Merz logra su investidura en la segunda votación: detrás de un drama político histórico
El conservador Friedrich Merz se ha convertido en canciller de Alemania después del fracaso de la primera votación en el Bundestag, en la que no ha obtenido el apoyo suficiente
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Friedrich Merz siempre soñó con ser canciller de Alemania, pero la manera en la que lo ha conseguido se aleja mucho de cómo lo imaginaba. El conservador ha sido investido este martes en el Bundestag con 325 votos, después del fracaso de la primera votación horas antes. Ha sido un hecho político sin precedentes en Alemania, que ha abierto una brecha entre los socios de coalición: la CDU, el partido de Merz, y los socialdemócratas del SPD.
En total, la gran coalición que se empezó a negociar después de las elecciones de febrero, cuenta con 328 escaños. Pero 18 de estos diputados decidieron, en el último momento, votar en contra o abstenerse de su propio candidato. El voto es secreto y no se sabe quién apostó por bajarse del barco y provocar un giro histórico en el Bundestag.
Los "traidores" de Merz pueden venir de las filas socialdemócratas, como una señal de protesta por no estar de acuerdo con algunas de las condiciones que se hayan establecido dentro de la coalición. Pero también puede formar parte de una rebelión interna dentro de la CDU. El líder socialdemócrata Lars Klingbeil, designado vicecanciller y ministro de finanzas de Merz, se limitó a decir que no tenía indicios de su partido no apoyara al ya nuevo canciller alemán. "Pueden contar con nosotros", insistió.
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Merz ha conseguido finalmente tomar las riendas del país, pero el inicio de su mandato estará marcado por el golpe a su liderazgo. El conservador ya tenía retos muy importantes por delante. En primer lugar, el reto migratorio, una de las principales preocupaciones de la población y que marcó la campaña electoral a principios de año. Segundo, el estancamiento económico de la tradicionalmente conocida como "locomotora" europea. Y tercero, el auge del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD).
Lo que ha pasado este martes en el Parlamento alemán han sido buenas noticias para su líder Alice Weidel, que escribió en redes sociales que el fracaso de la primera votación "muestra sobre qué base débil está construida la pequeña coalición".
El primer fracaso de Merz al frente del Ejecutivo alemán ha puesto de relieve el polémico perfil del nuevo canciller. El político se ubica en el lado más conservador de la CDU y nunca ha tenido buena fama. La primera que ha tenido siempre reservas ha sido Angela Merkel y su largo mandato estuvo marcado por el distanciamiento con Merz. En las elecciones de febrero de este año, la CDU consiguió finalmente acariciar el poder, pero el resultado fue menor al esperado y el partido democristiano necesitó empezar rápidamente las negociaciones con los socialdemócratas del SPD.
Semanas después de iniciar las negociaciones, Friedrich Merz llevaba a cabo una medida histórica: el fin del techo de la deuda para invertir en defensa y en infraestructura. La decisión fue una clara respuesta a las políticas del estadounidense Donald Trump y del "divorcio" en cuestión de defensa entre Washington y Bruselas. Pero fue también un motivo de crítica para partidos tanto afines como opositores, que le acusaron de no cumplir con sus promesas de campaña que se alejaban de la decisión que acabó tomando. Esas críticas vinieron también dentro de la CDU, que acusó a Merz de acercarse demasiado a las políticas de los socialdemócratas.
También fue muy polémica la caída de la llamada Brandmauer, el cordón sanitario que se mantiene para evitar que AfD llegue al poder pero que Merz levantó en el Parlamento para aprobar una regulación en cuestión migratoria. Es posible que algunos miembros del SPD no le hayan perdonado al conservador que cambiara su postura.
La política alemana, 'patas arriba'
El futuro Gobierno de coalición nació como una manera de frenar a la ultraderecha, pero los problemas internos no tardaron en aparecer. Las negociaciones fueron más largas de lo que algunos analistas esperaban y el resultado de la primera votación es también un síntoma de los escollos del nuevo Gobierno. "Por parte del SPD, en el caso de que hayan votado en contra, es una política simbólica. Por un lado, están a favor de este Gobierno porque la otra opción, la ultraderecha, quieren evitarla a toda costa. Pero por la otra quieren simbolizar que no van tampoco a entregarse a los brazos de Merz", explica Elena García Guitián, catedrática Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, a El Confidencial.
La mañana de este martes, después del fracaso en el primer intento de Merz de convertirse en canciller, los medios alemanes se hacían eco de una noticia histórica. Algunos lo calificaban como un "drama" y como un suceso inédito en la historia moderna del país. Desde que se fundó la República Federal en 1949, los nueve cancilleres habían obtenido la mayoría absoluta para gobernar en la primera votación. Este caso ha sido diferente y García Guitián apunta a un síntoma de un momento sin precedentes en el que la "política alemana está patas arriba".
El auge del partido AfD, hasta hace poco impensable por la herencia histórica de Alemania, es uno de los ejemplos. Las consecuencias en el ámbito energético y económico que ha tenido la invasión rusa a gran escala en Ucrania también ha sido importante. Y, finalmente, la llegada de Donald Trump al poder y los planes de "rearme" han tenido un impacto representativo en la política del país. "Alemania está viviendo una crisis vital que va a alterar al país de forma. Y las dinámicas que se han mantenido hasta ahora están cambiando. Lo que ha pasado este martes es un ejemplo y por eso también es simbólico", continúa la politóloga.
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Alemania ha conseguido evitar esta tarde lo que hubiera sido una crisis política sin precedentes si Friedrich Merz no hubiera conseguido la mayoría para gobernar. Sin embargo, quedará la huella política de un momento en el que ha quedado en evidencia no solo la fragilidad que puede tener el Gobierno encabezado por el conservador, sino el fin de la imagen de una Alemania estable.
Al menos en lo que queda de día, Friedrich Merz puede respirar tranquilo. Ha conseguido la mayoría para gobernar y puede retomar su agenda, que se iniciaba este miércoles con su primer viaje como canciller a París y, posteriormente, a Varsovia con motivo del 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. Cuando se revelaron los resultados de la segunda votación de este martes, el Bundestag rompió en aplausos y Friedrich Merz pronunció las palabras que marcaron el inicio de una legislatura que ya ha empezado con sobresaltos: "Acepto el puesto".
Friedrich Merz siempre soñó con ser canciller de Alemania, pero la manera en la que lo ha conseguido se aleja mucho de cómo lo imaginaba. El conservador ha sido investido este martes en el Bundestag con 325 votos, después del fracaso de la primera votación horas antes. Ha sido un hecho político sin precedentes en Alemania, que ha abierto una brecha entre los socios de coalición: la CDU, el partido de Merz, y los socialdemócratas del SPD.