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El 'lobby' de Marruecos en UK se cobra su caza mayor: así ha conseguido el respaldo sobre el Sáhara
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Giro diplomático

El 'lobby' de Marruecos en UK se cobra su caza mayor: así ha conseguido el respaldo sobre el Sáhara

Marruecos se ha posicionado como un socio comercial para Londres. Y en un escenario geopolítico tremendamente convulso, su papel también es esencial para la defensa y seguridad de Europa

Foto: El ministro de Exteriores británico, David Lammy. (EFE/EPA House of Commons)
El ministro de Exteriores británico, David Lammy. (EFE/EPA House of Commons)
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La diplomacia es un proceso gradual. Nada se resuelve de la noche a la mañana. La paciencia y persistencia estratégica son esenciales. El respaldo de Reino Unido al plan de Marruecos para solventar así a su favor la disputa del Sáhara Occidental, cambiando así casi medio siglo de seguimiento del proceso de Naciones Unidas sobre la antigua colonia española, ha cogido a muchos por sorpresa. Pero lo cierto es que ha sido el resultado del efectivo lobby que Rabat viene ejerciendo desde hace tiempo en Westminster.

El primer acuerdo comercial que Londres firmó tras salir del bloque fue precisamente con el reino de Mohamed VI, con importantes implicaciones, por cierto, para España, ya que los principales proveedores de tomates para los británicos ya no son los agricultores andaluces, sino los marroquíes. Marruecos se ha posicionado como un actor clave. Y no solo como proveedor de bienes. En un escenario geopolítico tremendamente convulso, su papel también es esencial para la defensa y seguridad de Europa.

Con su giro diplomático, Reino Unido, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, se une así a varios países que han respaldado la postura de Marruecos, entre ellos Estados Unidos, España, Francia, Alemania y los Países Bajos. Hace menos de una semana, Kenia —antiguo bastión del separatismo del Polisario en el escenario diplomático africano — también expresó su respaldo a la propuesta presentada por Rabat ante Naciones Unidas en 2007. El plan, que ofrece un sistema autonómico en el territorio bajo soberanía marroquí, es visto ahora por Londres como "la base más creíble, viable y pragmática para una resolución duradera de la disputa".

Downing Street señala que la decisión forma parte de la doctrina de la nueva política exterior de "realismo progresista". Recalca que el apoyo es a cambio de acuerdos comerciales —garantizará a las empresas británicas lucrativos proyectos de inversión en el Mundial de fútbol de 2030— y un nuevo compromiso de Rabat para apoyar el principio de autodeterminación, publicar una nueva versión de su plan de autonomía y reanudar las negociaciones.

Foto: El ministro de Exteriores británico, David Lammy. (Reuters/Hannah McKay)

El pasado mes de febrero, ya se detectaban los frutos de esa presión marroquí. El centro de estudios 'Royal United Services Institute' destacó el creciente papel estratégico de Rabat en la promoción de la estabilidad en esta región. "Como puente histórico entre el norte y el oeste de África, se encuentra en una posición privilegiada para actuar como fuerza estabilizadora, utilizando una combinación de herramientas diplomáticas, económicas y de seguridad para apoyar el desarrollo sostenible y la seguridad en el Sahel", afirman los expertos en su análisis, donde se mencionan acciones concretas, como la inauguración de una central eléctrica en Niamey en diciembre de 2024, que contribuyó a "reforzar la soberanía energética de Níger" durante un período de escasez de electricidad causado por las sanciones.

Por otra parte, el cambio de rumbo de la diplomacia británica genera cierta preocupación en Gibraltar, cuyo estatus sigue por cierto en el limbo tras el Brexit. Curiosamente, el apoyo de Reino Unido al derecho de autodeterminación de La Roca es lo que impide una relación estratégica más estrecha entre Londres y Madrid, de aquí que ahora les llame la atención la apuesta por Rabat ante el Sahara Occidental.

Según analistas consultados por este diario, Marruecos probablemente ve a Gibraltar como "un riesgo fiscal y un competidor en servicios financieros que no desea". Por lo que, reforzando ahora su posición, avanza en esa búsqueda de "relación subordinada" para la Roca, en la que contribuya, de alguna manera, a que el reino de Mohammed VI logre sus objetivos comerciales más amplios.

Foto: Soldados estadounidenses durante los ejercicios Africa Lion en 2022 (Fátima Zohra)

La cuestión es que Marruecos siempre vio el Brexit como una gran oportunidad. Y a raíz de los negocios, ha sabido jugar sus cartas políticas. El país norteafricano se ha convertido en un proveedor clave para Reino Unido, situándose en 52ª posición como socio comercial a nivel mundial. En 2024, el país llegó a ser el 45º proveedor de bienes a Reino Unido, representando el 0,3 % de sus importaciones totales. Y en el primer trimestre de 2025, se adelantó a la 44ª posición en el mercado de exportación de bienes británicos.

