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España y Reino Unido llegan a un "histórico acuerdo" post-Brexit sobre Gibraltar
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En la reunión de este miércoles

España y Reino Unido llegan a un "histórico acuerdo" post-Brexit sobre Gibraltar

Se trata de un acuerdo político, por lo que los equipos técnicos todavía tienen que terminar la redacción jurídica antes de concluir el pacto por completo

Foto: Fabian Picardo; David Lammy; José Manuel Albares; y Maros Sefcovic. (Ben Dance/Europa Press)
Fabian Picardo; David Lammy; José Manuel Albares; y Maros Sefcovic. (Ben Dance/Europa Press)
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España, el Reino Unido y Gibraltar han cerrado este miércoles un acuerdo histórico en Bruselas para estructurar el encaje del Peñón con el territorio comunitario, tras casi cuatro años de negociaciones que han culminado una reunión entre los ministros de Asuntos Exteriores español y británico, José Luis Albares y David Lammy, así como Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, y con la presencia de Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica, que ha estado siguiendo la negociación desde hace meses. Así lo ha anunciado el titular de Exteriores español, Albares, en un tuit en el que celebraba que "el acuerdo en relación a Gibraltar ya es una realidad".

placeholder El tuit del ministro de Exteriores, José Manuel Albares (X)
El tuit del ministro de Exteriores, José Manuel Albares (X)

En Madrid, Londres, Gibraltar y Bruselas se confiaba en que, esta vez sí, fuera posible cerrar un capítulo que lleva abierto desde que el Reino Unido abandonó la Unión Europea, dejando pendiente las condiciones de la relación entre el Peñón y España y el resto del territorio comunitario. Se trata de un acuerdo político, por lo que los equipos técnicos todavía tienen que terminar la redacción jurídica antes de concluir el pacto por completo.

“Este Gobierno heredó del anterior una situación que ponía en peligro la economía y el modo de vida de Gibraltar. El avance de hoy aporta una solución práctica tras años de incertidumbre”, ha explicado Lammy en un comunicado con el que lanzaba un dardo al anterior Ejecutivo conservador. La oposición de los tories es, de hecho, ahora una de las trabas que Lammy se va a encontrar de vuelta en Londres. “Estoy totalmente convencido de que se va a ratificar, porque es un buen acuerdo”, ha explicado por su parte Sefcovic. “He trabajado codo con codo con el Gobierno británico a lo largo de esta negociación para alcanzar el acuerdo que Gibraltar quiere y necesita: un acuerdo que proteja a las futuras generaciones de gibraltareños británicos y que no afecte en modo alguno a nuestra soberanía británica”, ha señalado por su parte Fabian.

Uno de los asuntos más sensibles era la cuestión de los controles fronterizos en Gibraltar. Picardo ha desmentido una noticia publicada por el diario británico conservador The Telegraph este miércoles por la mañana donde se apuntaba que las autoridades españolas asumirían las riendas de los controles. En un texto circulado por el ministerio de Asuntos Exteriores español se subraya que habrá “controles fronterizos duales” por parte de Gibraltar y la zona Schengen de libre circulación tanto en el puerto como en el aeropuerto de Gibraltar.

Estos controles se realizarán “mediante una plena cooperación entre las autoridades de la UE y del Reino Unido-Gibraltar, suprimiendo todos los controles en el paso fronterizo entre Gibraltar y La Línea para los muchos miles de personas que lo cruzan diariamente en ambas direcciones”. La lógica es que en los puntos de entrada habrá una especie de doble control: las autoridades locales gibraltareñas harán los controles que venían haciendo hasta ahora, pero habrá controles adicionales por parte de España para garantizar la seguridad del espacio Schengen. “También han acordado disposiciones sobre visados y permisos y una estrecha cooperación entre las autoridades policiales y judiciales”, apunta Exteriores.

Albares ha señalando que el objetivo es que haya un proceso de “convergencia fiscal” que marque “un nuevo inicio en las relaciones entre España y Reino Unido” con un plan de “desarrollo económico y social” del Campo de Gibraltar. Respecto a este punto, el comunicado conjunto señala que “se ha llegado a un acuerdo sobre los principios de imposición indirecta que se aplicarán en Gibraltar, incluyendo el tabaco – que evitarán distorsiones y contribuirán a la prosperidad de toda la región”. “He hablado, por supuesto, con el presidente del Gobierno, que ha seguido minuto a minuto durante todo este tiempo la negociación, también con el presidenta de la Junta de Andalucía, a quien también he trasladado esta información, y con la vicepresidenta primera del Gobierno que ha sido una persona fundamental para alcanzar este acuerdo”, ha dicho el ministro.

