"Es un auténtico pastor": qué implica que León XIV sea Agustino, contado por el líder de la orden

La Curia General de la Orden de San Agustín (OSA) está situada frente a la Plaza de San Pedro. Desde que se supo que el nuevo papa era el cardenal Prevost, los agustinos no paran de abrazarse, de recibir felicitaciones. Es uno de los suyos, alguien sencillo, al que conocen en profundidad. El pontífice León XIV, que no ha dudado en declararse “hijo de San Agustín” desde el balcón de la Basílica del padre de la Iglesia, tenía apartamento en el Vaticano, pero rezaba y solía almorzar con la comunidad de frailes de la calle Pablo VI, donde también está el Colegio Internacional Santa Mónica.

Prevost llega a la Curia agustina cada día, el primero de todos. A las 7 está en misa. Y a las 7:30 horas tienen lugar los laudes y participa. Para la hora de comer, que suele ser a la una de la tarde, llega con su secretario, según explica a este diario Alejandro Moral, que lleva 12 años de prior general de la OSA (número 1 en el mundo). La Orden está compuesta por 2.400 religiosos y está presente en más de 40 países. Prevost también estuvo 12 años al frente de los Agustinos en todo el mundo.

La conversación tuvo lugar cuando apenas faltaban unas horas para que el estadounidense fuera nombrado papa. Y Moral, en declaraciones exclusivas a El Confidencial, dijo sobre su compañero agustino: “Tenemos cariño, ilusión y al mismo tiempo pena, un poco todos los sentimientos juntos, porque, por un lado, te gustaría que fuera papa. Y, por otro lado, sabes qué significa para esa persona porque lógicamente hay que olvidarse de sí mismo completamente. Le tenemos mucho cariño, ya se lo teníamos, le queremos y que sea lo mejor para la iglesia”.

El miércoles pasado, el prior general de los Agustinos estaba en una reunión de comunidad a las 11:50, cuando se supo el resultado de la segunda votación de la Capilla Sixtina. Hubo aplausos en la vecina Plaza de San Pedro. Encendieron la televisión o se conectaron a internet y vieron que la chimenea daba humo negro. Podían seguir la reunión. Moral sabía que esa noche no tocaba papa. "Yo les dije a mis hermanos que hasta las nueve no iba a salir, y no salió hasta las nueve. No es fácil la elección de un papa. Hay que escuchar al Espíritu Santo y hacer un discernimiento muy grande por el bien de la Iglesia, sabiendo que es el Espíritu quien guía, pero que son los cardenales quienes siguen las indicaciones".

Moral, que mide 1,83 de estatura, y a quien le gusta practicar tenis y era un buen mediocentro de fútbol, atiende una llamada urgente en su ‘telefonino’. Habla un perfecto italiano y después continúa la conversación. El general de los Agustinos ha conocido a cinco papas y ha vivido cuatro cónclaves. El papa Juan Pablo I se alojó, siendo cardenal, en el Colegio Internacional Santa Mónica. Hay un retrato del pontífice sonriente en la segunda planta del edificio, nada más subir las escaleras. Al lado hay fotografías en blanco y negro enmarcadas de los frailes agustinos en formación que posan en la azotea con vistas a San Pedro. Es la misma azotea donde trabajan estos días periodistas de Associated Press, Televisa o Univision por las formidables vistas de la plaza y del balcón, ideales para las cámaras.

En Santa Mónica, que se comunica con un puente con la Curia General, se han alojado estos días de precónclave y cónclave seis cardenales. Uno de los que almorzó hace unos días es Luis José Rueda, de 63 años, obispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. “Hay que profundizar en lo que nos enseñó el Concilio Vaticano II”, dijo Rueda a este diario tras asegurar ser contrario a que se vuelva a celebrar otro evento transformador de esas características.

Las ideas del Concilio Vaticano II fueron asimiladas por sacerdotes agustinos como Jesús Luis Galdeano, que llegó a ser provincial (superior) de una de las provincias de las Orden en España (la Matritense) y cuya formación en Santa Mónica coincidió con el Concilio. Galdeano también fue, como Javier Pérez Barba, director del colegio Los Olivos (Agustinos) de Málaga. Pérez Barba es ahora asistente general de la Orden en Roma.

