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La sincronía, una lección que España tuvo que aprender el día del apagón y que en Ucrania conoce todo el mundo
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Vivir como un funambulista

La sincronía, una lección que España tuvo que aprender el día del apagón y que en Ucrania conoce todo el mundo

Zelenski ofreció a Sánchez ayuda con el apagón. Un mensaje 100% político. Pero es verdad que los ucranianos se han convertido, a base de bombardeos, en expertos en lidiar con crisis del sistema eléctrico

Foto: Una vista de la planta nuclear de Zaporiyia (EFE/Hannibal Hanschke)
Una vista de la planta nuclear de Zaporiyia (EFE/Hannibal Hanschke)

Cuando España llevaba cinco horas ya de apagón total, el ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko, hizo una oferta: "Ucrania está lista para ayudar a restaurar las operaciones estables de las redes energéticas de nuestros socios y aliados en Europa. Estamos listos para compartir el conocimiento y la experiencia".

Las razones de la caída del servicio nada tienen que ver entre las de España y Portugal con las de Ucrania. Desde septiembre de 2022, el sistema energético ucraniano ha sufrido una continua campaña de bombardeos, ataques con drones o sabotajes desde Rusia. Cerca de 2.000 misiles y más de 10.000 drones en 20 meses, según datos oficiales recopilados por el país. Y, por el momento, ha sobrevivido. A duras penas, como mucha ayuda de sus socios internacionales y teniendo que adquirir varios millones en sustituciones de equipamiento. Pero ha sobrevivido. Y, en el camino, los ingenieros de las compañías nacionales de electricidad se han convertido, seguramente, en los mayores expertos en cómo lidiar con una crisis de la red eléctrica.

"Durante los años de guerra y los ataques rusos contra nuestro sistema energético, Ucrania ha acumulado una experiencia significativa en superar cualquier desafío energético, incluidos los apagones. Nuestros expertos pueden unirse a los esfuerzos de recuperación, y he ofrecido ese tipo de ayuda a España. Nuestros expertos técnicos están listos para ayudar", declaró el presidente Volodímir Zelenski la noche del lunes, cuando las primeras luces regresaban poco a poco a los distintos barrios de España gracias a un esfuerzo contrarreloj y mucho gas.

Las razones que detonaron la crisis son, en cualquier caso, muy distintas. Mientras España todavía investiga los detalles y seguramente no tengamos la imagen completa hasta dentro de varios meses, en Ucrania el culpable es siempre un ataque ruso contra alguna subestación. Pero la clave en realidad es el segundo paso: una vez se ha detonado la crisis, cómo balancear la red eléctrica. La sincronía. Y ahí fue donde falló España antes del gran desplome general de todo el sistema.

"El sistema de red eléctrica de un país es como un equilibrista circense: hay que mantener el equilibrio entre la energía que se produce y la que se consume, todo el rato, a cada segundo. Y, como un funambulista, si pierdes el equilibrio durante un segundo, te caes", explica, lo más sencillo posible para los no iniciados, Volodymyr Kudrytskyi, exCEO de Ukrenergo, la empresa operadora de la red ucraniana, de 2020 a 2024.

Es decir: en la red siempre tiene que haber la misma generación eléctrica que demanda, porque si no, vuelca, hacia un lado o el otro. Si sube la demanda, para compensar, la producción tiene que subir también. "La tolerancia entre la producción y el consumo que tienes en el sistema es de alrededor un 1,5%, y solo durante unos segundos. Si hay una discrepancia mayor entre el consumo y la producción, hay que compensarlo prácticamente de inmediato. Si se pierden 2 gigavatios de energía solar, por ejemplo, tienes que sacarlos de donde sea [otras fuentes de energía] en cuestión de segundos", continúa el ucraniano.

Foto: Supermercado en Portugal después del apagón, el 28 de abril de 2024. (EFe / Tiago Petinga)

En el caso de España, ahí es donde se falló. La desviación superó con creces ese 1,5%, desestabilizó las frecuencias y volcó. Los generadores empezaron a desconectarse, la red española (que es parte de la red europea, al igual que Ucrania) se separó de Francia, desacoplando a toda la península ibérica, y se produjo el apagón masivo. Desnudando, por el camino, las vulnerabilidades de nuestro sistema eléctrico: España pasó más de 10 horas prácticamente en el siglo XVIII; sin electricidad no hay conexión móvil, no hay redes de transporte, suministro de agua, sistemas de calefacción... Ciegos y mancos. Un riesgo muy real al que han estado expuestos los ucranianos en los últimos dos años y medio.

"Por desgracia, representamos un cuerpo de tristes conocimientos que pueden ser utilizados por Occidente. Porque la lección número uno que hemos aprendido de la guerra es que es más barato atacar tu red eléctrica que destruir tu flota, tanques y soldados", continúa Kudrytskyi. Si en España todavía no sabemos cuál ha sido el detonante, en Ucrania, bromea el ingeniero, "la señal de que puede venir un apagón son 100 misiles en el cielo".

Ante los ataques rusos, los ucranianos se han tenido que hacer expertos en ese equilibrio, o sincronía, de la red. Según explicaba Kudrytskyi en un reciente encuentro con El Confidencial, Rusia ha identificado apenas 100 objetivos que, si los bombardea, podría hacer caer toda la red en segundos: Ucrania cuenta con 20 grandes centrales eléctricas y 80 subestaciones de ultra-alta tensión, que son las que envían la electricidad a las redes de distribución de las regiones ucranianas. El fallo de cualquiera de ellas podría hacer caer todo el sistema, si no se tiene ya en la mano esa barra de equilibrios.

