Francia reporta que los Hermanos Musulmanes son un riesgo. Este español ya te lo había contado
Un informe gubernamental sostiene que esta organización islamista supone una "amenaza a la cohesión nacional". Un estudio pionero del investigador Sergio Altuna que pasó desapercibido en 2022 había llegado a las mismas conclusiones
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En las últimas semanas, la filtración a la prensa francesa de un informe gubernamental ha vuelto a desatar la enésima polémica sobre el Islam y la islamización en el país vecino. El informe, comisionado en mayo de 2024, tenía como objetivo evaluar “el islamismo político y el movimiento de la Hermandad Musulmana”, y sus conclusiones han traído cola. Según el documento, esta organización está dedicada a la promoción del islamismo desde la base a través del activismo social, y su influencia es desproporcionada: si bien solo cuenta con entre 4.000 y 1.000 miembros formales en toda Francia —en el mejor de los casos, apenas un 0,01% de los nueve millones de musulmanes franceses—, controla alrededor de un 7% de los lugares de culto.
“La realidad de esta amenaza, incluso si es a largo plazo y no implica una acción violenta, supone un riesgo de daño al tejido de la sociedad y las instituciones republicanas […] y, de forma más amplia, a la cohesión nacional”, afirma el texto, que destaca “la naturaleza subversiva del proyecto”, cuyo objetivo es “traer cambios graduales a la legislación local o nacional”, especialmente aquellos referidos al secularismo o la igualdad de género. La controversia generada ha llevado al Elíseo a lanzar una versión pública del informe, en la que solo se omiten algunos detalles que podrían revelar cuestiones de seguridad y procedimiento.
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El ‘Ikhwan’ o Hermandad Musulmana, fundada en 1928 por el egipcio Hassan Al Bana, busca implementar la ‘sharía’ o ley islámica como fuente principal del derecho e imponer las prácticas islámicas a toda la sociedad. La suerte de la organización en épocas recientes ha sido irregular: tras el derrocamiento de las dictaduras de Ben Alí y Mubarak durante la llamada ‘Primavera Árabe’, por ejemplo, ha formado parte de diversos gobiernos de coalición en Túnez y llegó a gobernar brevemente en Egipto tras ganar las primeras elecciones democráticas en el país en 2012, hasta que un sangriento golpe de Estado militar devolvió a los Hermanos Musulmanes a la clandestinidad y la acción violenta.
La Hermandad tiene presencia en el continente europeo —España incluida— desde mediados del siglo pasado. En su estrategia europea, la organización se beneficia de la confusión entre el Islam como religión y el islamismo, que es una ideología política exclusionista. Según el informe francés, en los últimos años los Hermanos Musulmanes están perdiendo influencia en el mundo árabe y “enfocando sus esfuerzos en Europa”. “No estamos lidiando con un separatismo agresivo”, dice el documento, sino con uno “sutil […] pero no menos subversivo orientado hacia las instituciones”.
Pero lo más interesante de todo es que todo esto ya nos lo había explicado, hace ya más de tres años, un español: el experto Sergio Altuna, antiguo analista del Real Instituto Elcano y hoy Investigador Senior en el Programa sobre Extremismo de la Universidad George Washington.
Un informe pionero
En el mundo editorial, a menudo el momento de publicación lo es todo. Y a veces, uno simplemente tiene mala suerte. En octubre de 2022, Altuna y el investigador Lorenzo Vidinio publicaron a través del Real Instituto Elcano un informe titulado “La Hermandad Musulmana en España: activismo comunitario, política y terrorismo”, un documento de más de un centenar de páginas que analiza en detalle la presencia, historia, actividades e importancia de esta organización en nuestro país. El informe, que sin duda mereció mejor suerte, supuso un antes y un después en el estudio del islamismo político en nuestro país, pero apareció en un momento en el que la guerra de Ucrania copaba casi toda la atención de los medios de comunicación y acabó pasando bastante desapercibido.
“Nuestro informe tiene una parte más exhaustiva de mapeo, que no existía, y detectamos que esta necesidad o este vacío en la literatura académica española”, dice Altuna a El Confidencial. “Quizá la diferencia más notoria [entre ambos documentos] sea que los expertos que han realizado el informe francés han entendido que allí existe un núcleo mucho más cohesionado de la Hermandad Musulmana, mientras que en España existen varios núcleos que cumplirían con las mismas características si se uniesen”, añade este experto.
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“La parte que menciona el informe francés sobre la islamización de la sociedad desde abajo es quizá lo más importante”, apunta Altuna. “Hubo un momento en los años 90-2000 en el cual la Hermandad europea apuesta por crear instituciones europeas, y luego una gran institución en cada país. Eso, en el caso de Francia, acaba teniendo connotaciones muy peyorativas, así que bajan el perfil para llevar su actividad a un nivel más local, municipal, regional, en el cual las nuevas marcas no sean tan fácilmente percibibles o fáciles de asociar a la Hermandad Musulmana y ello les permita seguir ganando terreno”, explica.
