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Los harapos y los millones del gobernador que planta cara a Trump: ¿es la esperanza que necesitan los demócratas?
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Un muro de contención contra Trump

Los harapos y los millones del gobernador que planta cara a Trump: ¿es la esperanza que necesitan los demócratas?

Estos días Newsom capitaliza su perfil de campeón de la democracia, pero, poco antes y tras la victoria de Trump, ha sido uno de esos políticos dispuestos a tender puentes con el adversario

Foto: El gobernador de California, Gavin Newsom, habla en Sacramento (Estados Unidos). (EFE/John G. Mabanglo)
El gobernador de California, Gavin Newsom, habla en Sacramento (Estados Unidos). (EFE/John G. Mabanglo)
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Ningún gobernador de Estados Unidos ha estado en las parrillas informativas durante tanto tiempo, y en situaciones tan dramáticas, como Gavin Newsom. Y es normal: su Estado, California, es el más rico y populoso del país, el más racialmente diverso y el más afectado por los incendios. A Newsom lo podemos ver firmando leyes punteras en el paisaje diáfano de Silicon Valley, rodeado de bosques chamuscados o, desde hace unos días, transformado en el líder oficioso de la oposición demócrata.

"La democracia está bajo asalto delante de nuestros ojos", declaró Newsom, en un discurso televisado a nivel nacional, el martes por la noche. "El momento que temíamos ha llegado (…). California puede ser la primera, pero, claramente, esto no acabará aquí. Otros Estados serán los siguientes. La democracia será lo siguiente".

El alegato culminaba cinco días de escalada verbal y material con el Gobierno de Washington, con los vecindarios del sur de Los Ángeles como trasfondo. Las redadas de la policía migratoria, ICE, efectuadas sin órdenes judiciales y en lugares públicos como tiendas o bibliotecas escogidas simplemente por la afluencia de gente, en barrios como el de Paramount, donde ocho de cada diez personas son latinas, y con policías armados con rifles y tapados con pasamontañas, generaron protestas. Y estas protestas, pese a ser relativamente pequeñas, fueron inmediatamente sofocadas con granadas aturdidoras, gas lacrimógeno, balas de goma y luego, con apoyo de la Guardia Nacional y de los marines, pese a la oposición del Gobierno estatal.

Los abogados de Newsom han demandado al presidente de EEUU, Donald Trump, y al secretario de Defensa, Pete Hegseth, acusándolos de "socavar la soberanía" del Estado de California al desplegar unilateralmente tropas federales. Un juez rechazó la petición de Newsom de limitar inmediatamente las acciones de la Casa Blanca.

Foto: Una persona ondea una bandera mexicana sobre un vehículo en llamas durante una protesta contra las redadas federales de inmigración en el centro de Los Ángeles, California, EEUU, el 8 de junio de 2025. (Reuters/David Ryder)

En este contexto, la necesidad de un gobernador de protestar ante lo que, según diferentes juristas, puede suponer una violación de los derechos de los Estados, se mezcla con el aspecto de la ambición política. Newsom no solo ha dado un discurso de tonos nacionales, tratando visiblemente de unir al país en la causa de California, sino que ha sido muy activo en las redes sociales y ha concedido múltiples entrevistas a los medios. Algo que, por otro lado, encaja con su fama de político pugilístico.

"Está plantando cara a Trump, y los demócratas y el país se están dando cuenta", dijo a Fox News Maria Cardona, miembro del comité de la Convención Nacional Demócrata, el órgano burocrático del partido. Los demócratas en general continúan su viaje introspectivo tras la derrota de noviembre, el escándalo del deterioro de Joe Biden y la aparente falta de estrategia contra los desmanes de Trump. Esta narrativa dice que Newsom podría, con su actitud guerrera, galvanizar y elevar el espíritu.

Preguntado por The Wall Street Journal si tiene aspiraciones presidenciales, Newsom respondió como solo podía responder un político en su posición: "No estoy pensando en presentarme, pero es un camino que podría ver abrirse".

No es la primera vez que responde a esa pregunta, ni será la última. Newsom es uno de los políticos demócratas más conocidos a nivel nacional, lo cual es relevante en un país tan enorme y diverso que resulta difícil encontrar políticos que se conozcan en ambas costas. Un obstáculo que tratan de solventar con campañas eternas. Como todos los políticos, Newsom tiene fortalezas y debilidades de cara a la presidencia.

La historia personal del gobernador de California podría en encajar, como decía la canción de Tony Bennett, en esa idea tan americana de From rags to riches: de los harapos a la riqueza. Newsom, de 57 años, se crio en un hogar monoparental de San Francisco en el que se llegaba a fin de mes por los pelos, gracias a los tres empleos que por lo general desempeñaba su madre.

Foto: Foto: Reuters.

