Hablemos de Defensa: se quita la Verja, pero ¿en qué quedan las operaciones de la base militar?
No habrá controles para los militares. El hecho de que Londres publique la ubicación de sus emplazamientos en Reino Unido y se niegue a dar datos sobre el Peñón levanta sospechas sobre la dimensión de sus operaciones
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Son muchos turistas los que se acercan cada día a la Mezquita Ibrahim-al-Ibrahim de Gibraltar, la más meridional de Europa continental y una de las mayores de un país no musulmán. Pero pocos deparan en los tres semicírculos blancos que, a modo de enormes pelotas de golf, asoman por encima de los arbustos en la colina que hay detrás. Se trata de la estación de señales de Wind Hill, desde la que los británicos vigilan los barcos que pasan por el estrecho de Gibraltar.
La política de los sucesivos inquilinos de Downing Street —sean laboristas o conservadores— es no hacer comentarios al respecto. Pero el hecho de que el Ministerio de Defensa publique la ubicación de sus emplazamientos en Reino Unido y se niegue a dar datos sobre el Peñón levanta sospechas sobre la dimensión de sus operaciones en estos 6,8 kilómetros cuadrados. Y el nuevo acuerdo post Brexit no va a aportar claridad en esta cuestión.
El ministro de Exteriores, José Albares, se congratula porque desaparecerá la Verja "el último muro de la Europa continental". Pero la base militar controlada por los británicos en uno de los puntos de estrangulamiento marítimo más estratégicos del mundo seguirá operando como hasta ahora, es decir, sin control de ningún tipo.
"No habrá ningún cambio", recalcó el jueves el responsable de la diplomacia británica, David Lammy. "Es vital para la seguridad nacional de Reino Unido, está protegida por este acuerdo, y esa fue una línea roja para nosotros durante estas negociaciones", añadió en la Cámara de los Comunes. Según ha podido saber este diario, la reunión entre Reino Unido, España y la UE sobre Defensa, excluyó a la parte gibraltareña, ya que Defensa no está entre las competencias recogidas en su Constitución.
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Con el actual acuerdo, tanto el personal militar como las mercancías militares estarán exentas de controles. En definitiva, Madrid seguirá sin saber qué se cuece en la Roca, pese a que tanto España como Reino Unido son miembros de la OTAN.
Las dos principales instalaciones militares operativas —de entre las 12 que se cree que Londres tiene en Gibraltar— son la base de la Fuerza Aérea de Reino Unido (RAF), que hace las veces de aeropuerto, y el Navy Dockyard, el astillero naval.
Fuentes consultadas por este diario señalan que los aviones de la RAF aterrizan con el cargamento. Suelen ser misiles o torpedos que son luego flanqueados por la policía de Gibraltar y los bomberos gibraltareños hasta unos almacenes situados en el sureste del Peñón. Y ahí se cargan a los barcos. "Si van para el Atlántico se cargan torpedos por el de tema submarinos rusos. Si van para el Mediterráneo, se cargan misiles para ataques Siria", apuntan.
Desde el Ministerio de Defensa británico aseguran que "cuando es apropiado hacerlo" se comparte "alguna información relacionada con operaciones militares con las autoridades españolas". Esto está en línea con las prácticas habituales de cooperación con los aliados.
Pero la política exterior de los Estados miembros de la alianza transatlántica no siempre está alineada. Si España, por poner un ejemplo, no se quiere involucrar en el conflicto sirio y Reino Unido sí, la preocupación de Londres —en caso de que no hubiera controles para militares— sería que Madrid creara problemas para que esos misiles no pudieran ser cargados en los barcos británicos.
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Discrepancias de este tipo ya han tenido lugar en el pasado. En 1986, cuando Estados Unidos lanzó una serie de ataques aéreos contra Libia en represalia por el atentado contra un club de Berlín Occidental (que causó la muerte de tres personas, incluido un militar estadounidense), Francia, España e Italia negaron los derechos de sobrevuelo a la Fuerza Aérea estadounidense. Esto obligó a que esa parte de la operación se realizara sobre Portugal y a través del Estrecho de Gibraltar, lo que añadió 2100 kilómetros en cada sentido a la misión y requirió múltiples reabastecimientos de combustible en vuelo.
