.000 euros, aparte del salario que negocies. Esto ha mejorado en China con respecto a años anteriores y no podría encontrarlo en ningún sitio de Europa. Alguien que venga con esas condiciones es muy difícil convencerle de que vuelva”.
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La misma universidad que fichó a Pérez fue la escogida por el chino Sun Song, el matemático estrella que tenía la Universidad de California en Berkeley. Su elección no es casual. En la Universidad de Zhejiang nació DeepSeek, la empresa china de inteligencia artificial que contrapuntea con ChatGPT.
Pérez tiene la posibilidad de crear empresas en las que ensayar sus proyectos con fondos facilitados por las autoridades chinas. La universidad y la empresa para las que trabaja lo apoyan con incubadoras para los primeros pasos de las startups y le permiten contratar con salarios “imposibles en Europa”. Pérez aprovecha ese terreno que ha ganado y su posición en la RICE para apoyar y asesorar a todos los investigadores españoles que van a China. “Tenemos relación también con la embajada y el Gobierno de España para crear vínculos, proyectos y hasta laboratorios comunes entre España y China”, detalla sobre las implicaciones de su trabajo. “Servimos como asesores del Gobierno español para crear puentes científico-tecnológicos con China”.
La RICE recibe constantemente a profesionales españoles de alta cualificación que llegan a China en busca de nuevas oportunidades, pero también atiende a latinoamericanos. “Vienen de todo tipo de perfiles, desde estudiantes de doctorado hasta académicos que reciben un premio”, explica Pérez. “Los que más llegan son investigadores consolidados en las ciencias naturales, como físicos, biólogos o químicos, porque China se ha convertido en el líder global de los estudios científicos y tecnológicos”.
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Un periodista español que lleva 16 años residiendo en Pekín explica a El Confidencial bajo condición de anonimato que muchos científicos chinos están regresando desde Europa y EEUU por las tensiones geopolíticas: “Todas las semanas hay noticias de eminencias de distintos campos que vuelven. A propósito de lo que ha pasado entre Harvard y Trump, la Universidad de Hong Kong se ofreció para acoger a los estudiantes extranjeros que no podrían ir al campus estadounidense”.
Este paso al frente de Hong Kong coincide con iniciativas anteriores para captar talento extranjero y frenar la estampida de profesionales que amenazaba su estatus como centro financiero internacional. En septiembre de 2022, autoridades de la región administrativa especial china anunciaron un programa de visas para talento ultracualificado. La idea era regularizar a quienes ganaran más de 300.000 dólares y a “graduados de las mejores universidades del mundo” que quisieran irse a Hong Kong.
Cuando la Casa Blanca amenazó con sacar las empresas chinas de las bolsas estadounidenses, Hong Kong también se ofreció para acogerlas en su entorno financiero, recuerda el citado periodista. “Ahora es evidente que para los científicos chinos o extranjeros en general, China es una de las mejores opciones. En EEUU están todo el tiempo bajo la lupa y se les acusa de espiar y de robar información sensible. Ahora pueden volver como héroes”. El físico italiano Giorgio Parisi, premio Nobel en 2021, hace poco fue contratado en China. Se ha establecido en el gigante asiático porque, opina Pérez, son “surrealistas” las condiciones económicas que le ofrecieron. “Es evidente que lo que China le da no podría obtenerlo en ningún otro sitio del mundo”.
África, nuevo destino
En los últimos años, un número significativo de profesionales italianos de las ciencias exactas se ha embarcado en itinerarios de estudio y trabajo fuera de las rutas migratorias europeas habituales. Entre los destinos emergentes, China destaca como uno de los países capaces de atraer a profesionales altamente especializados, pero no es el único sitio escogido.
Al igual que China, otros miembros fundacionales del BRICS, la asociación de economías emergentes del sur geopolítico que nació hace más de dos décadas para encarar al G-7, también son un destino recurrente para el talento que no halla las condiciones ideales en occidente.
