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La gran 'resaca' del asesinato del ucraniano Portnov: "Parece que campan a sus anchas"
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Todavía se desconoce la motivación

La gran 'resaca' del asesinato del ucraniano Portnov: "Parece que campan a sus anchas"

Se trata del segundo asesinato de alto perfil relacionado con la guerra de Ucrania en nuestro país

Foto: Agentes de la Policía Científica trabajan en el lugar del asesinato de Andriy Portnov, en Pozuelo (Europa Press/Ricardo Rubio)
Agentes de la Policía Científica trabajan en el lugar del asesinato de Andriy Portnov, en Pozuelo (Europa Press/Ricardo Rubio)
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El asesinato del ucraniano Andriy Portnov este miércoles en Pozuelo de Alarcón abre decenas de preguntas. El hombre, que residía en España desde 2024, era asesor del expresidente Víktor Yanukóvich y, en Ucrania, muchos lo consideraban un "traidor" y "prorruso". Era, también, un hombre de numerosos negocios que se granjeó enemigos dentro y fuera de la política; además de conocido de los tribunales por las investigaciones contra él por “malversación” de fondos y su acoso (con métodos mafiosos) a aquellos periodistas que lo señalaban.

Las preguntas sobre la motivación última de su asesinato y su autoría tendrán que responderse tras la investigación de las autoridades españolas. Pero el poso que deja la muerte a balazos de Portnov, escandalosamente pública a las puertas del Colegio Americano de Madrid, es otro e inevitable.

“Más allá de la investigación en la que se determine quién o quiénes han sido los autores del asesinato en Pozuelo, es preocupante que parece que nuestro territorio es el adecuado para realizar este tipo de acciones. No es buena imagen la que damos: parece que aquí puede venir cualquiera y ajusticiar a quien sea. Parece que en nuestro territorio campan a sus anchas. Y esto tendrá sus repercusiones”, lamenta Jorge Gómez, veterano de la sección de contrainteligencia del CNI y director de la consultoría de seguridad High Strategies Intelligence.

Un asesinato de alto perfil es una cosa. Dos, y decenas de pequeños casos de menor envergadura, pero todos relacionados con la guerra de Ucrania en menos de tres años, es otra. Al menos en cuanto a percepciones se trata. Y el asesinato de Portnov hace ineludible buscar paralelismos en otro asesinato de alto perfil que también causó un escándalo más allá de nuestras fronteras: el del piloto ruso Maxim Kuzminov, igualmente a balazos, en la localidad alicantina de Villajoyosa.

Foto: El expresidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, y Andriy Portnov, en 2010. (REUTERS)

En su momento, la muerte de Kuzminov, y de manera tan pública, mandó un claro mensaje a quien, como él, estuviera pensando en traicionar a la Rusia de Vladímir Putin: el largo brazo del Kremlin (ya sea directamente, ya sea mediante ‘sicarios’ locales contratados ad hoc) puede llegar muy lejos. España “ya no es un país seguro”, decía otro desertor ruso refugiado en España a El Confidencial tras conocerse la noticia.

Pero también era un mensaje al mundo: la guerra de Ucrania también había llegado a España. Por si no nos hubiera quedado claro con las cartas bomba enviadas a ministerios y embajada ucraniana o la reciente detención de cinco prorrusos en Barcelona que planeaban acciones terroristas contra el apoyo a Ucrania. Solo por mencionar dos ejemplos.

“Evidentemente, es preocupante que ocurran estas cosas en nuestro país. De hecho, nosotros somos uno de los países más seguros del mundo”, comenta este analista retirado hace pocos años, y autor del libro Los secretos de la contrainteligencia (Ed. La Esfera de los Libros). Y tiene razón: para encontrar un hecho semejante, prácticamente hay que remontarse al caso del agente del Mossad Baruch Cohen, asesinado en Madrid en 1973 por un grupo de militantes palestinos a los que andaba siguiendo la pista.

En el ojo de Rusia... y Ucrania

“¿Por qué ocurre esto? Porque se han refugiado muchos rusos y ucranianos en España”, añade Gómez. España está en el ojo tanto de Rusia como de Ucrania desde hace años. Nuestro país acoge, aunque sin muchos aspavientos, varios rusos de la oposición y la diáspora, que en numerosas ocasiones (algunas, recogidas por El Confidencial), han denunciado su miedo a la persecución rusa.

Paralelamente, también en España se han refugiado ucranianos que, por una razón u otra, eran objetivo de los servicios de seguridad de Ucrania. Desde ex asesores de la vieja guardia del gobierno prorruso (como Portnov) a otros más actuales, investigados por corrupción. Hace apenas una semana, precisamente, las autoridades españolas detuvieron a petición de Kiev al ex subsecretario del Consejo de Seguridad ucraniano entre 2016-2017 (con Petro Poroshenko en el gobierno), fugitivo en nuestro país y sobre el que pesaba una investigación por corrupción relacionada con el Ejército y el Ministerio de Defensa.

Foto: Foto: Reuters/Oficina Presidencial de Ucrania.

