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Un plan en 3 fases y una infiltración del Mossad: cómo Israel logró tomar por sorpresa a Irán
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Ataque desde dentro estilo 'Spiderweb'

Un plan en 3 fases y una infiltración del Mossad: cómo Israel logró tomar por sorpresa a Irán

Que Israel se estaba preparando para un ataque masivo contra Irán se sabía. Entonces, ¿cómo es posible que el ataque israelí de la madrugada del viernes haya logrado eliminar a importantísimos miembros de la cúpula militar?

Foto: Imágenes de satélite del Complejo militar Parchin, en Irán. (Maxar Technologies)
Imágenes de satélite del Complejo militar Parchin, en Irán. (Maxar Technologies)
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Que Israel se estaba preparando para un ataque masivo contra Irán lo sabía Teherán, Washington y hasta los lectores de El Confidencial. Aunque nunca se tiene total certeza, las señales preparatorias eran meridianas e iban más allá de los informes privados de inteligencia.

Entonces, ¿cómo es posible que el ataque israelí de la madrugada del viernes haya logrado eliminar –y esto solo con la información confirmada por Teherán– a importantísimos miembros de la cúpula militar iraní, además de, como mínimo, "dañar" uno de sus principales sitios de enriquecimiento nuclear? ¿Es que Irán es más débil de lo que se calculaba, o Israel más poderoso? Esto es una reconstrucción de la operación, en varias fases y que contó con una infiltración de meses del Mossad al estilo 'Spiderweb' ucraniano.

3:30 de la madrugada, hora Teherán (2:00 am en España). La capital iraní y otras ciudades del país reportan varias explosiones. Es el detonante. Acaba de comenzar la operación "León en ascenso", un nombre con referencias bíblicas para un movimiento militar que, como siempre ha pretendido Israel, echa por tierra cualquier oportunidad de un acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán.

En total y hasta el momento de publicarse estas líneas, la Fuerza Aérea israelí habría atacado más de 100 objetivos en todo Irán, utilizado para ello alrededor de 200 incursiones aéreas, "la mayoría de aviones de combate, pero no solo", según ha elaborado un portavoz de las IDF a El Confidencial.

Los ataques se han dividido en al menos seis oleadas de ataques aéreos, a las 3.30, 5:00 y las 7:00 de la madrugada. Entre los objetivos confirmados están Natanz, donde está la principal planta de enriquecimiento de uranio del país; Arak e Isfahan, con instalaciones nucleares y de investigación asociadas; Kermanshah y Tabriz, que albergan bases militares y centros logísticos; y, por último, la capital, Teherán. En esta última, los bombardeos impactaron la base militar y de producción de drones Parchin y un complejo residencial en el que residían altos mandos de la Guardia Revolucionaria. Según informó la OIEA, el Organismo Internacional de Energía Atómica, parece que los sitios nucleares de Isfahan y Fordow (provincia de Qom) "no han sido impactados".

Todos los objetivos, pero especialmente Natanz y el complejo residencial, son importantísimos dentro de la estructura militar de la república islámica y presuntamente mejor protegidos por la defensa antiaérea iraní, por lo que deberían haber esquivado el ataque. Es por eso que el ataque israelí necesitó varias fases y meses de trabajo previo.

Laminada previa de los S-300

El pasado 26 de octubre, Israel lanzó un ataque con más de 100 aviones de combate contra Irán. Era, en principio, en respuesta al ataque anterior del 1 de octubre, en el que Irán sacó gran parte de su artillería y más de 200 misiles balísticos para "castigar" a Israel por el asesinato del máximo líder de Hezbolá, Hasán Nasralla. Pero, pese a venderlo como un ataque "de represalia" y la escalada Irán-Israel se quedó ahí, el objetivo era allanar el camino a un ataque mucho más amplio: el de este viernes. En el ataque de octubre, Israel se centró en destruir gran parte de la capacidad de defensa antiaérea de Irán, incluyendo varias baterías de misiles S-300 de fabricación rusa.