Brasil se ha convertido en una alternativa para profesionales de las STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Un informe publicado en 2024 por el Consejo Nacional de Investigaciones y el Ministerio de Universidad e Investigación de Italia, apunta a una creciente movilidad hacia el país sudamericano en el ámbito de estas disciplinas. En 2021 se presentaron los primeros datos del censo de investigadores italianos radicados en Brasil, y ya había 577 (75% hombres y 25% mujeres).
En cuanto a la India, otro miembro del BRICS, también se ha reforzado la cooperación científica con Italia en los últimos años, impulsando programas de intercambio e investigación conjunta en sectores altamente especializados. Un acuerdo bilateral entre ambos países anunciado este año promovió la movilidad de investigadores italianos a instituciones académicas indias.
Giacomo Menaldo, un italiano ingeniero de software que trabaja desde 2011 en varios países africanos y de Oriente Medio, cree que aún falta mucho tiempo para abandonar Uganda y regresar a su país: “África para mí representa el lugar en el que puedo ayudar a cambiar las cosas. Es un continente en desarrollo y creo que existe la oportunidad de tener un impacto, de hacer un trabajo correcto, más que por solo una compensación de dinero. Ahora estoy aquí con mi mujer y mis hijos, los dos trabajamos para la ONG. Uganda es un buen lugar para estar juntos como familia, nos ofrece mucho, está rodeado de naturaleza, es seguro y se ha convertido en un núcleo de paso internacional. Aquí tenemos amigos de Holanda, Francia, India, China y Cuba, por ejemplo. Esto último es un gran valor añadido. Europa para mí representa un lugar que veo en mi futuro en una etapa más adelante, cuando necesitemos más estabilidad y queramos echar raíces con nuestros hijos”.
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Hasta África, pese a sus innumerables limitaciones, se presenta como un escenario con alicientes que algunos profesionales “no hallan en Europa”. Marco Casano, un ingeniero civil italiano asentado en Ghana, está muy contento con los proyectos a los que ha tenido acceso allí: “Trabajé en China y en Qatar, pero ninguno de esos sitios me ofrecía las libertades personales y políticas que he encontrado en Ghana. Aquí he descubierto una democracia liberal y madura que, en muchos aspectos, supera incluso a la de Italia. Europa, por su parte, se enfrenta a problemas crónicos, especialmente el envejecimiento de la población. Las generaciones mayores se aferran al poder y al espacio, mientras que los jóvenes, incluso los que ya han superado los 40 años, se ven obligados a realizar trabajos de nivel básico y rara vez se les toma en serio. Además, la excesiva burocracia acaba con muchas iniciativas empresariales antes incluso de que empiecen. Para un joven que intenta construir algo desde cero, crear una empresa en Europa se ha convertido en algo casi imposible”.
Casano ha tenido la oportunidad de participar en “proyectos multimillonarios”, como la construcción de una línea ferroviaria completa desde cero, algo que “probablemente no habría tenido en Italia ni en ningún otro lugar de Europa”. La misma sensación tiene Antonio Blanco, un arquitecto español establecido en Sudáfrica durante varios años porque no encontraba contratos después del estallido de la burbuja inmobiliaria. “Cada vez veo a más gente mirando a países de Asia, África u Oriente Medio, porque EEUU ha dejado de ser atractivo. Yo tenía mi estudio y trabajaba para el Ayuntamiento de Camas, Sevilla, pero me despidieron y no salían obras para el estudio. Antes de irme a Sudáfrica lo único que conseguí fue un contrato de 900 euros en la empresa Construcciones Elea, a pesar de tener 15 años de experiencia y ser un proyecto internacional. Entonces fui para una empresa sudafricana que supervisaba los estadios que se habían construido para el mundial de fútbol y me pagaban el equivalente a 3.000 euros mensuales”.
Blanco ahora da clases en una universidad en Londres, pero todavía dirige la Asociación de Científicos Españoles en el Sur de África. Si bien reconoce que Sudáfrica no es un destino “especialmente popular en comparación con Asia”, ha notado que cada vez más compatriotas prefieren trasladarse allí. “Hace poco ayudamos a una chica que fue a la Ciudad del Cabo para dar clases de arquitectura. Nos llegan académicos durante todo el año, pero otros se van a países como Angola, donde también se paga bien”.