En respuesta a una reciente pregunta parlamentaria, el ministro de Inversiones, Douglas Alexander, reiteró la posición de Reino Unido respecto a las inversiones en las provincias del sur de Marruecos, aclarando que "las empresas tienen que tomar sus propias decisiones en cuanto a sus negocios en el Sáhara Occidental".

Después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea invalidara definitivamente en octubre dos acuerdos comerciales alcanzados entre Marruecos y la UE —dándole la razón a los independentistas saharauis del Frente Polisario, que no dieron su consentimiento para dichos pactos—, la Confederación General de Empresas de Marruecos (CGEM) ha contratado a la empresa danesa de relaciones públicas Rud Pedersen (RP) para ejercer presión en Bruselas.

Foto: El rey Mohamed VI degüella un cordero con motivo de la fiesta del Aid el Adha. (Agencia MAP)

Así lo publicó Africa Intelligence, quien revela además las numerosas conexiones entre la CGEM y el gobierno marroquí, que incluyen, entre otras, cómo la consultora, a través de su oficina en Londres, contrató a la hija del ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita.

El posible vínculo entre el ministerio de Bourita —a través de la embajada de Londres— con determinados diputados en Westminster (sobre todo conservadores) es algo que también se plantean los analistas consultados por este diario, quienes no descartan posibles irregularidades. Destacan que la afluencia de preguntas planteadas en la Cámara de los Comunes respecto a Marruecos a lo largo del mes de mayo ha sido "más que inusual", con especial énfasis, además, en atacar al Frente Polisario, presentándole como una organización terrorista con vínculos con Irán y Hezbolá.

Uno de los parlamentarios más críticos con el Frente Polisario es el conservador Andrew Murrison, quien en su día fue enviado comercial de Boris Johnson a Rabat y ahora es responsable del APPG Marruecos, uno de los grupos inter partidarios formados por parlamentarios que comparten un interés común. Son de carácter informal, pero pueden llegar a ser influyentes lobbies.

Foto: Una vista de Gibraltar en 2024 (AFP)

De hecho, el pasado 22 de mayo, Murrison volvió a preguntar en Westminster sobre el Proyecto Energético Reino Unido-Marruecos, uno de los planes más ambiciosos en las relaciones bilaterales, advirtiendo que "si Reino Unido no da luz verde a este proyecto en un futuro próximo, otros países europeos sin duda lo harán". La empresa británica Xlinks ha pausado de nuevo temporalmente su ambicioso proyecto de cable submarino de electricidad de 3,900 kilómetros para conectar ambos países.

El principal obstáculo es la necesidad de certeza en los precios. Xlinks busca un precio garantizado de 77 libras por megavatio-hora para la energía solar y 87 libras para la energía eólica producida en la región de Guelmim-Oued Noun en Marruecos. Sin este compromiso financiero, los inversores potenciales son reacios a avanzar.

Por su parte, el pasado mes de enero también se creó 'Amigos Laboristas de Marruecos', un nuevo grupo compuesto por políticos y miembros laboristas que "busca fomentar una relación más profunda con la comunidad marroquí británica". En definitiva, Nada se resuelve de la noche a la mañana. La diplomacia es un proceso gradual. Y Rabat ha hecho gala de persistencia estratégica.

Foto: Vista aérea de Diego García, la mayor isla del archipiélago de Chagos, donde se levanta una base militar estadounidense. (Foto de archivo)

El Sáhara Occidental, territorio árido y escasamente poblado, fue anexado por Marruecos en 1975 tras la retirada de España de sus colonias norteafricanas. Si bien Marruecos y el Frente Polisario acordaron un alto el fuego en 1991 tras 16 años de conflicto, el territorio en el noroeste de África sigue en disputa, y el proceso mediado por la ONU sigue estancado. Marruecos administra actualmente la mayor parte del Sáhara Occidental, mientras que el Frente Polisario controla una franja de tierra de "zona franca" en las fronteras con Argelia y Mauritania.

La ONU ha buscado desde principios de la década de 1990 organizar un referéndum para los saharauis sobre si el Sáhara Occidental debería convertirse en totalmente independiente o formar parte de Marruecos. Sin embargo, la votación se ha pospuesto repetidamente debido a desacuerdos sobre quiénes tienen derecho a votar. Tanto el Polisario como Marruecos han querido incluir a grupos que probablemente influyan en el resultado a su favor.

La diplomacia es un proceso gradual. Nada se resuelve de la noche a la mañana. La paciencia y persistencia estratégica son esenciales. El respaldo de Reino Unido al plan de Marruecos para solventar así a su favor la disputa del Sáhara Occidental, cambiando así casi medio siglo de seguimiento del proceso de Naciones Unidas sobre la antigua colonia española, ha cogido a muchos por sorpresa. Pero lo cierto es que ha sido el resultado del efectivo lobby que Rabat viene ejerciendo desde hace tiempo en Westminster.

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