Aunque hubo dudas del nivel al que se consiguió laminar las defensas antiaéreas iraníes (Israel aseguró haber dejado a Irán "básicamente desnudo"), hay señales de que Teherán necesitó trabajar a marchas forzadas para reparar o sustituir muchos de esos sistemas. A fechas de este abril, cuando Israel ya amenazaba abiertamente con atacar de nuevo el país para hacer descarrilar unas posibles negociaciones nucleares con EEUU, todavía estaba en ello, con ayuda de Rusia (más limitada, ahora que está distraída con su propia defensa antiaérea contra Ucrania) y producción local.

Información obtenida en imágenes satelitales apuntan que Irán recolocó parte de sus sistemas antiaéreos en la protección de los principales sitios nucleares, como Natanz y Fordow, sabiendo que serían objetivos prioritarios del ataque israelí. Y, sin embargo, no sería suficiente.

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Un reciente informe del Centro James Martin para Estudios de No Proliferación publicado este mismo mayo apuntaba a que los sistemas de defensa aérea alrededor de Natanz (240 km al sur de Teherán) estaban "menos interconectados" y eran más "frágiles" de lo esperado. El detalle lo aireó sin querer el propio Centro de Mando Iraní, en un vídeo con motivo del primer aniversario de los ataques israelíes contra una instalación de drones ubicada cerca de Natanz, que acoge miles de centrifugadoras de enriquecimiento de uranio.

En el vídeo, durante apenas unos segundos, se pueden ver tres pantallas con información de cuatro sistemas de radar (uno iraní, dos soviéticos y un tercero de producción más moderna rusa).

Ese desliz "extraordinario" proporcionó "la visión más clara que hemos tenido sobre las defensas aéreas de las instalaciones nucleares", según Sam Lair, investigador del informe. El hecho de que los radares tuvieran que ser mostrados en tres pantallas diferentes sería una señal de que los sistemas —una mezcolanza de diseños de radar iraníes y soviéticos— no son capaces todavía de trabajar en cooperación. "Es sorprendente que las defensas de uno de los sitios más sofisticados estén tan fragmentadas y aisladas", afirmó Lair al portal Breaking Defense.

placeholder Imagen de satélite de la central de Natanz y sus defensas antiaéreas. (Centro James Martin para Estudios de No Proliferación)
Imagen de satélite de la central de Natanz y sus defensas antiaéreas. (Centro James Martin para Estudios de No Proliferación)

Había, por tanto, una ventana de oportunidad de ataque. Pero también límites. La fuerza aérea israelí cuenta con alrededor de 300 aviones de combate y drones de larga distancia, pero solo un número limitado puede atacar simultáneamente debido a la escasez de aviones cisterna de reabastecimiento necesarios para que los aviones con carga pesada (grandes misiles) puedan alcanzar objetivos a más de 1.600 km de las bases israelíes. Dado que, según la información disponible hasta el momento, Israel actuó sin la colaboración explícita de EEUU o Reino Unido, en cada oleada solo pueden participar unas pocas decenas de aeronaves.

Operación del Mossad en corazón de Irán

Es por eso que necesitaban una mano en el terreno. Y ahí entra el Mossad, con una profunda operación dentro del propio Irán que incluyó inteligencia suficiente para conocer todos los movimientos de la cúpula militar israelí y otra operación que ocultó decenas de drones en el país para infligir una herida mortal por la espalda a sus defensas antiaéreas.

En la primera fase de la operación "León en ascenso", Israel utilizó bombarderos F-35 y aparatos de transporte de misiles balísticos aire-a-tierra con las que atacaron las baterías de defensa aérea iraní y los centros de comando en Teherán, para descabezar de una la cadena de mando de la Guardia Revolucionaria y dificultar la reacción iraní. Es interesante la pregunta de cómo el alto mando iraní, se sentía todavía a salvo en sus cuarteles habituales: aunque Israel no había cruzado la línea como ha hecho este viernes, sí que había asesinado ya a altos comandantes de la Guardia Revolucionaria en el consulado iraní en Damasco y no le tembló el pulso a la hora de acabar con el líder de Hezbolá en su búnker de Beirut.