'Está preparado para ser papa'

El papa León XIV visitó Los Olivos en 2007, cuando era prior general de la OSA. El pontífice preguntó a frailes y a profesores cómo se organizaban las clases y las catequesis, e incluso visitó varias aulas. “Es una persona que te hace sentir valorado y que tu opinión sea tenida en cuenta, estás cómodo hablando con él; es un auténtico pastor que está pendiente de los demás y respeta el espacio del otro”, dice hoy Agustín Herrero, prior y director de este centro educativo agustino malagueño de referencia. “Estamos muy contentos en el colegio”, subraya Herrero. Este sábado organizarán en la Iglesia de San Agustín de Málaga una Misa de Acción de Gracias por el nuevo papa.

Pérez Barba conoce a la perfección al nuevo pontífice. Valora que es “una buenísima persona, siempre muy humilde y sencillo. Es muy equilibrado, tiene experiencia de Gobierno y está preparado para ser papa”. Para el asistente general de la OSA, el cardenal Prevost ha demostrado sus “dotes y capacidad de ser pastor”. “Ha permanecido siempre muy agustiniano. Hemos rezado por él”.

Claudio Zambrano, subprior del Colegio Santa Mónica, recuerda la importancia de que el cardenal Prevost se denomine León XIV al homenajear al papa León XIII, que fue “tan benefactor de la Orden agustina”. “Ahora tiene que ayudar por la paz, como ha hecho con el saludo al Resucitado. Es un hermano para nosotros, un regalo”. El prior general de la OSA dijo antes de saber el nombre del sucesor de Francisco: “Un papa que nos quiso mucho fue León XIII, que siempre estuvo con nosotros”.

El nombramiento del papa también exhibe el debate sobre cuáles son las diferencias entre los agustinos (León XIV) y los jesuitas (Francisco). La Orden de San Agustín, al igual que los franciscanos o los dominicos, es una de las órdenes mendicantes más antiguas del mundo. Su origen data del siglo XIII y nació en un momento “donde era necesario evangelizar y cuando crecían los centros urbanos de las ciudades. Nuestro fuerte es la comunidad, como nos enseñó San Agustín, la vida interior y la búsqueda de la verdad”.

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¿Y los jesuitas? Nacieron en el siglo XVI. “Se trata de una congregación diversa y valoran el voto de obediencia al papa. Nacieron tras la Reforma protestante para evangelizar y sostener a la Iglesia”, recuerda Pérez Barba. Alejandro Moral admiraba del papa Francisco la “fuerza” que tuvo para sacar adelante sus proyectos de la curia romana “y ser un pastor para el pueblo, para todos, creyentes y no creyentes. Siempre hay voces disonantes, pero ya se ha visto el cariño que le tenían. Fue una persona que nos acercó al Evangelio, incluso a los que están fuera de la Iglesia. Como dice San Agustín, la Iglesia es para todos”.

¿En qué medida han sido influyente las enseñanzas agustinianas? Benedicto XVI le llegó a confesar a Moral que se había leído más de 30 veces las famosas Confesiones de San Agustín, uno de los libros más traducidos en toda la historia y clave angular filosófica de cualquier tiempo. El papa Francisco también estuvo muy cerca de los Agustinos y en algunos momentos complicados internos el pontífice argentino le brindó el apoyo a Moral por si le servía para tomar alguna decisión. Francisco tenía a un agustino en Buenos Aires como uno de sus principales apoyos. Antes de morir le telefoneó varias veces para interesarse por su salud.

Pablo VI, el antecesor de Juan Pablo I, animó a los Agustinos a fundar una universidad para estudiar a los padres de la Iglesia, el llamado Instituto Patrístico Augustinianum, situado detrás de la Curia general de la OSA. Y más: de la sacristía de la Basílica de San Pedro se encargan los Agustinos, al igual que la Parroquia del Vaticano, el lugar donde ahora León XIV será jefe de Estado del país más pequeño del planeta y líder espiritual de 1.400 millones de personas. El papa que de vez en cuando, quizá de incógnito y seguro que discreto, volverá a su casa de la calle Pablo VI para orar a las 7 de la mañana con sus hermanos agustinos.