Aunque todavía sin mucha más información sobre el caso, el perfil de Portnov hace que González se incline por la opinión de que la opción más probable es que Ucrania sea la responsable última del asesinato. Aunque no solo por eso: en los últimos años, los servicios secretos de Ucrania han multiplicado sus operaciones y su capacidad en países extranjeros. “Ucrania ha hecho ataques selectivos a gente importante en la parte rusa. Ha matado a dos generales en Moscú, ha matado a Daria Dugina... Y yo creo que ahora mismo está en una fase en la que en el momento que puedan eliminar a alguien cuya muerte ejerza presión sobre la otra parte lo van a hacer. Digo, suponiendo que haya sido Ucrania, porque no tenemos pruebas reales de que hayan sido ellos”, dice a El Confidencial.

Este mismo abril, un alto comandante militar ruso, el teniente general Yaroslav Moskalik, era asesinado con un coche bomba en un suburbio de Moscú. Unos meses antes, en diciembre, otra bomba, esta vez en un patinete, se cobraba la vida del general Igor Kirillov, también en Moscú. La muerte de este último fue inmediatamente reivindicada por el SBU, el principal servicio de inteligencia de Ucrania. No así la de Moskalik o Dugina (aunque EEUU apuntó a Kiev en el caso de la hija del ‘filósofo de Putin’).

Foto: Alexander Dugin, en el funeral de su hija Darya. (Reuters/Maxim Shemetov)

Estos dos últimos asesinatos hacían evidente que Kiev tiene en marcha un programa de eliminación física de sus enemigos, tanto en los territorios ucranianos bajo ocupación rusa como en la propia Rusia. En él participan no solo la principal rama del SBU, el 5º Directorio de Contrainteligencia, sino también el HUR, el servicio de inteligencia militar ucraniano.

Ucrania ha probado sus capacidades, una vez "sacado el genio de la lámpara" es muy difícil la vuelta atrás, ejemplificaba a principios de año el académico ucraniano Yevhen Hlibovytsky, del Frontier Institute, a El Confidencial. Hlibovytsky advertía de la posibilidad de que, sin una solución "aceptable" a la invasión rusa, Ucrania, o actores ucranianos no necesariamente ligados al poder central, podrían utilizar esas nuevas capacidades (ataques partisanos en las zonas ocupadas, drones en el corazón de Moscú, o los atentados bomba contra objetivos del aparato político-militar del Kremlin) convirtiéndola en un "cabo suelto impredecible".

"Pero es muy difícil estar preparado para esto. Yo diría que es imposible"

La duda es si esas acciones habrían llegado también a España. Y qué imagen dejan.

Aunque, realmente, es muy difícil estar preparado para evitar algo así. Especialmente siendo España un país bastante popular para la comunidad rusa y ucraniana en la Unión Europea. “Es muy difícil estar preparado para esto. Yo diría que es imposible. Al final, matar es mucho más fácil que defender. Yo me levanto, preparo una operación, entro aquí, la ejecuto y me voy. Y eso es muy difícil de detectar, primero, y después de parar”, admite Gómez.

A la espera de que se conozcan más detalles, también dificulta la prevención los nuevos métodos de este tipo de asesinatos a larga distancia. Investigaciones sobre los métodos rusos, de más larga data, apuntan a que no solo se utilizan operativos de alto valor dentro de la estructura de los servicios secretos del país, sino que se utilizan elementos criminales con sede ya local como “subcontrata”. “De cara a la ejecución, si alguien prepara el asesinato de este individuo, al final estas cosas son difíciles de evitar. ¿Qué candidatos puedes tener? La criminalidad, y que sea por algún asunto suyo; o puede ser el servicio de inteligencia ucraniano y que lo haya encargado a la criminalidad, no ejecutado por ellos mismos”, elabora Gómez.

“Desde el punto de vista práctico, si [los responsables de este tipo de operaciones] preparan las cosas bien, poco se puede hacer. Recordemos un hecho histórico, que fue el grupo al que Golda Meir encargó asesinar a todos los de Múnich. Lo hicieron no en un país, sino en varios por todo el mundo, y no tuvieron ningún problema para ejecutarlo, creo que solamente en uno de los casos”. Gómez se refiere a la llamada Operación Ira de Dios, por la que un grupo de operativos del Mossad ejecutó uno a uno a los responsables de la sangrienta toma de atletas israelíes como rehenes durante las Olimpiadas de 1972, tal y como relata la película de Steven Spielberg Múnich (2005), basada en el libro Venganza del periodista George Jonas, a partir de las supuestas memorias de uno de los participantes.

“Aquí lo que tiene que haber es una presión diplomática, y lanzar mensajes de ‘En nuestro territorio no’. Siempre hay medidas para presionar a los demás. Lo que pasa es que si ahora mismo presionas a los ucranianos, te dirán que ellos qué tienen que ver con esto”, concluye.

El asesinato del ucraniano Andriy Portnov este miércoles en Pozuelo de Alarcón abre decenas de preguntas. El hombre, que residía en España desde 2024, era asesor del expresidente Víktor Yanukóvich y, en Ucrania, muchos lo consideraban un "traidor" y "prorruso". Era, también, un hombre de numerosos negocios que se granjeó enemigos dentro y fuera de la política; además de conocido de los tribunales por las investigaciones contra él por “malversación” de fondos y su acoso (con métodos mafiosos) a aquellos periodistas que lo señalaban.

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