Oriente Medio y la atracción de los petrodólares
Los académicos y profesionales italianos consultados por este diario habían trabajado también en varios países de Oriente Medio, una región del mundo que lleva varios años apostando por el talento occidental. Debido a la tirantez de sus sistemas políticos, cuestionados internacionalmente por la violación sistemática de los derechos humanos, estos países utilizan las inversiones en ciencia y tecnología como una forma de lavar su imagen ante el mundo.
Emiratos Árabes Unidos es uno de los países que más interés tiene en darse a conocer. Dentro de sus proyectos más destacados en el sector de la salud destaca “uno de los primeros programas de trasplante de pulmón en Oriente Medio”, explica el cirujano torácico español Andrés Obeso, quien fue fichado para potenciar este tipo de operaciones en el Cleveland Clinic de Abu Dabi, uno de los hospitales más avanzados del mundo.
“Es algo bastante nuevo y eso me motivó a venir”, detalla el médico gallego. “Me cautivó el proyecto que me presentaron, porque en España hay muy pocos centros donde se puede hacer un trasplante de pulmón y este programa es uno de los pocos del mundo que acepta pacientes internacionales. También tengo acceso a un sistema de cirugía robótica bastante potente. Además, todo esto va unido a una serie de condiciones económicas mucho mejores que las que tenía en España. Traje conmigo a mi mujer y mis hijos. Me atreví a salir de mi zona de confort y a alejarme del resto de mi familia porque me ofrecieron un buen sueldo”.
"Ahora los profesionales españoles y europeos están mejor preparados en idiomas y el inglés es fundamental para poder venirse"
Esta es la segunda vez que Obeso se establece en Abu Dabi, pero cuando fue en 2016 se consideraba un caso aislado. En ese momento apenas vio a su alrededor profesionales apostando por el país árabe: “Antes era bastante más raro que alguien dejara el sistema sanitario europeo para venirse. Cada día veo a más europeos aquí y en otros sitios como Arabia Saudita, sobre todo en busca de mejores condiciones económicas y laborales. Aquí estoy a solo unas horas en avión de España, el mundo está cada vez mejor interconectado. Otra cosa que influye es que ahora los profesionales españoles y europeos están mejor preparados en idiomas y el inglés es fundamental para poder venirse”.
El jefe del equipo en el que trabaja Obeso es estadounidense, alguien que también apostó por las “buenas condiciones”. Solo en el hospital de Abu Dabi donde trabaja el cirujano gallego hay 17 profesionales españoles, entre médicos y enfermeros. Todos tienen un incentivo principal: ganar más dinero. No es casual que tantos españoles sigan los cantos de sirena árabes, esos que nacen de la riqueza provista por la industria petrolera local. Hace solo una semana, Abdulla Bin Touq Al Marri, el ministro de Economía de Emiratos Árabes Unidos, se reunió en Madrid con grandes empresarios y llamó a “crear puestos de trabajo más complejos y desarrollados”.
El dinero no es la prioridad para todos los españoles en Oriente Medio. Norberto Santana, otro cirujano torácico español que habló con este diario mientras preparaba su mudanza de Abu Dabi a Riad, la capital de Arabia Saudita, trabajaba en Nueva York cuando Trump ganó las elecciones en 2016. Ahora no niega la tentación de volver a la “capital del mundo”, pero, como ya le ocurrió hace casi 10 años, sabe que EEUU no es una buena opción.
"No se ve regresando a España, a pesar de algunos inconvenientes diarios"
“En aquel momento, EEUU se puso cuesta arriba para científicos como yo que teníamos visas inestables, lo mismo que está ocurriendo ahora”, alerta Santana, quien tampoco estuvo dispuesto a pasar por el engorroso proceso de homologar su título en EEUU. “Lo que pasa es que ahora Trump ha sido más agresivo con personas como nosotros. Me fui a Arabia Saudí, aunque tenía una mala prensa como país, porque me aceptaron en el King Faisal, uno de los hospitales mejor valorados del mundo. La oferta fue muy buena, me dieron un montón de beneficios para irme con mi mujer y mis tres hijas. Era 2017 y el choque fue importante: todavía había policía religiosa y las mujeres tenían más restricciones que ahora. Por suerte vivimos una apertura y un proceso de cambio en el país y allí estuvimos cinco años”.
