Es noticia
El político del que no te acuerdas, pero que todos los nuevos dictadores sueñan con imitar
  1. Mundo
La era de las dictaduras de la manipulación

El político del que no te acuerdas, pero que todos los nuevos dictadores sueñan con imitar

El giro de varios países con sistemas democráticos hacia discursos autoritarios y el aumento de su popularidad pone en el foco el modelo de las dictaduras de la manipulación, un nuevo modelo de gestión estatal que no para de ganar adeptos

Foto: Foto: Reuters/Edgar Su.
Foto: Reuters/Edgar Su.
EC EXCLUSIVO

El pasado 3 de mayo, Singapur celebró las decimoquintas elecciones parlamentarias desde su independencia. Se suponía que sería una fecha histórica porque iban a ser las más ajustadas de su historia. Sin embargo, la fuerza que lleva en el poder desde 1959, el Partido de Acción Popular, mejoró sus resultados. Ganó con el 65% de los votos, sacando 87 de los 97 escaños en liza. Tener unos resultados como los del PAP tras 70 años liderando su nación es el sueño de cualquier político en un mundo en el que cada vez es más difícil lograr grandes victorias. Pero no es lo único que muchos de estos líderes anhelan de Singapur.

El pequeño puerto asiático se ha convertido en una nación ejemplar para muchos occidentales. En esos 70 años que lleva gobernando el PAP han pasado de ser un enclave marítimo más de la corona británica a establecerse como uno de los países más prósperos del planeta. Tienen el sexto PIB per cápita más alto del planeta y es la economía más competitiva del mundo. ¿Cuál es su truco? Según expertos como el politólogo y profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Daniel Treisman, todo pasa por un nuevo concepto que ideó el creador de ese partido y que vive ahora su edad de oro: la dictadura de la manipulación.

El término como tal lo acuñó el propio Treisman junto al profesor de Economía en la London Business School, Serguéi Guríev, y lo desarrollaron en su libro 'Los nuevos dictadores' o 'Spin dictators' en su versión original. El texto muestra qué significa la dictadura de la manipulación, cómo choca con los antiguos espadones militartes y cómo Lee Kuan Yew (LKY), primer gobernante de Singapur, es el ejemplo a seguir. "Creo que Yew fue el pionero de una especie de control inteligente de la sociedad mediante una combinación de gobierno genuinamente competente, la creación de dependencia y la manipulación encubierta", detalla Treisman. "La mayoría de los líderes autoritarios que intentan imitarlo son mucho menos hábiles", añade.

Los dos expertos internacionales muestran las fortalezas y debilidades de un modelo de gobierno que no para de ganar adeptos. Ante la desestabilización de las democracias occidentales y los problemas de una globalización acelerada, la opción de orden, estabilidad, seguridad y progreso económico que prometen estos líderes se ha convertido en algo muy atractivo. LKY gobernó el país desde 1959 a 1990 y dejó vía libre para que sus descendientes siguieran sus pasos hasta estos últimos años. Ahora, Lawrence Wong, un político sin relación familiar con los Lee, lleva el timón pero no se separa de las mismas siglas de Yew.

placeholder Lee Kuan Yew. (Reuters)
Lee Kuan Yew. (Reuters)

Según Treisman y Guriev, Yew mostró en plena decadencia de las dictaduras duras tras la II Guerra Mundial cómo se puede gestionar un país con mano de hierro pero sin aterrorizar. El también conocido como "dictador bueno" creó un nuevo tipo de autoritarismo que se sostiene moldeando la opinión pública para que te den su apoyo incluso con entusiasmo frente al miedo clásico con el que se manejaban de los dictadores del siglo anterior. Tras un éxito económico incuestionable, LKY escondió un ferreo control social y político que la propia sociedad aceptó sin apenas protestas y sin necesidad de tener aspecto militar alguno. Es más, sus ciudadanos apoyaron directamente esas medidas.