Para la diplomacia española el acuerdo sobre Gibraltar es fundamental. España tuvo que hacer muchas y, a ojos de Madrid, dolorosas, cesiones en el estatus del Peñón cuando quiso acceder a las Comunidades. Cuando los británicos votaron a favor del Brexit, fuentes diplomáticas españolas explicaron con toda claridad que el objetivo era ahora volver a equilibrar la balanza que se había desequilibrado hace ahora ya cuarenta años. En este sentido, yendo al corazón de las reclamaciones españolas en la cuestión de Gibraltar, que tiene mucho que ver con esa “convergencia fiscal” de la que hablaba el ministro, el texto conjunto explica que hay un “compromiso de igualdad de condiciones en materia de ayudas estatales, fiscalidad, trabajo,medio ambiente, comercio y desarrollo sostenible, lucha contra el blanqueo de capitales y transporte – incluyendo el aeropuerto; los derechos de los trabajadores transfronterizos y la coordinación en materia de seguridad social”.

“Se eliminarán la totalidad de las barreras físicas, los chequeos y los controles sobre las personas y mercancías que circulen entre España y Gibraltar, preservando al mismo tiempo el espacio Schengen, el Mercado Único de la UE y la Unión Aduanera. Esto traerá confianza, seguridad jurídica y bienestar a los habitantes de toda la región, promoviendo una prosperidad compartida y unas relaciones estrechas y constructivas entre las autoridades gibraltareñas y españolas”, añade el ministerio dirigido por Albares.

Un accidentado desarrollo

Algunas fuentes confiaban en el acuerdo, ya que, según afirmaron, las tres partes deseaban evitar que se repitiera una reunión anterior de la primavera pasada, en la que David Cameron, entonces ministro del Exterior con el anterior gobierno conservador fracasó sin acuerdo pese a que se había dado casi por hecho. Pero también estaba presente el fantasma de esos últimos fracasos.

“Es hora de intentar ultimar los acuerdos para una relación duradera y estable entre Gibraltar y la UE y España que sea segura y beneficiosa, que proteja a nuestra población y dé certidumbre a los trabajadores fronterizos con vistas a ofrecer más prosperidad para todos en esta parte del mundo”, ha explicado Picardo, que ha sido el más optimista respecto a la posibilidad de que se cierre un pacto.

Las fuentes británicas y españolas han sido menos entusiastas a lo largo de las últimas horas. “Como siempre, nuestra voluntad es avanzar tanto como se pueda y cerrarlo lo antes posible”, señalan desde el Ministerio de Asuntos Exteriores. Desde el punto de vista de la estrategia negociadora, Gibraltar es el actor más interesado en que se cerrara un acuerdo rápido y por eso durante las últimas reuniones ha sido el que más ha movido la idea de que el acuerdo era inminente. En este caso, Picardo estaba en lo correcto.

El Gobierno español ha aprovechado el cambio en el Ejecutivo británico para impulsar de nuevo las negociaciones

España ha aprovechado el cambio de Gobierno británico, del Partido Conservador a los Laboristas de Keir Starmer, para impulsar de nuevo las negociaciones en los últimos meses, que llevan desarrollándose desde hace tres años. Entonces, aumentando el volumen de los mensajes lanzados hasta entonces, España señaló que no había “ningún motivo para que Reino Unido no dé ya su sí al acuerdo”.

En mayo ya hubo una última ronda de las negociaciones en Madrid con el objetivo de acelerar las conversaciones. Uno de los asuntos más sensibles son los controles fronterizos entre Gibraltar y España, que es ahora la primera línea de la zona Schengen de libre circulación dentro así como en los controles dentro del aeropuerto del Peñón. El pacto es clave tanto para los 15.000 trabajadores transfronterizos que cada día pasan desde La Línea de la Concepción hacia Gibraltar, como para los propios habitantes del Peñón. El Gobierno español decidió separar esta negociación del resto del bloque del pacto del Brexit, dejándolo para más adelante.