En la 'Evaluación de Defensa Estratégica' presentada a principios de este mes, el Gobierno británico ya dejó claro que "Gibraltar sigue siendo una base avanzada vital, a medida que Reino Unido intensifica su preparación para la guerra". "Las amenazas actuales son más graves y menos predecibles que en cualquier otro momento desde la Guerra Fría, por lo que es necesario volver a un estado prebélico", señaló el premier Keir Starmer. Al laborista le acusan muchas veces de no ser claro en sus palabras. Pero en esta ocasión no pudo ser más rotundo: hay que estar preparado ante un eventual conflicto armado.
Y en medio de un escenario geopolítico especialmente convulso y con la grieta transatlántica cada vez más pronunciada, Londres valora especialmente su base en el Estrecho de Gibraltar en este enclave estratégico, que controla desde principios del siglo XVIII, mucho antes de que los Estados Unidos fueran siquiera un país.
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Con todo, son precisamente los grandes desafíos geopolíticos, los que requieren una mayor cooperación. En su visita a Londres el pasado lunes, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, matizó que "el mundo en el que se creía estar entrando tras la caída del Muro de Berlín ha desaparecido definitivamente". "No nos engañemos, todos estamos en el flanco oriental. No hay este ni oeste, solo existe la OTAN", señaló el que fuera primer ministro neerlandés, puntualizado que "la distancia entre las capitales europeas es de solo unos minutos" para los misiles del Kremlin.
El responsable de la alianza militar instó a los países miembros a aumentar el gasto en defensa aérea y antimisiles en un 400%. Esta será precisamente una de las prioridades de la cumbre que la OTAN celebrará en La Haya a finales de este mes.
La OTAN es (aún) la organización de seguridad por excelencia en Europa. Pero más allá de la alianza, los países europeos cooperan ampliamente de forma bilateral y en pequeños grupos. Reino Unido —única potencia nuclear europea junto con Francia— mantiene sólidas relaciones con Francia, Alemania, Italia y Polonia. Y en este sentido, estaría interesado en avanzar aún más la cooperación con España (con quien ya forma parte junto Berlín e Italia del consorcio Eurofighter) para garantizar la seguridad en el Estrecho, un enclave único en el Mediterráneo, la única puerta occidental del mar que se extiende hasta Siria.
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¿España estaría capacitada para hacer frente a submarinos rusos? Y más allá de la logística, ¿estaría dispuesta políticamente? Son preguntas que plantean los analistas consultados.
En Gibraltar, la posibilidad de un acuerdo de Defensa entre Londres y Madrid genera cierta inquietud. Al fin y al cabo, siempre que se habla de cooperación militar, sale a relucir La Roca y con ello el tema de la soberanía. Pasó con la Declaración de Bruselas de 1984. Y ha pasado ahora, en las recientes negociaciones entre Reino Unido y la UE para el acuerdo en Defensa y Seguridad cerrado con el bloque en mayo. Según Jannike Wachowiak, del Think Tank 'Uk in Changing Europe', Reino Unido solicitó participar en el proyecto de movilidad militar Cooperación Estructurada Permanente, pero los desacuerdos con España sobre Gibraltar retrasaron su plena participación.
Según la web Declassified UK, el Ministerio de Defensa de Reino Unido (MoD) emplea a 952 personas en Gibraltar, de las cuales 528 son civiles contratados localmente. El resto son militares. La población total del Peñón ronda los 33.000 habitantes, lo que significa que el 5% de todos los gibraltareños en edad laboral están empleados por el MoD.
Son muchos turistas los que se acercan cada día a la Mezquita Ibrahim-al-Ibrahim de Gibraltar, la más meridional de Europa continental y una de las mayores de un país no musulmán. Pero pocos deparan en los tres semicírculos blancos que, a modo de enormes pelotas de golf, asoman por encima de los arbustos en la colina que hay detrás. Se trata de la estación de señales de Wind Hill, desde la que los británicos vigilan los barcos que pasan por el estrecho de Gibraltar.