En Singapur está perseguido hasta el chicle y se pena actos cotidianos como que hablen extranjeros en actos públicos sin permiso expreso del Gobierno. La buena marcha económica y los beneficios sociales que ofrece el Gobierno cubren un controvertido sistema al que no le tiembla el pulso contra migrantes u homosexuales. Hace solo unos meses, una pareja de españoles estuvo detenida por mostrar una pancarta y una pegatina contra Peter Lim, dueño del Valencia CF. Para cualquier tipo de manifestación o gesto político se necesita tener permiso expreso. El azote es un castigo normalizado y la pena de muerte en horca está a la orden del día para delitos relacionados con pequeño tráfico de drogas.

Foto: Foto: iStock.

Yew enseñó a un montón de líderes que miraban temerosos la llegada de la democracia postsoviética una alternativa. En el mundo actual un líder puede ser autoritario presentándose como un demócrata, de ahí que celebren elecciones, pero controlando por detrás cada paso para evitar perder su posición. "Los dictadores de la manipulación no son tiranos violentos de la vieja escuela que han aprendido trucos nuevos. Lo que han creado es una estrategia distinta e internamente coherente. Los elementos clave —la manipulación de los medios de comunicación, la gestión de la popularidad, la simulación de la democracia, la limitación de la violencia pública y la apertura al mundo— se complementan para producir un modelo de gobernanza iliberal que se está propagando", resumen en el texto.

Su investigación fue publicada en 2022 y mencionaban como figuras clave del fenómeno a Lee Kuan Yew, Alberto Fujimori, Hugo Chávez, Viktor Orbán y Vladímir Putin. La reciente invasión de Ucrania puso en duda su trabajo por el giro de uno de los principales ejemplos hacia un modelo más tradicional de dictador. Sin embargo, la reaparición de Donald Trump (algunos de sus asesores son fans de LKY) y la popularidad de varios de sus seguidores en medio mundo ha vuelto a poner sus reflexiones a la orden del día.

Entrevista con Daniel Treisman

PREGUNTA. Su libro se publicó en 2022 y muchas cosas han cambiado desde entonces. ¿Diría que hay más "dictadores de la manipulación" ahora que cuando realizó su investigación?

RESPUESTA. No he realizado ninguna medición sistemática en estos años. Claramente, todavía hay muchos dictadores que se aprovechan de la propaganda. Pero también algunos, como Putin, han optado por pasarse a una dictadura del miedo.

P. Lo pregunto porque, leyendo su libro en 2025, vienen a la cabeza muchos líderes globales actuales a los que se les acusa de autoritarismo: Bukele, Modi, Netanyahu, Trump… ¿Diría que son líderes que encajan con un tipo de gobierno autoritario de manipulación?

R. Incluso en las democracias, los líderes suelen experimentar con algunas de las mismas técnicas que los dictadores de la propaganda. En el libro, analizamos cómo consultores políticos estadounidenses, como Paul Manafort y Arthur Finkelstein, asesoraron a líderes extranjeros sobre cómo ganar elecciones y gestionar las relaciones públicas. Existe una frontera porosa entre una democracia de baja calidad y una dictadura de la propaganda. Creo que la principal diferencia entre las democracias consolidadas y las dictaduras de la propaganda radica en que, cuando un líder intenta flexibilizar o romper las reglas en una democracia estable, se encuentra con mayor resistencia por parte de la sociedad civil, los tribunales, los periodistas, los medios de comunicación e incluso los mercados que en entornos autoritarios. Algunas de las medidas que Trump ha intentado en sus primeros 100 días —amenazar a sus oponentes con investigaciones penales y cortar la financiación gubernamental a instituciones que considera demasiado críticas— son tácticas que los dictadores de la propaganda suelen utilizar. Veremos la fuerza de la resistencia al final.

