"No hay razones para dudar de que hablan en serio": Israel planea ya ocupar toda Gaza

El gobierno israelí ha anunciado la ampliación de su ofensiva militar en Gaza y ha declarado su intención de ocupar territorios que no serán devueltos, incluso en caso de alcanzarse un acuerdo con Hamás. Esto incluye el desplazamiento forzoso de toda la población hacia el paso fronterizo de Rafah, con el objetivo de, más adelante, "ayudar" a quienes quieran abandonar la zona. Según las autoridades, el nuevo plan para Gaza pasa por la destrucción total de Hamás y el rescate de los 59 rehenes, de los cuales se estima que aproximadamente un tercio siguen con vida. Hace apenas cuatro días, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció que tres habían muerto y que solamente 21 continuarían con vida.

Sin embargo, el gobierno declaró también que este plan se iniciaría si Hamás no se aviene a negociar la liberación parcial de rehenes y un alto el fuego también parcial. Añadió, además, un plazo para llevarlo a cabo (hasta mediados de mayo), cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien visitará la región la próxima semana, esté de vuelta en la Casa Blanca.

La noticia de los preparativos para la ocupación de Gaza fue recibida con desconcierto por parte de muchos israelíes, si bien es algo que se venía gestando desde más o menos el comienzo de la guerra.

Desde el sábado pasado, decenas de miles de reservistas empezaron a recibir órdenes para volver a filas y las tropas se han ido presentando con un nivel de participación oscilante por diferentes motivos que los soldados a veces revelan y otras no. La objeción a servir y, sobre todo, hablar de ella, es pecado capital.

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En un país donde, según una encuesta difundida por el Canal 12 a finales de marzo, el 69 % de los israelíes está a favor de poner fin a la guerra a cambio de un acuerdo que permita liberar a todos los rehenes —frente a un 21 % que se opone—, cabe suponer que incluso quienes no creen en la guerra terminan alineándose y cumpliendo con lo que se les exige. Todo ello, sin que aún se conozcan las consecuencias que esto podría tener tanto para ellos como para la sociedad israelí.

Los efectos en Gaza son más que evidentes. Una población muerta y herida en todos los sentidos, desposeída, hambrienta, enferma, desesperada y mendiga. "Hamás ha reclutado con éxito a más personas durante la guerra, y el éxito del reclutamiento aumentará en correlación directa con la miseria de los gazatíes. Eso significa que habrá más gente para luchar y que se perpetuará la justificación para más guerras", opina la socióloga Dahlia Scheindlin.

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Es más, ella dice que cuanto más se prolonga la guerra, más se autoperpetúa.

¿Israel realmente pretende ocupar Gaza?

"No tengo ningún motivo para dudar que el gobierno pretende establecer cierto nivel de control en Gaza y lo digo porque han sido muy explícitos al respecto desde casi el comienzo de la guerra", dice Scheindlin.

La socióloga señala que la ocupación de la franja no está necesariamente en la política del gobierno per se, "si bien no hay política más allá de lo que dice Netanyahu, pero ministros importantes del gobierno vienen abogando por el establecimiento de un gobierno militar, por ejemplo, o por el control permanente de Israel en Gaza reestableciendo asentamientos y recientemente escuchamos toda esta conversación sobre tomar territorio, algo que viene directamente del Ministerio de Defensa desde que se rompió el alto el fuego".

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Los ministros que más alto se pronuncian sobre esta posibilidad desde el principio de la guerra, Betsalel Smotrich y Orit Struk, a decir de Scheindlin se puede decir que no representan al gobierno, pero sí están en el gobierno. Además, cada vez que ha habido algún grupo que abogaba por reestablecer asentamientos en Gaza, lo que implica explícitamente control sobre el territorio, "ha habido figuras del Likud en esas reuniones, en todas las fases", señala.

La socióloga concluye que, aunque las declaraciones del Gobierno puedan parecer poco sistemáticas, si se analizan junto con sus acciones —como la negativa a aceptar un alto el fuego para proseguir con la guerra, o los ensayos como el ocurrido en el norte de Gaza, conocido como el Plan de los Generales, que consistió en ejercer una presión extrema sobre la población para forzar su desplazamiento—, todo ello parece una prueba de hasta qué punto Israel busca controlar, destruir y despoblar partes de Gaza. "Si se considera todo esto en conjunto, incluyendo la nueva llamada a filas, no veo por qué habría que poner en duda lo que el propio Gobierno afirma".

Hay quien opina que es una técnica negociadora… "Tal vez, no se puede descartar", responde Scheindlin, "pero, aun suponiendo que se trata de una fanfarronada, me recuerda un poco a lo que decía la gente antes de que Rusia invadiera Ucrania. Amasaba tropas y la gente decía que era una prueba de fuerza y que no se atrevería… Yo no vi ningún motivo para dudar de las intenciones de Rusia entonces, igual que no veo ninguna razón para no creer en las intenciones declaradas de Israel ahora".

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Las "grandes, grandes novedades" de Trump

La próxima semana, Trump visitará Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Catar, y viene anunciando "grandes, grandes, grandes novedades".

En estos días, el presidente estadounidense negocia con Irán, en lugar de bombardearlo o permitir que Israel lo haga, acaba de firmar un sorpresivo alto el fuego con los hutíes de Yemen, sin contar con Israel. Los hutíes también han dejado claro que su conversación es con EEUU, no con Israel, y que más les vale a los israelíes estar cerca de los refugios mientras no se permita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.

Después de muchos intentos (y muchos anuncios falsos de haberlo logrado), el domingo un misil hutí acertó contra el objetivo más deseado: el aeropuerto internacional de Ben Gurión. Si bien no hubo daños, sí ocho heridos leves, los interceptores nacionales y estadounidenses fallaron, y el portal al mundo exterior para los israelíes (muchos muy ansiosos por irse, aunque sea por períodos cortos) el incidente tocó una fibra muy sensible.

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La respuesta israelí fue destruir el aeropuerto internacional de la capital yemení, Saná, controlado por los hutíes, además del puerto de Odeida, una fábrica de hormigón y alguna central eléctrica. Sin embargo, los hutíes, no tienen pinta de ser disuadidos. Este viernes han lanzado otro misil que, como en tantas otras ocasiones, no alcanzó Israel.

Y ahora que Trump ha pactado con los hutíes y parece ir camino de hacerlo con los iraníes, Israel está a la expectativa.

El historiador Yoel Schvartz cree que el plan para Gaza probablemente no sea implementado en su totalidad "porque Trump no lo va a permitir, no obstante, es un plan que permite que la guerra se perpetue a baja intensidad". Schvartz no es de la opinión de que el gobierno israelí esté tratando de presionar a Hamás para liberar a los rehenes con este movimiento, sino que trata de preservar la coalición de gobierno.

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Es sabido que, si no cede a los deseos del extremo más mesiánico de su coalición, se quedará sin ella.

El politólogo e investigador Ely Karmon describe a Trump como el volátil patrón de Israel, "cambia de opinión a cada momento, su prioridad ahora es la negociación por encima de la guerra, pero es capaz de cualquier cosa, y si bien sus negociaciones van en contra de los intereses estadounidenses, también en contra de los intereses de los israelíes, como lo que está pactando con Irán, sin embargo, es el único que le da golpes a este gobierno de locos, ¡que vean que lo que quieren no es tan sencillo!, ahora que venga los va a tranquilizar".