Desde el 10 de octubre de 2022, Rusia ha intentado un apagón total del sistema bombardeando los puntos de transmisión que mantienen la red unida. Así, si atacan justo el nódulo correcto, una parte (el oeste del país, donde se levantan las centrales nucleares) tendría un exceso de producción de energía, mientras que la otra (el este), un déficit. Colapsando todo el país en cuestión de segundos.

El funambulista del mando a distancia

Los ucranianos juegan a la previsión. "Nos hemos adaptado. Antes de un ataque, cortamos la producción de energía en el oeste del país, o cortamos el consumo en el este con desconexiones preventivas, para hacer el sistema estable en caso de que una parte sea desconectada. Este tipo de prácticas son nuevas para cualquier país en el mundo, tuvimos que inventárnoslas. Hemos tenido que crear dispositivos para desconectar grandes zonas del país prácticamente de manera inmediata, porque solo tenemos unos minutos para tomar decisiones cuando vienen los misiles", relata Kudrytskyi.

Paralelamente, mantienen en el sistema reservas de energía que puedan ser desplegadas rápidamente para compensar. El problema, de hecho, al que se enfrentó España cuando intentó reequilibrar. En el momento del apagón, España estaba dependiendo en más del 70% de la fotovoltaica, que no se puede controlar, y contaba con muy poco porcentaje de otras que 'encender' a voluntad.

"Hay que tener diferentes fuentes de energía integradas en el sistema energético. Las que 'no puedes controlar' son buenas porque son baratas. Producir en un kilovatio-hora (kWh) de una granja de molinos de viento (ya construida) cuesta prácticamente cero. Producir un kWh de una planta de gas es más caro, porque tienes que quemar el gas. Pero el problema es que... se puede quemar el gas cuando se quiera, y producir energía cuando se necesite. Esto no es posible con las centrales eólicas y solares. Hay que encontrar una combinación adecuada de tecnologías sin permitir que el bajo coste anule la viabilidad técnica. Se pueden tener renovables, pero tienes que mantener las capacidades de equilibrio, que son más caras".

Foto: Una planta fotovoltaica alimenta de energía solar la base naval de Rota. (EFE/Armada en Rota)

El 'mix energético' ucraniano, donde la nuclear supone casi el 50-60% de la producción, tenía quizá más fácil el escenario de encontrar automáticamente una fuente para el reequilibrio. También han heredado otros elementos que la ayudan "de tiempos soviéticos", como "una capacidad excesiva de red, que ahora usamos para estabilizarnos, o que nada ha sido subcontratado: todos los trabajadores son de la propia Ukrenergo.

La nuclear estuvo, sin embargo, a punto de jugarles una mala pasada cuando Rusia conquistó el norte del país y, con él, la central nuclear de Chernóbil (que los rusos intentaron conectar a la red eléctrica de Bielorrusia), el sur, con la central nuclear de Zaporiyia. "Con Zaporiyia perdimos dos gigavatios [Sánchez apuntó a que España perdió 15] de golpe. Mientras todo el mundo hablaba de lo que implicaba políticamente perder la central, para nosotros, como operadores técnicos de red, el reto era asegurarnos de que la red no colapsara en tres segundos, teníamos que encontrar en nuestro 'mix' una generación para compensar esos 2 gigavatios en cuestión de minutos", recuerda.

En una única vez falló el funambulista. Noviembre de 2022. El único apagón nacional. Como ha comprobado España, volver a poner en funcionamiento la red al completo tras un apagón total es muy difícil, por la misma idea del equilibrio, entre otras razones: no puedes restaurar de golpe toda la electricidad, sino que tienen que ir añadiéndose poco a poco nuevos generadores, siempre a la par de las nuevas demandas. Ucrania, bajo ataque, logró restaurar el sistema al completo en 13 horas.

"El proceso se conoce como 'black start procedure'", explica Kudrytskyi. Puedes utilizar plantas de energía hidráulica, que funcionan con energía cinética (es decir, por el propio movimiento del agua) y son una fuente estable de energía, o una 'ayudita' de fuentes externas a la red, como fue el caso de Marruecos, que ofreció lo justo (unos 519 megavatios), solo para poder encender un par de plantas energéticas en Andalucía. "El momento crítico es restaurar la energía de las plantas nucleares, porque, una vez conseguido, ya tienes la certeza de que serás capaz de restaurar el sistema en total".

Foto: La principal presa ucraniana sobre el Dniéper, en llamas tras un ataque con misiles balísticos rusos. (Reuters)

El tuit de Volodímir Zelenski fue 100% político. Más bien una señal de que Ucrania está dispuesta a ayudar a aquellos que la ayudan. Un mensaje que sigue siendo importante. Pero, incluso en lo meramente técnico, tiene un trasfondo que hay que tomarse en serio. Expertos ucranianos ya han acudido a Israel para enseñarles a proteger sus subestaciones eléctricas de ataques aéreos.

Y los ucranianos ya demostraron a Europa de lo que eran capaces en cuanto a su gestión de la red eléctrica, operándola, solos y aislados, durante tres semanas durante los primeros compases de la invasión total rusa. Con éxito. Una hazaña que muy pocos países (y España no está entre ellos) son capaces de hacer, ante el pasmo de Europa y EEUU. Pero, como decía Michael Ende, el cómo lo hicieron es otra historia que merece ser contada en otra ocasión.

Cuando España llevaba cinco horas ya de apagón total, el ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko, hizo una oferta: "Ucrania está lista para ayudar a restaurar las operaciones estables de las redes energéticas de nuestros socios y aliados en Europa. Estamos listos para compartir el conocimiento y la experiencia".

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