Foto: El expresidente de EEUU Donald Trump, ejemplo de político populista parecido a los dictadores de la manipulación. (Reuters/Carlos Barria)

P. ¿Qué es, en su opinión, lo que hace que alguien sea calificado, o no, como un dictador del marketing?

R. Conceptualmente, un dictador manipulador es un líder en un entorno autoritario que logra centralizar el poder y eliminar las restricciones institucionales mediante la manipulación de la información y la distorsión de las creencias de la gente. Utilizamos una regla práctica para clasificar los sistemas en el libro. No se trata solo del individuo y sus objetivos, sino también de si puede salirse con la suya. Esto depende del entorno.

P. ¿Cree que las sociedades actuales perciben estos regímenes de forma más positiva que antes? Por ejemplo, lugares como Singapur o Dubái suelen considerarse paraísos. Y las políticas de línea dura de líderes como Bukele gozan de un amplio apoyo público, especialmente cuando generan resultados económicos.

R. En Singapur, el desempeño económico ha sido muy bueno. Esto explica en parte el apoyo al régimen. Ayuda que la oposición esté cuidadosamente gestionada, pero imagino que el PAP seguiría contando con un apoyo considerable incluso si el gobierno permitiera una competencia política más libre. Dubái posee una gran riqueza petrolera y se ha desarrollado rápidamente como centro financiero. Ambos son casos de regímenes que son populares a pesar de ser autoritarios, y no precisamente por serlo. Bukele es popular porque las pandillas callejeras a las que perseguía eran extremadamente impopulares. Parece haber cierto apoyo a sus métodos duros y, a veces, indiscriminados.

P. El libro identifica las economías abiertas como una característica esencial de las dictaduras de manipulación. No sé si eso puede cambiar con la nueva tendencia proteccionista que parece iniciarse con el gobierno de Trump.

R. Veremos cómo está la globalización cuando se calme la situación. ¿Se mantendrán los aranceles de Trump? Ya veremos.

P. ¿Estas dictaduras pueden prosperar en un nuevo orden mundial que parece cada vez más cerrado, militarizado y marcado por la nostalgia imperial?

R. Si la globalización se revierte significativamente y el apoyo global a la democracia y al derecho internacional disminuye, entonces los costos de usar modelos dictatoriales más violentos disminuirán. Habrá menos demanda de dictaduras manipuladoras. En Rusia, sin duda, existe cierta nostalgia imperial. Pero los rusos realmente no han tenido otra opción durante bastante tiempo. No se les consultó si querían iniciar una guerra extremadamente sangrienta. Claramente, algunos ahora están entusiasmados, pero muchos no. ¿Está el mundo, en su conjunto, marcado por la nostalgia imperial? No estoy tan seguro.

P. Mencionas a líderes como Putin o Maduro como dictadores manipuladores, pero en los últimos años sus regímenes se han vuelto mucho más represivos. ¿Están algunos de estos líderes pasando de la manipulación a una dictadura más tradicional y de línea dura?

R. Sí. Putin era un dictador manipulador, pero ha avanzado mucho hacia una dictadura del miedo. Publiqué un artículo en Foreign Affairs que lo describía. Nunca dijimos que Maduro fuera un dictador manipulador. Chávez sí lo era, pero Maduro usa la violencia abierta con mayor frecuencia.

P. ¿A quiénes considera hoy como los dictadores más destacados del marketing y a quiénes deberíamos observar de cerca porque podrían estar yendo en esa dirección?

R. Viktor Orbán sigue resistiendo, utilizando una amplia gama de técnicas de propaganda dictatorial. Algunos líderes de Asia Central, como Tokayev en Kazajistán, también encajan. En Serbia, Aleksandar Vučić ha estado avanzando en esa dirección.