Muchos otros de los elementos descritos en el informe francés ya aparecían en el documento de Altuna y Vidinio. Por ejemplo, que el llamado Consejo de los Musulmanes Europeos —la anterior Federación de Organizaciones Islámicas en Europa—, una de las principales instituciones del Islam europeo, está directamente vinculada a la Hermandad Musulmana. La alta preparación de sus líderes y su decidida estrategia de activismo y participación social y política hacen que esta organización tenga una influencia muchísimo mayor de la que le correspondería por mera adscripción.
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“Gracias a su visibilidad, su organización y su profesionalidad, pero también al desconocimiento de las autoridades, que ignoran su naturaleza, se encuentran entre los mayores receptores de ayuda públicas”, señala el informe del Elcano. “Otra característica fundamental de la Hermandad es su voluntad y su capacidad de conectar y relacionarse con el establishment político y empresarial del país. […] Sus miembros han sido capaces de tejer relaciones con representantes de todas las sensibilidades del espectro político no solo a nivel nacional, sino también autonómico y local”, dice más tarde.
Otra de las coincidencias en ambos documentos es el papel negativo que la Hermandad puede jugar respecto a la unidad social en el continente europeo. “Las virulentas condenas de la sociedad occidental, denigrada como corrupta, inmoral e injusta, no son infrecuentes y van de la mano de un corpus narrativo que posiciona a los musulmanes por encima del resto, pero bajo ataque. En esencia, su narrativa alimenta la mentalidad del ‘nosotros contra ellos’ que, aunque no propicie necesariamente la violencia, socava gravemente la cohesión social”, apunta el texto del Elcano.
Relación con la violencia
Otro de los aspectos más interesantes del informe de Altuna y Vidinio es la relación entre la Hermandad Musulmana y la violencia, que describen como “flexible” como resultado de “un análisis pragmático, caso por caso, de coste-beneficio”. “La cuestión, tanto en España como en otros países europeos, suele enmarcarse desde una perspectiva de seguridad, centrándose en si la Hermandad constituye una amenaza terrorista para el país. En esos términos es difícil ofrecer una respuesta taxativa”, afirma el documento, que señala que España se han dado dos casos importantes de miembros prominentes de la organización que han acabado participando en actividades terroristas, como la llamada red de Abu Dahdah y el prominente papel que jugó en los atentados del 11-M, o en fecha más reciente, las actividades del llamado clan Kutayini como presuntos financiadores de redes yihadistas en Siria a gran escala.
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Altuna, de hecho, es tajante: la condena por parte de la Hermandad de los sanguinarios atentados llevados a cabo por el yihadismo transnacional no es una mera estrategia, sino una reacción genuina. “Los Hermanos Musulmanes, salvo algunas facciones que se han extinguido, condenan por lo general y se oponen radicalmente a todo aquello que representa un islamismo mucho más militante o más violento. Esta es parte de una estrategia, sí, pero no deja de ser también la realidad”, apunta este experto, que considera que no es extraño que pese a ello algunos de sus miembros evolucionen hacia posturas más extremistas. “No deja de ser una realidad de cualquier corriente política cercana a los extremos que la frustración conlleve al final que ciertos perfiles o grupúsculos evolucionen en su lectura político-ideológica de la realidad y decidan acudir a otras herramientas. Lo hemos visto dentro de la extrema izquierda, lo hemos visto dentro de la extrema derecha, con perfiles que han militado exclusivamente en aparatos políticos de organizaciones y que posteriormente han dirigido grupos violentos terroristas”, señala.
Su informe, en todo caso, apunta un elemento muy interesante: “Es innegable que los Hermanos no están directamente implicados en la violencia en Europa”, y que condenan de forma inequívoca los atentados yihadistas en el continente, pero “si bien los Hermanos pueden erigirse en bomberos ocasionales a corto plazo, luchando contra las llamas de la radicalización en casos específicos, no es menos cierto que pueden resultar pirómanos a largo plazo”. El motivo, argumentan los autores, es que “los Hermanos difunden un mensaje que, aunque no es directamente violento, puede conducir a la violencia”.
La Hermandad promueve una narrativa de “victimismo” en el que “los musulmanes —y el Islam— son objeto de una enorme conspiración global para socavarlos y subyugarlos”, desde conflictos como el palestino-israelí o la guerra de Irak hasta los incidentes islamófobos y las leyes contra el uso del ‘niqab’ o velo integral, impulsando una “mentalidad de asedio”. A esto se une la idea de que “la violencia es legítima en aquellos casos en los que los musulmanes se encuentren bajo ataque u ocupación, como Palestina, Cachemira o Siria. Esta combinación “puede ser peligrosa si se lleva a una de sus conclusiones más lógicas”, como es el de que si los musulmanes en Europa también están supuestamente oprimidos, el recurso a la acción violenta puede estar justificado.