Solo por una oferta aún mejor Santana abandonó Riad para establecerse en Abu Dabi. La propuesta partía de Mayo Clinic, un centro médico de origen estadounidense que encabeza siempre los rankings de instituciones médicas. Aunque el proyecto era muy prometedor, nunca despegó debido a problemas de financiamiento con el gobierno local y por eso ahora Santana recuperará su antiguo puesto en el King Faisal. No se ve regresando a España por el momento, a pesar de algunos inconvenientes con los que tiene que lidiar a diario.
Vigilados y sin WhatsApp, algo tenía que ir mal
Para poder hablar con este diario, los entrevistados en Medio Oriente y China tuvieron que utilizar aplicaciones VPN que encriptaran sus llamadas y así burlar los cercos impuestos por las autoridades locales. Santana debió interrumpir la llamada por WhatsApp en varias ocasiones debido a problemas con la VPN. Ninguna cantidad de dinero puede garantizarle en Abu Dabi un acceso integral a una de las aplicaciones de mensajería instantánea más utilizadas del mundo.
China es otro escenario que compromete bastante a los talentos extranjeros. El Confidencial conoció de primera mano el caso de un matemático madrileño que recibió hace poco grandes prevendas económicas por marcharse al gigante asiático, pero un par de meses más tarde decidió regresar debido a la “fuerte vigilancia” a la que se sintió sometido. Sobre ese tipo de historias ha alertado el Buró Federal de Investigaciones de EEUU (FBI), en reiteradas ocasiones.
Un texto colgado en la página web del FBI reconoce que el Gobierno chino “es el patrocinador más prolífico” de los programas de captación de talentos, pero alerta de los riesgos que puede implicar trabajar para Pekín: “Algunos participantes del plan de talento chino se han declarado culpables en EEUU o han sido condenados por delitos como: violaciones de la ley de control de exportaciones, espionaje económico, robo de secretos comerciales y fraudes fiscales”. La comisión de estos delitos (según la legislación de EEUU), está condicionada por “los cientos de programas de talentos supervisados por Pekín, que incentivan a sus miembros a robar tecnologías extranjeras necesarias para impulsar los objetivos nacionales, militares y económicos de China”.
"Puede que termines volviendo, tampoco es que esto sea la panacea"
Otro inconveniente a sortear por los profesionales extranjeros es la profunda xenofobia que existe en China. “Este es un país muy complejo y tienes una dependencia muy grande de tus colegas españoles, porque aquí eres extranjero siempre y es muy inaccesible la integración”, alerta el doctor Pérez. “Aquí todo tiene un significado distinto a occidente”.
El periodista español residente en Pekín consultado por este diario coincide en lo difícil que puede llegar a ser adaptarse a vivir allí: “Puede que termines volviendo, tampoco es que esto sea la panacea. Algunos tienen que estar cerca de casa y de su familia, y deben calibrar todo con un empleo aquí en China. Además, el Gobierno de aquí sabe los riesgos de poner información sensible en manos de algunos profesionales y prefiere utilizar a nativos en ciertos sectores para así disminuir las posibilidades de ser espiados por occidente. Luego está la barrera idiomática, porque aquí mucho del campo científico se mueve en chino”.
Hace muchos años que profesionales altamente cualificados abandonan sus puestos en Europa para aceptar ofertas económicas y laborales en el sur global. La novedad es que ahora esas ofertas son más jugosas que nunca y la eterna alternativa de irse a EEUU ha dejado de ser atractiva, incluso inviable, con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Las grandes economías asiáticas y de Oriente Medio impulsan programas de atracción de talentos y de “lavado de imagen” que cada vez dejan más plazas vacantes en el olimpo académico occidental.