Foto: El presidente de El Salvador, Nayib Bukele. (Reuters/Archivo/José Cabezas)

P. ¿Hay alguna manera de contrarrestar estas tendencias? ¿Pueden las democracias resistir el atractivo y las tácticas de los dictadores manipuladores

R. Hablamos mucho de esto en el libro. Creo que Occidente necesita poner orden en su propia casa: superar las tentaciones del populismo y reparar el daño que los populistas han causado al Estado de derecho y a la democracia en varios países. Esto, sin duda, llevará tiempo. Al mismo tiempo, Occidente necesita reducir su vulnerabilidad a la manipulación de los autoritarios extranjeros y sus numerosos aliados. En el libro, abogamos por una estrategia de "compromiso adversarial", que consiste en seguir interactuando con los dictadores de este corte —aunque no siempre con los dictadores del miedo— aprender a defenderse proactivamente de los agujeros que ellos detectan en los modelos democráticos y buscar explotar las debilidades de su modelo.

P. ¿Nos dirigimos hacia un mundo con más dictaduras?

R. El impulso parece ir en esa dirección, aunque no exageraría la "muerte de la democracia". Creo que se trata de un fenómeno cíclico. La tendencia a largo plazo desde principios del siglo XIX ha sido hacia un mayor número de democracias. Ha habido ciclos en torno a esa tendencia, pero —aunque nadie puede predecir el futuro, incluido yo— la tendencia nunca se ha revertido.

El sueño de Silicon Valley

En este último fenómeno cíclico, las dictaduras de la manipulación cuentan con nuevos aliados, como muchos de los magnates de Silicon Valley. Algunos de los más influyentes entre los líderes tecnológicos, como Peter Thiel, hablan abiertamente de su admiración a jefes de Estado como LKY. También ha hablado maravillas sobre él Elon Musk que en uno de sus miles de polémicos tuits definió a LKY como un líder "brillante".

Pero su éxito no solo queda en las altas esferas. En los últimos tiempos, muchos de sus discursos y de las reflexiones que plasmó en sus libros se han viralizado. Conceptos que él defendía a ultranza y que ponían en entredicho el valor de la democracia ahora son muy populares. LKY hablaba de que él pensaba a largo plazo frente al cortoplacismo democrático y que no buscaba su propio beneficio sino el del país.

Vídeos editados con varias de sus intervenciones a lo largo de la historia se mueven por las redes como la pólvora. En TikTok es fácil encontrar varios de esos edits, como recordaba la periodista y activista singapurense Melissa Chen en un podcast publicado el pasado noviembre. "Se está volviendo muy popular en Twitter y entre ciertas facciones de la sociedad estadounidense. Empiezas a verlo, a él, a sus ideas y a su forma de gobernar, siendo elogiado abiertamente en línea, especialmente por los neorreaccionarios tecnológicos de Silicon Valley que consideran tóxica la democracia estadounidense", contaba. "En broma se le llama "Singapur Inc" porque funciona como una empresa, pero no es precisamente, si te importa la democracia, ni muy liberal ni muy democrática".

El pasado agosto, un influyente empresario singapurense compartió en su Twitter una frase de LKY: "La gente no anhela la democracia. Quiere casas, medicinas, empleos, escuelas... Con algunas excepciones, la democracia no ha traído un buen gobierno a los países en desarrollo". Su mensaje lo acompañó con una imagen del país en los años 50 y una de su situación actual. Más de mil cuentas compartieron el post.

El pasado 3 de mayo, Singapur celebró las decimoquintas elecciones parlamentarias desde su independencia. Se suponía que sería una fecha histórica porque iban a ser las más ajustadas de su historia. Sin embargo, la fuerza que lleva en el poder desde 1959, el Partido de Acción Popular, mejoró sus resultados. Ganó con el 65% de los votos, sacando 87 de los 97 escaños en liza. Tener unos resultados como los del PAP tras 70 años liderando su nación es el sueño de cualquier político en un mundo en el que cada vez es más difícil lograr grandes victorias. Pero no es lo único que muchos de estos líderes anhelan de Singapur.

Singapur
El redactor recomienda