Foto: Imagen satelital de uno de los ataques de Ucrania en los aeródromos rusos dentro de la operación Spider Web. (Reuters/Maxar Technologies)

En cualquier caso, los F-35 israelíes, que podrían haber sido víctimas fáciles de los misiles tierra-aire (SAM) de Irán, se vieron de repente protegidos por armamento que se disparaba desde dentro de la propia "burbuja de protección" iraní. Mientras las defensas antiaéreas iraníes miraban al cielo, el Mossad activó unos sistemas operativos de armamento guiado de precisión que habían colocado en zonas abiertas cerca de los SAM, atacándolos desde mucho más cerca y, al mismo tiempo, haciendo mucho más difícil responder a dos ataques simultáneos que, además, vienen en direcciones opuestas.

Paralelamente, el Mossad habría también desplegado de forma encubierta varios sistemas de ataque montados en vehículos. Las defensas antiaéreas funcionan así: detectan la amenaza, disparan para eliminar la amenaza, y en ese segundo en el que han disparado, descubren su posición. Sabiendo que Israel no puede utilizar todos sus aviones de combate de manera continuada, sino que necesita hacerlo en oleadas y los aviones ir y volver desde Israel, tras el primer ataque las defensas antiaéreas podrían pensar que ya se había acabado hasta la próxima hora. No fue así: el Mossad movilizó y activó esos sistemas montados en vehículos para destruir los sistemas de defensa descubiertos y permitir a su aviación regresar a Israel sin daños.

Paralelamente, el Mossad habría también desplegado de forma encubierta varios sistemas de ataque montados en vehículos

La tercera fase recuerda a la Operación Spiderweb ucraniana. El Mossad habría logrado introducir en Irán, desde hace ya varios meses, una serie de drones explosivos que, entre bombardeo y bombardeo israelí, se lanzaron contra los sistemas de misiles tierra-tierra (SSM) en la base militar de Esfajabad (cerca de Teherán). Este tipo de misiles, tierra-tierra, no son los más útiles en una guerra israeloiraní que se circunscriba a los cielos, pero, según el Mossad, son "operaciones de sabotaje" contra "una amenaza para objetivos estratégicos y civiles israelíes".

Pero, ¿realmente ha dañado el programa nuclear?

A la espera de que se asiente el polvo de las explosiones, es difícil todavía hacer un análisis completo del éxito o no de la operación israelí. Los daños humanos son claros: los ataques han logrado descabezar a la cúpula militar y dejan al régimen de la república islámica muy tocado. Reputacionales, terribles: las defensas antiaéreas iraníes apenas han podido hacer frente a los bombardeos. Pero no así los efectos reales contra el programa nuclear.

Los daños humanos son claros: los ataques han logrado descabezar a la cúpula militar y dejan al régimen de la república islámica muy tocado

Aunque se han reportado "daños" en la central de Natanz, la mayoría de los sitios nucleares iraníes están construidos a decenas de metros bajo tierra. La mayoría de los expertos estiman que incluso la bomba antibúnkeres más grande de EEUU, la GBU-57 (que no puede ser transportada por aviones de combate israelíes), tendría que ser utilizada varias veces en el mismo punto para llegar a destruir sitios construidos tan profundamente.

Sin la cooperación de EEUU, la destrucción total del programa es todavía un sueño en Tel Aviv. En este ataque, Israel podría haber atacado las entradas, túneles y conductos de ventilación de estas instalaciones para inutilizarlas.

Que Israel se estaba preparando para un ataque masivo contra Irán lo sabía Teherán, Washington y hasta los lectores de El Confidencial. Aunque nunca se tiene total certeza, las señales preparatorias eran meridianas e iban más allá de los informes privados de inteligencia.

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