León XIV: un papa inmigrante estadounidense para negociar con Trump

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León XIV será el primer papa estadounidense de la historia. Durante décadas eso pareció un imposible, una distopía donde todo el poder terrenal y espiritual recaía en un mismo territorio. Del “God Bless America” (Dios bendiga a América) se ha pasado una fumata blanca a través del "America Bless the World" (América bendiga al mundo).

Los tiempos han cambiado y la Iglesia católica ha decidido apostar por primera vez por un pontífice gringo y agustino que parece con buenas dotes para afrontar el tsunami político actual. Es el segundo papa americano y, como el primero, es fruto de la inmigración: nacido en Chicago, su madre, Mildred Martínez, tenía ascendencia española, y su padre italiano y francesa. Un perfil nítidamente estadounidense en una tierra donde todos son de fuera a retazos. El Vaticano tiene de nuevo al frente al hijo de unos inmigrantes que marcharon a hacer las Américas y ven a su descendiente regresar décadas después a sentarse en el trono de Dios.

Esa ascendencia parece clave en este joven pontífice de solo 69 años. Sobrevivirá previsiblemente a Trump, pero deberá navegar con todo lo que conlleva que los dos grandes líderes del mundo occidental compartan pasaporte. Su relación se mirará con lupa. "Felicitaciones al Cardenal Robert Francis Prevost, quien acaba de ser nombrado Papa. Es un gran honor saber que es el primer papa estadounidense. ¡Qué emoción y qué gran honor para nuestro país! Espero con ansias conocer al papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!", ha dicho Trump en su red social.

La nueva Casa Blanca ha tenido en los últimos meses algunos rifirrafes con la Iglesia católica patria. Los recortes de Trump se han llevado por delante ayudas claves. En enero de 2025, la Administración Trump suspendió abruptamente el programa de reasentamiento de refugiados que gestionaba el obispado. La medida afectó a 6.000 benefactores y acabó con el despido de un tercio de los trabajadores de un programa que tenía más de un siglo de historia. La Iglesia demandó al Gobierno Federal, pero el juez desestimó la demanda. El vicepresidente JD Vance, por su parte, acusó a los religiosos de reasentar a inmigrantes ilegales para obtener millones de dólares de fondos federales.

Los recortes también han afectado a programas de alimentos para inmigrantes relacionados indirectamente con la Iglesia. No es un recorte directo de fondos a la Iglesia, pero sí a programas que ella gestiona y que se han suspendido o debilitado.

Sin embargo, los fieles estadounidenses parecen tener una relación diversa con las cuentas vaticanas. En el Óbolo de San Pedro, la colecta anual que hace la Iglesia católica para financiar las obras sociales del Vaticano, los estadounidenses son la nacionalidad que más dinero aporta. En los últimos años, entre un 15 y un 30% de las donaciones provienen de Estados Unidos

Tweets contra Vance

Prevost no ha tenido desencuentros públicos con el presidente Trump directamente, pero sí con su vicepresidente, el católico Vance. El pasado 3 de febrero, Robert Prevost, entonces obispo, retuiteaba un artículo de NCR online que se titulaba "JD Vance se equivoca: Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás". También tiene en su cuenta de Twitter, antes de convertirse en León XIV, apoyo a críticas al pacto entre Bukele y Trump para deportar y encarcelar inmigrantes, o criticó la pena de muerte y la posesión de armas. Mañana el comedido Prevost entenderá, en todo caso, que ser el jefe del Vaticano es un cargo espiritual y político. Lo primero compete a los católicos, lo segundo a la comunidad internacional.

Y ahí habrá que ver si León XIV mantendrá el ideario de Robert Prevost. El obispo de Chicago se formó como religioso en Perú, donde fue trasladado en 1985 y ha pasado buena parte de su vida pastoral. Eso ha marcado al hoy papa que no quiso olvidarse de esos orígenes en su primer discurso desde el balcón de la plaza de San Pedro. "Si me permiten también una palabra de saludo a todos aquellos de mi querida Diócesis de Chiclayo, Perú. Donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo compartiendo su fe y ha dado tanto para seguir siendo la iglesia fiel de Jesucristo", dijo. El papa "peruano" sabe que debe cuidar la cantera latinoamericana, casi el 50% de los católicos del mundo.

Pero todo eso está por verse, el papado transforma y el mundo va a tener que acostumbrarse a convivir con un primero de todos los obispos de Roma que habla spanglish. O, mejor dicho, que habla inglés y español perfectamente en una tierra donde algunos ven eso como una amenaza. El catolicismo estadounidense deja algunos datos interesantes para entender cómo la Iglesia más importante del mundo se asentará o se convertirá en residual en la gran potencia occidental. Hay, según datos del Pew Research Center (PSC), 53 millones de católicos en EEUU, lo que supone un 19% de la población. Una cifra inferior, según el informe, al 24% registrado en 2007. Otros informes, como el Censo de Religión de Estados Unidos de 2020, señala que el número de católicos era hace cinco años de 61,9 millones.

En lo que coinciden todos los estudios es que el catolicismo está en retroceso en EEUU. PSC señala que un 56% de los católicos estadounidenses son blancos no hispanos, por un 34% que son hispanos. El problema es que de los católicos blancos americanos, el 70% tienen más de 50 años. En el caso de los latinos, esa cifra es del 43%. La Iglesia envejece con los primeros y se renueva con los segundos. Es la inmigración la que mantiene a flote la fe en muchas comunidades.

Con el papa Francisco, que tuvo claras y públicas diferencias con Trump, ocurrió algo significativo en ese aspecto. Las encuestas mostraban una cierta polaridad al enjuiciar su labor entre los fieles estadounidenses. Una encuesta de la empresa Gallup de diciembre de 2023 afirmaba que el 77% de los católicos estadounidenses valoraba favorablemente al Papa, una cifra que rebajaba en tres puntos la que tenía al inicio de su mandato. Por el contrario, la opinión desfavorable pasó de un 5 a un 17%. En términos generales, los fieles "más conservadores" veían con peores ojos su labor que los "progresistas". ¿Qué sucederá con su compatriota?

Es pronto aún para asegurar nada. La hoja de servicios de Prevost muestra que ha sido capaz de convivir en Perú, por ejemplo, con el ala de la Iglesia cercana a las teologías de la liberación y aquellas próximas al Opus Dei. Algunos creen que esa capacidad de escuchar y mediar ha sido lo que hizo que Francisco le fuera dando poder y le colocara bien posicionado en la sombra, de donde suelen salen los papas, para recoger su testigo.

Pero no parece que será solo la larga sombra de Francisco, un Papa que ha cambiado el discurso de la Iglesia y la ha devuelto al camino aún no andado marcado por el Concilio Vaticano II, la que marque el inicio del papado de León XIV. La de su compatriota, Donald Trump, le acompañará inevitablemente en el inicio de su camino. Algo intuía el mandatario neoyorquino cuando hace unos días bromeaba en sus redes sociales con la posibilidad de que hubiera un papa estadounidense, aquel más rubio y algo más viejo, en Roma. Deseo concedido. Cuidado con lo que deseas.