La infancia de Newsom estuvo marcada por una dislexia severa, que todavía persiste. El gobernador suele recibir sus informes e impartir sus instrucciones en formato de audio. Tiene dificultades en manejar números. Un obstáculo que compensó con clases de refuerzo y, en el competitivo paisaje estadounidense, con sus habilidades deportivas. Newsom estudió ciencias políticas en la Universidad de Santa Clara con una beca de baloncesto. En 1992 fundó, junto a varios inversores, la empresa de vino y hostelería PlumpJack Winery, que más de 30 años después, continúa funcionando.

Su carrera política se extiende tres décadas. Empezó de voluntario para la campaña del alcalde Willie Brown en 1995, en 2004 fue elegido, él mismo, alcalde de San Francisco, en 2010, vicegobernador de California, y en 2018, finalmente, gobernador.

Eso en el apartado del haber; en el apartado del debe, sobre todo de cara a seducir a los votantes de los Estados moderados o conservadores, la desventaja de Newsom es que California suele ser la punta de lanza de las políticas más progresistas e identitarias del país. En California, por ejemplo, las jugueterías no pueden, por ley, separar la sección de juguetes, una para niños y otra para niñas. Han de estar todos mezclados, para que la tienda no imponga, según esta visión, estereotipos de género.

Foto: Composición de varias fotos cedidas por la Casa Blanca donde aparece el grupo de deportados

Las personas 'trans' de California disfrutan de derechos en el deporte que son altamente impopulares entre segmentos del electorado nacional. Los padres de niños de 12 años necesitan el permiso del menor para acceder a su historial médico. Las iniciativas y limitaciones verdes abundan, por ejemplo, a la hora de construir viviendas y otros tipos de infraestructura, y las leyes del orden público tienen fama de ser laxas.

Este retrato ha sido exagerado por los medios y los discursos de la derecha, que señalan a Newsom como responsable de haber convertido California en una especie de infierno woke donde los inmigrantes indocumentados y las personas sin hogar campan drogadas por las calles de San Francisco o Los Ángeles. Como todas las demonizaciones, esta tiene una parte de verdad, lo cual, sumado a los altos impuestos y la vida atrincherada y exclusiva de las élites, hace que muchas personas de clase media pongan tierra de por medio hacia Arizona o Texas, Estados más asequibles.

Estos días Newsom capitaliza su perfil de campeón de la democracia, pero, poco antes y tras la victoria de Trump, ha sido uno de esos políticos dispuestos a tender puentes con el adversario. Una de las iniciativas de Newsom en esta era de Trump 2.0 ha sido crear su propio pódcast, titulado This is Gavin Newsom.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump. (Reuters)

El objetivo principal del programa, donde Newsom se sienta a hacer entrevistas como si fuera Joe Rogan, es explorar y entender el universo trumpista, o MAGA. Aunque apenas lo empezó en febrero, por su pódcast ya han pasado figuras de extrema derecha como el antiguo asesor y jefe de campaña de Trump, Steve Bannon, que ejerce de ventrílocuo de la Administración, o Charlie Kirk, presidente de Turning Point USA: algo así como las juventudes del trumpismo.

Las amigables charlas de Newsom no sentaron del todo bien entre sus correligionarios, ni siquiera en California. Un artículo del medio local CalMatters recoge las reacciones al "vuelco" de Newsom, que pasó de ser, durante los choques con Trump a raíz de los incendios del pasado verano y de las amenazas de Trump de cortar la asistencia federal, el héroe anti-MAGA, a adoptar una actitud comprensiva.

Cuando el senador de Maryland, Chris Van Hollen, viajó a El Salvador para comprobar el estado de Kilmar Abrego García, uno de los más de dos centenares de personas deportadas al gulag CECOT, Newsom le afeó el gesto. Dijo que todo el tema de Abrego García era "la distracción del día". Van Hollen, compañero de partido, le respondió: dijo que un político que no estará dispuesto a defender la Constitución de Estados Unidos "no merece liderar".

Ahora que Gavin Newsom está, una vez más, en el lado del anti-trumpismo y de la defensa de los derechos recogidos en la Constitución, ¿seguirá en ese carril? De cara a las manifestaciones planificadas para el sábado, por todo el país, es posible que el choque entre el Gobierno federal y los Estados demócratas solo acabe de empezar y continúen siendo una plataforma para Newsom y, posiblemente, otros perfiles.

Ningún gobernador de Estados Unidos ha estado en las parrillas informativas durante tanto tiempo, y en situaciones tan dramáticas, como Gavin Newsom. Y es normal: su Estado, California, es el más rico y populoso del país, el más racialmente diverso y el más afectado por los incendios. A Newsom lo podemos ver firmando leyes punteras en el paisaje diáfano de Silicon Valley, rodeado de bosques chamuscados o, desde hace unos días, transformado en el líder oficioso de la oposición demócrata.

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