Para la diplomacia española el acuerdo sobre Gibraltar es fundamental. España tuvo que hacer muchas y, a ojos de Madrid, dolorosas, cesiones en el estatus del Peñón cuando quiso acceder a las Comunidades. Cuando los británicos votaron a favor del Brexit, fuentes diplomáticas españolas explicaron con toda claridad que el objetivo era ahora volver a equilibrar la balanza que se había desequilibrado hace ahora ya cuarenta años.

Una decisión clave

Gibraltar, el lugar donde más porcentaje de votos recibió el apoyo a la permanencia de Reino Unido en la UE (95,9%), sigue en el limbo tras el Brexit siendo la única cuestión que queda aún por resolver tras el histórico divorcio europeo. En la Nochevieja de 2020, a pocas horas de que terminara el periodo de transición Brexit, Londres y Madrid consiguieron cerrar in extremis un principio de acuerdo para evitar los estrictos controles en la frontera. El texto contenía las directrices para cerrar un tratado entre la Comisión Europea y el Reino Unido sobre el Peñón. Pero se trata tan sólo de una solución temporal para una verja que es cruzada cada día por alrededor de 30.000 personas.

Lo más difícil era la idea de que, si se quiere flexibilidad en la verja, se debe externalizar la frontera Schengen al puerto y aeropuerto del Peñón, se obligaba a tener la presencia de agentes de España (miembro Schengen). Y ahí está el quid de la cuestión. Sobre todo, teniendo en cuenta que el suelo donde está construido el aeropuerto no estaba contemplado en el Tratado de Utrecht (1713-1715). Los británicos se hicieron con ello en el siglo XIX, cuando unas epidemias obligaron a desplazar la población al istmo.

Pero para los gibraltareños, la idea de “botas españolas sobre el terreno” era una profunda línea roja, ya que rememora los tiempos del régimen de Franco cuando se cerró la frontera en 1969, dejando a muchas familias divididas.

La base del Peñón es un importante punto de recopilación de inteligencia que intercepta comunicaciones por satélites cables submarinos

Nadie quiere cerrar una verja que sacuda tanto a la economía del Peñón como de las regiones españolas aledañas. Pero, al mismo tiempo, nadie quiere firmar cualquier término, cualquier punto, cualquier coma que pueda afectar al tema de la soberanía en un tratado internacional. En este contexto, más allá de la cuestión Frontex, lo que habría estado dificultado el avance de las negociaciones durante tanto tiempo es el marco regulatorio sobre la cuestión del aeropuerto. Cosas tan simples como, por ejemplo, aplicar normativa comunitaria o británica a las sillas de ruedas que se pongan a disposición de los pasajeros con problemas de movilidad se podrían considerar como una cesión de soberanía por una y otra parte. Está por ver todavía cómo soluciona eso el acuerdo al que se ha llegado este miércoles.

Asimismo, otro de los puntos clave sería el convenio en materia de seguridad y defensa que España quiere cerrar con Reino Unido, con el que la cooperación militar se limita ahora al marco de la Alianza Atlántica, a la que ambos países pertenecen. No es que esté ligado oficialmente al acuerdo Brexit, pero, de alguna manera, Madrid sí lo habría querido tratar de forma paralela por el interés que tiene sobre el Estrecho.

La base del Peñón representa un importante punto de recopilación de inteligencia con interceptación de comunicaciones por satélite, cables submarinos y otras vías electrónicas. También es una valiosa base logística para combustible, municiones y otros suministros y un posible astillero de reparación de barcos. El estrecho es un punto geopolítico estratégico. Se trata de una de las vías de navegación más importantes del mundo, al dar acceso al océano Atlántico y el mar Mediterráneo, que a su vez comunica con Oriente Próximo y Asia por el canal de Suez.

España, el Reino Unido y Gibraltar han cerrado este miércoles un acuerdo histórico en Bruselas para estructurar el encaje del Peñón con el territorio comunitario, tras casi cuatro años de negociaciones que han culminado una reunión entre los ministros de Asuntos Exteriores español y británico, José Luis Albares y David Lammy, así como Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, y con la presencia de Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica, que ha estado siguiendo la negociación desde hace meses. Así lo ha anunciado el titular de Exteriores español, Albares, en un tuit en el que celebraba que "el acuerdo en relación a Gibraltar ya es una realidad".

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