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“Los defensores de esta teoría sostienen que los islamistas no violentos crean una antecámara para el extremismo violento, un entorno fértil para los yihadistas, que solo tienen que justificar sus tácticas para convencer a los posibles reclutas”, señalan los autores, que apuntan que no todo el mundo está de acuerdo, y que muchas voces señalan que “solo una minoría de las personas expuestas al mensaje de los Hermanos dan el salto a la violencia, y que este pasaje está influenciado por muchos factores adicionales”.
El documento del Elcano, de hecho, se limita a apuntar que las teorías más negativas acerca de la Hermandad son las consideradas “pesimistas”, frente a otras visiones que consideran a la organización relativamente inocua. Aún así, sus autores señalan la importancia de analizar sin estridencias la posibilidad de que los más críticos estén en lo cierto ante el riesgo que plantea este movimiento. “Esta corriente sostiene que mediante tales prácticas se estarían sentando las bases de un programa de ingeniería social lento pero constante, destinado a islamizar a las poblaciones musulmanas europeas y, en última instancia, a competir con los gobiernos occidentales por su lealtad”, apunta. Esta percepción “pesimista” es, de hecho, la que predomina en el informe francés.
Un debate sereno es necesario
Otro de los hallazgos de Altuna es poner de manifiesto el papel esencial que España ha jugado históricamente en la eclosión del movimiento en Europa. Durante su investigación, este experto descubrió la celebración de una conferencia internacional en Madrid en 1984, en la que se sentaron las bases para la expansión de la organización en el continente, un episodio que posteriormente analizó en otro informe del Instituto de Seguridad y Cultura en 2024.
El objetivo de Altuna, en cualquier caso, es poner el foco sobre un problema potencial al que, por múltiples razones, no se está prestando la atención suficiente y puede ser instrumentalizado por corrientes radicales con sus propios intereses, con lo que se corre el riesgo de empeorar la situación. Lo que hace falta, señalan los autores del informe Elcano, es que se abra un debate sereno y basado en argumentos.
“Cuando se obvia una cuestión presente e innegable en la sociedad española, como es la presencia de diferentes grupos que tú puedes considerar más o menos peligrosos, que plantean más o menos retos en diferentes cuestiones para la sociedad, al final quien acaba cooptando el debate es quien menos informado está y acaba haciendo de ello bandera”, comenta este experto. “Y para cuando te quieres dar cuenta tienes que abordar la cuestión en caliente, con una situación ya muy polarizada, con lecturas sesgadas, muy lejanas realmente de la realidad. Se puede ver muy recientemente con la cuestión del ‘hiyab’ en Cataluña”, concluye.
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En Francia, de hecho, la propia filtración del informe a la prensa parece obedecer a una agenda específica, la del sector más derechista del gobierno, que aspira a capitalizar la polémica frente a una ultraderecha que no deja de ganar peso electoral. Según la publicación Politico Europe, el documento fue filtrado a las publicaciones conservadoras Le Figaro y Valeurs Actuelles por el propio ministro del Interior galo Bruno Retailleau, quien inmediatamente salió a comentar en público que la Hermandad “quiere imponer la ley de la Sharía en todo el territorio francés”. De acuerdo con el diario Le Monde, “esta afirmación está muy exagerada y no refleja la versión del informe” a la que accedió dicho medio.
No obstante, el diputado Gabriel Attal, del partido Renacimiento del presidente Emmanuel Macron, ha aprovechado para dejar caer la idea de prohibir el velo para las niñas menores de 15 años. Por su parte, el líder de izquierdas Jean-Luc Mélenchon ha acusado al gobierno de “agitar la islamofobia” y “dar crédito” al argumentario de la extrema derecha. Probablemente no haya un mejor ejemplo de la dificultad de mantener ese debate sosegado que pide Altuna, y que también España necesita.
En las últimas semanas, la filtración a la prensa francesa de un informe gubernamental ha vuelto a desatar la enésima polémica sobre el Islam y la islamización en el país vecino. El informe, comisionado en mayo de 2024, tenía como objetivo evaluar “el islamismo político y el movimiento de la Hermandad Musulmana”, y sus conclusiones han traído cola. Según el documento, esta organización está dedicada a la promoción del islamismo desde la base a través del activismo social, y su influencia es desproporcionada: si bien solo cuenta con entre 4.000 y 1.000 miembros formales en toda Francia —en el mejor de los casos, apenas un 0,01% de los nueve millones de musulmanes franceses—, controla alrededor de un 7% de los lugares de culto.